1 diciembre 1934

Acusaciones contra León Trotsky, Grigori Zinoviev y Lev Kamenev

El asesinato de Kirov desata las purgas en la Unión Soviética contra los principales rivales de Stalin en el PCUS

Hechos

En diciembre de 1934 fue asesinado Sergei Kirov, miembro del politburó del Partido Comunista de la Unión Soviética (PCUS), único partido existente en la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS).

Lecturas



El asesinato del secretario del Partido Comunista de la Unión Soviética (PCUS) en Leningrado, Serguei M. Kirov, el 1 de diciembre de 1934, se atribuyó a una conspiración extranjera. En realidad el presunto incitador del crimen fue Josef V. Stalin, dictador de la URSS desde su puesto de Secretario General del PCUS, que a partir de 1935 empezó a eliminar a sus opositores tras breves procesos.

Inmediatamente después del asesinato de Kirov se destuvo al autor del atentado, un joven comunista que se había sentido ofendido por el secretario del partido. Pese a ello, se acusó a los llamados ‘zinovievistas’ de ser los verdaderos asesinos. Ya al día siguiente se fusiló a varias personas. Poco después se condenó a penas de arresto menor a Grigori I. Zinoviev y a León B. Kamenev, entre otros antiguos compañeros de Stalin.

Esas acciones representaron el primer paso hacia la gran purga que en la jerga del PCUS significaba el control policiaco de sus miembros en busca de elementos perjudiciales. De los casi 2.000 delegados que asistieron al XVII Congreso del PCUS en 1934 se ejecutió nada menos que al 56% y a más del 70% de los miembros del Comité Central acusados todos ellos de criminales contrarrevolucionarios. En el mismo período, el número de miembros del partido descendió de 3.500.000 a 1.900.000. Con la creación de un Comité de Seguridad especial, cuya misión consistía en eliminar a todos los enemigos del pueblo, la gran purga se extendió en mayo de 1935 a la totalidad de la Unión Soviética cobrándose entre 4 y 8 millones de víctimas hasta 1939.

Con gran despliegue propagandístico se llevó en agosto de 1936, un proceso contra Zinoviev, Kamenev y otros doce acusados, casi todos expulsados del partido en 1927. El grupo entero, designado por entonces como ‘centro terrorista trotskista-zinovievista’ fue condenado a la pena de muerte por el asesinato de Kirov y un presunto atentado contra Stalin. En el segundo proceso sensacionalista, celebrado en enero de 1937, se juzgó al denominado ‘centro trotskista antisoviético’. Todos los acusados – Karl Radek, Grigori I. Sokolniov y 15 personas más – confesaron haber cometido traición a la patria, sabotaje y espionaje, así como haber preparado un ataque contra la Unión Soviética; todos fueron declarados culpables. El tercer gran proceso, en marzo de 1938 estuvo dirigido contra el bloque antisoviético de derechistas y trotskistas. El presunto grupo de conspiradores reunidos en torno a Nikolai I Bujarín, Alexei I. Rijov y otros 19 encausados confesó haber realizado labores de espionaje para una potencia extranjera desde 1932 y preparado un ataque contra la Unión Soviética. La ocndena fue, una vez más, general; las conesiones ya utoacusaciones se relaizaban siempre bajo la presión de torturas y chantajes.

Más de la mitad de los generales y el Ejército Rojo también fue purgado. La víctima más importante fue el mariscal Mijail N. Tujathevski, jefe del Estado Mayor del Ejército Rojo entre 1925 y 1928. El final de la gran purga lo constituyó entre 1938 y 1939 la purga de los purgadores: una purga entre los miembros de la policía secreta.

EL EJECUTOR DE LASURGAS

Yehzov2 Yehzov, jefe de la policía secreta de la URSS, la NKVD, ante pasado del KGB,, encargado de dirigir las purgas.

EL ENEMIGO PÚBLICO NÚMERO UNO

Trotsky_2 Trotsky, expulsado del PCUS en 1929, huyó de la Unión Soviética para salvar la vida. Toda su familia, incluida esposa e hijos fueron asesinados por los agentes de Stalin. Según el regimen de la URSS él estaba detrás del asesinato de Kirov.

El diario español EL SOL veía así la situación en enero de 1935

El asesinato de Kirov y sus derivaciones políticas han venido a poner al descubierto la grave situación interna del Estado soviético. Rivalidades, forcejeo de heterodoxias, tiranía del Gobierno. Esto es lo que hemos visto a través de la clara lente del episodio revelador. No hay duda de que en la entraña misma del Estado soviético anida un principio de descomposición. (…) El comunismo es un sistema híbrido de secta religiosa y de programa político y social. Religión sin Dios y sin contenido de ideales ultraterrenos, pero con todo el aspecto formal de ella. (…) Tiene su mesías (Lenin), su ciudad sagrada (Moscú), su evangelio fundamental no menos tabú (El capital de Marx) y en fin, su insignia banderiza y corporativa: la hoz y el martillo (EL SOL, 2-1-1935)

En febrero de 1936, el diario EL SOL realiza un interesante reportaje de crítica sobre los tres principales países totalitarios y sus dogmas: Italia, el dogma del fascismo, Alemania, el dogma de la raza y la URSS, el dogma del partido, con las fotos de los tres dictadores: Hitler, Mussollini y Stalin, aunque deja ver un pelín de simpatía hacia este último añadiendo que próximas reformas constitucionales pueden dar más libertad en la URSS.

Las críticas del ABC al fascismo y de EL SOL al comunismo, desaparecerán durante la guerra civil, en la que ambos diarios jalearán los respectivos extremos.