11 septiembre 2010

La directora de TV3 criticó que los líderes catalanes Montilla y Mas aceptaran a ir a un programa comercial

El líder de CiU, Artur Mas, acude de invitado al programa ‘La Noria’ de Jordi González desatando la ira de Mónica Terribas (TV3)

Hechos

El 11.09.2010 D. Artur Mas fue entrevistado en el programa ‘La Noria’ de TELECINCO.

Lecturas

José Blanco López no sería el último político que iría a “La Noria”. En el verano de 2010, asistirían los candidatos a las primarias por la candidatura del PSOE a la Presidencia de la Comunidad de Madrid, Tomás Gómez Franco y Trinidad Jiménez García-Herrera y, en septiembre, acudiría el líder de Convergencia Democrática de Catalunya y candidato de Convergencia i Unió a la presidencia de la Generalitat, Artur Mas Gavarró, en la emisión del sábado 11 de septiembre de 2010, a ser entrevistado por Jordi González Belart.

La presencia de Artur Mas Gavarró en este caso también fue criticada en las páginas de El Mundo el mismo día de la emisión de esta, esta vez por Joan Puigcercós Boixassa, político de ERC, que aseguraba que un político no debía ir a “La Noria”, por considerar aquel espacio «un cachondeo», asegurando que ‘rozaba los límites por lo que él no iría jamás. Pero la entrevista de Mas no fue solo criticada desde El Mundo, sino también desde TV32544, por su propia directora, Mónica Terribas, que el 8 de septiembre de 2010 era entrevistada en “Els Matins” por Josep Cuní. Allí expresó su desagrado por la presencia del candidato ganador en las encuestas, acaso porque Artur Mas Gavarró era el candidato a la presidencia de la Generalitat en aquel formato el día de la diada, en lugar estar en TV3.

Josep Cuní: Artur Mas va a “La Noria”.

Mónica Terribas: Jordi González fue profesional de esta casa y no hacía ese tipo de programas cuando estaba aquí, aunque es un compañero nuestro… pero sí es verdad que en estos programas se cruzan unos límites que yo considero que no deberían cruzarse.

Josep Cuní: Los políticos van.

Mónica Terribas: No solo eso, ahora va Artur Mas y hace cuatro días José Montilla entró por teléfono.

Josep Cuní: El primero fue el Ministro Blanco.

Mónica Terribas: A Montilla lo dejaron esperando porque tenían que ir a la publicidad. Al final, este funcionamiento se salta el respeto institucional. Tienen al presidente de la Generalitat de Catalunya el día de la sentencia del Constitucional y le dejan dos minutos esperando porque tienen que meter publicidad y parece que no pasa nada, porque lo único que les interesa es generar expectativas y tener audiencia.

En la emisión del 11 de septiembre, Jordi González Belart, emitió durante la entrevista de “La Noria” las palabras de Terribas para comentarlas al respecto:

Jordi González: Yo le pido disculpas por el corte de publicidad que hemos tenido hace unos minutos y por el que haremos dentro de unos minutos, porque esta televisión, señor Mas, es privada y vive de la publicidad. ¿Qué le vamos a hacer? TV3 es pública y también tiene publicidad, ahora que lo pienso.

Las críticas de TV3 no impedirían que el presidente de la Generalitat y candidato del PSC a la reelección, José Montilla Aguilera, también acudiera a “La Noria” en el programa emitido el sábado 23 de octubre de 2010.

12 Septiembre 2010

Artur Mas, en La Noria: “No vamos a cortar las alas al independentismo en Cataluña, pero tampoco la vamos a romper por la mitad”

Cecilia Guzmán

Leer

Artur Mas, el líder de CiU, que según la mayoría de las encuestas, podría ser el próximo presidente de la Generalitat catalana, ha ofrecido, ayer, en La Noria, una clase magistral de equilibrio de la palabra y la compostura. Preguntado sobre temas tan espinosos como el independentismo o la corrupción, es verdad que con bastante complacencia por parte de los entrevistadores, Mas supo esquivar los tiros y llevar el diálogo a su terreno.

“Me siento catalán”, respondió Artur Mas a la pregunta sobre su identidad, aunque inmediatamente puso un parche con el que hacer un guiño a los votantes no soberanistas. “Ser catalán no es una mentalidad cerrada, no es meterse dentro de las fronteras. Creo que Cataluña tiene capacidad, incluso, para proyectarse universalmente”.

