6 enero 1966

El nuevo Gobierno, apoyado por Francia, ordena a todos los comunistas chinos que abandonen el país

El coronel Bokassa da un golpe de Estado en la República Centroafricana y se convierte en el nuevo dictador del país

Hechos

El 1.01.1966 un golpe de Estado en la República Centroafricana que depuso al presidente David Dacko y fue reemplazado por el coronel Bedel Bokassa.

El Análisis

De la República al Cuartel

JF Lamata

El Año Nuevo de 1966 amaneció con un cambio brusco en la República Centroafricana: el presidente David Dacko fue depuesto por un golpe militar encabezado por su propio primo, el coronel Jean-Bedel Bokassa. Lo que para algunos fue un “ajuste de rumbo” para frenar la corrupción y el desorden administrativo, para otros fue simplemente el cierre violento de un ciclo democrático incipiente. La caída de Dacko se explica en buena parte por el deterioro económico del país, la creciente desconfianza en su gobierno, su dependencia extrema de Francia y la percepción de que su liderazgo carecía de firmeza para frenar el descontento popular y las tensiones internas.

Bokassa, exlegionario del ejército francés y hombre de carácter explosivo, no tardó en presentarse como el salvador de la nación. Su perfil combina la disciplina militar con un ego desmesurado y un autoritarismo sin complejos. Desde el primer momento dejó claro que su prioridad no sería la apertura política, sino el control absoluto del poder. Si bien justificó su golpe como un acto “patriótico” para acabar con la corrupción y la debilidad de Dacko, sus antecedentes y su temperamento hacían presagiar un rumbo mucho más personalista y represivo.

En todo este movimiento, Francia no aparece precisamente como espectador inocente. Las estrechas relaciones de Bokassa con altos mandos militares franceses y la rapidez con la que París reconoció su nuevo gobierno alimentan la sospecha de que el cambio fue, cuando menos, bien recibido por la antigua metrópoli. En plena Guerra Fría, y con los intereses franceses en el uranio, el diamante y el algodón centroafricano en juego, la estabilidad entendida como control militar parecía más atractiva que el incierto parlamentarismo de Dacko. Así, la República Centroafricana inicia 1966 no con el sonido de campanas, sino con el eco de botas marchando hacia el palacio presidencial.

J. F. Lamata