1 febrero 1996

José Luis Domínguez y su nuevo 'hombre fuerte' Miguel Ángel Jiménez, cambian la línea editorial del periódico para colocarlo más próximo al PSOE

El propietario de DIARIO16, José Luis Domínguez, anuncia la destitucion fulminante del director, José Luis Gutiérrez

Hechos

  • El 1.02.1996 el Consejo de Administración de DIARIO16, presidido por D. José Luis Domínguez, decidió el relevo de D. José Luis Gutiérrez como Director del periódico y el nombramiento de D. Miguel Ángel Jiménez como nuevo Vicepresidente y Consejero Delegado del mismo.

Lecturas

El 1 de febrero de 1996 el Consejo de Administración de Altaya presidido por José Luis Domínguez acordó la destitución de José Luis Gutiérrez Suárez como Director de Diario16. En la misma reunión el Consejo de Administración acuerda dividir el capital de Altaya en tres socios: el propio José Luis Domínguez Morales, José Cadena y Miguel Ángel Jiménez que, como Consejero delegado y Vicepresidente de Altaya asumirá la gestión del periódico. El periódico afronta deudas de 13 millones de pesetas con acreedores públicos y privados, estos últimos son principalmente el Banco Central Hispano y el Banco BBV.

El 15 de febrero de 1996 José Luis Domínguez Morales recupera a la figura de Juan Tomás de Salas Castellano como columnista y ‘Asesor de la Presidencia’ volviendo a figurar su nombre en la macheta del periódico.

titular_GutiCesado02 D. José Luis Gutiérrez se despidió como director de DIARIO16 en un artículo en el que culpaba al Presidente del Gobierno, D. Felipe González, de estar detrás de su cese, y le acusaba de haber cometido una auténtica carnicería contra los periodistas que le criticaban.

titulo_salasMAJdominguez Los nuevos ‘hombres fuertes’ del Grupo16:  D. Miguel Ángel Jiménez (nuevo Consejero Delegado), D. Juan Tomás de Salas (que volvía a tener despacho como fundador) y D. José Luis Domínguez (Presidente).

D. José Luis Domínguez, empresario vinculado en otro tiempo a actividades en el sector de la informática, considerado políticamente progresista y vinculado al Opus Dei, que pretendió pujar por la compra de Galerías Preciados, adquirió el 25 de septiembre de 1995 el periódico DIARIO16 (o más bien le regalaron, puesto que fue por una peseta), el periódico DIARIO16 a D. Jesús De Ramón Laca, el ‘editor’ que había impuesto el Banco Central Hispano de D. José María Amusátegui – principal acreedor de DIARIO16 – tras forzar el abandono de D. Juan Tomás de Salas por no poder hacer frente a las deudas. Ya entonces se especuló con la inminente destitución de D. José Luis Gutiérrez como director, cargo que ocupaba desde 1992. El columnista de DIARIO16, D. Manuel Martín Ferrand, explicó a ‘LA HEMEROTECA’ que él abandonó DIARIO16 por solidaridad con el Sr. Gutiérrez en cuanto llegaron los rumores de que iba a ser despedido, aunque él acabo yéndose antes que la persona con la que se estaba solidarizándose, ya que tardó varios meses en confirmarse la destitución del Sr. Gutiérrez.

El 1 de febrero de 1996 el Consejo de Administración de DIARIO16 presidido por D. José Luis Domínguez decidió el despido de D. José Luis Gutiérrez y el nombramiento de D. Emilio Arrojo como nuevo director del periódico. Así mismo, se nombró al periodista económico D. Miguel Ángel Jiménez consejero delegado de DIARIO16 y también como vicepresidente. Lo que fue interpretado como que el Sr. Jiménez era el nuevo ‘hombre fuerte’ de DIARIO16. En el programa ‘Protagonistas’ de ONDA CERO, en el que colaboraba hasta ese momento el Sr. Jiménez, D. Luis del Olmo le presentó como el nuevo ‘hombre fuerte’ sin que este negara tal adjetivo, por lo que parece acertado. Tanto el Sr. Domínguez como el Sr. Jiménez habían adquirido el 66% de las acciones de la sociedad Altaya, que era la nueva sociedad propietaria de la editora de DIARIO16, periódico que en aquel momento se encontraba en suspensión de pagos.

