El líder de EH Bildu, Arnaldo Otegi, designa como candidato a lehendakari del partido a Pello Otxandiano

EH Bildu ha jugado su carta para las elecciones vascas de 2024 apostando por Pello Otxandiano como candidato a lehendakari. La elección tiene un toque estratégico evidente: un rostro joven, sin historial criminal, y que parece un símbolo de renovación. Pero las apariencias engañan. Aunque Arnaldo Otegi, tras el fin de su inhabilitación, podría haber asumido el papel protagonista, ha preferido mantenerse en la sombra, dejando que su influencia persista sin ocupar la primera línea. Sin embargo, la elección de Otxandiano pone en evidencia los límites del cambio dentro de EH Bildu.

Por mucho que Otxandiano sea un salto generacional, su negativa a condenar a ETA de forma explícita lo mantiene anclado al pasado, un lastre del que Sortu y su entorno político no parecen capaces de desprenderse del todo. Mientras figuras como Oskar Matute o Jon Iñarritu han optado por romper con esa mochila histórica, Otxandiano sigue siendo un candidato con un pie en las viejas dinámicas abertzales. Esto alimenta la esperanza del PNV, que confía en que, aunque Bildu atraiga votos inéditos para la izquierda abertzale, no logre superar esa barrera de confianza con sectores más amplios del electorado vasco. ¿Renovación? Sí, pero a medio gas. La hegemonía del PNV puede estar a salvo.

J. F. Lamata