28 junio 1948

Todos los países comunistas de la Europa del Este rompen con el Gobierno del Belgrado por su decisión de no someterse al Gobierno de la Unión Soviética

Ruptura entre Stalin y Tito: la URSS declara ‘traidor, trotskista y terrorista’ al dictador comunista de Yugoslavia

Hechos

El 28.06.1948 la Kominform anunció que el Partido Comunista de Yugoslavia era expulsado de la misma y se acusaba de ‘trotskysmo y antisovietismo’ a Tito, Kardelj, Djilasy y Rankovich.

Lecturas

Aunque la dictadura que había tomado el poder en Yugoslavia desde el fin de la Segunda Guerra Mundial era una dictadura comunista, en 1948 se produjo la ruptura entre su dictador, Josip Broz ‘Tito’ con el dictador de la Unión Soviética, Stalin. Por lo que Yugoslavia seguiría su propio camino hacia el comunismo sin contar con el Kremlin.

La fundación de manera unilateral de un gobierno provisional comunista yugoslavo por parte de los partisanos comunistas en noviembre de 1943 contó con el rechazo absoluto de Stalin, por lo que ya de comienzo había una desconfianza entre el comunismo yugoslavo y el comunismo ruso aunque oficialmente ambos se presentaban ante los medios de todo el mundo como aliados.

Tito quería que la dictadura comunista en Yugoslavia se estableciera de acuerdo con el modelo Soviético: expropiación de los grandes latifundios mediante una gran reforma agraria y puesta en marcha de la colectivización de la agricultura con creación de cooperativas rurales. Además, el gobierno Tito nacionalizó la industria y introdujo la planificación quinquenal siguiendo el modelo de Stalin en la URSS.

Pero pronto empezaron a aflorar diferencias con Moscú, pues Stalin pretendía ejercer una influencia sobre la política interior de Yugoslavia, eso incluía que Yugoslavia concentrara plenamente la explotación de sus minerales, algo que contaba con el rechazo de Tito que no deseaba ser un ‘satélite’ de la URSS, aunque compartiera su ideología. Stalin consideró la negativa de Tito a someterse a su órbita de influencia como una traición.

A partir de febrero de 1948 las tensiones entre Yugoslavia y la Unión Soviética se agudizaron de forma dramática. Yugoslavia fue expulsada de manera inesperada del Kominform (Oficina de Información de la Internacional Comunista) el 28 de junio de 1948, la ruptura abierta entre los dos países del bloque del Esta se hizo definitiva.

El presidente Tito declaró que el gobierno de Stalin había abandonado el camino del verdadero marxismo y se había adentrado en un sendero equivocado que conducía al capitalismo. Además Tito llegó a declarar que a Stalin nunca le interesó del todo profundizar en el socialismo, sino un gobierno similar al de la Rusia imperialista.

Como Tito no se dejaba doblegar por la exclusión del Kominform, la crisis continuó al alza: en otoño de 1949 los países del bloque del Este denunciaron unilateralemente sus respectivos tratados de asistencia mutua con Yugoslavia, con lo cual sellaban la ruptura definitiva. Moscú expulsó al embajador yugoslavo de la capital soviética; su intención era aislar a Yugoslavia. Sin embargo, el país logró superar el boicot económico de los estados comunistas del Este gracias a la ayuda comercial de los países capitalistas occidentales e incluso Estados Unidos.

La de Tito sería una dictadura comunista excluida del ‘bloque del Este’ y autocalificada como ‘país no alineado’ en la Guerra Fría.


ALBANIA ROMPE CON YUGOSLAVIA

Hoxha_1 El dictador de Albania, Enver Hoxha, vecino y hasta el momento aliado de la Yugoslavia de Tito, ha anunciado la ruptura de toda relación con este país, cumpliendo así la voluntad de Stalin.

29 Junio 1948

La Kominform ha expulsado de su seno al Partido Comunista de Tito

ABC (Director: Ramón Pastor)

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La que nos llega de Yugoslavia es noticia en verdad sorprendente, pues tito contaba como el mejor discípulo de Stalin, o si se quiere, como el más malo de todos los tiranos del bloque soviético, y ahora resulta de repente que no es ni más ni menos que un trotskista, es decir, casi peor que un fascista para el comunismo oficial. Él y su partido han sido expulsados del seno de la Kominform, lo que quiere indicar que el Kremlin dispone ya de otro jefe más idóneo, más en armonía con la doctrina ortodoxa de Moscú, o simplemente más ciegamente sumiso.

