9 enero 1985
Es el tercer director de informativos de TVE en la primera legislatura socialista, a pesar de tener mayoría absoluta
Calviño nombra a Enric Sopena nuevo director de Informativos de TVE en sustitución de Enrique Vázquez
Hechos
El 9 de enero de 1985 la Dirección General de RTVE, D. José María Calviño, decidió nombrar a D. Enric Sopena como nuevo director de informativos de TVE, reemplazando a D. Enrique Vázquez.
Lecturas
El mandato de D. Enrique Vázquez, que había reemplazado al frente de los Servicios Informativos a D. José Luis Balbín, terminó también de un día para otro en enero de 1985. Tras serios incidentes en TVE, en especial por el cese de los presentadores D. Luis Mariñas y D. Joaquín Arozamena, para poner un poco de órden, el Sr. Calviño (según aseguró EL PAÍS por indicaciones de la ejecutiva del PSOE en el congreso que los socialistas habían celebrado por esas fechas), decidió en enero de 1985 echar a don Enrique Vázquez y poner en su lugar a don Enric Sopena
La etapa del Sr. Sopena al frente de Informativos de TVE fue, probablemente la más comentada desde la oposición, tanto la política (la Coalición Popular de D. Manuel Fraga) como por los medios de comunicación de la oposición (principalmente el ABC de D. Luis María Anson y DIARIO16 de D. Pedro J. Ramírez).
Consultado por LA HEMEROTECA DEL BUITRE, el Sr. Sopena analizaba así su etapa: “Mi llegada a Informativos en 1985, fue la oportunidad de renovar, hicimos periodismo y quisimos mostrar una visión desde la izquierda y no sólo desde la derecha” me explicó. En aquella etapa los informativos se echaron no pocos enemigos, uno de los ejemplos que me comentó el Sr. Sopena fue el del padre del que ya por entonces aparecía como prestigioso empresario, don Javier de la Rosa. “El padre de Javier de la Rosa, que era delegado del Gobierno, tuvo que salir por un escándalo. La prensa tuvo entonces un comportamiento muy favorable. Los únicos que no lo hicimos fueron EL PAÍS y TVE. Aquel señor tuvo que salir corriendo de España cuando se descubrieron todos los desfalcos.”
CAMPO VIDAL EN EL PERIÓDICO DE CATALUNYA: «EN TORRESPAÑA RECOMIENDAN SABER CATALÁN»
La llegada de D. Enric Sopena a TVE causó un artículo de D. Manuel Campo Vidal, también periodista de TVE, en EL PERIÓDICO de Catalunya en el se felicitaba por la presencia de muchos catalanes en TVE, como eran él mismo, el Sr. Sopena, Dña. Concha García Campoy, D. Luis Carandell, D. Ramón Colom, Dña. Rosa María Calaf o D. Carlos Herrera (nacido en Andalucía, pero formado en Catalunya) y que hablaban catalán sin el menor problema
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«TRAS SER DESENMASCARADO, CESO»
10 Enero 1985
La última víctima: Calviño destituye a Enrique Váquez y nombra a Enric Sopena como director de Informativos de TVE
Enrique Vázquez, director de los Servicios Informativos de Televisión Española, fue destituido ayer del cargo, a los dos días de haberse emprendido lo que se denomina «nueva etapa» de los telediarios. La decisión, mantenida con sigilo y que ha causado sorpresa en el medio, fue comunicada ayer al Consejo de RTVE por el director general, José María Calviño, mientras Vázquez informaba de ello en Torrespaña a los recién nombrados jefes de Redacción y jefes de área.
Calviño dijo al consejo como explicación del relevo que Vázquez «ya había cumplido su tarea» y que ésta era «la última oportunidad para que funcionen los Informativos», de acuerdo con la referencia oficial que dio el presidente del Consejo, el socialista catalán Eugeni Giralt. Vázquez fue el segundo director de Informativos de la época actual de TVE. El anterior, José Luis Balbín, fue destituido en septiembre de 1983.El nuevo director de Informativos, Enric Sopena, manifestó a Radio El País que la primera noticia de su eventual nombramiento la recibió el pasado martes por este periódico. Giralt, por el contrario, aseguró ayer que tanto Sopena como Vázquez conocían, «desde hace varias semanas», los términos del relevo. Giralt añadió que «Vázquez ha hecho una labor muy desagradecida y que debemos agradecer porque acepté ser la última víctima de la operación».
