30 enero 1996

El periodista le espetó al político que su actitud le recordaba 'a su suegro' (en referencia al franquista Utrera) a lo que este replicó que "eso le define a usted"

Bronca monumental en la COPE entre el presidente de Madrid, Alberto Ruiz-Gallardón y el periodista Pablo Sebastián

Hechos

En el programa ‘La Mañana’ de la Cadena COPE del 30.01.1996 se produjo una discusión entre el Presidente de Madrid, D. Alberto Ruiz Gallardón y el periodista D. Pablo Sebastián.

Lecturas

EL CABALLO DE GALLARDÓN

Pablo Sebastián, EL MUNDO, 14-1-1996

El diario gubernamental de Polanco no quiere que IU ni Anguita salgan por televisión y cuando la AEPI pide neutralidad hablan y escriben por boca y plumas de gansos de la Moncloa, que avisan al emperador, citando a los teóricos de la pinza. ¿En qué quedamos? Acaso el Sindicato del Crimen, la AEPI, los DALTON, o como quieran llamar a cierto grupo de apuestos guerreros del periodismo democrático ¿no eran los miembros de una conjura republicana contra el Rey, hace dos veranos? O ¿no es más cierto, según el polanquismo y felipismo, que estuvieron al servicio y en tratos con la gran conspiración de Conde, aquel que bailaba sevillanas con Polanco en la cubierta del yate ‘Alejandra’ o en los salines del Golden Horizont, y que se reunía en secreto con González en la finca que yo me sé? O sea que la AEPI ha pasado de la conjura republicana, a la conspiración judeomasónica y de ahí a ser amigotes del PP (partido monárquico y catolicón) como dice Haro Tecglen, el hermano comilón del alemán Guido Brunner, el de los convolutos.

Y cuando estábamos jugando el paddle con Aznar, la AEPI innombrable en EL PAÍS por orden de Cebrián, es calificada de teóricos de la pinza PP-IU, al servicio del oro de Moscú y de roba novias del Príncipe Azul. Están de los nervios. Se les ve el pánico en los ojos ante la patética imagen de González-Fernandell. Y se les rompe el cántaro de su cuento lechero: González aguanta, gobierna otra vez con Pujol, Aznar se hunde y llega Gallardón montado en un caballo tordo llamado Remondo que le compró por 100 millones al hijo de la duquesa de Alba, que debe de estar tiesa con lo que gasta el duque Jesús Aguirre, la cólera de Dios y necesita un caballito para el niñito. Claro, sí a Sarasola J. R. le compra le compra a Papá el caballo con los convolutos de Medellín, al niño de Cayetana que se lo compre Gallardón.

Eso y que ponga 100 millones de vellón o Pellón, mientras el Hospital Marañón está de bote en bote, las ONG sin un duro, Madrid lleno de chabolas, paro, mendicidad y desolación. Y el tal Gallardón – que le quiere regalar a Polanco para CANAL PLUS la retransmisión de los toros de San Isidro, vía Fefé, Fernández Tapias, el capullo gallardín, el cornicaracolillo que embiste a la muleta de Su Majestad, el pollo-pera que pone TELEMADRID al servicio del PSOE contra el PP y para marginar al alcalde de Madrid, el submarino felipista, comprándole un aballo cojo y follador – como el Sultán de Hormaechea – al hijo de la señora duquesa de Alba, para que vaya a la Olimpiada a hacer el indio, quedar el último y a vacilar.

Aurora Pavón

TERTULIANOS DE ONDA CERO Y LA SER APOYAN A RUIZ GALLARDÓN

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El enfrentamiento entre D. Pablo Sebastián y D. Alberto Ruiz-Gallardón tuvo amplio seguimiento en medios de comunicación, incluyendo en emisoras de la competencia de la COPE como son ONDA CERO y la SER. En el programa ‘Protagonistas’ de D. Luis del Olmo, sus principales figuras salieron en favor del Sr. Gallardón. El Sr. Luis del Olmo calificó al Sr. Gallardón «uno de los políticos más decentes y honestos, que respetaba a la gente por encima del carné» y dio ánimos al político «adelante, no se preocupe».  El tertuliano D. Juan Morano (diputado del PP) acusó a D. Pablo Sebastián de mantener una actitud ‘impresentable’. D. Luis del Olmo consideró que ‘no había derecho’ a que se sacudiera tanto al presidente madrileño, mientras que D. Javier Nart elogió al Sr. Gallardón como un político ‘que gestiona sin criterios partidistas’.

31 Enero 1996

POLÉMICA CON GALLARDÓN

Pablo Sebastián

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Gallardón fue a la tertulia de la COPE a insultarme porque he denunciado y lo seguiré haciendo su impostura en Madrid. El comenzó la discusión y al final, sudoroso y harto de agua, me invitó a almorzar. Si quiere oír insultos de verdad que escuche a sus la SER y lea EL PAÍS.

En el fondo y en la forma del debate electoral español no está solamente en juego la alternancia en el poder, o el relevo del PSOE por el PP. Está en liza un régimen corrupto donde, además de las posibles responsabilidades políticas y penales que tengan sus gobernantes, con González a la cabeza, aparece un poderoso entramado no menos sospechoso de financieros y editores. Un ambicioso grupo que ha sido el cinturón económico y cultural del felipismo, que teme perder sus privilegios y que, ante la posible derrota del PSOE, espera controlar a nivel nacional el desembarco del PP como lo hicieron con éxito en la Comunidad de Madrid.