En teoría, el trotskista es que el comunista que no estima posible la convivencia entre la Unión Soviética y el mundo capitalista, y que por esta razón se opone a las componendas y predica la revolución permanente, hasta la transformación del mundo entero al comunismo. No creemos, sin embargo, que el reproche que la Kominform formula contra los comunistas sureslavos de base sobre tal desviación de la doctrina: se emplea contra ellos porque sería absurdo e increíble acusarles de fascismo. Por otra parte se ha dicho más de una vez (y ello no parece ‘inverosímil’) que en las filas de los comunistas yugoslavos se han ocultado numerosos elementos ustachis de Pavelich. Ustachis y gentes de Tito lucharon juntos contra el heroico general Mihailovich, y si algo grave le pasa al improvisado mariscal podrá acordarse de la ejecución inicua del representante del Rey Pedro II. Alguien podrá parafrasear la frase que Tallien lanzó a Robespierre en vísperas su caída: “No puedes hablar porque la sangre de Danton te ahoga”.

Hay en las acusaciones rusas una frase curiosa: “Los comunistas yugoslavos han actuado sobre el principio de que los Estados capitalistas representan un peligro menor para la independencia de Yugoslavia que los soviets’. ¿Es que ha habido contacto entre los anglosajones y José Broz, alias Tito? La jugada de éste habría consistido entonces en hacerse asegurar por los occidentales lo que le concedió Moscú, lo mismo que después de haber obtenido amplias concesiones territoriales y políticas del Tercer Reich, José Stalin consiguió que los anglosajones se las reconocieran. De todos modos, la desunión del bloque soviético es el primer éxito diplomático de las potencias occidentales.

23 Julio 1948

Tito, el nuevo Trotski

Ramón Garriga

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Leyendas revolucionarias

Los personajes que juegan los primeros papeles en épocas revolucionarias hacen todo lo posible para mantener en la oscuridad los primeros capítulos de su vida. Generalmente esta reserva es bien justificada: difícil siempre ha sido confesar que se han cometido traiciones o bien se ha actuado al margen de la ley. Los 200 millones de súbditos de Stalin no tienen una idea exacta de lo que ha sido la vida revolucionaria del actual jefe de la URSS. A pesar de la radio y del cine, hay leyendas que no es posible destruir.

El mariscal Tito ocupa hoy un primer puesto en la gran pantalla mundial. Se le considera el enemigo mayor que ha tenido Stalin después de la desaparición de León Trotski. Y hay quien afirma que para Stalin es Tito un adversario más peligroso que Trotski, ya que el yugoslavo tiene a sus órdenes treinta divisiones bien armadas y entrenadas, mientras que el compañero de Lenin fue derrotado porque confió más en la fuerza de sus grandes oratorias que en la fuerza de las armas

En España

Tito, como tantos otros revolucionarios de estos tiempos hizo su aprendizaje militar en España. Con el nombre de Milan Costich, marchó a la Península formando parte de la Brigada balcánica. Al cabo de unos meses fue herido en la batalla de Guadalajara. Al cabo de unos meses fue herido en la batalla de Guadalajara. Restablecido, pasó al Estado Mayor del general soviético Kleber, este personaje que sigue siendo un misterio y que fue durante unos meses el cerebro militar de la España roja. Pero Kleber, que parece ser un antiguo oficial austriaco de ideas comunistas, tenía un carácter complicado y Tito se buscó un puesto más cómodo. De Madrid pasó a Barcelona y pronto se convirtió en un colaborador íntimo de Antonoff Ovsenko, que figuraba como cónsul general de la URSS y que en la historia de la revolución soviética ocupa un lugar señalado como amigo de Lenin y jefe de los comisarios políticos del Ejército rojo.

Un día estuvo a punto Tito de ser fusilado por trotskista: fue cuando Ovsenko y la mayoría de sus colabroadores fueron detenidos por la GPU y enviados a Rusia, donde fueron detenidos por la GPU y enviados a Rusia, donde fueron fusilados como trotskistas, Tito debió su salvación a encontrarse en el norte de España en una misión cerca de los mineros asturianos. Tito estuvo hasta el final de la guerra en España; pasó la frontera francesa junto con los elementos del ejército rojo vencido. Se asegura que el nombre de Milan Cotich figura en los registros de los campos franceses de internados de Argeles-Sur-Mer y Vernet-d`Ariege.