24 julio 1980

Cierva replica en una firme carta al director del periódico, Juan Luis Cebrián

El diario EL PAÍS acusa al ministro de Cultura, Ricardo del Cierva, de cometer un crimen contra Soria por atravesar el río Duero

Hechos

El 24.07.1980 el diario EL PAÍS publicó el editorial titulado ‘El crimen de Soria’.

24 Julio 1980

El crimen de Soria

Editorialista (Javier Pradera)

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Una vez más, un plumazo ministerial ha barrido todos los vientos de la historia. Un nuevo puente de moderna fabricación va a cruzar la curva de ballesta del Duero, al sur de Soria, pasando por encima de los álamos machadianos, al flanco del becqueriano monte de las Animas, de los cipreses de Gerardo, por encima de San Polo, rayando los muros de San Saturio, hollando San Juan del Duero, que a partir de ahora podrá llamarse San Juan del Puente del ídem.La carretera general de Madrid hacia el Norte atraviesa actualmente Soria por el corazón de la ciudad, y urge una solución a este tráfico aberrante. Pero nadie podrá convencemos de que no había otra solución que la de atravesar el Duero precisamente por esta parte monumental, artística e histórica, ni de que la elegida sea ni la mejor ni la más barata de las posibles soluciones. Más bien parece una historia de simplificaciones, de errores y, amores propios enconados, de empecinamientos no exentos de extraños y tozudos personalismos. El final de la misma: la destrucción del legado histórico y cultural del país. En este caso, la posición del ministro de Cultura ha sido más bien la de un titular de Obras Públicas. El ministro -al que después del desaguisado de El crimen de Cuencahabrá que apuntarle ahora este «crimen de Soria»- se apoyó en un principio en la opinión, y las fuerzas populares sorianas al parecer aplaudían el puente. Esta opinión, sin embargo, una vez bien informada, se ha cuarteado: hoy, sólo los representantes de la UCD soriana, municipal y parlamentaria, dan su aprobación al plan sur, y muchos de ellos a hurtadillas. Lo que debió ser un diálogo serio entre los intereses económicos y culturales ha desembocado finalmente en una guerra sin cuartel. Una guerra en la que el poder político, sin atender a más razones, ha resuelto por su cuenta y riesgo frente a la opinión de la inmensa mayoría de los representantes del mundo de la cultura. Si estamos de acuerdo en que no se trata de una operación cultural, si además las ventajas económicas no están claras, sólo queda entonces una certeza: estos procedimientos no parecen ser los más apropiados.

26 Julio 1980

Soria: nueve razones y una convicción

Ricardo de la Cierva

Ministro de Cultura

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No para ejercer el derecho de réplica, sino el más elemental de legítima defensa, desearía puntualizar algunas afirmaciones del «Editorial» publicado en EL PAIS el jueves 24 de julio sobre mi actuación en torno a la variante Sur de Soria.

1. El puente proyectado no pasará «por encima de San Polo», sino más lejos de San Polo que el actual puente del ferrocarril.

2. No irá «rayando los muros de San Saturio», sino a más de un kilómetro de San Saturio.

3. No se construirá «hollando San Juan del Duero»; es la variante Nortequien hollaría San Juan del Duero, no la Sur. Véanse mapas, por favor.

4. «Urge una solución a este tráfico aberrante». Totalmente de acuerdo: un tráfico que está hoy provocando gravísimos peligros de deterioro en dos monumentos esenciales: Santo Domingo y la concatedral de San Pedro, sin que nadie proteste en su defensa.

5. «Nadie podrá convencernos de que no había otra solución». Tras años de estudio, el Ministerio de Obras Públicas no reconoce otra solución. No hay otras soluciones, sino ideas no realizables. Naturalmente que aceptaré otra solución viable, si existe. Una solución, no una simple dilación.

6. «El desaguisado del. Crimen de Cuenca». Ni denuncié ni secuestré esa película. Apúntese, pues, «el desaguisado» a quien corresponda.

7. «El ministro se apoyó en un principio en la opinión y las fuerzas populares sorianas, al parecer, aplaudían el puente». Sigue plenamente vigente la solicitud-lnforme que, al pedir mi apoyo en favor de la variante Sur firmaron todas las fuerzas políticas y populares de Soria: ayuntamiento, diputación, comisión de corporaciones locales, AP, UCD, PSOE, PC, Asociación de Vecinos Yagüe y todos los parlamentarios, menos el del PSOE (pero el secretario provincial del PSOE sí firmó). Ni una sola de esas firmas se ha retirado. Es, por tanto, falso que «sólo los representantes de la UCD soriana, municipal y parlamentaria, dan su aprobación al plan Sur».

8. «Una guerra en que el poder político, sin atender a más razones, ha resuelto por su cuenta y riesgo ». Por el contrario:

a) Al retirar el expediente sobre el conjunto, he mantenido losexpedientes para la declaración monumental de San Polo y San Saturio.

b) He atendido a las razones del pueblo de Soria, manifestadas en documento oficial y público -que tengo a disposición de quien lo desee comprobar- por todas las instituciones representativas y todos los partidos políticos de la ciudad y la provincia.

c) He considerado, con todo respeto, las opiniones contrarias, pero creo que es el pueblo de Soria y no personas, aun cargadas de méritos y de prestigio, que no viven en Soria, quien debe decidir sobre sus propios valores culturales.

d) Naturalmente que si el pueblo de Soria se retractase del documento que suscribieron sus representantes el 28 de marzo, yo me atendría, estrictamente, a su decisión, expresada de forma tan fehaciente como la anterior.

Naturalmente que puedo estar equivocado, pero creo que no lo estoy. Nunca he estudiado un problema tan a fondo como éste. He recorrido personalmente los lugares en litigio, he hablado con docenas de expertos, he examinado antecedentes y consecuencias con el mayor interés. He comprobado que nadie se opuso al proyecto Sur durante el periodo de información pública. Se me puede acusar, en este caso, de cualquier cosa menos de empecinamiento o de arbitrariedad.

He llegado a la firme conclusión de que Soria, ciudad y provincia, se ahoga sin una variante; y de que cualquier proyecto que no sea lavariante Sur, retrasaría por más de diez años la solución definitiva. Por otra parte, el proyecto Sur puede realizarse con todo respeto a los valores históricos y culturales de la zona, aunque tal vez produzca incomodidades de tipo privado, que deben ceder ante el interés público.

No quisiera para Soria el destino de Calatañazor: enclave histérico que para convivir con tres monumentos de primer orden cuenta hoy sólo con una docena escasa de vecinos. En la práctica, Soria va a ahogarse y va a morir sin la variante Sur. Así me lo afirmó Soria de forma abrumadora y fehaciente. Contribuir a la defensa de una ciudad contra el ahogo y la muerte me parece una actitud profundamente cultural. Si las distinguidas personalidades y asociaciones que se oponen a la variante Sur logran su propósito y la ciudad se salva por otros medios, estará claro que los representantes de Soria y el ministro se habrían equivocado. Pero si estamos en lo cierto, y por mi parte estoy seguro de ello, que cada uno peche con la responsabilidad de haber acelerado, por nobles motivos estéticos, la agonía irreversible de una ciudad casteIlana.

Ricardo de la Cierva historiador, periodista y escritor es, en la actualidad, ministro de Cultura.