8 julio 1987

Acusan a la periodista entrevistadora de TVE, Prego, de ser 'la portavoz del Gobierno-bis'

Críticas a las entrevistas al Presidente del Gobierno, Felipe González, en TVE, por la periodista Victoria Prego

Hechos

El 8.07.1987 Dña. Victoria Prego entrevistó en TVE al Presidente del Gobierno, D. Felipe González, que fue muy criticada en medios de comunicación como los diarios EL PAÍS, el ABC o la revista TIEMPO.

Lecturas

Uno de los objetivos de Dña. Pilar Miró durante su etapa como Directora General de RTVE fue usar la única cadena de televisión que en ese momento existía en España, para acercar al Presidente del Gobierno, D. Felipe González, a la ciudadanía. El programa creado expresamente para ello fue ‘Ante la Opinión’, una programa que consistía en una serie de entrevistas periódicas de Dña. Victoria Prego al Presidente del Gobierno, D. Felipe González.

Aquellas entrevistas fueron unánimemente criticas por la prensa madrileña, desde el diario ABC hasta EL PAÍS todos cargaron contra las entrevistas y, en particular, contra la entrevistadora, a la que acusaban de hacer ‘entrevistas de cámara’, es decir, tocar únicamente los temas que el Presidente del Gobierno quería que se tocaran. El Sr. González no usaba aquellas entrevistas en TVE para hablar de la oposición, es más, practicamente ni aludía a la oposición, su pose era de estadista que hablaba de los problemas de España y Europa, e impartía clase a toda la ciudadanía en términos moderados.

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09 Julio 1987

LA FORMA Y EL FONDO

Editorial (Director: Juan Luis Cebrián)

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El Gobierno salió en la pequeña pantalla, de la mano del portavoz oficial bis -doña Victoria Prego-, a establecer su prédica. Si el entrevistado hizo gala de su tendencia a comportarse como un profe, su entrevistadora parecía la alumna aventajada.

Hubiera sido algo más que una cortesía -en realidad se trata, de un deber democrático- que un político que hace campaña en unas elecciones, como Felipe González la hizo en las recientes pidiendo el voto para su partido, compareciera después ante el electorado a fin de hacer una valoración de los comicios. No sucedió así y, con la excepción de pequeñas y marginales declaraciones con motivo de sus desplazamientos al extranjero, el presidente del Gobierno prefirió esperar hasta anoche mismo para salir a la pequeña pantalla, de mano del portavoz oficial bis -doña Victoria Prego-, a establecer su prédica.Antes de hacer un análisis del contenido -escaso- de lo que dijo el presidente, merece la pena subrayar la nula credibilidad del método que utilizó. Los medios de comunicación, en una sociedad libre, tienen, entre otras, la misión reconocida del control del poder, y el propio presidente así lo puso de relieve anoche. Pero es el poder político el que controla en exclusiva TVE -y, según ha trascendido, la disposición del partido socialista es a controlarla aún más en el futuro-. Con estas charletas desde su despacho, en las que ni siquiera ha tenido la habilidad de cambiar de interlocutor, el presidente se garantiza la inexistencia de preguntas incómodas, siempre probables en una conferencia de prensa. De modo y manera que a lo que asistimos ayer fue a un acto de propaganda y no a un programa informativo. Lo que no quiere decir que estuviera de antemano desprovisto de interés, sino sólo huérfano de toda transparencia. Los ciudadanos tienen derecho a lamentar este abuso, pero mucho más han de lamentarlo a medio plazo sus protagonistas -en el periodismo y en la política-. Las reglas del juego de la democracia no son algo a inventar, sino que están ahí. La manipulación total es imposible mientras se respete un ámbito de libertad, y acaba volviéndose, por lo mismo, contra los propios manipuladores.

Las formas, por lo demás, no son nunca inocentes respecto a los contenidos. A un sistema tan poco fiable de comunicarse con la opinión sólo podía corresponder una exposición tan poco interesante y esclarecedora como a la que el televidente fue sometido. Las culpas se pueden echar a medias a entrevistadora y a entrevistado, pues, si éste hizo gala de su inveterada tendencia a irse a las generalidades y a comportarse como un profe de una sociedad mejor informada de lo que su intervención hace suponer, aquélla parecía la alumna aventajada. Con lo que nos quedamos todos sin saber qué cosa será esa del ajuste fino, sin duda porque el propio presidente no está seguro tampoco de la definición.

