19 marzo 2013
El político, hijo del fundador del partido, Jordi Pujol, se mantendrá como diputado
Dimite el Secretario General de Convergencia Democrática de Catalunya, Oriol Pujol, tras ser imputado en el ‘caso ITV’
Hechos
El 19.03.2003 D. Oriol Pujol comunicó que ‘delegaba’ de sus puestos de Secretario General de Convergencia Democrática de Catalunya (CDC) y de presidente del Grupo Parlamentario de CiU en el Parlament de Catalunya.
Lecturas
D. Oriol Pujol Ferrusola, secretario general de Convergencia Democrática de Catalunya (CDC) parecía destinado a acabar ocupando la presidencia de la Generalitat siguiendo los pasos de su padre, el fundador del partido, D. Jordi Pujol Soley, habiendo llegado, en 2012, a ocupar el cargo de secretario general de CDC en 2012, el mismo cargo que ocupó su padre (1976-1989).
D. Oriol Pujol ve como su carrera política queda truncada el 19 de marzo de 2013 cuando se hace pública una investigación judicial a él en el que se le imputa haber pretendido amañar una adjudicación de autorizaciones de ITV en Catalunya a empresarios amigos.
El Sr. Pujol Ferrusola anuncia que ‘delega todos sus cargos políticos’ mientras continúe esta fase de la investigación. De momento CDC no nombrará sustituto para ese cargo. D. Oriol Pujol Ferrusola tampoco renuncia, de momento, a su acta de diputado de CiU en el Parlament.
D. Oriol Pujol Ferrusola era considerado uno de los defensores de la línea independentista dentro de CDC y CiU.
20 Marzo 2013
Dimisión ficticia ante un auto real y muy grave
ORIOL Pujol anunció ayer que delega temporalmente sus funciones como secretario general de CDC y presidente del grupo parlamentario de CiU, aunque no renuncia a su escaño, tras ser imputado por tráfico de influencias por el Tribunal Superior catalán. Estamos, pues, ante lo que podríamos llamar simulación de dimisión, que ya fue inaugurada por el responsable de Organización del PSC, Daniel Fernández, que se apartó temporalmente del cargo cuando fue imputado por el mismo delito. Pero tampoco dejó el escaño, situación en la que se encuentran asimismo otros dos diputados de CiU. Tanto el Gobierno catalán como el PSC respaldaron ayer la decisión del número dos de CiU, alegando que un imputado no es un culpable. El portavoz de la Generalitat aseguró que la renuncia de Oriol Pujol es injusta «porque se corresponde más a una percepción que a una realidad». Coincidimos con el PSC y CiU en que la condición de imputado no debe suponer la dimisión automática de un alto cargo, y así lo hemos defendido en estas páginas. Una simple querella de un particular contra un político -sea por hechos ciertos o por venganza- puede suponer su imputación.
Pero no es éste precisamente el caso de Oriol Pujol. Su imputación tiene un valor muy superior porque la trama de las ITV es mucho más que «una percepción», ha sido investigada primero por dos juzgados de primera instancia -en Lugo y Barcelona- y posteriormente analizada por el TSJC. Las indagaciones judiciales han durado meses y se han llevado a cabo con todas las garantías. Consecuencia de todo ello es el auto del Tribunal Superior en el que se acusa a Oriol Pujol de haber usado su «peso político» para «obtener un beneficio económico para él y para sus amigos o colaboradores». En el escrito se especifican con todo detalle los pasos del número dos de CDC para facilitar a sus socios la adjudicación de estaciones de ITV en Cataluña. El auto revela una conducta lo suficientemente grave en un alto cargo público como para dimitir no de forma simulada, sino con todas las consecuencias, incluyendo la renuncia a su escaño.
Pero es que además, al apartarse temporalmente, Oriol Pujol está asumiendo que el escándalo puede perjudicar a su partido. ¿Por qué se aparta temporalmente de sus cargos orgánicos, pero no deja el escaño? Con su actuación, demuestra tener mucha más consideración hacia su partido que respeto a los catalanes que le eligieron diputado en el Parlament. El hijo de Jordi Pujol mantiene el escaño con el respaldo del PSC y de ERC. PP, ICV, Ciutadans y la CUP le han pedido el acta. Los socialistas están atados de pies y manos para pedir responsabilidades políticas, mientras José Blanco, también imputado después de una larga investigación judicial, no deje su escaño en el Congreso. Si los partidos se siguen negando a depurar responsabilidades políticas por la corrupción, su desprestigio ante los ciudadanos no hará más que aumentar.