21 enero 1930

Será reemplazado por el Conde de los Andes como ministro de Hacienda y Sebastián Castedo como ministro de Economía

Crisis en la dictadura de Miguel Primo de Rivera: Dimite el ministro de Economía y Hacienda, José Calvo Sotelo

Hechos

El 22.01.1930 la prensa dio cuenta de la dimisión de D. José Calvo Sotelo como ministro de Hacienda del Gobierno del General Primo de Rivera.

Lecturas

El 20 de enero de 1930 D. José Calvo Sotelo presenta su dimisión como ministro de Hacienda del gobierno de la dictadura de D. Miguel Primo de Rivera Orbaneja. Le remplaza D. Sebastián Castedo. También dimite el conde de los Andes como ministro de Economía.

D. José Calvo Sotelo era ministro de hacienda desde 1925 en una etapa con importantes reformas políticas no exentas de controversia. Entre ellas la creación de CAMPSA.

Su dimisión trastoca el equilibrio del Gobierno de D. Miguel Primo de Rivera, que caerá tan sólo una semana después.

21 Enero 1930

Crisis parcial

LA ÉPOCA (Director: Alfredo Escobar 'marqués de Valdeiglesias')

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Si nuestra creencia de que el momento que atraviesa España es eminentemente político necesitase asistencia de la realidad, la rápida sucesión de acontecimientos políticos enjudiosos que se presentan día tras día ante el país fuera ya razón bastante de fuertes sugestiones para el espíritu. No hace todavía un mes completo que el presidente del Consejo afirmaba en públicas declaraciones que la permanencia o ausencia del Sr. Calvo Sotelo en el ministerio de Hacienda para nada había de entrar en línea de cuenta al trazar aquellas medidas esenciales que requería la situación internacional de nuestro cambio monetario. Y, sin embargo, el propio Sr. Calvo Sotelo, con una independencia de criterio que le honra, porque, en ocasiones, la sensibilidad gubernamental de un ministro se prueba cumplidamente a la hora de dimitir, el propio Sr. Calvo Sotelo, de acuerdo con el jefe del Gobierno, ha considerado útil para la situación financiera del país el subrayarla políticamente con una sustitución de personas. Y, desde esta mañana, el Sr. Calvo Sotelo ya no es ministro.

No hemos de entrar a discurrir, por varias razones circunstanciales de sencilla significación, lo que una crisis parcial representa en esta fecha de nuestra vida pública. Pero es que, además, creemos que la Dictadura es una e indivisible desde su principios hasta su fin, y que la sustitución en las personas para nada entraña alguna variación de orientación y de programas mientras al frente de ella continúe actuando su principal animador. La crisis parcial que hoy nos ocupa es, pues, ante todo y sobre todo, una íntima cuestión de Gabinete. El propio presidente del Consejo lo ha querido señalar así en sus primeras manifestaciones, dando la indicación de que de que el nuevo titular de la cartera de Hacienda será en ella el continuador de la ya larga política financiera del Gobierno.

El Sr. conde de los Andes, que es el nuevo titular de esta Cartera, procede de un campo político lleno de excelentes doctrinas financieras y de sanos principios fiscales. Si nosotros insistiéramos hoy sobre nuestro anhelo de ir con rapidez a una política de austeridad en los gastos y, en cuanto se pueda, a una reducción de los impuestos, quizá golpeáramos innecesariamente sobre un ánimo bien situado en esa disposición. Al tiempo fiamos, por tanto, la extensión de nuestro comentario, deseando como siempre y quizá hoy más que siempre, a quienes rigen los destinos de la nación, el más cumplido y el más brillante de los aciertos.

22 Enero 1930

La modificación del Gobierno

ABC (Director: Juan Ignacio Luca de Tena)

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La estabilidad, la unidad y la disciplina del Poder es uno de los méritos que se atribuyen las dictaduras. El general Primo de Rivera ha procurado con el mayor empeño mantener la característica del régimen y evitar a toda costa las mudanzas y crisis de su Gobierno. Las gestiones ministeriales más discutidas y combatidas – en los límites modestos que las circunstancias permiten a la fiscalización y a la crítica – no han originado ninguna crisis. El general Primo de Rivera ha pensado siempre que, por no ser infalibre ningún gobernante, conllevar y también confesar y rectificar los errores, es menor quebranto que cambiar de ministros. No tiene que esforzarse mucho para convencernos de que ha sido bien a su pesar y ha lamentado con profunda contrariedad la retirada del Sr. Calvo Sotelo, como antes la del Sr. Yanguas.

De las dos crisis parciales que ha tenido el Gobierno de la Dictadura, la primera quedó explicada claramente. La última ha obedecido al cansancio del Sr. Calvo Sotelo. Hombre de espíritu vigoroso, de recia voluntad y de una extraordinaria capacidad de trabajo, puede haber sentido el peso de la responsabilidad común y haberse cansado, no por debilidad, sino precisamente por entereza, de los choques y obstáculos que la realidad y las circunstancias suelen oponer al criterio y al afán de un ministro.

En la gestión del ex ministro hay un punto lamentable para los que defendemos la libertad económica y combatimos los monopolios como una rémora de la producción y del comercio, aunque la naciente y crecida renta del petróleo constituya un éxito del Tesoro; pero su obra es, en conjunto, de las más brillantes del Gobierno. Es la nivelización presupuestaria, tanto más de apreciar cuanto más se discuta la economía general del Estado y la política de gastos. Es el perfeccionamiento de las normas fiscales y el auge extraordinario de las recaudaciones. Es la conversión y consolidación de la Deuda y la supresión de las emisiones. De manera que tampoco hay que buscar en un fracaso la explicación de la crisis.

Las declaraciones del Sr. Calvo Sotelo apuntan una interesante referencia a la cuestión de los cambios. situación económica y financiera de España no justifica la depreciación de la peseta en la cuantía que ha conseguido la especulación, ABC Ha razonado y reiterado la misma tesis. Son, quizá, los imponderables los que más han contribuido a cansar al ex ministro de Hacienda.