O sea, que para qué vamos a hacer índice de ausencias. Aprendimos mucho de teoría económica y muy poco de lo que se propone hacer el Gobierno. También supimos que el presidente apoya a su ministro de finanzas, y a su ministro de la policía, cosa obvia, toda vez que los mantiene. El análisis de las elecciones fue despachado rápidamente y con aseo. Y al menos en eso Felipe González ofreció un atisbo de autocrítica que merecería ser aprovechado por él mismo. Si quiere hacerlo, y aprender algo de por qué hubo ese descenso electoral de los socialistas, le puede ser más que útil la contemplación del vídeo del programa de ayer.

20 Julio 1987

¿DE QUÉ CRISIS ME HABLA USTED, SEÑORITA?

Julián Lago

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Como la bailarina utiliza el suelo del escenario para elevarse, el presidente González utiliza a Victoria Prego para sobrevolar la realidad.

Como la bailarina utiliza el suelo del escenario para elevarse, el presidente González utiliza a Victoria Prego para sobrevolar la realidad. De tal forma que Felipe González puede luego reducir dicha realidad a la expresión de lo conveniente. ¿Le conviene al presidente González hablar sobre el momento actual del terrorismo? Pues aborda el problema con Victoria Prego en su programa institucional. ¿No le conviene hacerlo? Pues sencillamente sobresuela dicha realidad porque no hay necesidad de recalar en ella.

Todo es así de natural. Pero hay más. ¿Le conviene al presidente de González pasar de puntillas sobre la crisis de Gobierno? Pues lo mismo. No tiene más que serle planteada la pregunta. Entonces Felipe González se sonreirá, al mismo tiempo que negará la mayor: ¿De qué crisis me habla usted, señorita?. Mientras, la señorita quedará encantada sin saber ya qué repreguntar más al señor presidente.

Eso. De qué crisis hablamos. De qué problema terrorisma. Porque ni de una cosa ni de otra Felipe González quiso que la Prego le interrogara el pasado 8 de julio en la pequeña pantalla. Porque de lo que sí quiso el presidente González que se le preguntara Victoria Prego se lo preguntó. POr ejemplo, del famoso pacto social que el Gobierno propugna para los próximos tres años. En realidad, la asi hora de entrevista-ficción estuvo dedicada a la política económica de concertación. No para convencernos a los televidentes. No. Para convencer a Nicolás redondo, Marcelino Camacho y José María Cuevas.

El apremio del presidente González resultó por tanto, una obviedad del medio. Con Felipe González, Mac Luhan ya no existe. En él, el mensaje no es el medio. En él, el mensaje es el propio Felipe González. Ni sus más acérrimos detractores podrán negar en el presidente González tal virtud. Poco importa lo que dice. Poco importa. Incluso cómo lo dice. Lo único que importa ya es que lo diga él.

De ahí la obviedad de su comparecencia televisiva. Ademas, en este casoconcreto donde tiene que producirse la seducción presidencial no es a través de la pequeña pantalla. Es la mesa-camilla de Moncloa, sobre la cual Felipe González se reiterará en si mismo. (…)

Un lenguaje que seh a convertido en monólogo inacabable. Pero no sólo por eso. SObre todo, por la falta de interlocución de su discurso político. Felipe González es un jugador de tenis que está jugando al frontón. En el tenis la pared es inteligente, otro jugador.

Sin embargo, en el frontón la pared es la pared. Con conocer las leyes de la geometría y la física es posible saber dónde retará la pelota exactamenete. Es el tenis. Pero a lo que está jugando Felipe González es al tenis. Se sentirá mucho más cansado porque desde 1982 lleva jugando toda la partida consigo mismo. Lo malo es que en esa partida un único jugador se cansa, pero nunca gana.

El Análisis

¿PARA CUÁNDO UNA ENTREVISTA A MANCHA?

JF Lamata

Si durante la primera legislatura del PSOE, la del Sr. Calviño controlando RTVE (1982-1986) la entrevistadora estrella de TVE fue Dña. Mercedes Milá. Tras la llegada de Dña. Pilar Miró, la entrevistadora estrella de TVE fue Dña. Victoria Prego, acusada de ser una genuina felipista, que sólo hacía preguntas cómodas.

Desde HEMEROTECA DEL BUITRE, tras visionar una de las entrevistas, no llegamos a la conclusión de que fuera una entrevista-pelota. Pero hay un hecho que ni la Sra. Prego ni la Sra. Miró podría negar, y es el hecho que no programaron ningún ‘Ante la Opinión’ con el líder de la oposición, el presidente de Alianza Popular, D. Antonio Hernández Mancha, por lo que el PSOE tenía un trato claramente favorable en comparación a AP.

J. F Lamata