EL REGRESO DE JUAN TOMÁS DE SALAS

El nuevo DIARIO16 decidió, a partir de febrero de 1996 adoptar una línea editorial un poco más próxima al PSOE y más hostil hacia el PP. Es decir, justo lo contrario a lo que había ocurrido durante el mandato de D. José Luis Gutiérrez. En este contexto DIARIO16 recuperó a su fundador, D. Juan Tomás de Salas, para que fuera columnista. Curiosamente, tras el verano de 1996, el Sr. Domínguez optaría por nombrar al Sr. Salas director del periódico del que era fundador para que intentara salvarlo del a inminente quiebra.

ABC Y EL MUNDO SALEN EN APOYO DE GUTIÉRREZ

Los directores de los diarios ABC, D. Luis María Anson, y EL MUNDO, D. Pedro J. Ramírez, publicaron editoriales de apoyo al Sr. Gutiérrez. Pero la cosa no quedó así. Según estaban a punto de denunciar en ONDA CERO tanto D. Miguel Ángel Jiménez, como Dña. Pilar Cernuda (columnista de DIARIO16), los Sres. Anson y Ramírez con el apoyo del portavoz de la asociación AEPI (el llamado ‘Sindicato del Crímen’), D. Pablo Sebastián habían presionado al Sr. Domínguez para que no largara a D. José Luis Gutiérrez, aunque sin ningún éxito.

03 Febrero 1996

VEINTE AÑOS, MISIÓN CUMPLIDA

José Luis Gutiérrez

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No hay un solo país democrático donde un dirigente político haya organizado una carnicería semejante en los medios de comunicación como el perpetrado por González en España durante estos últimos trece años. El mundo mediático está plagado de cadáveres de profesionales que no han hecho otra cosa que opinar críticamente sobre los gobiernos, desgobiernos y desmanes de González.

Creo que fue en 1978. En un viaje a medio camino entre el trabajo y el placer, en el que Felipe González, a la sazón flamante líder de la oposición y secretario general del PSOE, visitaba Panamá. Allí sesteaba en su hamaca nicaragüense, como un oscuro y adormecido lagarto, el simpático dictador panameño general Omar Torrijos, ya desaparecido, siempre protegido por su hombre de confianza, el entonces coronel Noriega, alias ‘Cara de piña’ – motejado así por una desorbitada viruela juvenil que dejó su rostro como un paisaje lunar – un militar inquietante sobradamente expeditivo, que devino más tarde en narcotraficante de altos vuelos.

Torrijos encandiló en seguida al juvenil y despistado González, con su facundia tropical y sus ademanes, y el líder socialista pronto se convirtió en defensor entusiasta del dictador panameño, desdeñado tal condición y subordinándola a su silueta del líder progresista.

Recuerdo que, con cierta cautela y con muy escaso éxito, le comenté a González que Omar era, en realidad, una versión amable e incruenta – los panameños son, ciertamente, gente pacífica, que promovían frecuentes y triviales golpes de Estado sin disparar un solo tiro – de los sangrientos espadones latinoamericanos.

Había un aspecto que maravillaba especialmente a González de la compleja personalidad de Torrijos, que no era otro que su rara habilidad para la propaganda, la imagen y la manipulación y el control de los medios de comunicación. En realidad, Panamá, contaba entonces con apenas dos o tres grandes periódicos – todos en manos de personas fieles a Torrijos – y la televisión era de una docilidad lanar a los dictados del general.

Fui testigo presencial de cómo llegaba a telefonear, a través de su secretaria particular – la famosa ‘Lupita’ – a los servicios informativos televisivos para corregir algún pequeño error sobre los horarios de retransmisión de los combates del legendario púgil panameño Roberto ‘Mano de piedra’ Durán.

