21 septiembre 1999

El ex comunista (ahora anticomunista) acusa a Javier Pradera de métodos estalinistas por borrarle de la foto

Carlos Semprún (LA RAZÓN) carga contra el Grupo PRISA por no citarle en un reportaje sobre la revuelta universitaria de 1956

Hechos

El 21.09.1999 D. Carlos Semprún Maura publicó un artículo en LA RAZÓN sobre el diario EL PAÍS y D. Javier Pradera.

Lecturas

Muere_Javier_Pradera D. Javier Pradera publicó un reportaje en un suplemento de EL PAÍS , «Personajes del Siglo XX», sobre la revuelta universitaria contra la dictadura franquista en 1956 en el que no mencionó entre los participantes a D. Carlos Semprún Maura, lo que desató las iras de este desde el periódico LA RAZÓN, del que era columnista.

21 Septiembre 1999

Memoria y Mentira

Carlos Semprún Maura

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La patología de EL PAÍS se merece un análisis más detallado que estos breves apuntes, me resulta curioso constatar cómo y con que éxito se han unido ex falangistas (Juan Luis Cebrián), ex estalinistas y ex maoístas (en este caso, los matices son circunstanciales, los maoístas fueron estalinistas) y progres del postfranquismo para montar una tan potente máquina ‘mafiosa’.

Me hizo gracia, el otro día, leyendo en el suplemento dominical de EL PAÍS, “Protagonistas del siglo XX”, un artículo de Javier Pradera sobre la ‘primera crisis universitaria’ de 1956, en el que cita a varios nombres, desde Federico Sánchez a Fernando Sánchez Dragó, como protagonistas de dicha crisis sin citarme a mí. Sin embargo yo estaba. Me hizo gracia la similitud con el procedimiento estalinista de la desaparición simbólica de los desaparecidos de verdad, asesinados en la Lubianka y en el Gulag, cuyos nombres y hasta sus fotos se esfumaban definitivamente de las publicaciones comunistas. Me hizo gracia compartir por unos segundos el destino de Trostki, Bujarin, Radek y tantos otros, de manera claro fantasmagórica, porque no me pasó nada y sigo fumando tan tranquilo y además no comparto la admiración de algunos por las figuras de ésas y otras víctimas del estalinismo, que fueron, sin embargo culpables de la victoria del totalitarismo soviético en sus primeros años. Lo que me interesa es el método, lo cual supera mi humilde persona. Aunque la patología de EL PAÍS se merece un análisis más detallado que estos breves apuntes, me resulta curioso constatar cómo y con que éxito se han unido ex falangistas (Juan Luis Cebrián), ex estalinistas y ex maoístas (en este caso, los matices son circunstanciales, los maoístas fueron estalinistas) y progres del postfranquismo para montar una tan potente máquina ‘mafiosa’. ¿Hasta qué punto su pasado profundamente antiliberal, jerarquizado, conspirativo, con anhelos de democracia de camisa azul y correajes, ha influido en su práctica político-periodística?  Porque lo indudable es que funcionan como una mafia, con sus secretos, influencias, listas negras, chantajes y prebendas para los buenos ‘soldados’. Y como la mafia son hábiles y disimulados. Y como son disimulados no se sabe todo sobre el Imperio Polanco, y lo que se sabe no se publica, nadie se atreve. Lo más vistoso, ya lo he dicho en alguna ocasión, fue la estafa del ‘acoso’ de EL PAÍS, cuando se vio claramente – si se quería ver – como se unía la mentira de masas, estilo Kominform, al chantaje estilo Mafia. Recordemos que se hizo creer a mucha gente que estaba en juego la libertad de expresión, cuando se trataba del monopolio de retransmisión del fútbol para tu televisión. Y en cuanto al chantaje, fue evidente, y espero que cualquier día algún famoso lo cuente, aunque me temo que no. Resumiendo, lo hicieron así: “O firmas o ya no publicas en ‘Alfaguara’. ‘Si firmas te irá bien, te damos premios, nuevas colaboraciones, propaganda en Babelia, etcétera’. Como yo no existo, no me propusieron nada, además, las cosas como son tampoco mi firma tiene importancia, pero me sé de varios a quienes, según su grado de celebridad, se les ordenó o se les suplicó , que firmaran. En privado te dicen que fue un chantaje asqueroso, pero sólo en privado.

Durante años EL PAÍS fue el portavoz no del PSOE, sino del felipismo – atacaba a Alfonso Guerra, por ejemplo – También hubo intercambio de intereses, propaganda a cambio de subvenciones, en América Latina, etcétera, pero su apoyo fue esencialmente político y hasta se le apodó ‘Boletín Oficial’ pero desde que el PSOE está en la oposición – esperemos que siga, a ver si cambia – s puede notar un desliz hacia posiciones en las que ‘los intereses de la casa’ priman sobre el resto. Desde luego siguen defendiendo a la socialburocracia y a Felipe González – aunque ahora se permiten alguna reserva, en cuanto a su postura en relación con Pinochet, Kosovo, etcétera, o sea precisamente cuando es menos catastrófico – pero hasta los más críticos hacia el PSOE, como Vázquez Montalbán y Haro Tecglen, se ponen frenéticos cuando se ataca a la ‘casa’. Por ahora. Si el PSOE vuelve a gobernar, es de suponer que la relación de fuerzas cambiará. Otra de las características del equipo de EL PAÍS es que considera el propietario absoluto de la moral pública de la izquierda, de la tradición comunista y, a fin de cuenteas, de lo políticamente correcto. Son ellos y sólo ellos, quienes tienen el derecho a definirlo. Cuando yo escribí que un libro de memorias de Manuel Azcarate no me gustaba, varios de la mafia se me echaron encima, declarando tajantemente que no tenía derecho a decir esas cosas, no porque todos estuvieran en desacuerdo conmigo – lo sé – sino porque el autor era de la ‘casa’ y había recibido un premio controlado por la ‘casa’.

Más grotesco aún: en una ocasión Pradera le negó con soberbia a Julio Anguita, secretario general del PCE entonces, el derecho a hablar de los comunistas perseguidos por Franco. El líder comunista no podía hablar de los comunistas, sólo podían hablar de ellos Pradera y su mafia, porque también son los propietarios exclusivos de esa memoria. Yo, desde luego, con todo el respeto por los difuntos, les regalo gustoso esa herencia, que se la disputen a mordiscos como perros sarnosos, porque la historia del PCE es la más siniestra y criminal de todas las historias de los PC occidentales, pese a las bobadas de Antonio Elorza.

Como saben que la corrupción del PSOE en el poder fue uno de los determinantes de su derrota electoral, con el mismo cinismo que demostraron con lo del ‘acoso’ intentan, junto con el PSOE, montar falsas acusaciones de corrupción contra el PP y el Gobierno. Como no llegan a nada a Javier Pradera se le ha ocurrido una explicación curiosamente bajuninista, sentenciado que ‘el poder siempre corrompe’ cuya conclusión implícita es que más vale corruptos de izquierda que corrupto de derecha. Pero si el poder corrompe, corrompe más o menos y el PP no es, en abosluto, corrupto como fue y sigue siendo el PSOE, porque donde tienen poder – municipal o autonómico – la tradición de los sobres sigue vigente. Pero hay que entender y perdonar los berrinches del consigliere Pradera, toda una vida de intelectual comprometido y no ha sido capaz de escribir un sóli libro. Eso le da ulcera de estómago a cualquiera.

Carlos Semprún Maura.