12 mayo 1977

La medida está considerado como una decisión del vicepresidente del Gobierno, General Gutiérrez Mellado

El director de EL ALCÁZAR, Antonio Gibello, procesado por la Justicia Militar por la acusación de ‘incitar a la rebelión’ por publicar artículo del seudónimo ‘Alexandros’

Hechos

  • El artículo El día de las Fuerzas Armadas publicado por el director del diario EL ALCÁZAR, D. Antonio Gibello, el 12.05.1977 causó que fuera procesado por la justicia militar por un posible delito de incitación a la rebelión de las Fuerzas Armadas, previsto y penado en el artículo 290 del Código de Justicia Militar.

12 Mayo 1977

El día de las Fuerzas Armadas

Alexandros NU.

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Como ya es tradicional, el próximo día 29 parece ser que se celebrará en Madrid un desfile militar. Una vez más las Fuerzas Armadas, nación en armas – no pueblo en armas – saldrán a la calle en la paz de España para hacer constar la permanencia de su presencia y la inalterabilidad de su presencia. Sin embargo, algo parece indicar que este año, la parada militar y sus icrcunstancias van a tener unas ciertas diferencias con lo acostumbrado hasta ahora. Quizá valga la pena analizar siquiera sea brevemente algunas diferencias.

Por primera vez desde 1939 se va a presentar un desfile conmemorativo del día de las Fuerzas Armadas y no el desfile de la Victoria, como hasta ahora había sucedido. Ya el año pasado hubo una fuerte controversia. Entonces – y con muchos esfuerzo – prevlaeció todavía el criterio heróico. Era de esperar, a la vista, no ya de la ruptura, sino del destrozo total y conceinzudo que se ha hecho del Régimen, que este año prevaleciese el criterio político, no distinto, sino antagónico y diametralmente opuesto al anterior.

Una vez más – y es de temer que no sea la última – las Fuerzas Armadas han cedido a una imposición política y una vez más se aducirá como razón para esta cesión su patriotismo. En verdad que se está usando y abusando en demasía de ese patriotismo y en su nombre y valiéndose de él se está llegando a un desmantelamiento sistemático, incluso en el puro concepto geográfico de la Patria, aprovechándose de unas Fuerzas Armadas que están demostrando una disciplina que llega a alcanzar grandes heróicos, peor que más pronto o más tarde, si se las sigue presionando, recordarán l oacertado de aquella frase polémica, dignamente pronunciada en dramaticas y recientes circunstnacias: «Antes de la disciplina está el honor». Lo cierto es que a las Fuerzas Armadas se las ha privado del legítimo orgullo de conmemorar una victoria que hizo posible España; que los que sepan, puedan y quieran juzguen si esto atenta o no a su honor.

Pero no es esto sólo. Parece ser que, también por primera vez sólo desfilarán tropas a pie. Será curioso ver desfilar a la División Acorazada, la mejor, más completa y más potente de las unidades del Ejército Español, sólo a pie y con armamento ligero; pero, eso sí, perfectamente conjuntada al compás de sonoras marchas militares, que ya no sirven para llevar las Banderas de la Victoria.

Se dice que el motivo es la escasez de materias energéticas y que el Ejército es el primero que debe desmostrar susteridad en su consumo. Cabría preguntarse si realmente sale tan caro mover unos Batallones de carros por el paseo de la Castellana y si, antes que forzar al Ejército a más penuria de la que ya padece, no habría que pensar en reducir otros muchos gastos y consumos mucho menos útiles, aunque quiza más rentables para políticas concretas de partido.

No vale el engaño. De acuerdo en que se acepten disciplinadamente las órdenes, pero lo menos que no se tome por tontas a las Fuerzas Armadas. Es evidente que en plena campaña electoral y con unos partidos políticos que, pese a su legalización, siguen manteniendo un espíritu subversivo – y aquí sí que es tonto el que no lo admita – lo que de verdad se pretende es que el desfile de las Fuerzas Armadas no dé la impresión de la potencia que realmente tienen, para que no se considere como un acto de provocación o de coacción frente a esos partidos que esperan y desean la más mínima excusa para acusar al Gobierno de dictatorial y continuista. Todo vale, con tal de tener contentos a esos partidos revolucionarios y lo curioso es que, por su propia esencia, ellos no estarán nunca contentos hasta que hagan reventar a España.

Y para las Fuerzas Armadas de España ese paseo va a ser casi Vía Dolorosa, porque, y ésta es la última diferencia con años anteriores que se intentaba analizar, este año el desfile militar va a contar con la presencia activa del falmante Partido Comunista de España.

Empiezan a conocerse las consignas que, con respecto al desfile, están impartiendo el PC  a sus militantes. Deben acudir de forma que ocupen las primeras filas para que su presencia no pase desapercibida; dentro de la ostentación de esta presencia deben mostrar una clara actitud de respeto hacia el Ejército; deben saludar francamente con el puño el alto y mostrar claramente sus colores e insignias.

