21 marzo 2004

El gesto es interpretado como un intento de aproximarse al Partido Popular, que acaba de ganar las elecciones con mayoría absoluta

El Conde de Godó destituye al socialista Juan Tapia de la dirección de LA VANGUARDIA y lo reemplaza por José Antich

Hechos

El 21.03.2000 el Presidente-Editor de LA VANGUARDIA, D. Javier de Godó nombró a D. José Antich nuevo director del periódico reemplazando a D. Joan Tapia.

Lecturas

Después de que las elecciones generales del 12 de marzo de 2- dieran la mayoría absoluta al Partido Popular el presidente del Grupo Godó decide relevar a D. Joan Tapia Nieto como Director del periódico La Vanguardia por D. José Antich Valero el 21 de marzo de 2000. En el equipo del Sr. Antich Valero figurará D. Jordi Barbeta como redactor-jefe del área política y D. Jordi Juan Raja como responsable de Sociedad.

Tapia estaba considerando un periodista afín al PSC-PSOE. Tras su despido de La Vanguardia será nombrado Director BTV, la televisión local de Barcelona regentaba por el ayuntamiento de Barcelona que dirige D. Joan Clos (del PSC-PSOE).

titularvanguardiaAntich Después de que el día 22 de marzo D. Joan Tapia hubiera publicado un artículo para despedirse de los lectores de LA VANGUARDIA, el día 23 de marzo se publicó un artículo de D. José Antich presentándose como nuevo director.

titular_antichtapia El diario EL PAÍS, del Grupo PRISA, adelantó lo que iba a ocurrir y ya el 21 de marzo informó que el cese iba a producirse la destitución del Sr. Tapia y que iba a ser reemplazado por el Sr. Antich. El diario EL PAÍS consideraba que detrás de ese cese podían estar las presiones del Gobierno, en especial después de la mayoría absoluta del PP en las elecciones generales.

D. Xavier Horcajo (periodista catalán) habla con J. F. Lamata sobre el nombramiento de D. José Antich como director de LA VANGUARDIA:

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D. Ramón de España (ex columnista en LA VANGUARDIA) corrobora ante J. F. Lamata la vinculación del nombramiento del Sr. Antich con el triunfo del PP:

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D. Alfredo Abián, hasta ahora redactor jefe de Política, será el nuevo director adjunto del Sr. Antich sustituyendo a D. Lluis Foix. Habrá tres  subdirectores de información, D. Rafael Jorba, D. Enric Juliana y Dña. Rosa Paz.

ANTICH, FICHADO COMO TERTULIANO EN ANTENA 3 TV

zap_2000_tapia Al poco de su nombramiento como Director de LA VANGUARDIA, el programa informativo estrella de las mañanas de ANTENA 3 TV, ‘El Primer Café’ le fichó como tertuliano. ANTENA 3 TV, en aquel momento propiedad de Telefónica, estaba considerado el canal privado más próximo al Gobierno del PP.

22 Marzo 2000

GRACIAS

Joan Tapia

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En octubre del 87 el presidente editor de LA VANGUARDIA me nombró director. Desde entonces he tenido la satisfacción de dirigir este diario, expresión en castellano de Catalunya, una moderna sociedad, libre y plural. Y que además es leído y apreciado en círculos influyentes de toda España. Y desde octubre del 89, cuando cambiamos rotativas y diseño, he estado con ustedes casi cada día del año intentando sintetizar en 19 líneas de ordenador lo que creía más relevante de la jornada. No ha sido un reto fácil y hoy, que tengo que decir adiós, lo hago con emoción. Pero también con tranquilidad, porque este diario es el único de la Barcelona de 1881 que ha logrado sobrevivir gracias a que la propiedad de la empresa – encarnada hoy por Javier Godó y Carlos Godó – ha sabido preservar su independencia, porque quien me sustituye es un conocido profesional al que le deseo todo e éxito y porque seguiré escribiendo en estas páginas. Hoy debo dar las gracias. Primero a todos ustedes que nos leen cada día y nos han convertido en un punto de referencia. Después a todos los que hacen LA VANGUARDIA: talleres de Pelayo y Pueblo Nuevo, personal de administración y publicidad y en especial a mis compañeros de redacción, que tienen un merecido orgullo profesional. Y por encima de todo a Javier Godó y Lluis Foix, con los que he vivido doce años de una experiencia inolvidable.

