2 agosto 2003

Los dos antiguos aliados se acusaron mutuamente de delitos ante las cámaras de TELECINCO

Brutal cruce de acusaciones entre Jesús Gil y Julián Muñoz en el programa ‘Salsa Rosa’ de Boomerang de Santi Acosta en TELECINCO

Hechos

El 2.08.2003 el programa ‘Salsa Rosa’ de Boomerang, emitido por TELECINCO, conectó en directo a la vez con el alcalde de Marbella, D. Julián Muñoz y el ex alcalde D. Jesús Gil y Gil.

Lecturas

 

 

11 Agosto 2003

Salsa Rosa no se corta

Manuel de Luna

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Semana de gloria la que ha vivido Salsa Rosa: todos los medios de comunicación se hicieron eco del vergonzoso intercambio de injurias e insultos con los que Jesús Gil y Julián Muñoz entretuvieron al respetable público de este producto de TELECINCO hace 10 días. Y este sábado se ufanaba el presentador de este circo de las miserias, Santiago Acosta, de lo mucho que se hablaba del show. Y tenía razón: mientras él se inflaba por el éxito, Informa Semanal (TVE) repetía imágenes del infame espectáculo con Acosta de invitado de piedra (Seguro que ni se le pasó por la cabeza cortar esa pelea barriobajera).

¡Qué gran golpe de TELECINCO! ¡Cuánta audiencia, que todo lo justifica, logró! Lástima que no consigan siempre estas escenas. Lo intentaron este sábado con Karina, pero, por mucho quel e hurgaron en las vísceras, la artista, más cándida que las ovejitas de Carmen Sevilla, no dio juego. Tampoco sacaron sangre en el gran combate de la noche, entre Yola Berrocal y Pocholo. No debieron cobrar lo suficiente. En fin, otra vez será. Que no desespere el equipo de Salsa Rosa, y que no se corte, que siga escarbando en la basura, que cuando menos se lo espera saltará la ansiada mierda que justifica sus sueldos.

Manuel de Luna

05 Agosto 2003

Gil o Gil

EL PAÍS (Director: Jesús Ceberio)

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Todas las soluciones a la situación creada en Marbella por 12 años de gilismo son malas, y una de las peores es la moción de censura que han pactado socialistas y andalucistas con un sector disidente del partido fundado por Jesús Gil y Gil. El intercambio de acusaciones en un programa de televisión entre el ex alcalde y su sucesor ahorra recordar los métodos utilizados por ambos para plasmar en beneficio propio el criterio del fundador del GIL de que había que gestionar el Ayuntamiento como si fuera una empresa privada: privada suya.

La Fiscalía de Málaga ha abierto diligencias sobre la actuación de ambos, y es lo mínimo que cabía esperar después de haberse acusado mutuamente ante más de dos millones de espectadores de enriquecerse cobrando comisiones ilegales por licencias de obras, entre otras prácticas delictivas. Esas licencias son el trasfondo de la crisis que ha acabado por dividir al partido que lleva 12 años gobernando en Marbella con mayoría absoluta. Durante gran parte de este periodo, el Ayuntamiento ha hecho caso omiso de las directrices de la Junta de Andalucía, competente para aprobar en última instancia los planes urbanísticos. De las 49.000 viviendas que había en Marbella hace 12 años se ha pasado a las 127.000 actuales, que se convertirían, según el último plan del GIL en 170.000 dentro de nueve años. Según la Junta, miles de esas viviendas son ilegales.

Es evidente que esa situación, que puede provocar la demolición por orden judicial de muchos edificios y el consiguiente pago de indemnizaciones, no podía prolongarse, y el actual alcalde había acabado por reconocerlo mostrando su disposición a acatar la legalidad presentando un nuevo plan respetuoso con las directrices de la Junta. Ello dividió al GIL, ocho de cuyos 15 ediles propusieron a los demás partidos plantear una moción de censura contra el alcalde.

Es lógico el escándalo suscitado por la presencia de los socialistas en esa operación: porque habían concurrido a las elecciones tras la bandera de acabar con la corrupción del GIL, y porque están en plena ofensiva contra el transfuguismo. El argumento de que se trata de evitar el bloqueo creado por la ruptura del GIL y garantizar la gobernabilidad es poco convincente: aparte del compromiso expreso de no pactar con partidos no democráticos, entre los que en su día se incluyó al GIL, ¿no sería más lógico intentar componer una mayoría con el sector que se muestra dispuesto a acatar la legalidad, y no con el otro? La idea del portavoz andalucista de que es el primer acto de la desaparición del GIL suena algo confusa cuando a cambio se hace reaparecer a su inhabilitado fundador, en cuyas oficinas y bajo cuyos auspicios se cocinó el pacto. Por todo ello, hay razones para que los tres socialistas y los tres andalucistas que aún no han rectificado lo hagan cuanto antes.

