EL MUNDO acusa a TVE de pagar heroína para que una toxicómana participara en un reportaje de ‘Informe Semanal’

Televisión Española adquirió droga para la ambientación de un programa sin aportar ningún tipo de justificantes, según el borrador de la auditoría de la Intervención Delegada en el Ente Público, correspondiente a los diez primeros meses de 1991, a la que ha tenido acceso este diario. Este informe tiene por objeto el análisis de la gestión de los programas de los Servicios Informativos de TVE. En el apartado referido a gastos de producción, la auditoría refleja la adquisición de droga para ambientar un programa informativo, aunque no especifica el nombre del mismo. No obstante, el informe subraya que «debe vigilarse esta práctica para evitar que se convierta en un procedimiento habitual para no justificar anticipos».

Durante los diez primeros meses de 1991, la Intervención Delegada en el Ente Público encontró, en varios espacios de TVE, una serie de cantidades sin justificar: Telediario (296.000 pesetas); Espiral (74.000); La tabla redonda( 25.000); Informe semanal (878.000); Guerra del Golfo (801.000 pesetas) e Institucionales (177.000). La auditoría llega a la siguiente conclusión: «Parece excesivo el número de certificados sin justificantes que presentan algunos programas; prácticamente cada liquidación incluye uno o varios certificados de este tipo, desde llamadas telefónicas en cabina, compra de Prensa e invitaciones de todo tipo». En este apartado se añade: «Los productores pagan directamente algunas facturas que podrían tramitarse a través de los Servicios Centrales. Por ejemplo: traducciones o una estancia en el hotel gestionada por la empresa Marsans para Informe semanal. No suele aplicarse retención fiscal en el pago de colaboraciones mediante anticipos de producción. Deberían darse normas al respecto a los productores». El informe también se detiene, especialmente, en los viajes y dietas en el área de los Servicios Informativos. Los gastos de este tipo (durante los 10 primeros meses de 1991) se cifraron en 326 millones de pesetas, de los que unos 57 millones correspondieron a la cobertura informativa de la Guerra del Golfo. En sus conclusiones, se destaca que «las firmas de autorización de las órdenes de dietas aparecen sin antefirma, lo que impide comprobar si quien autoriza tiene competencias para ello».

También se pone de manifiesto que «para cubrir la retransmisión de un partido de fútbol en Moscú acudieron dos equipos de rodaje, uno de Deportes y otro de Informativos; o el desplazamiento de nueve profesionales para cubrir un viaje institucional a San José y Managua». Por ello, el informe recomienda «un mayor aprovechamiento de los recursos humanos, una mayor coordinación entre las diversas áreas productoras de TVE y entre éstas y las corresponsalías, con el fin de detener los gastos asociados a los viajes». En cuanto a la compra de materiales, se especifica que «la falta de un control adecuado impide asegurar que dichas compras se estén gestionando adecuadamente».

El programa informativo de Televisión Española Informe semanal compró droga en 1991 para que un «yonqui» accediera a aparecer en pantalla mientras se pinchaba, según confirmaron a EL MUNDO fuentes de este espacio. El programa contactó con un drogadicto porque quería grabar unas imágenes con una persona inyectándose heroína. Según las mismas fuentes, el «yonqui» exigió a integrantes del equipo de Informe semanal que le compraran «al menos cinco gramos de heroína» si querían grabarle. Y el programa de TVE accedió, con un coste para la empresa estatal no superior a las 20.000 pesetas. Este pago coincide con la denuncia formulada por un informe de la Intervención Delegada durante 1991, en el que se subraya que TVE adquirió droga para la ambientación de un programa, «sin aportar justificantes». La dirección de comunicación de RTVE se negó ayer, pese a los reiterados intentos de este diario, a verificar oficialmente esta denuncia.

No obstante, fuentes de la dirección de RTVE confirmaron que Informe semanal adquirió heroína por valor de 20.000 pesetas, justificadas como gastos de «atrezzo» del programa. Las mismas fuentes dijeron que se había abierto un expediente informativo sobre este asunto, aunque no se llegó a destituir al responsable. Preguntada sobre este tema, Ana Cañil, directora de Informe semanal hasta finales de septiembre de 1991, señaló a EL MUNDO: «No tengo nada que decir sobre este asunto. Y ahora mismo te voy a colgar el teléfono». Mientras, el PP e Izquierda Unida pedirán al Gobierno y al director general de RTVE, Jordi García Candau, que explique en el Congreso en qué consistía la ambientación con droga de un programa, el nombre del espacio, a quién se compró y por qué no se justificó esa adquisición, tal y como reflejaba el borrador de la mencionada auditoría. Antonio Romero, diputado de IU, consideró «tremendo» que TVE compre droga para ambientar un espacio informativo: «Pediremos todo tipo de explicaciones. Cuando hablamos de que una empresa pública compra droga, lo mínimo que hay que exigir son justificantes».

