16 abril 1929

Será sustituido al frente de sus medios por su hijo Juan Ignacio Luca de Tena

Muere el Director-propietario del diario ABC, Torcuato Luca de Tena Álvarez-Ossorio, el líder mediático más influyente del momento

Hechos

El 16-04-1929 falleció D. Torcuato Luca de Tena Álvarez-Ossorio, Presidente de Prensa Española y Director del diario ABC.

Lecturas

D. Torcuato Luca de Tena Álvarez-Ossorio fundador de Prensa Española fallece el 15 de abril y su esquela ocupa la portada de ABC. Le reemplazará en la presidencia de Prensa Española y en el puesto de director-propietario de ABC su hijo D. Juan Ignacio Luca de Tena García de Torres.

Ha muerto en Madrid D. Torcuato Luca de Tena Álvarez-Ossorio, editor entre los más ilustres de España había recibido innumerables distinciones honoríficas. En 1891 comenzó la publicación de BLANCO Y NEGRO, el diario ABC, aparecido el 1 de enero de 1903, es el de mayor circulación de la península.

 D. Torcuato Luca de Tena (en las imágenes con el Sr. Sagasta y con el Rey D. Alfonso XIII, logró una gran influencia en el sistema político de La Restauración gracias a su periódico que, en poco tiempo, logró convertirse en el más influyente de Madrid desde su posición conservadora.

SU HEREDERO

juan_ignacio_luca_de_tena D. Juan Ignacio Luca de Tena, hijo de D. Torcuato Luca de Tena Álvarez Ossorio, será el nuevo presidenta de la editora Prensa España, propietaria del diario ABC y la revista BLANCO Y NEGRO, al tiempo que será también director del periódico ABC.

La primera generación de la familia Luca de Tena, propietaria de ABC.

16 Abril 1929

Adiós supremo

José Martínez Ruiz 'Azorín'

Leer

La emoción – íntima, profunda – no me deja coordinar las ideas; haré un esfuerzo. Llevo veinticuatro años en el periódico; me acogió el querido director, en 1905, con afectuosa cordialidad. He realizado en esta casa las más variadas tareas periodísticas. A raíz de entrar en ABC, marché a París y a Londres, siguiendo al Rey en su primer viaje al extranjero. La figura de D. Torcuato Luca de Tena la tengo en el fondo del espíritu y será para mi indeleble. Le veo, ante todo, en aquellos primeros años del periódico. Se lanzaba el amado director a una empresa terrible: la de renovar la Prensa en España. Contaba con su perseverancia y con su energía. En la redacción, por las noches entraba de pronto; siempre con su sonrisa de bondad y de optimismo. Nos levantábamos todos; le rodeábamos y él iba preguntándonos sobre nuestras tareas, indicándonos a grandes rasgos sus planes, animándonos a la lucha. Lucha, sí, fueron los primeros tiempos de ABC; no se tiene idea ahora, viendo su prosperidad, del trabajo enorme, de los esfuerzos titánicos, de las terribles amarguras que el desenvolvimiento del periódico ha representado para D. Torcuato Luca de Tena. Pero ni en los momentos más críticos, más desesperados, vimos a nuestro director abatido, pesimista. Siempre, ante nosotros, por las noches, con su sonrisa bondadosa, platicando como un cordial camarada. Y un apretón de manos, y otra vez  nosotros sobre las cuartillas.

El periódico iba marchando; se sobreponía a las pasiones políticas, a las rivalidades, a las intrigas. Poco a poco se le veía por las mañanas en mayor número de manos; su difusión aumentaba. Luca de Tena traía a la Prensa española una innovación que los tiempos reclamaban; en BLANCO Y NEGRO se había ensayado el fotograbado; faltaba aplicarlo a la Prensa diaria. Y eso que ahora parece corriente, ha sido para el periodismo tan trascendental como la utilización del telégrafo; se hacía ahora periodismo con la imagen; la imagen atraía todas las miradas; si a principios de siglo se había revolucionado la Prensa con el simple grabado en madera, al presente con rapidez, con vertiginosidad, se informaba a una inmensa masa de lectores con la imagen cotidiana. En la rapidez de la información gráfica, en la pulcritud de la impresión, en el orden riguroso de las materias, ponía Luca de Tena su empeño de periodista. Su periódico, inspirado en todas estas normas, era un periódico completamente moderno. No era esto, sin embargo todo; esto era para Luca de Tena lo accesorio, lo externo. Lo principal para él consistía en infundir en su periódico un intenso, profundo, perseverante amor a España. Incansablemente con ardor, con pasión, Luca de Tena ha amado a España. Y al escribir ahora el nombre de España junto al del queridísimo director, he de detenerme un momento; la emoción me paraliza. Vuelvo a ver este hombre – junto al cual he trabajado tanto – en una terraza, frente al mar, en un día plácido de verano. Su sonrisa no le abandona. Sonrisa de hombre afable que tiene para todos una palabra halagadora. En uno de los dedos – en aquellos primeros años – llevaba un anillo de acero con un brillante; muchas veces pensando yo en el querido director, he visto que aquella presea era el símbolo de su vida, de su temperamento, de sus luchas obstinadas. Acero y diamante: fortaleza y sinceridad. No se dirá nunca que Luca de Tena ha cejado en el combate, ni se podrá decir tampoco que no ha tratado con lealtad al adversario. Acero y claro diamante. Esa es toda su historia.

Ha amado fervientemente a nuestra España; ha luchado por ella, ha implantado procedimientos que han transformado la Prensa; el periodismo español debe su modernidad a Luca de Tena. ¡Qué emoción más profunda al escribir este adiós supremo al director, al amigo y al patriota! ¡Adiós, adiós, querido director! La imagen del hombre bueno, leal y generoso estará siempre – siempre con su sonrisa afable – en el fondo de mi espíritu. La vida de las personas a quienes hemos profesado sincero afecto es parte de nuestra vida. Al morir esos seres queridos, se llevan con su muerte una porción de nuestro propio ser. ¡Adiós, querido director! ¡Una tristeza profunda me embarga, y pongo la mirada – la mirada del espíritu – en la insondable eternidad, donde la paz es inalterable y donde a los seres amados acompaña por siempre nuestro recuerdo.

Azorín