4 noviembre 1987

Al emitir por satélite desde Gran Bretaña evita las restricciones legales de la televisión privada en España en la que el gobierno sólo autoriza tres que aún no se han concretado

Lanzan el proyecto del CANAL 10 primer canal privado en España bajo fórmula de pago, orquestado por exdirectivos de RTVE con Calviño a la cabeza

Hechos

  • El 3.11.1987 se presentó el proyecto de CANAL 10 TV.

Lecturas

Junto con el ex director general de RTVE, D. José María Calviño estaban los ex directivos de TVE D. Enrique Vázquez y D. Ramón Colom en el proyecto.

Según aseguró la Cadena SER (Grupo PRISA), el CANAL 10 TV tendría  su estación emisora en Londres y transmitirá a través de un satélite de Intelsat. Para ello se ha registrado en el Reino Unido la sociedad Film Succes cuya filial en España gestionaría el servicio de instalación de antenas parabólicas y el cobro de la suscripción. A su vez la sociedad Film Sucess España está constituida con un capital social de aproximadamente 1.000 millones de pesetas, por las siguientes entidades: Oris Film, con más del 40% del capital bajo la sombra del empresario judío Jacques Hachuel.; Noara, sociedad española en la que participan empresarios vascos, con el l0%; la Caixa de la Seguridad Social, de Andorra, con el l5%; la Caja de Ahorros de Vitoria, con el 12%; Canal Plus, de Francia, con el 10% H. Capital, con el 5%. y el resto será cubierto por la Compañía de Televisión de Luxemburgo (CTL),

05 Noviembre 1987

La burla televisiva

EL PAÍS (Director: Juan Luis Cebrián)

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La noticia de que José María Calviño, el antiguo fustigador de la televisión privada mientras mandaba en la pública, anima un proyecto de televisión privada, con visos de convertirse en el primero que llegue a funcionar, invita a despachar el asunto dando la razón a quienes piensan que este país es el Palmar de Troya ampliado. Pero tras su apariencia grotesca se esconde una preocupante realidad: la fragilidad del discurso político y moral con que algunos hombres públicos sermonean sin pudor alguno a los españoles. Calviño se hartó de dar lecciones sobre la superioridad moral del modelo público televisivo frente a los «intereses particulares» que invadirían las ondas con el privado, intereses cuya mera evocación servía para descalificar implícitamente cualquier alternativa a lo que había.Por ello, la iniciativa tomada ahora trasciende su particular persona para arrojar una inquietante luz sobre la endeblez de los argumentos trascendentes, arrebatadamente éticos, con que algunos sujetos siempre dispuestos a ayudar al ganador trataron de cubrir la desnudez de su defensa de intereses tan particulares como cualesquiera otros, una vez uncidos al carro del poder. La Oficina del Portavoz del Gobierno se ha apresurado a afirmar que no existe ningún impedimento legal o técnico para poner en marcha el proyecto animado por el ex director general de RTVE, pues la emisión se efectuará desde fuera de España, vía satélite. Eso ya se sabía, aunque choca que estas posibilidades legales y técnicas hayan sido ignoradas por el Gobierno en su restrictivo proyecto, tan minucioso en otros aspectos. Pero choca, sobre todo, el contraste entre la carrera de obstáculos con que ese proyecto gubernamental trata de desanimar a quienes de buena fe pretendían transitar por la vía legal y las facilidades que encuentran quienes demuestran ser más espabilados que nadie a la hora de descubrir los huecos dejados por la ley.

La situación no puede ser más absurda. Tras años de aplazamientos y promesas incumplidas, el Gobierno de Felipe González alumbró un proyecto cuyo secreto designio parecía ser que ninguno de los grupos que se habían interesado por la creación de estaciones privadas de televisión llegase a plantear su candidatura a uno de los tres canales previstos. Simultáneamente, se activan proyectos de televisiones regionales, como las de las comunidades de Madrid y de Andalucía, destinadas a recortar aún más, y por adelantado, el mercado potencial de publicidad, limitado ya por una televisión estatal lanzada a la ocupación de todo el espectro horario, diurno y nocturno. Y finalmente, medio en secreto, hace su aparición este canal con sede en Londres pero destinado a la audiencia española y que pretende comenzar a emitir en enero. Es decir, mucho antes de que quienes se acojan a la legislación pendiente de aprobación parlamentaria puedan comenzar siquiera a planificar sus canales respectivos.

No es extraño, por ello, que la noticia haya dejado estupefactos a los parlamentarios que se aprestaban ayer a discutir, en ponencia, el proyecto gubernamental. Uno de ellos ha definido la situación con una expresiva frase: «Estamos escribiendo en el agua». Nada hay que añadir a tan desolada conclusión.

05 Noviembre 1987

El canal de Calviño

DIARIO16 (Director: Pedro J. Ramírez)

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El primer canal de televisión privada en España va a ser puesto en funcionamiento por los que en los últimos años, siguiendo la consigna de la izquierda, se habían erigido en guardianes celosos de la televisión pública y del monopolio estatal. Ni siquiera cuidan las apariencias. El negocio es el negocio y están dispuestos a dar un rodeo y emitir desde Londres antes de que el Parlamento apruebe la restrictiva ley de las emisoras privadas.

Antiguos directores de TVE de la época de Calviño, con Enrique Vázquez a la cabeza, promueven un canal comercial privado – el CANAL 10 – de televisión vía satélite, que emitirá en castellano desde la capital británica, las veinticuatro horas del día, a partir del próximo mes de enero. Sus programas serán captables en España por antena parabólica, previo pago de un canon. Se da el caso de que este negocio sería ilegal si se montara desde España.