Por eso el debate electoral pasa raudo de la política al mundo financiero (véanse las críticas a Emilio Botín a manos de los jefes de Filesa, o la manipulación de la posición de la CEOE por los autores de la reforma laboral). Y de ahí, sin perder de vista la gran Banca presente en los canales «privados» de televisión, se llega al ámbito de la comunicación, donde Polanco mantiene una ilegítima posición (PRISA-Eductrade-FAD) y actúa como brazo «armado» del PSOE en lo ideológico, la información y lo cultural.

Así González y sus adláteres (a los que hay que añadir en la periferia a Arzalluz y Pujol, pagados con moneda de soberanía nacional) temen que se acabe el régimen y llegue un cambio sustancial que revise los tiempos pasados y altere el actual reparto del pastel estatal. Y, una vez que ven perdido al PSOE, intentan controlar el PP a ver si González puede salir «con honor» y si le pasan pronto las páginas del GAL, o el libro entero de la corrupción.

Como los empresarios y editores felipistas temen, también, perder las ventajas de sus grandes negocios con el Estado y la hegemonía cultural que les daba tanto poder. Por ello promocionaron las teorías amedrentadoras de la «conjura republicana» y «la conspiración», metiendo incluso en danza la figura del Rey. Y ahora intentan, a la desesperada, con la guerra sucia en la política (general Santamaría), la economía (Botín y Cuevas) y en la información (canales de TV, EL PAÍS y la SER), que González mantenga un cierto resultado electoral, a ver si palian la derrota imparable del PSOE y controlan el desembarco de Aznar.

Lo consiguieron los políticos editores y financieros del PSOE en la Comunidad de Madrid aprovechando la ambición (incluso para sustituir a Aznar al menor desliz) de Ruiz-Gallardón. Con la esperanza de que el relevo madrileño sin pérdida de los privilegios de los felipistas (se ha visto en Telemadrid, Caja Madrid y Sanidad) sirva de modelo para el cambio nacional y le enseñe a Aznar el camino de la sumisión a los poderes fácticos del PSOE.

Han usado como conejo de Indias a Gallardón. Pero su falsa moderación y el claro entreguismo en Madrid a los fácticos del PSOE (amén de sus apoyos a Barrionuevo y Pujol) fue demasiado burdo y descubierto por las bases y cúpula del PP. Y denunciado por la Prensa libre e independiente a la que el presidente de la Comunidad, de manera calumniosa, acusa de ambicionar el control de «Telemadrid», donde colocó a las «gentes» de Polanco y del PSOE.

Y esto dice y hace Gallardón sin respetar la dignidad del cargo que ostenta. Con el mismo descaro que utilizó en la radio, para tapar su «traición» y connivencia con el PSOE, a su suegro Utrera Molina, convirtiéndolo en su escudo personal, buscando el escándalo y haciéndose la víctima de un falso insulto familiar, porque en unas crónicas satíricas se le llamó, con mejor o peor acierto, «Utrerito de Nerja», para subrayar sus maneras fascistas o «corcueristas», vista su agresión y el despilfarro del caballo de la duquesa.

Gallardón fue a la tertulia de la COPE a insultarme porque he denunciado y lo seguiré haciendo su impostura en Madrid, como elogié en su día su proyecto de reforma electoral. El comenzó la discusión y al final, sudoroso y harto de agua, me invitó a almorzar (lleva meses con ese plan) ¡a tan indigno periodista! Y si quiere oír insultos de verdad o leer manipulaciones que escuche a sus «compañeros» de la SER por la mañana o al anochecer y que lea EL PAÍS.

A los verdaderos adversarios de la alternancia y del PP. Al grupo editorial cuyos patrones, Polanco y Cebrián, Gallardón invitó a cenar en su casa -tampoco lo publicó El País-, para propiciar el control de TELEMADRID y facilitar la unanimidad televisiva que arrasa en la campaña electoral contra IU y PP. Ayer se vio con la manipulación de la CEOE. Para allanar, en suma, la jugada del relevo en el poder nacional con fichas marcadas en pos del «cambio sin cambio», como ocurrió en su Comunidad. Para que el régimen quede, al final, más o menos como está. Esa y no otra es la cuestión de fondo que se está librando en la sucia campaña electoral y en el tablero del poder donde González y Polanco utilizan a Gallardón como un peón atolondrado que sueña ser caballo, pero perdedor.

Pablo Sebastián

30 Enero 1996

POLÉMICAS

Jaime Campmany

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En un editorial de EL PAÍS se dice que Pedro Jota Ramírez era defensor del GAL, y mi conertulio y cofrade Pablo Sebastián, en el calor de la polémica con Alberto Ruiz-Gallardón, que se había metido él solito en la jaula de los leones como Ángel Cristo, ha sacado relucir a Utrera Molina, suegro de don Alberto, y le ha llamado ‘fascista’. Aviso a los polemistas: a mí, llámenme ustedes lo que quieran, pero como toquen a mi suegra, llegamos a las manos. O al mandoble.

Jaime Campmany

31 Enero 1996

MEDIOS Y FINES

Eduardo Haro Tecglen

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No diría yo lo que Ruiz Gallardón contra el tremendismo de Pablo Sebastián, que le acusa de ‘traidor’: dice que no tiene derecho a ser considerado de la libertad de prensa. Sí lo tiene, aún siendo tan horrible su pluma, y tan desagradable su temperamento, y ésa es la grandeza del ‘medio’ y como la prensa es una democracia diaria y los votos son los ejemplares pedidos en los quioscos, Pablo Sebastián está muy bajo en el mercado de Madrid, y es insignificante si se cuenta toda España. Eso significa algo.