26 diciembre 1992

Lo gobernantes rusos tratan de tranquilizar a occidente ante el cambio de gabinete

Boris Yelstin nombra a Viktor Chernomyrdin nuevo primer ministro de Rusia tras la caída de Gaidar

Hechos

En diciembre de 1992 Viktor Chernomyrdin accedió al cargo de primer ministro de Rusia designado por el Presidente Boris Yelstin.

05 Enero 1993

Nuevo Gobierno ruso

EL PAÍS (Director: Joaquín Estefanía)

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El presidente ruso, Borís Yeltsin, y su nuevo prímer ministro, Víktor Chernomirdin, han cumplido su promesa de conservar a casi todos los titulares del equipo económico de Yegor Gaidar. Con ello se rea firma la decisión de continuar las reformas hacia la economía de mercado. Pero no todo seguirá igual. Como dijo el nuevo jefe del Gobierno, habrá más preocupación por proteger al ciudadano de las consecuencias de la reforma, por disminuir su coste social. Si esto se cumple, quizá se logre evitar la predicción de Gorbachov: «Habrá una explosión social», porque los rusos han sido llevados «al borde de la pobreza».Esta mayor preocupación social no significa marcha atrás, como se deduce del mantenimiento de la mayoría de los miembros del equipo económico de Gaidar. El nuevo estratega de la reforma económica es Borís Fiódorov, de quien no se puede sospechar que tenga nostalgia por las prácticas de la economía centralizada. Fiódorov fue viceministro de Finanzas en 1990 y participó en la elaboración del plan de los 500 días, cuyo principal autor fue el economista liberal Grigori Yavlinski. Últimamente, Fiódorov trabajaba en el Banco Europeo de Reconstrucción y Desarrollo.

Lo más probable es que veamos una reorientación, en el modelo económico a seguir, un abandono de las recetas norteamericanas, para sustituirlas por otras europeas. En resumen, el reemplazo de Milton Friedman por Ludwig Erhard. Si es importante la reafirmación de la vocación reformista del nuevo Gabinete en el plano económico, tanto o más lo es la reafirmación de la vocación occidentalista en la política exterior. Es en este campo donde Occidente y la democracia rusa podrían haber sufrido las mayores pérdidas con el cambio de Gobierno. Andréi Kózirev, arquitecto de la actual política exterior de Rusia, aliada de Europa y de EE UU, era una de las víctimas más probables tras el reciente Congreso de los Diputados.

De haberse acatado la enmienda constitucional aprobada a iniciativa del mismo Yeltsin y con la nueva ley de Gobierno, los ministros de Defensa, Interior, Seguridad y Exteriores deberían haber contado con el beneplácito del Parlamento. Yeltsin, argumentando que la ley de enmiendas a la Constitución y la de Gobierno aún no han entrado en vigor, se negó a presentar a los candidatos de las cuatro carteras a la aprobación del legislativo. Y lo hizo conscientemente, para poder conservar a Kózirev, pues sabía muy bien que éste sería rechazado por los diputados.

Si ello hubiera ocurrido, la política de guerra fría expuesta por Kózirev en su polémico discurso de choque de Estocolmo podría haber comenzado a convertirse en realidad. ¿En qué grado el nuevo Gabinete refleja las ideas de Chernomirdin? No se sabe; sabemos, sí, que es un Gobierno que satisface plenamente a Yeltsin. Y ahora es él -y no Chernomirdin- el, principal responsable del nuevo Gabinete y, por tanto, quien cosechará los aplausos o el rechazo de sus resultados. Las posibilidades de éxito de cualquier Gobierno se ven disminuidas si tiene en contra al Parlamento. ¿Terminará la actual guerra entre estas instituciones? Hay signos alentadores. Yuri Yárov, vicepresidente del legislativo y hombre próximo a Ruslán Jasbulátov, el presidente del Parlamento, es uno de los nuevos viceprimeros ministros.

Si el Parlamento y el Gobierno rusos continúan, pese a: todo, enzarzándose. en disputas y llevando líneas opuestas respecto a las reformas, es muy posible que los hombres del equipo de Gaidar comiencen a dimitir, y con ellos, Kózirev. Entonces nos veríamos ante un nuevo cambio, que esta vez sí podría significar un retorno a las prácticas del pasado.