La política lingüística
El máximo líder de CiU explicó la polémica ley de política lingüística, que se aplicó en los años 90 “con una amplísima mayoría en el Parlament, y que prevé sanciones a los establecimientos que no rotulen en catalán, desde el punto de vista del consumo, de la orientación al ciudadano como consumidor, no de las marcas. La ley dice que lo que se vende tiene que estar como mínimo en catalán, no que no pueda estar en otros idiomas”.

«El catalán se va al garete, si no se protege»
“El castellano nunca se ha visto amenazado por nadie, ustedes tienen una gran normalidad lingüística», defendió Artur Mas. «El castellano es admirable, de proyección universal, de gran cultura, pero no está amenazado, ustedes no tienen que protegerle, en cambio nosotros tenemos que proteger el catalán, porque si no, se va al garete, y el catalán para la cultura catalana es como las células madres a un cuerpo humano, como cualquier otro idioma”.

Independentismo y ambigüedad
Y sobre independentismo, para conseguir el equilibrio, mejor ser ambiguos, parece ser la máxima de CiU y de su presidente. “No le ponemos límite al futuro nacional de Cataluña, si el pueblo catalán siente que es una nación, tiene derecho a definir su futuro. Durante treinta años hemos intentado arrimar el hombro con el resto de España y a la hora de la verdad tenemos la sensación de que toda esa contribución no termina de servir para que España acepte normalmente las aspiraciones de Cataluña de mayor autogobierno, de disponibilidad de recursos y de poder progresar económicamente”.

Romper a Cataluña por la mitad
Según Mas, “no se puede negar ese derecho al pueblo catalán”, pero –endulzó- “soy de los que pienso que los derechos deben ir acompañados de deberes y tenemos el deber de administrar ese derecho de una forma que la sociedad catalana vaya en un máximo de unidad posible”. Ante la insistencia de Maria Antonia Iglesias(que retornó anoche a La Noria) sobre si CiU va a alimentar el sentimiento independentista si llega al gobierno, el líder de Convèrgencia afirmó: “Nosotros no vamos a cortar las alas de las aspiraciones del pueblo catalán, tampoco lo vamos a romper por la mitad”.

El notario y el oportunismo político
Sobre pactos políticos a los que CiU puede verse avocado si consiguiera ganar en las próximas autonómicas sin mayoría absoluta, Artur Mas dio una de cal y otra de arena al PP, al afirmar que podrían buscar acuerdos para cada una de las políticas sin necesidad de casarse con un socio único. Pero, no negó la posibilidad de hacerlo también con el PP. La anécdota del notario, ante el cual firmó hace cuatro años que nunca pactaría con los populares, se queda ahora, según dijo, en una decisión tomada sólo para la legislatura que termina.”Ese compromiso era para cuatro años”, dijo.

Las cesiones de Aznar
Artur Mas recordó las cesiones que hizo el PP de José María Aznar cuando ganó sin mayoría absoluta. “Suprimieron la mili obligatoria, gran símbolo de la unidad nacional, se cargaron los gobernadores civiles, figura sacrosanta del Estado centralista español del siglo XIX y, encima, sacaron a la Guardia Civil armada de las carreteras catalanas para sustituirla por los Mossos de Escuadra, era aquel Aznar que hablaba catalán en la intimidad”, recordó.

Artur Mas, el líder de CiU, que según la mayoría de las encuestas, podría ser el próximo presidente de la Generalitat catalana, ha ofrecido, ayer, en La Noria, una clase magistral de equilibrio de la palabra y la compostura. Preguntado sobre temas tan espinosos como el independentismo o la corrupción, es verdad que con bastante complacencia por parte de los entrevistadores, Mas supo esquivar los tiros y llevar el diálogo a su terreno.

“Me siento catalán”, respondió Artur Mas a la pregunta sobre su identidad, aunque inmediatamente puso un parche con el que hacer un guiño a los votantes no soberanistas. “Ser catalán no es una mentalidad cerrada, no es meterse dentro de las fronteras. Creo que Cataluña tiene capacidad, incluso, para proyectarse universalmente”.