05 Agosto 2003

Gil y Muñoz

Eduardo Haro Tecglen

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¡Vaya par! Su dueto en televisión fue extraordinario. Todavía los supera la escuela del PP, que los educó (¡la derecha!): la que ese partido empleaba en la oposición y ha vuelto a sacar cuando ha olido peligro. Ahora me dicen que apoya al Gil frente al Muñoz, y dos o tres tránsfugas socialistas también; siempre el PP tiene algún tránsfuga. Es en Marbella y dice una compañera que tiene menos importancia que lo de Madrid porque allí «ya se sabe». No siempre: viví en una Marbella divertida y sonriente; monté allí un periódico (mal) y se fue al cuerno. Como era en el tardofranquismo, la corrupción era oficial: los trozos de costa de los ministros, la voz de la Iglesia, Carmencita y Cristóbal -se les llamaba así, y se les trataba de tú- en el bar Cero de mi querido Pepito Carleton. Murió Franco, quedó el reducto (y su estatua, y su placa de miles gloriosus): y la mezcla del franquismo con la neodemocracia da corrupción, grosería, riquezas sin apoyo mental (el moral, ya se sabe que no) y gentes como Gil y Muñoz. Grandes nacionales: el Gil debe ser de una inocencia maravillosa porque con mil procesos está en la calle y con dinero, el Muñoz que sale mucho en los periódicos porque su amante -«compañera sentimental», qué burlona frase moderna- es una cupletera de tronío con abolengo en las revistas y en las pantallas. Bien, está bien, vale. Pero que no me digan después, como se repite tanto, lo de la «telebasura»: es mejor que la realidad. El país se ha emporcado: no va a tener una televisión por lo finolis. Es, como decía Stendhal de la novela, «un espejo que se pasea a lo largo del camino». ¡Camino de Sierra Morena! Tiene más calidad cualquier telenovela que la Asamblea de Madrid. ¡Puerto de Arrebatacapas! En otro agosto, pero con el Congreso reunido, una de sus señorías preguntó a la presidencia si podían quitarse las chaquetas. «Sí», respondió el presidente, «pero no unos a otros». Víctor Márquez, cronista insigne, sabrá quién presidía. Un día Aznar pronunció la socorrida palabra «telebasura», y es uno de sus creadores: tanto por sus pantallas como por la creación de la vida que se refleja en ellas.

Temo que era el principio de una campaña. Y que se inicie una gran censura: la harán los emporcados oficiales de limpieza. Como siempre. Borrarán las palabras dignas, las gentes buenas, los cuerpos bellos. («He dignificado el periodismo», decía Franco…).

11 Agosto 2003

Desnudo

Manuel Vázquez Montalbán

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A pesar de que el calor está desnudando a toda España, ningún desnudo como el de Jesús Gil y Gil, asomado al balcón de la Audiencia Provincial de Málaga, abanicándose el sudado torso, acto de desprecio a la justicia democrática y a la vez melancólico, porque finalmente don Jesús comprende que su cuerpo se ha convertido en carnaza para enemigos rapaces. Su enemigo principal es el ex camarada y alcalde de Marbella, Julián Muñoz, vestidísimo, con corbata y además con camisa, sonriente como sólo puede sonreír un hombre enamorado. Don Julián va de amores con Isabel Pantoja y por el amor de una mujer está dispuesto a vencer o morir, como el barítono de Luisa Fernanda: «Por el amor de la mujer que adoro/ si hay que morir, sabré morir».

Días atrás, en un debate televisivo, Muñoz y Gil se llamaron ladrón mutuamente y concretaron en pesetas los botines obtenidos, hasta el punto de que el señor fiscal se basó en esas confesiones para encausarlos. Semidesnudo Gil y Gil, vestidísimo Muñoz, llegaron ante la justicia en estado de amnesia y no recordaban las acusaciones intercambiadas o las atribuyeron al calor de la polémica y al del verano. Si Gil y Gil empezó su carrera en la página de sucesos tras el desastre de Los Ángeles de San Rafael, continuó como divertido guest star de cadenas de radio y televisión, y ahora ha ingresado en las páginas y espacios dedicados a esa mezcla de corazón e intestinos de moda en todos los medios. A pesar de que hay sospechas de estafas, cohechos y prevaricaciones, lo que interesa de esta historia es que Gil es un ángel caído y semidesnudo que acabará sus días sin ni siquiera presidir el Atlético de Madrid y, en cambio, Julián Muñoz tiene partido propio y va a todas partes con una Isabel Pantoja que, incluso desmaquillada, le canta con los ojos Es mi hombre con el entusiasmo con el que Mistinguette le cantaba a Chevalier.

Juguete roto para medios que ahora le recuerdan delincuencias y en el pasado le reían zafiedades, el autonecrofílico desnudo de Gil tiene un lugar en los desplegables que Interviú dedica a las mejores carnes de la restauración democrática o despelotado en el centro de cualquier estadio, en el saque a la vez final de la II e inaugural de la III Transición.

El Análisis

ÉXITO ROTUNDO DE 'SALSA ROSA'

JF Lamata

La moción de censura en el ayuntamiento de Marbella era la principal noticia del verano, junto al Tamayazo. ¿Qué más se podría pedir que conseguir un ‘cara a cara’ en directo entre el alcalde que era objeto de la moción de censura, D. Julián Muñoz, y el anterior alcalde al que se consideraba ‘cerebro’ de la citada moción? Más aún si encima los dos enemigos eran antiguos amigos, todos los componentes de la historia estaban. Éxito rotundo para TELECINCO y para ‘Salsa Rosa’, que hizo el programa más famoso de su historia.

J. F. Lamata