Un portavoz de la Policía consideró «extraño» que se adquiera droga para la ambientación de un espacio de televisión: «Se puede también ambientar con azúcar. Pero si se ha decidido, no entiendo por qué no lo justifican». El informe de la auditoría subrayaba que «debe vigilarse esta práctica para evitar que se convierta en un procedimiento habitual». Informe semanal, el programa bandera de los informativos no diarios de TVE, aparecía en 1991 como el espacio que más había gastado sin «aportar justificantes». En concreto, Informe semanal gastó sin justificar, durante ese periodo, 878.000 pesetas; Telediario (296.000); Espiral (74.000); La tabla redonda (25.000); informativos especiales sobre la Guerra del Golfo (801.000) y espacios institucionales (177.000). La auditoría llega a la siguiente conclusión: «Parece excesivo el número de certificados sin justificantes que presentan algunos programas. Prácticamente, cada liquidación incluye uno o varios certificados de este tipo, desde llamadas telefónicas en cabina a compra de Prensa».

O este negocio de la información ha cambiado mucho en poco tiempo o yo estoy ya en otro mundo. Cuando ayer este periódico informaba sobre la compra de droga por parte de TVE para que un «yonqui» se la inyectara ante las cámaras del programa Informe Semanal, todo el mundo, desde los partidos políticos hasta la propia TVE parecían preocupados única y exclusivamente porque las veinte mil pesetas que costó la heroína comprada por la empresa pública no tuvieran un justificante claro y se metieran, al parecer, en gastos de «atrezzo». En el hecho, para mí tremendo, de que una televisión compre un trozo de vena a un «yonqui» porque necesite imágenes de alguien metiéndose un pico, nadie parece estar interesado. ¿Tan bajo hemos caído que nos preocupa más la justificación del gasto que la verdad? Porque se diga ahora lo que se quiera decir, pactar con un «yonqui» un pico de heroína a cambio de que se deje grabar en el momento cumbre es provocar el drama, engañar, pura y simplemente, al espectador con el agravante terrible del desprecio que supone comprar a un ser humano un poco de su vida para negociar con su dependencia de la droga unas imágenes que impacten, que vendan bien. ¿Cuánto valen las dramáticas escenas de Informe Semanal: cinco gramos de heroína? Y si el «yonqui» hubiera pedido diez gramos ¿se le habrían dado? ¿Y quince? ¿Quién se atrevió en el programa a poner precio a un pico en vivo y en directo? Y en caso de estropearse una cámara o un foco ¿qué se habría hecho, repetir la toma con otro pico, cambiar de «yonqui»? No entiendo nada; me niego a creer que todo esto haya sido cierto porque está más allá de la basura, está en la frontera del delito, de la manipulación y de la mentira. Ninguna televisión tiene derecho a provocar imágenes ni a manipular la realidad y menos aún cuando esa realidad se mete en el mundo siempre peligroso de las drogas. Lo que aquí los expertos califican como televisión basura es al menos reciclable. La televisión mentira acabará con todos y con todo.

La consejera del Partido Popular en el Consejo de Administración de RTVE, Encarnación Valenzuela, presentará mañana una denuncia ante el Juzgado de Guardia contra la directora de informativos de TVE, María Antonia Iglesias, por no haber puesto en manos de la Justicia la compra de droga para un reportaje del espacio Informe semanal, hecho que reflejaba la auditoría oficial de 1991 realizada por Hacienda. Profesionales del mencionado espacio, adscrito al área de informativos, compraron heroína por valor de 20.000 pesetas y se la entregaron a un «yonqui» a cambio de que éste se pinchara ante las cámaras, tal y como publicó ayer EL MUNDO. Ante la gravedad de los hechos, la consejera del PP ha optado por presentar una denuncia a título individual: «Tengo la obligación, como representante del Consejo de RTVE, de denunciar ante la Justicia este asunto. También lo debería haber hecho María Antonia Iglesias cuando tuvo conocimiento del mismo. Los responsables de RTVE podrían ser culpables de encubrimiento, al no adoptar medidas drásticas cuando se supo que un programa había adquirido droga. Además, se ha vulnerado el Estatuto de RTVE, fomentando el consumo de droga a través de una televisión pública».