La política lingüística
El máximo líder de CiU explicó la polémica ley de política lingüística, que se aplicó en los años 90 “con una amplísima mayoría en el Parlament, y que prevé sanciones a los establecimientos que no rotulen en catalán, desde el punto de vista del consumo, de la orientación al ciudadano como consumidor, no de las marcas. La ley dice que lo que se vende tiene que estar como mínimo en catalán, no que no pueda estar en otros idiomas”.

«El catalán se va al garete, si no se protege»
“El castellano nunca se ha visto amenazado por nadie, ustedes tienen una gran normalidad lingüística», defendió Artur Mas. «El castellano es admirable, de proyección universal, de gran cultura, pero no está amenazado, ustedes no tienen que protegerle, en cambio nosotros tenemos que proteger el catalán, porque si no, se va al garete, y el catalán para la cultura catalana es como las células madres a un cuerpo humano, como cualquier otro idioma”.

Independentismo y ambigüedad
Y sobre independentismo, para conseguir el equilibrio, mejor ser ambiguos, parece ser la máxima de CiU y de su presidente. “No le ponemos límite al futuro nacional de Cataluña, si el pueblo catalán siente que es una nación, tiene derecho a definir su futuro. Durante treinta años hemos intentado arrimar el hombro con el resto de España y a la hora de la verdad tenemos la sensación de que toda esa contribución no termina de servir para que España acepte normalmente las aspiraciones de Cataluña de mayor autogobierno, de disponibilidad de recursos y de poder progresar económicamente”.

Romper a Cataluña por la mitad
Según Mas, “no se puede negar ese derecho al pueblo catalán”, pero –endulzó- “soy de los que pienso que los derechos deben ir acompañados de deberes y tenemos el deber de administrar ese derecho de una forma que la sociedad catalana vaya en un máximo de unidad posible”. Ante la insistencia de Maria Antonia Iglesias(que retornó anoche a La Noria) sobre si CiU va a alimentar el sentimiento independentista si llega al gobierno, el líder de Convèrgencia afirmó: “Nosotros no vamos a cortar las alas de las aspiraciones del pueblo catalán, tampoco lo vamos a romper por la mitad”.

El notario y el oportunismo político
Sobre pactos políticos a los que CiU puede verse avocado si consiguiera ganar en las próximas autonómicas sin mayoría absoluta, Artur Mas dio una de cal y otra de arena al PP, al afirmar que podrían buscar acuerdos para cada una de las políticas sin necesidad de casarse con un socio único. Pero, no negó la posibilidad de hacerlo también con el PP. La anécdota del notario, ante el cual firmó hace cuatro años que nunca pactaría con los populares, se queda ahora, según dijo, en una decisión tomada sólo para la legislatura que termina.”Ese compromiso era para cuatro años”, dijo.

Las cesiones de Aznar
Artur Mas recordó las cesiones que hizo el PP de José María Aznar cuando ganó sin mayoría absoluta. “Suprimieron la mili obligatoria, gran símbolo de la unidad nacional, se cargaron los gobernadores civiles, figura sacrosanta del Estado centralista español del siglo XIX y, encima, sacaron a la Guardia Civil armada de las carreteras catalanas para sustituirla por los Mossos de Escuadra, era aquel Aznar que hablaba catalán en la intimidad”, recordó.

¿Y sobre financiación irregular?
Acerca de la trama de corrupción del Palau de la Música, sobre la que la investigación apunta que ha podido haber financiación irregular de CiU, ni mu. “Estas cosas no solamente tienen que salir a la luz, sino que hay que ser implacables con estos casos, aplicar las leyes sin contemplaciones, hasta las últimas consecuencias”.

El significado de la palabra zapatero
Mas afirmó que lleva dos años sin hablar con Zapatero, «que es el político que más le ha engañado», y se lanzó, incluso, a criticar con sorna al presidente del Gobierno, al contar que en el Diccionario Marítimo Español, la palabra zapatero significa: “el que maniobra o ha maniobrado mal, o no entiende la maniobra”.

«La teoría de los sapos»
Al final de la entrevista, Artur Mas se encargó de hacer un lavado de cara, mostrándose como un político humano, incluso un marido cariñoso, al que han puesto “etiquetas” y “clichés” de autoritario, «de manera injusta”. Un “político tímido”, dijo, al que esas críticas le han sabido mal, aunque ha terminado por acostumbrarse, amparándose en “la teoría de los sapos”, que se basa en que empiezas tragándote una crítica con dificultad hasta que llega el momento en que a base de comértelos, terminas por digerirlos bastante bien.

