4 marzo 1968

Se endurece la tensión entre el matutino de PESA y el vespertino de los Sindicatos Verticales

Calvo Hernando (NUEVO DIARIO) demanda a Emilio Romero (PUEBLO) por llamarle ‘mentiroso’

Hechos

El columnista de NUEVO DIARIO, D. Pedro Calvo Hernando presentó una demanda contra el director del diario PUEBLO, D. Emilio Romero, por considerar que le habían injuriado con el artículo ‘Un mentiroso’ (4.3.1968)

Lecturas

En el periódico Nuevo Diario Pedro Calvo Hernando publica un artículo cuestionando la actitud de Emilio Romero Gómez y Jaime Campmany Díez de Revenga como procuradores. Romero Gómez responde con el editorial ‘Un mentiroso’. Calvo Hernando presenta una querella contra Romero Gómez por difamación. Por su parte la Dirección General de la Prensa abre un expediente al director de Nuevo Diario, José Luis Cebrián Boné, por el artículo de Pedro Calvo Hernando.

calvo_hernandoEl periódico NUEVO DIARIO propiedad de la empresa Prensa y Ediciones S. A. (PESA), vinculada al Opus Dei, había nacido con ganas de camorra. Su director, D. José Luis Cebrián Boné, instaló una sección titulada ‘De Domingo a Domingo’ – encargada a D. Pedro Calvo Hernando –  dedicada a comentar jocosamente la actitud del resto del periódicos durante la semana, en una ‘Revista de Prensa‘ que sería al antepasado de los futuros programas de zapping. En seguida uno de los objetivos prioritarios del programa sería el diario PUEBLO y su director, D. Emilio Romero, que había bautizado al periódico NUEVO DIARIO desde su nacimiento como el periódico ‘NADA DENTRO’.

En marzo de 1968 se aprobó por Las Cortes franquistas una ley para regular los secretos oficiales y el Sr. Calvo Hernando comentó en su sección en NUEVO DIARIO lo irónico que suponía que procuradores periodistas como D. Emilio Romero o D. Jaime Campmany la apoyaran. El director de PUEBLO fue tajante en su respuesta al dedicarle un artículo al Sr. Calvo Hernando con el título de ‘Un mentiroso’. El periodista del diario opusdeista respondió presentando una demanda contra el director de PUEBLO.

Expediente bien recibido

El Gobierno también intervino en aquella polémica expedientado al director de NUEVO DIARIO, D. José Luis Cebrián Boné. Un expediente que PESA pareció tomarse bastante bien, hasta el punto de que, desde otros diarios, se insinuara que podía ser eso lo que el nuevo periódico buscaba.

03 Marzo 1968

DE DOMINGO A DOMINGO

Pedro Calvo Hernando

Leer
Calvo Hernando: "Hay motivos para preguntare por qué Emilio Romero ‘no atisba ninguna alarma esencial tal como ha quedado el proyecto’ o por qué ARRIBA sigue creyendo que la ley de Secretos Oficiales es necesaria, tras oír lo que dice Campmany"

Excepto ARRIBA y Emilio Romero – en el campo de la prensa – y los procuradores vinculados a la administración, ninguna otra voz se ha alzado en defensa del proyecto de Secretos Oficiales. Casi la totalidad de los observadores políticos han reconocido – y aun elogiado – la labor de la ponencia que ha quitado mucho hierro al texto primitivo. Pero no tanto como para hacerlo aceptable – y menos, deseable – ante la opinión pública y el futuro de la libertad de expresión.

Un voto solidario

La Comisión de leyes Fundamentales de las Cortes comenzó el martes las deliberaciones sobre este proyecto de ley. Desde el primer instante se puso en evidencia que no les faltaba razón a quienes habían pronosticado un camino trillado de escollos a los designios de la ponencia, tras la que no es difícil vislumbrar la mano de la Administración. Sólo Lucio del Álamo – presidente de los periodistas españoles – votó en contra del rechazo de las enmiendas a la totalidad que habían presentado Zubiaur, Esperabé y Marrero. Del Álamo ha sido fiel y sagaz intérprete de la opinión de sus colegas de la Prensa. Enhorabuena.

(…)

Involucraciones y vaguedades

Hay motivos para preguntare por qué Emilio Romero ‘no atisba ninguna alarma esencial tal como ha quedado el proyecto’, por lo que se refiere a la Prensa. O por qué ARRIBA sigue creyendo que la ley de Secretos Oficiales es necesaria. Sobre todo si, como ha dicho el propio Campmany a NUEVO DIARIO, ‘en el proyecto se da el contrasentido de involucrar la responsabilidad de los periodistas con la del funcionario’. Y se mantiene – como ha subrayado entre otros, el diario YA – la calificación de todas las infracciones como faltas muy graves a los efectos de la ley de Prensa. ‘La nueva redacción – afirma ‘El Correo Catalán’ – continúa conteniendo excesivas vaguedades que podrían darle una interpretación demasiado amplia.