En opinión de la representante del PP, «el asunto tiene una especial gravedad, ya que la compra de droga aparece en un documento oficial y no se depuraron responsabilidades». «Comprar droga -añadió- para dársela a un «yonqui» es ilegal. Me extraña que teniendo conocimiento de estos mismos hechos, Jordi García Candau no haya actuado. También me extraña que no haya actuado el Ministerio de Hacienda y el fiscal general del Estado. No entiendo cómo no han actuado esas instancias, estando la información recogida en un documento oficial de Hacienda». Fuentes policiales también coincidieron en la posibilidad de que se haya incurrido en responsabilidad penal. «Si se compró droga y se le entregó a una persona, eso podría ser inducción al delito». La Policía, según pudo saber este diario, tiene fundadas sospechas de la utilización, de manera habitual, de esta práctica en algunos medios de comunicación. Las mismas fuentes añadieron que no tiene ningún sentido comprar estupefacientes para ambientar un programa: «Como ambientación, puede parecer más real una mezcla de Cola-Cao y arena de playa, que la propia heroína. Y la televisión que quiere contar cómo se falsifica un carné, no suele recurrir a un falsificador para que aparezca en pantalla». Como conclusión, indicaron que «puede tratrarse de un caso similar al del pago con droga a confidentes de la Guardia Civil». La compra de droga por parte de TVE ha generado ya reacciones de los partidos políticos, en un tono especialmente crítico. Javier Arenas, vicesecretario del Partido Popular, señaló que «es absolutamente intolerable que se puedan cometer presuntos delitos en beneficio de una información». «Desde la televisión pública -agregó- no se puede invitar a un ciudadano para que atente contra su salud». El PP presentará mañana una pregunta parlamentaria al Gobierno en los siguientes términos: ¿Conocía el Ejecutivo que TVE había comprado droga -tal y como aparece reflejado en una auditoría oficial de Hacienda- y si ésto no le parece suficiente para destituir a Jordi García Candau, Ramón Colom y María Antonia Iglesias?».

El diputado de IU, . José Luis Núñez, comentó ayer que «es completamente inadmisible y reprobable este tipo de conductas». Izquierda Unida pedirá explicaciones en el Congreso a Jordi García Candau, como ya había anunciado el diputado Antonio Romero. Por su parte, Jaime Martínez, secretario general de CCOO en RTVE, afirmó que la dirección general de RTVE debería dar explicaciones, porque no es habitual que se compre droga para un programa de televisión. «En cualquier caso, parece que éste ya es un tema del juez Garzón».

Destacados juristas consultados por EL MUNDO coinciden en que los miembros del equipo de «Informe Semanal» que entregaron droga a un heroinómano, a cambio de que se pinchara ante las cámaras, cometieron un delito de tráfico de drogas. Tal y como ha quedado claro con relación al sumario de la Unidad Antidroga de la Guardia Civil, el artículo 344 del Código Penal tipifica la entrega de estupefacientes como delito contra la salud pública, exista o no ánimo de lucro. La comparación es pertinente porque tanto el comandante Pindado y sus subordinados como los miembros de «Informe Semanal» implicados en el montaje, buscaban la eficacia por encima de cualquier otra consideración. La denuncia que hoy presentará el PP en el juzgado puede contribuir a aclarar las responsabilidades penales, pero TVE tiene la obligación ética de depurar las de carácter profesional. Sobre la droga y su posible legalización caben todo tipo de opiniones. Lo que no tiene vuelta de hoja es que «fabricar» de esa manera una noticia es un vergonzoso acto de amarillismo informativo que ningún medio de comunicación, y menos el ente público, puede dejar impune. El silencio que mantiene la dirección de RTVE desde que EL MUNDO descubriera el viernes lo ocurrido empieza a adquirir caracteres de complicidad. Resulta significativo que del entorno de ese programa surgieran no ha mucho descalificaciones contra la prensa independiente -«sindicato del crimen»»,. «limpieza étnica»- que quedaron acuñadas en un semanario y fueron profusamente citadas luego por los prebostes del periodismo gubernamental.

