31 marzo 1993

El nuevo presidente será Manuel Hermoso, hasta entonces líder de AIC, ahora de CC

Distintas formación canarias se unen en Coalición Canaria y derriban al presidente regional Saavedra (PSOE) con una moción de censura

Hechos

En marzo de 1993 el Parlamento Canario aprobó una moción de censura contra Jerónimo Saavedra (PSOE) respaldada por AIC, CCI, ICAN y Asamblea Majorera (que constituyeron la Coalición Canaria).

Lecturas

Desde las elecciones de 1991 gobernaba la comunidad de Canarias un gobierno de coalición entre el PSOE y las Agrupaciones Independientes de Canarias (AIC) en un gobierno presidido por D. Jerónimo Saavedra Acevedo y con D. Manuel Hermoso como vicepresidente.

El pacto PSOE-AIC se disuelve el 18 de marzo de 1993 cuando se anuncia el pacto conocido como ‘Coalición Canaria’. Las Agrupaciones Independientes de Canarias (AIC, liderada por la ATI de D. Manuel Hermoso), Centro Canario Independiente (CCI, los antiguos diputados del CDS canario liderados por D. Lorenzo Olarte Cullén), Iniciativa Canaria (ICAN, los antiguos diputados de IU en Canarias liderados por D. Oswaldo Brito) y Asamblea Majorena (liderada por D. Miguel Cabrera Cabrera), anuncian que presentan una moción de censura conjunta para derribar al PSOE. Los cuatro partidos de la ‘Coalición Canaria’ suman mayoría absoluta.

Pero para sumar la mayoría absoluta necesitaban que se autorizara el voto de todos los diputados de AIC en un momento en el que uno de ellos, D. Dimás Martín, se encontraba inhabilitado por la justicia.

La mesa del parlamento de Canarias se reunió para decidir si permitía el voto de D. Dimas Martín. La decisión del representante del PP en la mesa del parlamento de votar junto a los representantes de Coalición Canaria de permitir el voto del Sr. Martín sentenció el resultado.

A favor de la moción de censura – 31 diputados (Coalición Canaria)

En contra de la moción de censura – 23 diputados (PSOE)

Abstención – 6 diputados (PP).

Por lo que D. Manuel Hermoso se convierte en el nuevo presidente de Canarias al frente del nuevo partido Coalición Canaria.

Permanecerá en él el resto de legislatura hasta las elecciones de 1995.

LAS ESCISIONES DE IZQUIERDA UNIDA Y EL CDS SE INTEGRAN EN CC

La nueva formación política Coalición Canaria integra a formaciones tan dispares como los comunistas de Iniciativa Canaria (ICAN) que hasta ahora eran el referente de Izquierda Unida en Canarias, como a los centristas del CDS que rebautizados en Centro Canario Independiente han roto todo vínculo con las siglas por las que fueron elegidos originalmente en 1991. En cierto modo tanto ICAN como CDS podrían considerarse ‘formaciones’ tránsfugas, al pasar ahora a unirse a la Coalicion Canaria que lidera el Sr. Hermoso.

EL VOTO CLAVE DE UN CONDENADO:

dimas_martin Uno de los diputados de las Agrupaciones Independientes de Canarias (AIC), D. Dimás Martín, fue condenado durante el tiempo en que se tramitaba la moción a inhabilitación. Por lo que, teóricamente, si se le impedía votar no podría prosperar la moción de censura. Sin embargo la mesa del Parlamento Canario permitió el voto del Sr. Martín, gracias al PP que aunque no respaldó la moción de censura si autorizó el voto del diputado condenado. Por ello aunque el PP se abstuvo en la votación fue responsable de la censura Saavedra al permitir el voto de D. Dimas Martín.

21 Marzo 1993

Ensalada nacionalista en Canarias

Salvador Lachica

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Si todo sale como está previsto, dentro de diez días Canarias estará gobernada por un conjunto de fuerzas políticas coaligadas no sólo para acceder al Ejecutivo autonómico, sino para enfrentarse electoralmente contra el PSOE y el PP en los comicios de otoño y conseguir un grupo parlamentario propio. La gran paradoja es que, un año y medio atrás, los dirigentes de las tres principales formaciones que ahora integran la Coalición Canaria -Agrupaciones Independientes de Canarias (AIC), Izquierda Canaria (ICAN) y Centro Canario Independiente (CCI)- eran enemigos irreconciliables. Teniendo en cuenta que las AIC integran a siete formaciones insulares y que Asamblea Majorera y Partido Nacionalista Canario también participan en la coalición, nos encontraríamos con diez foramciones nacionalistas que pretenden hacerse con el Gobierno autónomo. La historia de las AIC arranca con la desaparición de la UCD del mapa político en 1982. El embrión de la federación de partidos fue la Agrupación Tinerfeña de Independientes (ATI), que impulsaron un grupo de alcaldes centristas de Tenerife. El mensaje, sembrado en el terreno abonado de la tradicional rivalidad interprovincial, daría magníficos resultados. Pero el ahora candidato nacionalista para sustituir a Saavedra, Manuel Hermoso, acabaría por darse cuenta de que lo que servía para generar apoyos en Tenerife podía convertirse en el candado que encerrara sus aspiraciones en el perímetro de la isla. Para evitarlo, a principios de 1985 los insularistas tinerfeños iniciaron los contactos con los insularistas herreños y gomeros. De esas primeras negociaciones surgió la idea de extender el proyecto insularista a toda la región.