Ni representativos, ni independientes

Más allá de todo este problema nos encontramos con la verdadera causa: la penuria de representatividad e independencia de que adolecen la mayoría de los procuradores en cuyas manos se encuentra el destino de la ley de Secretos Oficiales. Los mismos tres ‘derrotados’ en la Comisión, ya habían sufrido otra ‘derrota’ previa: la contestación del presidente de las Cortes a la carta que le habían dirigido, a propósito de la proporcionalidad entre los diferentes grupos representativos en el seno de las comisiones. En esencia, el señor Iturmendi viene a demostrar que los procuradores de la familia no han sido postergados en la composición de las comisiones. Pero el problema está en que sólo la quinta parte de la Cámara tiene ese origen representativo, y ni siquiera todos los componentes del mismo – parece que solamente cuarenta – pueden exhibir independencia respecto del Gobierno. Es una minoría que perderá todas las partidas.

Pedro Calvo Hernando

04 Marzo 1968

UN MENTIROSO

Editorial (Director: Emilio Romero)

Leer
PUEBLO: "Salta a la vista la malevolencia, por omisión, del Sr. Calvo Hernando contra Emilio Romero y Jaime Campmany, los procuradores elogiados por este Sr. mantuvieron silencio".

Con pérfida y aviesa intención, Pedro Calvo Hernando escribía ayer en NUEVO DIARIO un comentario kilométricamente distante de la verdad al referirse al proyecto de ley de Secretos Oficiales. ‘Excepto ARRIBA y Emilio Romero – en el campo de la Prensa – y los procuradores vinculados a la Administración, ninguno más viene a decir, ha estado a favor del proyecto de ley. Sólo Lucio del Álamo votó a favor de la enmienda a la totalitad’. Es una interpretación de los hechos guiada por la mala fe. Veamos.

Excepción hecha de Lucio del Álamo, todos los procuradores de la Comisión – bastantes de ellos vinculados a la Prensa y a la información en general – estuvieron de acuerdo, al no votar en contra, con el texto de la Ponencia. Silenciar este hecho es una omisión maligna que atenta a la verdad. Lucio del Álamo, en efecto, votó a favor de la enmienda a la totalidad, pero después de manifestar oralmente, a favor de la Ponencia. Es decir que se produjo una absoluta incongruencia – seguramente justificada – entre las palabras del señor Del Álamo y su voto.

Del malintencionado texto del señor Calvo Hernando salen malparados Emilio Romero y Jaime Campmany, al confundir innoblemente sus intervenciones. Gracias a la decisiva intervención de Emilio Romero y de otros procuradores – intervenciones reconocidas, como no podía ser menos, por la Prensa nacional – en el artículo sustantivo de la ley, el segundo, el texto del proyecto quedó sensiblemente recortado y, por tanto, las áreas de apertura ensanchadas. Más todavía: el señor Romero propuso que sólo quedara como secreto lo que de verdad afectara vitalmente a la seguridad del Estado y a la defensa nacional, proponiendo la supresión de las referencias al orden público y relaciones exteriores.

Luchó dialécticamente todo lo que pudo. Si al final no consiguió todo lo que propugnó, bastante si que logró. Negar esta evidencia es proceder con iniquidad, con delito bien tipificado para una instancia al Tribunal de Ética. Y aún más: a punto estuvo de lograr que el apartado B) del artículo tercero, el referente a ‘reservado’, fuera marginado del proyecto, porque entendía que era un recorte para la libertad hasta tal punto, que algunos de sus más convincentes discrepantes, a la hora de la votación, se pusieron de su parte. Todo el país sabe esto, porque por todo el país fue difundido.

La malevolencia, por omisión, del señor Calvo Hernando salta a la vista. Por otra parte, Jaime Campmany luchó denodadamente por conseguir recortar el texto de la Ponencia manteniendo su enmienda de que los gobernadores civiles no tengan facultades sobre las materias clasificadas, así como otras enmiendas igualmente de apertura y de limitación del secreto.

Finalmente, conviene recordarle al señor Calvo Hernando, tras su deliberada y aviesa amnesia, que el grupo de procuradores tan triunfalmente elogiados por él mantuvieron durante las discusiones de estos puntos capitales un sepulcral silencio.

El Análisis

DEMANDA INÚTIL, PERO VALIENTE

JF Lamata

Causa siempre cierta inquietud que quien demande a un periodista sea otro periodista. Más aún cuando el periodista, como era el caso de D. Pedro Calvo Hernando, tenía como misión analizar (o mamporrear) a los colegas de la pluma, era un tanto irónica que la primera demanda sobre el tema no fuera de otro contra él, sino de él contra otro.

No obstante, no debe negarse cierta valentía de presentar una demanda contra D. Emilio Romero. NUEVO DIARIO era el periódico más joven de Madrid, así como D. Pedro Calvo era un periodista que empezaba, mientras que PUEBLO era un bastión consolidado con un director de larga trayectoria. (A parte que NUEVO DIARIO dependía de la rentabilidad de su empresa, PESA, mientras que el presupuesto de PUEBLO salía de las erario público). Justo es hacerle el reconocimiento a cierta valentía, como también lo es dejar claro lo inútil del procedimiento, pues siendo procurador el Sr. Romero, tenía contaba con inmunidad.

J. F. Lamata