Ramón Colom, actual director de TVE, propuso a una toxicómana cuando él era director de Informe semanal que apareciera en un reportaje inyectándose heroína, conociendo además que la droga iba a ser pagada por este programa de Televisión Española. Un equipo de reporteros de este espacio entregó unas 30.000 pesetas a esa toxicómana y acompañó a comprar la droga a ella y a un grupo de adictos para poder filmarlos «pinchándose» heroína, según consta en la declaración realizada por V.A.G, una de las personas que fue filmada por Informe semanal, ante el notario Gerardo Muñoz de Dios. Esa declaración notarial fue entregada ayer por EL MUNDO en el juzgado número 21 de Madrid. Colom, uno de los querellantes contra EL MUNDO por un hecho similar denunciado por este periódico hace unas semanas, conocía que el dinero entregado por los reporteros de TVE era para comprar esa droga. V.A.G. llamó de forma espontánea a este periódico, tras conocer, a través del Telediario, la querella presentada por Televisión Española contra EL MUNDO. Este es el relato -presentado ya ante la juez encargada de dictaminar sobre la demanda interpuesta por TVE- de cómo, fueron esos hechos, realizado en primera persona por la protagonista. «En la primavera de 1982 o 1983, yo V.A.G. recibí aproximadamente 30.000 pesetas, en un cheque, de un equipo de reporteros de Informe semanal, entre los que se encontraba C.P., para que adquiriera heroína y con ella inyectarme ante las cámaras de Televisión Española para un reportaje de este espacio. En aquella época yo era una toxicómana, aunque en la actualidad he rehecho mi vida. Yo, y un grupo de adictos más, fuimos a comprar la heroína con el equipo de Televisión Española a las chabolas de Pies Negros, zona situada en el barrio de Entrevías.

Conociendo mi drogadicción, Ramón Colom, director entonces de Informe semanal y persona con la que me veía con cierta frecuencia, me propuso aparecer en este reportaje. El actual director de TVE conocía que Informe semanal me daría el dinero para comprar unos gramos de heroína e inyectármelos en pantalla, como así se hizo. Posteriormente, dado el escándalo que organizó el programa, el propio Ramón Colom me comentó que si alguien me preguntaba sobre este asunto, dijera que el «picotazo» era simulado, dado que podría causarnos problemas legales. En el mencionado espacio también aparecieron, pinchándose ante las cámaras, un grupo de adictos en una habitación, a los que no se les veía su rostro, dado que todo ellos tenían problemas pendientes con la Justicia. Estos adictos a la heroína, con los que yo mantuve contacto, residían en Entrevías. Televisión Española también les pagó, en algunos casos con cheques, para que adquirieran esa droga. En el programa aparecemos pinchándonos en un piso situado en Entrevías, propiedad de uno de los adictos. Ante las cámaras de TVE, yo cuento y preparo las dosis de heroína, con cucharilla incluida. También en el propio reportaje cuento que voy a incluir un poco de limón para que me hiciera más efecto la dosis. Después, me inyecté la heroína en el brazo izquierdo en presencia de los reporteros de Informe semanal. En esa habitación se encuentran mis compañeros, igualmente toxicómanos, que también se inyectan ante las cámaras. En ese reportaje, yo narro los problemas que me crea esta adicción. También aparecen mis hijos, entonces en un guardería de El Escorial (Madrid), adonde se desplazaron los reporteros de Informe semanal, así como un centro de rehabilitación de toxicómanos situado en Guadalajara e imágenes del entonces compañero mío F.T.G., preso en Carabanchel. Recuerdo que el reportaje causó una gran polémica, que fue recogida en las páginas del diario ABC. Este diario criticó duramente la emisión dé ese reportaje. También recuerdo que las imágenes volvieron a aparecer en el resumen que suele hacer este programa al final del año.