¿Y esto no es provocación? Ante este público «respetuoso» van a ofrecer el espetáculo de su fesfile las Fuerzas Armadas, muchos de cuyos Jefes lucharon contra el comunismo; muchos de cuyos Jefes, Oficiales y Suboficiales vieron o sintieron caer en la lucha o vilmente asesinados por el comunismo a sus más próximos y queridos familiares; la totalidad de cuyos Jefes, Oficiales y Suboficiales se han educado y se han formado en el amor a una Patria que el comunismo quiere destruir. Si se ha evitado la provocación a los partidos políticos y concretamente al comunista, ¿no se podría hacer por evitar una nueva humillación a los soldados de España?

A la vista de todo esto y de mucho más que, por sabido, se calla, resulta hasta lógico que no se celebre el día de la Victoria, porque la verdad es que hay que reconocer que no ha existido tal victoria. La triste realidad es que en 1939 hubo, a lo sumo, un simple triunfo militar en una batalla; pero la guerra, la auténtica y completa guerra, la presentida Cruzada contra el marxismo, esa se empezó a perder el 20 de noviembre de 1975 y quiera Dios que en este triste y desastroso 1977 no esté ya irremediablemente perdida.

En estas condiciones, los que todavía tengan ganas de asistir, van a presenciar más que un desfile militar, el paso de unas tropas, privadas de su armamento peculiar, por una carrera cubierta de puños en alto, hoces y martillos. En realidad será la moderna versión de las Horcas Caudinas.

Alexandros NU.

18 Mayo 1977

La repulsa

DIARIO16 (Director: Miguel Ángel Aguilar)

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La junta de Jefes de Estado Mayor se ha visto obligada a manifestar su repulsa por el contenido de un artículo aparecido la pasada semana en el vespertino madrileño EL ALCÁZAR, órgano de la Confederación de Combatientes.

Si el artículo que provoca la censura de la máxima jerarquía castresne – un artículo donde se elucubra con un posible golpe de Estado y donde se denuesta por ignominioso el nuevo estilo de la parada militar del próximo 29 de mayo – hubiera aparecido en un diario que no gozase de las impunidades casi consustanciales a EL ALCÁZAR ¿No se habrían traspasado los límites de la mera repulsa? ¿Qué entienden nuestras leyes por incitar a la rebelión? ¿Por qué no se investiga quienes se encuentran tras esa habitual firma de Alexandros, siempre acompañada de diferentes signos de alfabeto griego y siempre insuflada del más provocador espíritu pinochetista? EL ALCÁZAR maneja a su antojo el concepto del honor de las Fuerzas Armadas y parece disponer de ancha carta blanca. No tanta, sin embargo, como para explicar algún día, en esa misma página donde se insinúa que el Gobierno ha restringido carburante al Ejército para poder derrochar caudales en propaganda electoral, quien paga en realidad cada una de esas líneas que sólo algunos españoles, cargados de frívolo sentido del humor o de curiosidad digna de Menéndez y Pelayo, leen de tarde en tarde. ¿Quién está en esa Confederación de Combatientes, cuyo órgano tan abiertamente incita a detener la marcha política del país para imponerle un trauma de incalculables consecuencias?

Un militar de talante radicalmente opuesto al inaceptable golpismo del diario de la Confederación, el teniente general Díez Alegría, señalaba ya en 1968 que tal clase de corporaciones paramilitares podían constituir un peligro en cuanto que podrían aprovechar el nombre del Ejército para conseguir fines políticos a favor de una parte arriscada de sus miembros’. El propio Díez-Alegría alegaba la conveniencia de que no formaran parte de ellas oficiales en activo ‘que pudieran servir de trampolín para cualquiera de las formas de esos posibles excesos’.

En la misma sintonía de EL ALCÁZAR dos políticos de la temerosa Alianza Popular, Carlos Arias y Torcuato Luca de Tena, pedían el último sábado al Ejército que interviniera para evitar que las próximas Cortes, las que elegirán todos los españoles, pudieran llegar a ser Cortes Constituyentes. A tal miedo, tal desatino. La repulsa oficial del mando militar parece dejar bien claro que la era de las libertades a punta de fusil, la era del sojuzgamiento de quienes perdieron aquel 1 de abril, está para siempre ida. El honor del Ejército está en función de su capacidad para salvaguardar la voluntad soberana del pueblo. El ejército no puede ser monopolio de esa clase dominante que ahora le guiña un ojo para que acuda a defender sus amenazados privilegios. La unidad de la patria no tiene nada que ver con el abuso, largo tiempo sostenido, que esconde en su trastienda la más estúpida y cruel de las violencias