González – entonces un inexperto y atolondrado abogado laboralista sevillano recién aterrizado en Madrid – abrazó con entusiasmo aquel bananero simulacro de libertad de Prensa. ‘Hay varios periódicos, que dicen lo que quieren, y pluralidad de emisoras, me dijo.

Después vendría, ya en España, el azucarado e ingenuo enamoramiento de la Prensa con González, aquel boy next door que llegó a creerse su propio sainete hasta extremos cercanos al diván del psicoanalista. Y, desde entonces hasta hoy, González no ha variado un ápice en su concepción de lo que deben ser los medios informativos: un remedo del tinglado panameño de Omar Torrijos, o del PRI mexicano, plasmación, en clave informativa, de la famosa doctrina Noriega ‘plata al amigo, palo al tibio y plomo al enemigo’ dejando al personal y teocéntrico arbitrio del líder carismático el alojamiento de cada uno en cualquiera de las tres categorías.

Carnicería

El resultado es tan disparatado y democrático diseño está a la vista: no hay un solo país democrático donde un dirigente político haya organizado una carnicería semejante en los medios de comunicación – llegando en algunos casos a movimientos cercanos al pillaje o a la simple y pura sustracción – como el perpetrado por González en España durante estos últimos trece años.

El mundo mediático está plagado de cadáveres de profesionales que no han hecho otra cosa que opinar críticamente sobre los gobiernos, desgobiernos y desmanes de González y el civilizado y democrático método de solventar las querellas con la Prensa – acudir a los tribunales – González lo ha sustituido por astutos operativos en los que su real gana dispone de los poderosos medios del Estado para conseguir los ilícitos fines de silenciar a las voces críticas. Es la suya la silueta de un francotirador serbobosnio empeñado en una enloquecida, subrepticia y feroz limpieza étnica de todos aquellos incluidos en la lista de su particular libreta del rencor: ya sea Redondo, Camacho, Guerra o cualquier periodista díscolo.

La antología de disparates sobre la Prensa oída a nuestro jefe de Gobierno se parece demasiado a ciertos dicterios centroeuropeos de muy triste memoria. Todo se reduce, en el limitado universo intelectual y mediático de González, a desbaratar cualquier instancia enjuiciadora no controlada e instalar propagandistas en los medios que reproduzcan milimétricamente las consignas previamente elaboradas en las grutas propagandísticas de González.

Así, a Anguita se le equipara a Lenin, Garzón es un resentido, Mónes un semiprevaricador, la derecha se disfraza de centro, los periodistas son gusanos goebbelsianos, and so on. La arbitrariedad, el sectarismo de González alcanzan tal paroxismo que hacen pensar en las infamias de un niño despótico, rencoroso y malcriado.

Este viaje a la semilla comunicacional de González es equivalente a lo que supondría acudir a un congreso de lingüistas equipado únicamente con los prehistóricos fonemas de aquellos aborígenes de Borges – ‘el informe de Brodie’ – que sólo sabían contar hasta cuatro: uno, dos, tres, cuatro, muchos…

José Luis Gutiérrez

05 Febrero 1996

USTEDES LO PASEN BIEN

Manuel Martín Ferrand

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El artículo del Sr. Martín Ferrand mandado para ser publicado tiempo antes, no apareció en las páginas del periódico hasta el día 5.

Los años bisiestos tienen, merecidamente, mala fama. Un día más es mucho. Se rompe el ritmo del tiempo y, si me pura, de las ideas.

Este 1996 es, claro, bisiesto. Caben en él, presumiblemente, un montón de catástrofes y disgustos. El mío es grande porque le había cogido cariño a este rincón. DIARIO16 ha sido desde su fundación, una tribuna de libertades, un cañón giratorio dispuesto siempre al bombardeo de la miseria pública y de la maldad privada. Vive ahora una nueva transformación – ojalá sea para bien – que amenaza con prescindir de su director.