Tras mi aparición en pantalla, un reportero de la revista Interviú intentó persuadirme para que contara en su revista mi problema con la droga. No accedí, aunque sí le comenté a Ramón Colom este hecho. Fue después cuando él me dijo que si alguien me hacía preguntas respecto al reportaje emitido, mintiera y contase que la droga que me había inyectado en pantalla era simulada. Colom me advirtió que podríamos tener problemas si decía la verdad. El jueves 25 de marzo de este año, escuché en el Telediario 2 que se había admitido a trámite una querella contra EL MUNDO por afirmar que Informe semanal adquirió heroína para que un «yonqui» se pinchara ante las cámaras. Me indigné tan profundamente por la postura de los directivos de RTVE, especialmente del propio Ramón Colom, que decidí llamar al periódico y contar los hechos que yo había vivido una década antes. Porque Informe semanal me dio dinero para que yo hiciera lo mismo. Recientemente llamé a Ramón Colom a su despacho de Televisión Española. Su secretaria me dijo que no estaba. Volví a llamar, pero se encontraba reunido. Entonces le dije a la secretaria que le transmitiera lo siguiente: «Dile que me parece muy mal lo que están haciendo con la querella a EL MUNDO, y que voy a contar toda la verdad de un reportaje que él sabe a ese periódico»». A preguntas de este diario, Ramón Colom contestó ayer, a través del fax, que «los hechos imputados son totalmente falsos».

AYER acudieron al juzgado Pedro J. Ramírez y Francisco J. López, autor de las informaciones sobre la compra de droga en Televisión Española, a declarar por las querellas presentadas por la dirección de TVE y por varios redactores de Informe Semanal. Ambos pusieron de relieve que no existe ninguna duda sobre la veracidad de lo publicado porque desde un primer momento se contó con cuatro factores que corroboraban los hechos denunciados: 1º.- El contenido del informe de la intervención de Hacienda que especificaba que TVE había comprado droga; posteriormente la propia dirección de TVE reconoció que se adquirieron dos papelinas por 20.000 pesetas, lo que calificó de «acción irresponsable» que conllevó la apertura de un expediente a la persona que efectuó dicha compra. 2º.- El testimonio de un informador que tiene la sección de Televisión de EL MUNDO dentro de Informe Semanal -cuya identidad no se ha revelado para no poner en peligro su puesto de trabajo-; su solvencia venía avalada por confidencias anteriores que permitieron adelantar contenidos de otros programas como el que se dedicó a la década socialista. 3º.- Se contaba con el testimonio del periodista Manuel Marlasca, publicado el pasado día 1, en el que relataba cómo acompañó a un equipo de Informe Semanal para localizar a un adicto que estuviera dispuesto a inyectarse ante las cámaras y cómo el responsable del equipo alardeó del buen resultado de la grabación. 4º.- La actitud de los portavoces de TVE que se negaban a dar información oficial, aunque oficiosamente ratificaban que era cierta la compra de heroína. Posteriormente han corroborado estos extremos dos elementos adicionales: por un lado, las contradicciones entre responsables de TVE a partir de la utilización de un reportaje sobre la cocaína, Pasarse de la raya para tratar de desviar la atención, ya que EL MUNDO nunca aludió a tal trabajo. Por otro lado, nuevos testimonios indican que la práctica de pagar a adictos para que se inyecten ante las cámaras no es nueva EL MUNDO puso ayer a disposición del juzgado la declaración notarial de una ex toxicómana, V.A.G., que en un acto de valentía cívica digno de encomio explica que el propio director de TVE, Ramón Colom, cuando era responsable de Informe Semanal, le pidió que se pinchara ante las cámaras con droga comprada con dinero de TVE. EL MUNDO no pretende ni poner en entredicho a los profesionales de Informe Semanal la mayoría ajenos a estos hechos, ni poner el énfasis en una conducta que, al margen de su licitud, es reprobable desde la ética profesional, y más en un medio público. Este periódico desea denunciar a quienes, pese a estar directamente implicados, llevan su servilismo hacia el Gobierno al extremo de querellarse contra EL MUNDO. Pretende también que, con todos estos elementos, Jordi García Candau abra de una vez una , investigación seria sobre la compra de droga en TVE y sobre los descarados intentos de tapar lo sucedido con informaciones descalificatorias hacia este diario. Si no lo hace habrá que pensar que tiene sus propias razones para que se oculte la verdad.

El periodista Antonio Herrero entrevistó ayer en su programa Primera Hora, en la Cope, a la ex adicta V.A.G., quien narró ante los micrófonos la experiencia vivida en Informe Semanal, que pagó heroína para que se inyectara ante las cámaras. Este es un extracto de la entrevista, en la que V.A.G. responde al nombre de «María» para facilitar el diálogo.

Pregunta.- María, ¿por qué has hecho esta declaración ante notario?

Respuesta.- Bueno. Cuando yo escuché la noticia de la querella en el Telediario estaba trabajando, y oí que Televisión había puesto una querella contra EL MUNDO. Me indigné muchísimo. Inmediatamente llamé por teléfono, hablé con Francisco J. López y le dije que me habían hecho un reportaje en Informe Semanal y que tenía constancia de que mentían.