Juan Tapia

23 Marzo 2000

CUESTIÓN DE PRINCIPIOS

José Antich

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Juan Tapia se despedía ayer, en esta página, de sus más de 12 años al frente de LA VANGUARDIA. Una etapa en la que junto a Lluis Foix ha conducido con profesionalidad un proceso de modernización de este diario que ahora se pretende ensanchar. El director saliente se congratulaba de que LA VANGUARDIA sea un diario ‘expresión en castellano de Catalunya, una sociedad moderna, libre y plural. Y que además es leído y apreciado en círculos influyentes de España». No dude el lector de que el cambio de personas en la dirección puede introducir nuevos talantes, la mayor atención a áreas informativas emergentes – como todo lo relacionado con nuevas tecnologías de la comunicación – pero en ningún caso supone una renuncia a los principios fundacionales de este diario: la profesionalidad y, ante todo, seguir siendo, aún más si cabe, fiel reflejo de la pluralidad de la sociedad catalana. Porque si a algo aspiramos es a ser el espejo donde pueda mirarse cada día esa sociedad plural sin distorsión alguna y seguir siendo la plataforma informativa, independiente y objetiva que toda sociedad necesita para desarrollarse. Desde mi nueva función como director de este diario, que fundó la familia Godó en 1881, den por seguro que seguiré defendiendo su independencia con la misión de ponerla al servicio de sus lectores actuales y futuros.

José Antich

02 Abril 2000

De cómo el apellido Aznar vuelve a La VANGUARDIA

Luis G. Del Cañuelo

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Enumerados algunos de los significativos milagros efectuados probablemente por José María Aznar, el Buen Presidente –aventajado discípulo de Santo Domingo de Silos a cuyo monasterio acude él cada año desde sus tiempos de presidente castellano-leonés incluía yo, hace una semana en EL SIGLO el relativo a los descarriados periodistas Juan Tapia y Luis Foix. Estos herejes enmascarados nada menos que a lo largo de 13 años, han venido inoculando doctrinas disolventes, aunque maquiavélicamente revestidas con ropajes de corte conservador en LA VANGUARDIA que es el sancta sanctorum de la muy ilustre burguesía catalana, diario cuya capacidad de penetración en Madrid siempre ha sido notable, sobre todo a partir de la edición que ese rotativo lleva a cabo en la capital de España, donde yo leo con interés y no poca amdiración.

Aventuraba yo que Aznar les había salvado a ambos, Tapia y Foix, del ‘fuego eterno, donde hubieran ido a parar irremediablemente, de haber seguido dirigiendo LA VANGUARDIA, periódico al que llevaban por la vía del mal, con el escándalo consiguiente’. Y me despedía de mis pacientes lectores anunciándoles que me ocuparía de tan portensoso milagro esta semana. Como lo prometido es deuda intentaré cumplir mi palabra de la mejor manera posible. Debo puntualizar por un lado que he visto en el último número de EL SIGLO amplia y bien fundamentada información al respecto. Y, por otra parte, he de precisar como me ocurre a menudo y así procuro hacérselo saber siempre a los lectores cuanto escribo hoy se debe en buena medida a viejos y entrañables amigos catalanes. Sin la colaboración de Rafael Feliu Suñol o Joan Guirao López – entre otros varios – a los que conocí durante la guerra civil, defendiendo con la pluma y con las armas legitimidad republicana no me sería posible analizar el affaire LA VANGUARDIA.

Puede afirmarse, pues, y sin faltar al a verdad en lo más mínimo, que el apellido Aznar vuelve a dirigir LA VANGUARDIA. El abuelo paterno del Buen Presidente fue director del periódico de la familia Godó en los primeros años sesenta y conste que ya lo había sido, si bien por un periodo más breve, recién conquistada la Ciudad Condal por las tropas del general Yagüe, aciago episodio acaecido el 26 de enero de 1939. Entonces lo hizo codo con codo con Josep Pla. Después llegó otra vez a la cúpula máxima del rotativo – cuya sede está en la barcelonesa calle de Pelayo – gracias, curiosa e indirectamente a Jordi Pujol. En la actualidad su nieto José María ha sido el gran promotor del nuevo giro aznarista de LA VANGUARDIA. Otra vez, con la complicidad – en esta ocasión directa y persistente – de Jordi Pujol, y con la valiosa ayuda del ministro portavoz, Josep Piqué, quien se ha servido de las influencias de Carles Vilarrubí, el hombre de los negocios convergentes, estrechamente vinculado a la familia de Jordi Pujol y también, atención, consejero de la todopoderosa Telefónica de Juan Villalonga. Piqué se ha servido de Vilarrubí o viceversa, según se contemple el asunto y ha contado asimismo con la ambición mediática de José Manuel Lara Bosch, el factótum de Editorial Planeta, sin menospreciar, desde luego el complot palaciego urdido por el príncipe heredero Carlos – hijo de Javier de Godó, actual conde de Godó, en cierto modo protector de Tapia y de Foix – y su valido Antonio Cambredó, el gerente plenipotenciario del grupo, ansioso por controlar todos los resortes del poder vanguardístico.

