11 enero 1997

El diario EGIN ya había acusado a Gurruchaga de mentir en sus informaciones sobre Herri Batasuna y ETA

El diario EGIN critica a Mamen Gurruchaga (EL MUNDO) por acusar a los dirigentes de Herri Batasuna de ser ‘los ministros de ETA’

Hechos

En enero de 1997 el diario EGIN publicó una fotografía de Dña. Carmen Gurruchaga, periodista del diario EL MUNDO y D. Jorge Argote, este último imputado en el sumario sobre la investigación de los asesinatos de Lasa y Zabala.

Lecturas

EGIN VINCULA A GURRUCHAGA CON LOS GAL

Gurruchaga_Argote

El periódico Egin también mantuvo enfrentamientos con el diario El Mundo a partir de que este periódico endureciera su línea crítica hacia Herri Batasuna. En su portada del 12 de enero de 1997 el periódico El Mundo del País Vasco publicaba las fotografías de siete dirigentes de Herri Batasuna encabezados por Xabier Alegría Loinaz y Juan María Olano Olano a los que acusaba de ser ‘los ministros de ETA’. La nota estaba firmada por la periodista Carmen Gurruchaga Basurto.

En su portada del día 13 de enero Egin colocaba en su portada la información de El Mundo señalando a su responsable, Carmen Gurruchaga Basurto, y asegurar que sus afirmaciones no se amparaban en “prueba alguna”. En páginas interiores, además, al informar de la información colocaban la foto de Gurruchaga Basurto hablando con Jorge Argote Alarcón, el abogado defensor de los principales acusados por el caso GAL, Rafael Vera Fernández-Huidobro o Enrique Rodríguez Galindo, que acabaría teniendo que sentarse también en el banquillo de los acusados. Aquella fotografía de Egin parecía un intento de vincular así a Gurruchaga con los GAL y el terrorismo de Estado. Las informaciones de Gurruchaga no resultarían demasiado desencaminadas en tanto los nombres que ella citaba terminarían siendo años después condenados por su vinculación al entramado de ETA. Así por ejemplo la Audiencia Nacional condenaría a Xabier Alegría Loinaz a 12 años de prisión y a Juan María Olano Olano a 10 años de prisión.

Poco después de aquel señalamiento por parte de Egin Mamen Gurruchaga Basurto sería víctima de un intento de asesinato por parte de ETA que colocó una bomba en su casa que, de haber estado en las proximidades de su puerta ella o sus hijos habrían perdido su vida.

17 Enero 1997

Mamen

Gabriel Albiac

Leer
EGIN publicaba una foto de Mamen junto a Jorge Argote. Era una impecable canallada.

MAMEN dormía en la sala de espera. Mi avión había llegado a Fuenterrabía con bastante retraso aquel 21 de mayo del año pasado. Durante el vuelo, leí en EL MUNDO el auto de Gómez de Liaño acerca de la tortura y asesinato de Lasa y Zabala. Me costó mucho llegar hasta la última línea: el horror de esas páginas sobrepasa lo soportable. Yo tenía que hablar en San Sebastián acerca de la corrupción felipista. Pensé que nada que dijera podía dar una idea más justa que la contenida en aquella minuciosa arqueología del espanto. Y que sería más didáctico ahorrarme mis precisiones académicas y leer el acta escueta de algo que -aun a riesgo de rozar la teología- no podía entender sino como el mal; sin adjetivos; el mal esencial y puro. Una vez más -¡y van tantas…!-, me pregunté de qué servía hablar o escribir frente al abismo que los nombres que González, Barrionuevo, Vera y Galindo metaforizaban… Del aturdimiento me sacó Mamen Gurruchaga, que acababa de despertarse y que me hablaba del poco sueño que permite una vida de periodista.

-…Además, nos han vuelto a llenar de pintadas la redacción.

-¿Los chicos de Galindo?

-No, ¡qué va! Los jarraitxus. Van ya ni se sabe cuántas…

La certidumbre desazonadora de no entender nada de lo que está pasando en el País Vasco me golpeó. Me sucede desde hace años. Condenar o entusiasmarse es fácil y además gratificante. Entender, no. Cuando la inteligencia tropieza con marañas que se resisten al análisis, un resto elemental de lucidez debe advertirnos de que entramos en zona de alto riesgo. Irracionalidad es, en política, sinónimo de catástrofe.

Aprendí mucho de Gurruchaga, ese día, acerca del avispero vasco. Ante todo, que poco de lo que pensamos desde Madrid sirve allí para nada. Que lo que a nosotros se nos antoja disparatado forma parte de una cotidianidad frente a la cual es cada vez más difícil evitar una parálisis moral mortífera. Evoqué a un cafre a quien había oído por la radio calificar a Mamen y a EL MUNDO de «cómplices de ETA», mientras veía las pintadas que sentenciaban al periódico como «cómplice del terrorismo de Estado». La paradoja hubiera debido darme risa. Sólo me produjo angustia.

El lunes pasado EGIN publicaba una foto de Mamen junto a Jorge Argote. El recuerdo de mayo me sobrecogió. A poca gente detestan tanto Argote y los gangsters del GAL como a Carmen Gurruchaga. La amalgama buscada por quien diseñó esa página para desencadenar contra ella la manifestación de ayer era una impecable canallada.

…O una estupidez -nunca supe distinguir muy bien entre ambos conceptos-. A Galindo, a González, a Vera y Barrionuevo, el trabajo sucio se lo están haciendo hoy los jóvenes abertzales gratis… Parece todo un delirio. Frente a ese delirio, es elemental decir que todos somos Mamen. Yo lo soy, al menos.