P.- Es decir, te rebelabas contra lo que crees una mentira porque has vivido un hecho similar.

R.- Es que me indigné muchísimo. Soy una persona bastante impulsiva: cogí el teléfono y dije: «Qué va, estas mentiras no las pueden decir».

P.- María, ¿cómo llegaste al mundo de la droga?

R.- Pues hace muchísimos años, todavía en la época de Franco. Me junté con una gente y lo típico de estos casos: empiezas fumando porros, luego vas a más hasta que de golpe y porrazo me vi enganchada. No sabía ni lo que era el enganche. Yo, el día que me vi con un síndrome de abstinencia, los siguientes picotazos que me daba eran llorando, decía: ¡Madre mía dónde me he metido! He estado once años consumiendo droga, pinchándome. Once años, que es fácil decirlo, pero son once años.

P.- O sea que has vivido un infierno tremendo…

R.- Tremendo, porque además con mis hijos yo lo he pasado muy mal, muy mal. Y estoy muy al margen o sea, totalmente, ya.

P.- Porque te rehabilitaste.

R.- Sí, totalmente. Yo tuve una época que me vi tan mal, tan mal, que envidiaba a la gente normal. Me preguntaba muchas veces: «¿yo no puedo ser como esa señora que va a la compra, que lleva a sus hijos?». Los envidiaba. Hubo una gente, ahora puedo decirlo, unas monjas, que me ayudaron, me recogieron, e hice un programa, «Proyecto Hombre», que fue el que hice, que me ayudó muchísimo. Llevo seis años perfectamente.

P.- María, te voy a hacer unas preguntas, casi como un fiscal, y te pido una respuesta muy breve porque lo que vas a decir ahora va a servir ante todos los oyentes de la Cope de declaración grabada, que ni siquiera el juez tiene. ¿Es cierto María que en la primavera de 1982 ó 1983 recibiste una cantidad de dinero en un cheque de un equipo de reporteros del programa Informe Semanal?

R.- Sí, es cierto.

P.- ¿Es cierto que ese dinero te lo entregaron sabiendo y diciéndote que era para que adquirieras heroína y con ella te inyectaras ante las cámaras de televisión?

R.- Sí, es cierto.

P.- ¿Hicieron aquel reportaje?

R.- Sí, sí. Además en ese reportaje salgo yo con mi cara, porque hay personas que salen pinchándose, pero tenían problemas judiciales y salieron de espaldas. Y ellos hicieron muchísimo hincapié en que querían un reportaje un poco «boom»… porque en aquellos tiempos no se veía como se ve ahora… e hicieron hincapié en que el rito de lo que es el «pico» tenía que salir. Y fuimos a «pillar» con ellos, a Los Pies Negros, Entrevías, «pillamos» y…

P.- ¿Perdona María, «pillar» es comprar la heroína?

R.- Exactamente. Y yo, lo que me «chuto» delante de las cámaras de Televisión Española, es heroína.

P.- Ramón Colom, director entonces de Informe Semanal, ¿qué participación tuvo en el montaje?

R.- Bueno, yo a Ramón Colom le conocía de hacía ya bastante tiempo y nos veíamos esporádicamente y fue él quien me propuso hacer el reportaje. Yo lo único que quería era que… No había centros, no había nada, y que se me ayudara un poco. Me dijo: «¿quieres hacer esto?», y luego ellos ya lo hicieron a su manera. El era el director, y él sabía todo como director de Informe Semanal.

P.- O sea, sabía que ibas a comprar unos gramos de heroína e inyectártelos ante la pantalla.

R.- Hombre, él sabía cómo se iba a hacer ese reportaje.

P.- ¿Sabía que eras drogadicta?

R.- Yo se lo dije. El me conocía de antes, de cuando no era drogadicta. Que yo le conozco desde que tenía 14 años.

P.- Los otros chicos que aparecieron pinchándose en aquel reportaje ¿cómo los captaron?

R.- Por mí. P.- ¿Te dijeron que buscaras a alguien más? R.- Claro. Yo le dije a la gente: «Oye que vamos a…, que voy a hacer esto, que quién quiere salir». Y todo el mundo decía, bueno pues si nos ponen, salimos pero de espaldas. Eran las palabras que te puedo decir de esta gente.