Vázquez ocupará el cargo de director de Relaciones Internacionales, del que hasta ahora era titular el periodista Tristán La Rosa. Éste ha sido nombrado delegado territorial de RTVE en Barcelona.
La destitución de Enrique Vázquez y el nombramiento de Sopena han cogido por sorpresa a todo el aparato directivo de RTVE y al consejo de administración, según manifiestan distintos altos cargos. Ramón Criado, director de TVE, señaló ayer aeste periódico que el cambio «fue cuestión de horas» y que en la mañana de ayer se lo confirmó directamente a Sopena. El nuevo director de Informativos manifestó por su parte que la propuesta de nombramiento la recibió directamente de Calviño en la noche del pasado martes.
También ignoraban el cambio los altos cargos de Informativos, los dos subdirectores (Ramón Colom y Alfonso Cortés-Cavanillas) y los jefes de redacción, así como algunos consejeros de administración, tanto socialistas como del Grupo Popular, que fueron consultados estos últimos días por redactores de este periódico. La consejera socialista Elena Vázquez afirmó que se trata de «un buen cambio. Entra un buen equipo de profesionales que tiene que recuperar el tiempo perdido. El relevo tenía que haberse producido mucho antes». Giralt compartió este criterio.
Directivos y profesionales de RTVE consideraban muy poco probable el relevo de Vázquez en las actuales circunstancias de Televisión Española, es decir, apenas iniciada la reestructuración de los Informativos, en particular de los nuevos telediarios que se estrenaron el lunes, máxime si se tiene en Cuenta que-las gestiones para incorporar a los periodistas de fuera de la casa fueron llevadas directa y principalmente por Vázquez y Calviño.
Estas fuentes de RTVE califican de «muy extraño» el procedimiento empleado por Calviño para destituir a Vázquez y nombrar a su sucesor cuando ya estaban designados y contratados los mandos y jefaturas, y que es una actitud empresarialmente atípica. Un jefe de Informativos comentó que se corrió un riesgo temerario de que el nuevo director no fuera aceptado por los profesionales recién nombrados; añadió que afortunadamente no ha sido así.
Fuentes socialistas aseguran que la destitución de Vázquez y la candidatura de Sopena se mencionaron en el Palacio de Congresos y Exposiciones de Madrid durante la celebración del 302 Congreso del PSOE, a mediados del pasado mes de diciembre, por boca de algunas personas del entorno de la Moncloa.
El nuevo jefe de redacción de TVE, José Luis Martínez, elogió el trabajo de Vázquez y dijo que no considera importante el hecho de que desconocieran el relevo porque no supone una ruptura en la reestructuración, sino que refuerza la imagen de prestigio que se quiere dar al cambio.
Ramón Colom, subdirector de Informativos, explicó ayer al equipo de los telediarios que Sopena estuvo permanentemente informado de los pasos que se estaban dando en la reestructuración de Informativos, extremo que ratifica el propio Sopena.
Ramón Criado manifestó que se «está haciendo la reforma más ambiciosa en Informativos, tanto en la calidad como en la cantidad de nombres. Vázquez ya ha cumplido su tarea en esta reestructuración».