Los periodistas viejos somos figuras de reparto. Funcionamos, mejor o peor, vinculados al talante y a los modos de quien peor o mejor, traza el rumbo de la publicación: la inspira, la modela y hasta la zarandea. José Luis Gutiérrez ha sido un gran director de este periódico. Este leonés de bronce y arpillera tiene la fuerza de un ciclón, la fe de un cartujo, la esperanza de un pecador y el garbo de quien se equilibra a mitad de camino entre el dar y el recibir.

Según parece, la vieja empresa editora de DIARIO16 vuelve a cambiar de collar, cosa que está muy bien. Elige un nuevo capitán para la travesía. De ahí que yo haya hecho el petate y desembarque. Me quedo en puerto agitando el pañuelo blanco de las despedidas. Cuando se ha navegado por los siete mares y se conoce el agrio sabor de las tormentas y el dulzor de las bonanzas es imprescindible saber con quién se enrola uno. No conozco, ni me importa, el nombre del sustituto de Gutiérrez. Si la empresa consigue cerrar su cuenta de capital, demasiado tiempo abierta, ésa será su primera responsabilidad. Pero yo quiero desembarcar un rato antes que mi capitán. La pata de palo y el parche en el ojo me hacen difícil descender por la pasarlea y conviene tomarse estas cosas con tiempo, con calma y con prudencia.

Ustedes, lectores, lo pasen bien. Para mí ha sido un gozo a lo largo de treinta meses compartir con ustedes el desayuno. Opinar libremente es un trabajo para privilegiados. Yo lo soy. No le tengo miedo a la vida y, mucho menos, al poder. Carezco de envidia y de vanidad y aun teniendo todos los demás pecados ello me permite mirar siempre al horizonte con el escepticismo debido y la alegría conveniente.

Trabajar junto a José Luis Gutiérrez y el resto de los miembros de su tripulación ha sido un honor. Así que punto. Punto y aparte. Seguramente en este año bisiesto estén soplando malos vientos para la libertad que, conviene recordarlo, es una e indivisible. No se sale sin costo y sin dolor de un régimen tan peculiar y omnicomprensivo como el felipismo. Pero démoslo todo por bien empleado porque mañana, como todos los días, nos traerá un nuevo afán, una tarea distinta encaminada también a señalar a los listos de la oportunidad y a los tontos de la baba.

Nos volvemos a encontrar algún año de estos, en algún otro rincón de algún otro diario. La libertad seguirá siendo una meta. Aquí, en España, nunca pasa nada.

Manuel Martín Ferrand

Días de Papel

José Luis Gutiérrez

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El periódico remonta trabajosamente. “Si nos descuidamos, Laca y Gutiérrez sacan adelante el periódico”, comenta un miembro del Gobierno de entonces a un alto ejecutivo bancario – y las presiones del Ejecutivo logran que el banco acreedor, entonces el BCH, presidido por José María Amusátegui – auténtico propietario del periódico y del Grupo – fuerce a Laca a vender la empresa por una peseta a un tal José Luis Domínguez.

Domínguez, un tres de agosto de 1995, trataba de firmar en su despacho Jesús de Ramón Laca. El día 3 recibo en mi despacho una llamada de un alto directivo del BCH, que, en tono ciertamente duro, conminatorio incluso, me insta para que dé mi autorización y la venta se culmine. Le respondo que yo no soy más que el director del periódico, ni siquiera accionista, no soy nadie por lo tanto para autorizar o denegar aquella operación. No se recataba de asegurar que para sacar adelante el Grupo contaba con el apoyo de ‘sus amigos del Gobierno’, el de Comisiones Obreras, de Jesús de Polanco y el periódico EL PAÍS.

En aquellos días, Jesús Gil, con quien este autor mantenía una cordial y correcta relación, a pesar de las duras críticas que recibía de algunos responsables de la sección de Deportes del Diario, me avisa que Cortés Elvira, Secretario de Estado de Deporte y hombre de Confianza de Gomez Navarro, le ha informado que la operación de Domínguez tiene como único objetivo expulsar al director del periódico, autor de este libro. Y el mismo comentario le hace en varios ocasiones, el propio José Luis Domínguez a Jesús Ramón Laca.