La evolución del segundo de los socios (el CCI de Lorenzo Olarte) ha sido también azarosa. En Canarias, la quiebra del centrismo en las «elecciones del cambio», de las que acaba de celebrarse el décimo aniversario, no fue tan absoluta como en el resto del Estado. Después de las elecciones municipales de 1983, el mapa político de Canarias se había convertido en una disparatada y singular sopa de letras. Fuerzas de carácter centrista, entre las que se podía contar un naciente CDS, habían logrado conquistar las alcaldías de 33 de los 87 municipios de Canarias. Ese singular y atípico reparto del poder municipal en Canarias demostraba el peso específico del centrismo en la sociedad isleña y la vinculación y fidelidad del electorado a sus políticos locales. Las elecciones generales de 1986 demostraron que las AIC no eran un proyecto rentable: los votos que Hermoso esperaba fueron a las arcas centristas administradas por Lorenzo Olarte en Gran Canaria y por Fernando Fernández en Tenerife. Pero un año después, en las autonómicas de 1987, ATI consiguió trece alcaldías. Lo obtenido era mucho más de lo previsible, pero el discurso del pleito insular (principal argumento de las AIC en los comicios) se convirtió pronto en el primer handicap para el desarrollo político del proyecto de Hermoso. El líder tinerfeño -segundo candidato más votado- estaba en su derecho de intentar la presidencia del Gobierno regional, pero el contrapoder de la opinión pública grancanaria acabaría por hacer el milagro de convertir en presidente al candidato menos votado de los cuatro grandes partidos regionales, el centrista Fernando Fernández. Hermoso no podía serlo de ninguna manera, porque se había invalidado a sí mismo al hacer carrera política publicitándose como enemigo de media región. Sin embargo, este rechazo provocó la primera reflexión de fondo sobre la necesidad de dotarse de una definición ideológica. El camino hacia el «moderno nacionalismo canario», por el que se decide empezar a circular a partir de 1988, se iba a convertir en la ruta a transitar también por las agrupaciones independientes de todo el archipiélago, ya que, al acceder al Ejecutivo los socialistas, el «enemigo» deja de ser Gran Canaria y es el centralismo de Madrid el que recoge ese dudoso testigo. El «nacionalismo» surgía como una acomodación a la necesidad de modificar un discurso que impedía la expansión de las AIC en Gran Canaria. Hermoso intentó corregir los errores cometidos en 1987 aliándose en Gran Canaria con los alcaldes independientes. Pero ya no eran los alcaldes, sino el centrista Lorenzo Olarte, el socio viable para el aterrizaje de las AIC en Gran Canaria. La desconfianza entre Hermoso y Olarte ha sido, sin embargo, una de las constantes de la política canaria de los últimos años. En enero de 1992, el CDS en Canarias consiguió plasmar en sus estatutos la independencia respecto a las directrices nacionales de la formación suarista. Esta situación, no obstante, sólo duró cinco meses. Ante la previsible debacle electoral del CDS Olarte anunció que en junio se celebraría un congreso extraordinario tras el que nacería el actual CCI nacionalista. Desde las AIC se valoró positivamente la predisposición del centrismo canario a desembarazarse de las ataduras centralistas, ya que se podría articular una Minoría Canaria en las Cortes.

Por lo que respecta al tercer actor de esta mezcolanza de siglas e ideologías, habría que recordar que también fue el pasado año cuando Iniciativa Canaria (ICAN) dejó de ser una coalición electoral -en la que se agrupaban cinco formaciones situadas a la izquierda del Partido Socialista Canario- para constituirse en un partido unitario cuyo objetivo sería «vertebrar una alianza política y social nacionalista». Según lo acordado en el congreso constituyente del nuevo partido -que dejó clara su total desvinculación orgánica e ideológica de Izquierda Unida (IU)- el PSC-PSOE dejó de ser su «aliado natural». Sobre el papel, la Coalición Canaria se aglutina en torno a las fuerzas políticas que suman el 50 por ciento del electorado canario. Eso significa 7 diputados y 6 senadores al margen de los grandes partidos estatales que pretenden hacer frente a los reveses y omisiones del Gobierno en sus relaciones con Canarias. Y más ahora, que negociarán desde la atalaya del Ejecutivo autonómico el fin de la tradicional insensibilidad de González con las «Islas Afortunadas».