La última víctima
Dos frases pronunciadas ayer ante los periodistas por Eugeni Giralt, socialista catalán y presidente del Consejo de Administración de RTVE durante este mes, proporcionan claves suficientes para entender la razón de este enésimo cambio que efectúa Calviño en TVE.»Esta es la última oportunidad de que los informativos funcionen», sentencia que Giralt adjudica textualmente a Calviño. El director general parece que finalmente es consciente de que los informativos no funcionan. La severa crítica que Calviño hizo a distintos aspectos de la gestión de TVE en presencia de su director, Ramón Criado, ante el pleno del Comité de Dirección de RTVE en la mañana del martes pasado amplía esta toma de conciencia a toda la sociedad televisiva. Son llamadas de atención que Calviño, cuyo nombramiento y destitución dependen exclusivamente del Gobierno, reitera a menudo cuando sus superiores le ponen el dedo en la llaga. La última y más dolorosa ocasión tuvo lugar en julio del pasado año, cuando un miembro del Gobierno habló con Pilar Miró de cara a un eventual relevo del propio Calviño.
En dos años, Calviño ha tenido dos directores de TVE, tres directores de Informativos, dos directores de la segunda cadena, dos directores técnicos, etcétera, y numerosas fugas de profesionales.
La segunda frase de Giralt es algo más que un deber protocolario: el periodista Vázquez ha sido «la última víctima de la operación». Giralt y todos los socialistas del consejo saben que ellos y otros dirigentes del PSOE vienen pidiendo este relevo casi desde el momento en que Vázquez tomó posesión, a finales de septiembre de 1983.
Los periodistas de TVE saben que están y seguirán sujetos a un fuerte marcaje político de los distintos grupos. Sopena, recién llegado a Torrespaña, se encuentra ya con esta salutación del consejero Pere Artigas, de Minoría Catalana, pronunciada ayer ante los periodistas: «Poco tengo que decir respecto al nombramiento de Enric Sopena. Encuentro lógico que le hayan ascendido o premiado, habida cuenta del trabajo que les ha realizado en Cataluña, y no digo más».
Vázquez ingresó en TVE, de la mano de José Luis Balbín, en 1981, con el ex director general Fernando Castedo, y como subdirector del área de programas especiales que dirigía el presentador de La clave. Fue en todo momento el brazo derecho de Balbín y ambos han corrido suertes paralelas. Regresó a TVE en enero de 1983, también de la mano de Balbín, como su subdirector en Informativos. Por cierto, Vázquez protagonizó una de las más rocambolescas peripecias del primer equipo directivo de Calviño: a pesar de que su nombramiento había sido comunicado ya por Calvíño al consejo, a mediados de diciembre de 1982, Vázquez dimitió antes de tomar posesión, y a los 15 días se arrepentió de su frivolidad, para aceptar de nuevo el cargo en enero de 1983 y sufrir aquel mismo mes, al lado de Balbín, el bochornoso espectáculo de la suspensión de La clave y el misterioso viaje de su amigo a Francfort. Calviño se vio obligado a destituir a Balbín el 21 de septiembre de 1983, decisión que el destituido atribuyó entonces a presiones del PSOE. Calviño nombra entonces a Vázquez como sucesor de Balbín, con todas las graves reservas que le plantean al director general los socialistas de RTVE. Vázquez, que llegó a TVE arropado por un gran prestigio profesional, opta por el silencio absoluto y por cortar las relaciones con la Prensa -ahora, paradójicamente, es nombrado director de las relaciones internacionales de RTVE- y cumple la ingrata misión de desmontar todo el equipo profesional que dejaba Balbín en los telediarios. Vázquez destituye progresivamente a todos los directores de telediarios, y la crisis se agudiza con los ceses de L. Mariñas, a principios de este verano, y de J. Arozamena, en el otoño.
Periodistas de la Prensa y de la radio, con quienes Calviño habló para incorporarles a los informativos, plantearon que el mal funcionamiento de TVE no era responsabilidad única de los mandos intermedios dimitidos o destituidos por Vázquez, quien, no obstante, logró incorporar a periodistas de aquellos medios, para que la historia vuelva a comenzar de nuevo o -ojalá- no se repita, porque Calviño está en el tramo de la última oportunidad.
10 Enero 1985
De la televisión prosoviética a la televisión del PSOE.