13 Septiembre 2010

Mas en 'La Noria'

Fernando de Felipe

Leer

Artur Mas parece estar cogiéndole el gustillo a eso de la televisión de alto riesgo. Primero fue lo de exponerse a salir escaldado (o no) de su comparecencia en El gato al agua de Intereconomía TV en plena campaña antiestatutaria. Luego vino lo de saberse blanco de todas las burlas al ser nombrado socio honorífico de El Club del Chiste VIP de Antena 3. Y ya por último, y aprovechando tal vez eso de que a la tercera va la vencida, estaría la que sin duda alguna ha sido la hazaña mediática más sonada del líder de CiU hasta la fecha: subirse en plena Diada a La Noria para, como quien no quiere la cosa, poner de los nervios a la competencia (tanto a la electoral como a la estrictamente televisiva, TV3 inclusive).

El caso es que la pregunta sobre la conveniencia o no de tan criticada intervención estuvo mal planteada desde el principio. El problema no es, como apuntó un más que molesto Jordi González, si el voto de un espectador de La Noria vale menos que el de uno de Bon dia Catalunya (en clara aunque errada alusión a la entrevista que Josep Cuní hizo en Els Matins a Mònica Terribas). El problema es si la credibilidad de un político crece, mengua, se desploma o sale reforzada según el programa o la cadena a la que acude. ¿Se imaginan a Montilla de tertuliano en el Sálvame Deluxe? Tanto como a la Esteban en 59 segundos.

De hecho, el único programa en el que casi todos los políticos podrían sentirse a gusto es Pasapalabra, vista la contrastada tendencia de este gremio a no contestar casi nunca a lo que se les pregunta. Por otro lado, mucho me temo que eso de tratar a los potenciales votantes como simple audiencia no es la mejor de las estrategias electorales posibles.

En cuanto a la entrevista de Mas, decir que, por suerte para todos, a César Sinde lo tenían reservado para más tarde y no pudo hacerle tragar sapo alguno, que González preguntó por el notario, que Rahola lo tuteó, que Alfonso Rojo lo puteó (o al menos lo intentó al mentarle las multas lingüísticas), y que M. Antonia Iglesias jugó a levantar ampollas más o menos inoportunas al referirse al “incendio independentista”, no sin antes preguntarle, faltaría más, “si era puta o Ramoneta”. Una cosa quedó clara: los jóvenes catalanes tienen el mismo derecho que los del resto de España a participar en Las joyas de la corona ya que tampoco ellos saben dónde nace el Ebro. Geografía variable lo llaman.

14 Septiembre 2010

Subirse a la noria

M. Dolores García

Leer

A cualquier político se le haría la boca agua sólo de pensar en aparecer en un programa de televisión con cuatro millones de espectadores. Hasta ahora habían resistido la tentación de rendirse a los encantos de un programa rosa o la televisión basura ante el temor de ver manchada su reputación. Pero era cuestión de tiempo que se decidieran a flirtear con platós más frecuentados por maestros de lo chabacano. Artur Mas, quizá uno de los políticos catalanes con menos desparpajo –con permiso de Montilla–, participó el sábado en La noria, de Telecinco, donde hizo frente a la serie de tópicos de algunos invitados empeñados en echarle en cara las inherentes ganas de fastidiar del carácter catalán.

No hay que engañarse. Los programas en los que el espectáculo se disfraza de información, entrevistas o tertulias no sólo alcanzan audiencias notables, sino que constituyen, para millones de personas, la única ventana por la que se asoman a la actualidad. Contribuyen a forjar su juicio y su voto. A La noria sólo habían ido Rosa Díez y Miguel Ángel Revilla, dos extravagancias de la política, artistas de la demagogia. Hasta que el ministro José Blanco acudió a explicar el frenesí de Zapatero por meter la tijera a sueldos y prestaciones. Al fin y al cabo –debió pensar Blanco– no todos los votantes socialistas son fieles espectadores de los documentales de La 2… Cuando la necesidad apremia, no valen remilgos.