Domínguez, en el contrato de compra venta, se comprometió a aportar 1.500 millones de pesetas para sanear la empresa, compromiso que nunca cumple y que provoca la crisis financiera.

Con estilo característico, Domínguez me expulsa de la dirección, tal como me habían informado, el 31 de enero de 1996 tras más de veinte años de servicios en el Grupo y sin mayores explicaciones, con una carta de apenas diez líneas, con la firma del entonces Consejero Delegado. A partir de entonces, el periódico entra en picado, se suceden los nombramientos de efímeros y pasajeros directores, alguno de ellos apenas unas semanas en el cargo.

Hasta el último día de mi presencia en la dirección no se dejó de cobrar ni una sola nómina. A partir de entonces, la empresa suspende pagos y posteriormente se acoge a la situación de quiebra con continuidad.

02 Febrero 1996

Un gran profesional

ABC (Director: Luis María Anson)

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Singular escritor y excelente periodista, José Luis Gutiérrez ha sabido ganarse un puesto privilegiado en la historia de Periodismo español del último cuarto de siglo. Gutiérrez ha cumplido sobradamente el ideal del director de periódico, ejerciendo una elogiable tarea de contrapoder desde la línea editorial de DIARIO16, rotativo de cuya dirección se encargó desde el año 1992, cuando resulto elegido por unanimidad, y posteriormente como director de publicaciones del Grupo16. Apostó por la investigación y la información de calidad y rigurosa, trabajó con denuedo en la defensa de principios periodísticos fundamentales como la neutralidad y la transparencia, y desde el principio de su carrera profesional, hace ya más de veinticinco años, se ha mantenido en constante pugna con las carantoñas del poder. José Luis Gutiérrez merece el reconocimiento de un gran profesional, título que ha conquistado día a día con el simple ejercicio de su profesión.

02 Febrero 1996

Inaudita destitución a un mes de las elecciones

EL MUNDO (Director: Pedro J. Ramírez)

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La destitución de José Luis Gutiérrez como director de Diario 16 a sólo un mes de las elecciones es ya de por sí extraña. Pero resulta inaudita si tenemos en cuenta que implica poco menos que la ruptura del periódico con el BCH, institución financiera que tanto le había ayudado en los últimos meses. Amusátegui trató ayer en vano de impedir la caída de Gutiérrez y al no conseguirlo advirtió a los nuevos «propietarios» que no sigan contando con él. ¿Con qué apoyos cuentan José Luis Domínguez y Miguel Angel Jiménez para permitirse el lujo de dar la espalda así al principal acreedor privado en plena suspensión de pagos? Quienes anhelan que el periódico mantenga la trayectoria crítica e independiente a la que Gutiérrez ha sido brillantemente fiel, se temen lo peor.

El Análisis

GUTI, LA ÚLTIMA VÍCTIMA DEL FELIPISMO

JF Lamata

D. José Luis Gutiérrez fue defenestrado de la dirección de DIARIO16 en febrero de 1996, cuando aún gobernaba D. Felipe González (PSOE), a quien no dudo en culpar en su artículo de despedida de ser el responsable de su cese y de muchos otros periodistas (habla de ‘carnicería’) en los medios. En el programa ‘La Linterna’ de la COPE de D. Luis Herrero, el Sr. Gutiérrez hacía un relato mediante el cual el nuevo propietario de DIARIO16, D. José Luis Domínguez, había ido a ver al ministro de la Presidencia, D. Alfredo Pérez Rubalcaba y este, a condición de darle un crédito ICO habría pedido la cabeza del Sr. Gutiérrez por su línea anti-PSOE.

El Sr. Domínguez confirmó la reunión en cuestión, pero el verdadero problema de DIARIO16 no era el intervencionismo del Gobierno felipista, sino la caída de lectores y la crisis económica que padecía. Eso había motivado el cambio de propietario y, entraba dentro de lo esperable que un nuevo propietario quisiera nombrar a su propio director y no quedarse con el nombrado por el propietario anterior.

J. F. Lamata