ABC ha podido detectar síntomas de desolación en medios cercanos al KGB y a las embajadas soviética y libia por la destitución de Enrique Vázquez como director de los Servicios Informativos de televisión. Para sustituir al señor Vázquez ha sido designado Enrique Sopena, conocido periodista catalán de estricta disciplina al PSOE. La noticia tiene máximo relieve y considerable alcance político. Televisión Española va a oscilar de ser una televisión prosoviética a convertirse en una televisión a ciento por ciento del PSOE:
11 Enero 1985
Descubierto al fin, ceso
Cuando, en mi primera juventud me propuse yo la demolición del orden occidental y cristiano no podía sospechar que llegaría tan alto: director de los Servicios Informativos de Televisión Española, gran patrón de los telediarios, cancerbero de la ortodoxia, emperador de la intoxicación, rey de la mentira. Mis antiguos compañeros de la Komintern – una organización que Stalin disolvió en 1943 por razones prácticas, pero en la que me sindican tenazmente algunos colegas benévolos, aunque yo, por entonces, no había nacido – podían estar satisfechos: la infiltración batía un récord y nos permitiría abordar las mayores empresas, principalmente la descristianización y el abono de las tesis terroristas prosoviéticas.
No contaba yo, empero, con que un diario de Madrid de formato pequeño, clientela reducida e influencia extinguida me descubriría sagazmente. Con fuentes irreprochables que resultaron ser nada menos que conversaciones de sus agudos reporteros con ‘los medios de la KGB en Francia’ (diré entre paréntesis que ellos sí deberían ser sometidos a la discreta vigilancia del contraespionaje a ver qué es eso de que los agentes soviéticos se reúnen con periodista españoles como si nada), el diario me puso rápidamente en evidencia. El mismo día de mi nombramiento como director se largó el siguiente titular a toda página: “Los servicios de inteligencia soviéticos, satisfechos con el nombramiento de Vázquez como jefe de Informativos de TVE”. Francamente, les daré los detalles.
El llorado Andropov – ¡esa sí era mi línea, caray, más presentable y tal! – me llamó por el teléfono de seguridad – el así llamado en la jerga técnica cabeza cola – y me dio las primeras y todavía quiméricas instrucciones, resumidas en éstas: liquidar las tradiciones hispanas, erosionar las instituciones que han hecho la gloria y el prestigio de nuestro país, como la familia, el municipio, el sindicato y las procesiones de Semana Santa. Esto era, desde luego, un programa mínimo. El resto vendría más tarde. Todo debería ser sutil y gradual, tal y como recomendaba Arthur Koestler cuando estaba en París de apparat chik por los años treinta.
Yo, qué quieren ustedes, me puse manos a la obra y comencé a desbordar al Gobierno por la izquierda y a arrinconar el pretendido discurso socialdemócrata vigente. Naturalmente, al haber sido nombrado por José María Calviño yo era un paradigmático hombre de Guerra, aunque todavía espero serle presentado oficialmente. Él desde la Moncloa, ayuda mucho, de todas maneras. Nos corrige el minutado del Telediario si no tiene Consejo de Ministros o comisión delegada y, en cualquier caso, sus fontaneros veían por que la labor de zapa prosiga con denuedo.
Siempre fue respaldado por los jefazos allá arriba. ‘Tú tranquilo’, tal era el cotidiano mensaje de la subversión organizada. “Son los típicos coletazos del imperialismo y la reacción”, se me de´cia. Yo no estaba muy seguro, de todos modos, porque el diario siempre nos descubría y las operaciones encubiertas se hacían cada vez más difíciles. Sólo por eso decidimos, para disimular, mantener los domingos la santa misa – aunque sin que el cura cobre el guión, como en el pasado ocurrió alguna vez, según me dicen – programar la misa del gallo y comprar un buen montón de telefilmes americanos. Igualmente, en un alarde de pragmatismo decidimos cancelar un proyecto de coproducción franco-soviético-español sobre el Quijote para ganar tiempo y evitar especulaciones. Brillante táctico, a fin de cuentas, apliqué sin vacilar la tesis maoísta: dos pasos adelante y uno atrás.