Varias sociedades españolas y extranjeras, con notable presencia de empresarios de origen judío – entre ellos el inquietante Jacques Hachuel – y de algunas Cajas de Ahorro, participan en esta empresa, constituida en el despacho y con la asesoría jurídica del ex director general de RTVE, José María Calviño. El portavoz oficial del Gobierno ya ha adelantado que, con tal de que emita desde el extranjero, este canal privado es perfectamente licito y técnicamente posible. Nada, pues, que objetar. Al contrario. Aunque se asegura que no habrá ‘explotación política’, al carácter de espacios informativos propiamente tales, en la Moncloa ven el proyecto con buenos ojos, con razón.

Es difícil en este caso sustraerse a la impresión de que estamos rozando el territorio de la picaresca. Pero el hecho de que exista el CANAL 10 – aunque se le llame maliciosamente, el ‘canal de Calviño’ y se adelante a otros canales privados – es un suceso positivo y hasta regocijante.

Se comprueba así que los que se cerraban a cal y canto a abrir la televisión a la iniciativa privada, porque iba a caer en manos de oligopolios, estaban obcecados, eran unos farsantes o desconocían el futuro. El abuso de las cautelas está trabando aún la acción del Gobierno socialista en este campo. El exceso de restricciones en el proyecto de ley que está en el Parlamento y que ha sido repudiado por la oposición, ignora la ola imparable que viene y demuestra que en el poder anida todavía un cierto miedo a la libertad. Es como encerrar el viento en una caja de madera. Antes se iba a Londres a abortar; ahora se va, a emitir por televisión.

18 Diciembre 1987

PRECISIONES DE CANAL 10

Enrique Vázquez

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Séneca dejó dicho que hasta la desgracia se cansa; pero resultan felizmente incansables los colegas que escriben sobre CANAL 10, sus vicisitudes, sus promotores, sus propietarios y su padrino.

Así, el apreciado semanario EL GLOBO, en su número ocho, nos hace el honor de dedicarnos nada menos que su portada, de la que se deduce que don Alfonso Guerra es el padrino de la operación.

Siempre para mayor ilustración de la apreciable audiencia de EL GLOBO – y sin meterme a matizar o negar afirmaciones que tienen que ver con el Gobierno u otras empresas y que no me conciernen – voy a presentar a continuación en esta distinguida plaza un pequeño catálogo de puntualizaciones:

  • No se dice en EL GLOBO si don Alfonso oficia de padrino de boda o de bautismo, y el asunto no es baladí, porque alguien podría pensar que es padrino de duelo y que, en nuestra representación, acudirá a pedir explicaciones por tanta estulticia. Si así fuera pediríamos que las armas elegidas fueran las del rigor, la verdad y la exactitud.
  • El Sr. Calviño no es ‘consejero de la Caixa Andorrana para inversiones en comunicación’ y cuando su despacho se encargó de este asunto, hacía mucho tiempo que la Caixa había decidido entrar en él porque le parecía útil y rentable.
  • Nunca ha habido la menor posibilidad de que el financiero italiano Sr. Parretti entre en CANAL 10.
  • El Sr. Hachuel, ya pueden suponerlo los sagaces lectores, no es un ‘financiero árabe-judío’, especie que, para desgracia de todos, tal vez, no existe.
  • El Sr. Calviño no tuvo nada que ver con el decreto sobre antenas parabólicas. Poner en boca de un consejero socialista de RTVE que ‘Calviño llamaba todos los días a preguntar cómo iba el proyecto’ es como decir que un librero llama a la Biblioteca Nacional para ver qué tal va el proyecto de ley del libro o algo así.
  • El taxi en el que viajaba el honorable miembro del Parlamento don Pedro Bofill no iba hacia la sede del PSOE en Ferraz, pues avanzaba por la calle de Alberto Aguilera en dirección Oeste-Este, y esta falta de rigor nos alarma porque podría suponer en el informante que tomó la sede del Partido Socialista por la de AP, que se encuentra en el camino teórico del diputado, cuya firmeza de convicciones todo el mundo conoce.

Y ‘last but not least’, nos interesa mucho desmentir que la agencia de publicidad que trabaja para CANAL 10 sea Perry, porque es Perri, y no es menor la confusión si se recuerda que Perry es una excelente marca de preservativos a la que rendimos aquí un vibrante homenaje y pedimos excusas por haberla confundido con el prosaísmo publicitario.

Antes de que el redactor jefe diga en voz alta: “Ves, lo de siempre, detalles de nada y menos, pero no niegan lo esencial”, die que nosotros lo negamos todo y en bloque. Negamos ser paniaguados o filibusterismo político, negamos estar cooperando, expresa o tácitamente, a un pretendido retraso de la ley de televisión privada; negamos hacer trampa alguna; negamos ser maniobreros o contrabandistas ideológicos; negamos ser exterminadores del vídeo comunitario; negamos ser rusos; negamos ser amigos de la Dolores.

En fin, negamos todo. Y a cambio, afirmamos trabajar bajo la más estricta legalidad, cuya existencia nos precedió y que permite, por ejemplo, a Sky Channel hacer exactamente lo mismo que nosotros, pero en inglés; afirmamos estar al corriente de nuestros impuestos; a firmamos estar al borde de ser, por fin, millonarios; afirmamos no tener enfermedades contagiosas, y afirmamos que lo pasamos pipa con cuanto ocurre en torno nuestro, ese mar de solemnidad ofendida que CANAL 10 ha suscitado contra todo pronóstico.

Cualquier día nos lanzan una OPA hostil, pero no estamos en venta todavía. Somos los de siempre, pero algo más heterodoxos y enredadores, que no desertores. Porque como dejó escrito el coronel Lawrence, es fácil convertirse en infiel, pero es difícil convertirse a una nueva fe.

Enrique Vázquez

Director de Comunicación e imagen de CANAL 10