Hace pocos años ya tuve ocasión de recordar en esta magnífica revista – que conduce contra viento y marea mi dilecto García Abad – la participación de Jordi Pujol involuntaria e indirecta por aquellas fechas en el nombramiento de Manuel Aznar. Corría el verano de 1959 cuando el entonces director de LA VANGUARDIA Luis de Galinsoga – que se dedicaba preferentemente a la adulación de Franco mezclando esta pasión con el insulto sistemático a los catalanes, autor que fuera del libelo titulado ‘Franco, centinela de occidente’ – asistió a misa y se irritó sin límites cuando oyó el sermón pronunciado en catalán. Acabada la ceremonia, Galinsoga entró en la sacristía, tendió al capellán su tarjeta y le espetó: “Sepa usted que los catalanes son una mierda”. El mosén no perdió un minuto. Apresuróse a difundir el hecho entre los círculos católicos y catalansitas de los cuales Pujol era ya uno de sus líderes. Comenzó un movimiento de oposición a LA VANGUARDIA de Galinsoga, hubo anunciantes que retiraron sus reclamos publicitarios y suscriptores que se dieron de baja, mientras algunos ejemplares eran quemados en las Ramblas. Pujol dirigía la operación, lo que acabó costándole muy caro: consejo de guerra y condena a varios años de cárcel.

Pero Carlos de Godó, padre de Javier y abuelo de Carlos – el príncipe impaciente – franquista hasta los huesos, procurador en Cortes y Consejero Nacional del Movimiento, asustado, solicitó audiencia en El Pardo y rogó al caudillo la destitución de Galinsoga. Accedió el dictador y fue designado Manuel Aznar – el periodista preferido de Franco – director / pacificador de LA VANGUARDIA. (Galinsoga, por cierto, fue nombrado delegado del Gobierno en la Zona Franca de Barcelona) Allí debió conocer al padre de Javier de la Rosa, abogado del Estado que más tarde le sustituyó en el cargo. Fue relevado y procesado el padre de De la Rosa, por un enorme desfalco vinculado a su responsabilidad en la Zona Franca. Javier de la Rosa el hijo fue uno de los padrinos de Josep Piqué, ahora uno de los actores principales del retorno aznarista a LA VANGUARDIA.

Jordi Pujol fue el impulsor – con Lluís Prenafeta, su fontanero de Presidencia, confidente y valedor de José Antich (Dios los cría y ellos se juntan) que es el nuevo director del diario reseñado – de la caída de Luis Foix, a principios de la década de los ochenta, cuando había sido nombrado director, en sustitución de Horacio Sáenz Guerrero, que ascendió a subdirector en la época de Manuel Aznar. Foix, un periodista moderado políticamente miembro activo del Opus Dei, de talante abierto y escasamente sectario, no resistió las constantes presiones de CiU a fin de convertir LA VANGUARDIA en el boletín convergente en castellano (el diario AVUÍ lo es en lengua catalana). Fue decapitado por demasiado independiente. La dirección siguiente (el tándem Paco Noy / Ibañez Escofet) no fue otra cosa que una terminal más del presidente de la Generalitat. En 1987 llegó el salto más relevante del periódico: la incorporación como director de Juan Tapia y la rehabilitación de Luis Foix, director adjunto. El diario fue técnicamente modernizado, se hizo tolerante, flexible y mucho más plural, se abrió a sectores de la sociedad vetados en la práctica hasta entonces. Siguió siendo un órgano de expresión del centro-derecha sociológico, pero supo conjugar otras sensibilidades. Tapia, políticamente es un socialdemócrata liberal. O un liberal con reflejos sociales. Foix es un conservador sin alergias hacia el socialismo.

Ni Tapia ni Foix gozaron jamás de las simpatías de Pujol. El presidente de la Generalitat recibió a Tapia con una velada declaración pública de Guerra. Pero la puntilla de ambos ha sido, finalmente, Aznar. Al PP le desagradaba profundamente la línea de LA VANGUARDIA. No era suficientemente adicta. Marcaba distancias, apostaba por un periodismo no sometido al poder, aunque pudiera alabarlo en determinados ámbitos. Huía del antisocialismo visceral y alertaba sobre el monstruo creado por La Moncloa como había alertado también, hace años acerca de la conspiración del ‘Sindicato del Crímen’ y adláteres contra Felipe González. Aznar quiere acólitos plumíferos en posición de primer tiempo de saludo. A Pujol le pasa lo mismo. Por eso el golpe de Estado de Aznar y Pujol contra Tapia y Foix constituye un dato sobresaliente de la realidad mediática que se nos viene encima. Con la mayoría absoluta se ha incido la segunda parte de una guerra periodística planificada desde el Gobierno del PP. El primer bombazo se ha registrado en Barcelona. Catañuña, el País Vasco, Extremadura, Castilla la Mancha y Andalucía son tierras de infieles. El Buen Presidente, el milagrero Aznar, quiere atraer a sus habitantes a la única religión verdadera, la fe centrista, la del PP. José Antich, el hagiógrafo de Pujol, el relaciones públicas de Aznar en Barcelona, es ya su profeta en LA VANGUARDIA.