El periódico, sin embargo, no cejaba y su nivel de exactitud mejoraba cada día, sobre todo cuando me llamaron, simultáneamente, baazista y comunista, lo que es un récord de posibilismo, pues el baazismo es un nacionalismo panárabe socializante y radicalmente anticomunista. Servir a dos señores es, de todos modos, lo mejor para andar en estas vicisitudes, tal y como hace el director del pequeño diario, que anda de sionista por el mundo, pero le ha ofrecido un sustancioso paquete de acciones a una embajada árabe. Me hizo el honor, en cambio, de asimilarme, en mi condición de vasallo del Gobierno socialista, a EL PAÍS, descrito a menudo en sus páginas como ‘el diario oficialista’. Todos juntos, colegas, pero no revueltos.
Con todo, lo peor para la conspiración fue la desaparición de Andropov, porque, sinceramente, nunca he conseguido entenderme muy bien con Cherneno y no he tenido tiempo de familiarizarme con Mijail Gorbachov, heredero presunto y reciente cautivador de la muy severa señora Thatcher. Un cierto encanto se rompió aquel día, cuando yo ordené, y así lo escribió impávido el periódico, que los presentadores ostentaran negras corbatas de luto. Descubierto ya irremediablemente por cromáticas razones, el señor Calviño no ha tenido más remedio que cesarme. Sólo que ha sido a petición propio, después de hacer moderadas pero – espero – útiles reformas y para ocuparme de la Dirección de Relaciones Internacionales de RTVE. Es decir, para seguir en la brecha.
He pasado dos años excelentes, divertidos y gratos. Deseo vivamente seguir siendo el blanco del diario matinal, pero oscuro que nos proporciona cotidiano y gratuito solaz y es objeto de la curiosidad académica, pues es la injuria convertida en género periodístico y eso siempre gusta, la novedad formal.
Por lo demás, pensamos seguir dando guerra (y lo de guerra no es alusión). Después de Chernenko, de Gaddafi, etcétera, otros vendrán y, además, desde la Dirección de Relaciones Internacionales podremos firmar acuerdos de cooperación con la televisión de Laos para visitar Vientian y recibir las adecuadas instrucciones. Todo marcha bien y, por otra parte, el nuevo, el que viene… no quiero decirles nada de Sopena. Ese sí que es un rojo – pero, sobre todo, gran periodista y organizador – él sí que va a dar que hablar. No saben en el periódico lo que les espera.
Enrique Vázquez, ahora director de Relaciones Institucionales
11 Enero 1985
En Torrespaña recomiendan saber catalán antes que inglés
Todo empezó hace varios años cuando Ramón Colom y seguramente otros que le precedieron, hablaban tranquilamente en catalán desde el despacho de Informe Semanal. Se le aceptaba que empleara otra lengua sin problemas. Y cada vez fue menos problemático a medida que su programa se llenaba de catalanes: Rosa María Calaf, Llanas, Gasset, etcétera.
Cuando empezó la época de los telediarios de Balbín, un servidor apicó la misma táctica: al que llamaba en catalán se le contestaba en la misma lengua. Y hubo escasos problemas de aceptación poraque aquello estaba lleno de gallego. El propio Luis Mariñas hablaba en gallego con algunos comunicantes.
Para acabarlo de arreglar desembarcaron las chicas catalanas cuya vida y milagros recogiamos hace no mucho en estas páginas: Núria Gispert – digna de ser gallega porque nunca catalana sintió tanta morriña en Madrid – Silvia Marsó, Carme Elías, etcétera que venían a sumarse o sustituir la presencia de otras periodistas catalanas en TVE: Mireia Sentís, Margarita Riviere, Mercedes Milà, Montserrat Roig y otras.
Pero la semana pasada ya fue la apoteosis: el lunes cambian los telediarios y empiezan a rodar las dificultades de toda la reestructuración unos nuevos equipos. Llega desde Ibiza Concha García Campoy, con la que comparto encantado la presentación de un telediario y me cuenta: «Yo nacía en Terrassa pero mis padres son andaluces. Me gustaría no perder el ibicenco y mejorar mi catalán. ¿Por qué no hablamos en catalán y así hago practicas?