P.- Es decir, que ante las cámaras de Informe Semanal y pagado por Televisión Española, con dinero público, compraste y te inyectaste heroína de verdad.

R.- Me inyecté heroína de verdad, no fue un simulacro. Fue mucho «boom» aquello, porque no era normal en aquella época. Ahora se ve como más normal. Pero cuando aquello no. Y yo me inyecto heroína, le echo limón, pues estaba con síndrome, y a la periodista que me estaba entrevistando, hay un momento que le digo: «Mira, perdona, espera que termine de chutarme y ahora ya te cuento lo que quieras». Porque estaba supernerviosa y no me pillaba la vena. Sale todo en el reportaje.

P.- Son situaciones escalofriantes. ¿Es cierto que Ramón Colom, una vez que había ocurrido esto y que algún reportero de una revista investigaba si era cierto, te pidió que si te preguntaban dijeras que aquello había sido un simulacro para evitar problemas legales?

R.- Después de que había pasado esto fui a casa de Ramón Colom, pasamos el vídeo y estuvimos hablando y tal, y me dijo: «Si te preguntan di que ha sido un simulacro». Dije: «Vale, de acuerdo». Porque también tengo que decir que a mí en Informe Semanal, y también te lo digo a ti, también lo sabe la gente, a mí me mandaron muchos donativos, para que yo pudiera ir a desengancharme. Con el dinero que se sacó, que eso yo no lo vi, pero el dinero fue a parar a una cuenta directa de El Patriarca, fuimos cuatro personas a Francia.

P.- Ahora, ¿qué piensas de todo aquello y de que se dé dinero a una persona para pincharse?

R.- Me asquea, realmente me asquea. Cuando aquello, aparte de que era una cría, estaba todo el día colgada. Que se pueda utilizar a gente que no está en sus cabales, porque en esos momentos no estás en tus cabales, andas buscando como sea el picotazo sea como sea, incluso dando la cara como yo la di. Hasta dando la cara y haciendo daño a muchísima gente a mi alrededor. Me parece indignante que a gente que está enferma, para dar sensación en un programa…

P.- ¿Estás ya bien?

R.- Estoy recuperada, rehecha mi vida, mi trabajo. Cualquiera de los que me conoce ahora mismo, y ya lleva tiempo conmigo, no sabe realmente, porque tampoco me interesa airear mi pasado. Mi pasado está ahí, lo he asumido y punto. Tengo completamente… o sea, no tengo contacto con nadie y tengo mi vida pues muy bien, estoy muy feliz. A menudo pienso: «Qué tonta he sido, he estado once años dormida». Ahora mismo disfruto de muchísimas cosas junto con mis hijos, desde luego.

P.- Muchísimas gracias por atender la llamada de la Cope y también por tener el valor de estando ya tranquila y apartada de este mundo terrorífico de la droga, salir en defensa de una verdad.

R.- Lo que quiero es que salga la verdad y que ya estamos, yo particularmente, cansados de tantas mentiras. Y eso es lo que no puede ser y menos en una televisión pública. Basta ya de mentiras.

La jueza María Paz Redondo ha desestimado la querella por un presunto delito de calumnias interpuesta contra EL MUNDO y la consejera de RTVE Encarnación Valenzuela por Ramón Colom, Mª Antonia Iglesias y los miembros del programa Informe semanal. Este periódico denunció hace un año que en ese programa se había comprado droga para que un toxicómano se inyectara ante las cámaras. Durante la instrucción del sumario, EL MUNDO amplió sus informaciones aportando el testimonio de una ex drogadicta que explicaba cómo Ramón Colom, director de TVE, le propuso cuando dirigía Informe semanal que se inyectara droga pagada por ese programa ante las cámaras, con lo que se evidenciaba que no era la primera vez que en TVE se realizaban estas prácticas. Tanto el director general de RTVE, Jordi García Candau, como la directora de informativos de TVE, Mª Antonia Iglesias, en lugar de intentar aclarar los hechos, prefirieron arremeter contra EL MUNDO utilizando profusamente para este fin la programación televisiva. ¿Cuál será ahora el tratamiento que darán los telediarios a la decisión de la Justicia? El auto del juzgado, que reconoce que los periodistas de EL MUNDO «cumplieron con el deber que les incumbe de comprobar la veracidad de la noticia», debería impulsar al director general y al Consejo de Administración a abrir una investigación que dilucide las responsabilidades internas.