7 julio 1978

Luis Gómez Llorente (PSOE): ""El socialismo no es incompatible con la Monarquía si esta respeta la soberanía y la voluntad del pueblo".

El Congreso ratifica que España sea una Monarquía parlamentaria en los debates constitucionales por pacto UCD-PSOE

Hechos

  • El 11 de mayo de 1978 la Comisión Constitucional del Congreso aprobó el artículo 1 del anteproyecto de Constitución que definía a España como una monarquía parlamentaria.
  • En la sesión del Congreso del 6 de julio de 1978 se ratificó la monarquía parlamentaria como sistema de Gobierno en España en la Constitución por parte del Congreso de los Diputados nacido de las elecciones de 1977.

Lecturas

«España se constituye en un Estado social y democrático de Derecho que propugna como valores superiores de su ordenamiento jurídico la libertad, la justicia, la igualdad y el pluralismo político».

Uno de los debates parlamentarios sobre artículos a la Constitución, el relativo al a fórmula del Estado se debatió el 6 de julio de 1978. Hubo enmiendas de los grupos separatistas, D. Heribert Barrera, por Esquerra Republicana de Catlaunya y Patxi Letamendia por Euzkadiko Ezkerra, pero en ambos casos fueron rechazados por la mayoría encabezada por los grupos de UCD y PSOE, los dos mayoritarios.

El portavoz del PSOE, el marxista D. Luis Gómez Llorente, comenzó su intervención diciendo que, en base al mandato de cambio manifestado por la voluntad popular el 15 de junio, los socialistas asumían la necesidad de replantearse todas las instituciones básicas incluidas la forma política de Gobierno y la figura del Jefe del Estado. Dijo que todo poder sólo es legítimo si es expresión de la libre voluntad popular y añadió que no creían en el origen divino del poder ni en carismas que privilegian por razones de linaje a determinados ciudadanos.

Luego explicó que izquierdistas están apoyando la institución monárquica por razones coyunturales o pactistas, pero aclaró que no son precisamente los socialistas quienes han pasado del insulto y la burla a la Monarquía al elogio y las adhesiones incorporando precipitadamente simbolos y banderas, en un ataque directo del Sr. Gómez Llorente al PCE. «Donde los partidos comunistas gobiernan, las monarquías fueron derribadas violentamente y no precisamente por plebiscitos».

Terminó el Sr. Gómez Llorente explicando que el PSOE estaba dispuesto a ser compatible con la monarquía siempre que respete que la soberanía resida en el pueblo.

Por parte de la UCD intervino D. José Pedro Pérez Llorca que defendió que la Monarquía parlamentaria ofrece más ventajas que inconvenientes a España.

12 Mayo 1978

La Monarquía parlamentaria

EL PAÍS (Director: Juan Luis Cebrián Echarri)

Leer

LA COMISION Constitucional del Congreso ha aprobado por mayoría el parágrafo tercero del artículo 1 del anteproyecto de Constitución, que establece que «la forma política del Estado español es la Monarquía parlamentaria». La mezcla de un equivocado sentido de la oportunidad electoral y de fidelidad a los principios republicanos del socialismo explica los votos del PSOE, aunque no es arriesgado suponer que éstos habrían tenido un signo positivo si hubieran sido necesarios para asegurar hoy la continuidad de don Juan Carlos al frente de la Jefatura del Estado.En el fondo, una abrumadora mayoría de los españoles saben que esta Monarquía parlamentaria, que ha hecho posible el tránsito pacífico de la dictadura a la libertad, es la forma de Estado que más fácilmente puede garantizar, en la nueva etapa que se abre para nuestro país, la consolidación de las instituciones democráticas. Sería fatigoso, además de inelegante y demagógico, que en los debates posteriores en la Comisión y en el Pleno se planteara de nuevo una alternativa republicana, en cuya posibilidad histórica, manteniéndose las cosas iguales, apenas creen ni los que la defienden de labios para afuera. Más vale que los diputados dediquen sus esfuerzos y sus argumentos a cuestiones que -como las autonomías, la enseñanza, la aconfesionalidad del Estado, los derechos y deberes de empresarios y trabajadores, la organización de la justicia- se hallan realmente abiertas a la discusión y la negociación. La mejor manera de respetar las funciones arbitrales de la Corona sería comenzar a hacerlo desde el principio mismo de la consagración constitucional de su figura. En el entendimiento, que creemos general, de que, al margen de su legitimidad histórica, esta Monarquía ya se ha ganado en buena parte su legitimidad de ejercicio, impulsando la restitución de las libertades a los ciudadanos. Para la mayoría de los españoles -en suma-, la virtualidad de la Monarquía reside en su carácter parlamentario y democrático y resultan relativamente ociosas mayores consideraciones sobre la filosofía de la institución.