Alguien que nos oyó quedó petrificado. En un aparte me dijo con humor, pero sin esconder su impresión: «En dos años hemos pasado de que se te acpetaba tranquilamente hablando en catalán por teléfono o con las visitas a que haya quien aproveche su estancia en Madrid para perfeccionar esa lengua. Es increible. No me opongo, pero te juro que estoy impresionado de como cambia España».
Esa misma tarde descubrimor con Carlos Herrera, el muchacho que presenta con tanta brillantez el telediario de las 9.30, que ambos hablamos catalán. Nos arrancamos enseguida y varios periodistas de corazón y diversos fotográfos que estaban allí no ocultaron su sorpresa.
Al poco rato entró Lluis Carandell y a la vista de lo que veía y oía preguntó a los jefes si la crónica del Congreso grababa en castellano o en catalán. Alguien despistado sin duda, le dijo al oirnos a todos e nla zona de tolerancia: «Pero Luis, ¿tú también eres catalán?». Carandell le respondió: «Sí, pero no en el sentido texti lde la palabra».
Sopena culmina el desembarco.
Pero días después, con el nombramiento de Enric Sopena para dirigir los servicios informativos llegó la apoteosis.
Desde aquella misma mañana hay gentes con buen humor, sobre todo por la planta cuarta donde está ‘La Tarde’, ‘Informe Semanal’, ‘TeleObjetivo’, ‘La Clave’, etcétera, que saludan así: «Bon día, bon día». Y se despiden con un ‘adeu’ o un ‘adeu-siau’, los que ya van más adelantados.
Con la reestructuración han cambiado también los horarios, y el personal trata de reorganizar su vida. Quien más quien menos, cambia sus clases de inglés y es frecuente este chiste en estos días: «No sé por qué estudias inglés cuando está demostrado que en esta casa el catalán es el idioma del futuro».
Otros bromean diciendo que los catalanohablantes de TVE lamentamos que el relevo de Vázquez por Enric Sopena no se hubiera producido antes para obtener mejores puestos.
Lo mejor de toda esta situación es que todo se produce en medio de un baño de buen humor y sn tensiones apreciables. Al contrario: quien conoce el catalán, aunque sea parcialmente, lo hace saber a los de la zona de tolerancia que va extendiéndose en mancha de aceite por la casa. Hay quien procede de Valencia directa o familiarmente como Asunción Valdés y Elena Martí, quien ha estudiado en Catalunya periodismo como Martínez Soler o José María Siles; quien conoce el catalán porque lo aprende en un curso de francés en Montpellier con catalanes que estaban escuchando a La Trinca, Serrat, Llach o Raimon todo el día como Luis Rivas, o como el propio Calviño, que lo aprendió en la mili y recita a Espriu y a Salvat-Papasseit.
Lo importante, lo emocionante incluso, es ocmprobar la simpatía con que el fenómeno se ha recibido. Con un humor finísimo, un periodista retrataba así la situación cuando se acercó a un grupo de nosotros el otro día para decirnos: «Perdonad. No os importa que hable en casstellano, ¿verdad?». Estalló una carcajada general.
El Análisis
D. Enric Sopena, a lo largo de toda su trayectoria política, nunca ha ocultado su militancia izquierdista, por tanto acusarlo de pro-socialista es una contradicción en sí mismo. No se le puede acusar de algo que nunca negó.
De lo que sí se le acusó es de sesgar los informativos de TVE para favorecer las posiciones de Gobierno y perjudicar a la oposición, ya fue en el referendum de la OTAN o con reportajes contra el líder de la oposición D. Manuel Fraga. Así como con incidentes como el de la aparición de las siglas del partido político del Gobierno, el PSOE durante la emisión de un gol deportivo. Así mismo el mandato del Sr. Sopena se caracterizó por sus malas relaciones con los periódicos ABC y DIARIO16.
El mandato del tandem Calviño-Sopena no duraría mucho, finalizaría en 1986 con la llegada de una nueva Directora General de RTVE, Dña. Pilar Miró.
J. F. Lamata