Joan Puigcercós, líder de ERC, ya ha avanzado que él no irá “jamás” a La noria. “Me pongo en la piel del elector y si veo a un político en ese cachondeo, pienso que ese tío no tiene trabajo”. Es fácil ponerse digno cuando se sabe que en ese caladero Esquerra tendría poco que pescar. Mas admitió que a través de La noria podía acceder a un público al que de otra forma le sería imposible llegar. Porque igual que existe una Catalunya que se informa a través de medios que libran a diario sesudos debates sobre la cuestión nacional, también hay una Catalunya que vive de espaldas a los avatares del Estatut, aunque oiga campanas, y que fía su voto más a la pinta y la planta del candidato de turno.

En La Noria, Mas fue inevitablemente presentado como sospechoso de irredentismo en su propia tierra, el enemigo del indefenso ciudadano catalán que también se siente español. Pero el espectador, convencido de que en ese programa se pregunta sin miramientos ni condescendencia, pudo sacar la conclusión de que si un político accede a esa entrevista es porque tiene lo que hay que tener. Para Mas, ir a La Noria es como cuando Pujol se paseaba por el cinturón de Barcelona, convenientemente ablandado por el inefable Antoni Comas. Una forma de entrar en un territorio donde el “dret de decidir” suena a chino. Visto lo necesitados que están de audiencia los políticos, habrá colas para subirse a La noria. Y que tiemble Belén Esteban…

16 Septiembre 2010

Telebasura eres tú

Salvador Sostres

Leer

Las primeras críticas por acudir a La Noria se las llevó el candidato a candidato socialista Tomás Gómez. Le acusaron de telebasurero y la entrevista que luego le practicaron fue correctísima, nada tendenciosa, y hay que agradecerle a un programa como La Noria que abra sus puertas a políticos e intelectuales que no tienen ningún otro modo de llegar a según qué tipo de público. La última polémica se generó por la visita del líder de CiU, Artur Mas, al programa de Jordi González. Mas tuvo que asistir al grotesco espectáculo de ser despreciado por una comisaria política como la directora de TV3, Mònica Terribas, puesta a dedo por el gobierno de la Generalitat por mucho que tal nombramiento se pretenda disimular con organismos intermedios que se llaman independientes a ellos mismos y no son más que chachas del poder de turno.

Siempre habla el que más tendría que callar. La que más tendría que callar, en este caso. Terribas, que ha convertido TV3 en un panfleto del tripartito, en bochornosa propaganda socialista. Se evitan noticias perjudiciales para los intereses del PSC y otras se camuflan. Ayer, sin ir más lejos, durante el informativo del mediodía, llegaron a bajar el volumen de un vídeo para que no se oyera la monumental pitada con que Montilla fue recibido y despedido en la inauguración del curso universitario. Las entrevistas que Artur Mas ha tenido que aguantar de esta mujer han sido siempre partidistas, cargadas de una mala leche sin ningún tipo de justificación, y de muchos y muy fallidos intentos de ponerle en evidencia.

¿Qué es telebasura? Me dices mientras conviertes en cloaca una televisión pública. ¿Y tú me lo preguntas? Telebasura eres tú. Telebasura es hacer propaganda encubierta de un partido político con el dinero de todos, y esto vale para TV3 y vale para las demás televisiones y radios públicas que caigan en estas prácticas. Telebasura es hacer una televisión de baja calidad, de muy baja calidad, como sin duda sucede en TV3, con su propaganda como objetivo permanente y sus pobres programas de humor tan zafio.

La Noria es un programa de entretenimiento de una televisión privada, que no hace ningún daño a nadie y que en cualquier caso no cuesta ni un céntimo de euro a los ciudadanos. Su oportunidad viene avalada por una audiencia ganadora. El interés de sus entrevistas políticas no es menor del que puedan tener las entrevistas que hacen los periodistas supuestamente serios, que normalmente no son más que unos pedantes y unos engreídos a sueldo de unos intereses muy concretos. Telecinco no es una cadena de televisión peor que aquellas que pretenden darle lecciones siendo un engaño al contribuyente, y que si no llegan a la mentira técnica para evitar ser denunciados, difunden todo tipo de equívocos y de barbaridades para ocultar la verdad o violentarla.

A fin de cuentas, los enredos de cama de una folclórica siempre serán más tiernos y más entrañables que falsificar la información política, encarnizarse con los inocentes y ser cómplice de auténticos patanes por el simple hecho de que te mantienen en un cargo cuyo sueldo pagamos entre todos. Telebasura es ser un miserable y no que Jordi González haga las entrevistas que le dé la gana.