22 enero 1990

El nuevo líder del partido, Gregor Gysi, anuncia el cambio de denominación del partido (PDS) y la convocatoria de elecciones libres en la Alemania del Este a la que podrán presentarse los partidos de derecha

El partido comunista de la República Democrática Alemana rompe con su pasado expulsado a Egon Krenz

Hechos

El 21.01.1990 el partido socialista unificado de Alemania (SED) expulsó del partido a Egon Krenz y Guenter Schabowski.

Lecturas

SCHABOWSKI TAMBIÉN EXPULSADO

Cae_Muro_Berlin Gunter Schabowski, el dirigente del SED encargado por Krenz de anunciar la destrucción del muro de Berlín también ha sido expulsado del partido e inhabilitado para ejercer la política.

28 Enero 1990

Un partido al borde del abismo

Isabel M. Moyano

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El desesperado esfuerzo de los principales dirigentes del Partido Comunista de la RDA, Hans Modrow, Gregor Gysi y Wolfgang Berghofer, no ha conseguido frenar la caída de este partido en el abismo hacia la desintegración. El SED-PDS hace aguas y sus valientes capitanes abandonan el barco. Las declaraciones del secretario de la Unión CristianoDemócrata de la RDA, Martin Kirchner, han levantado el grito en el cielo de los últimos defensores del SED: el primer ministro Hans Modrow podría abandonar su militancia en el partido en aras del bien del país. Aunque Modrow ha desmentido la noticia, la voz de alarma ya está dada. La espectacular dimisión de Wolfgang Berghofer, alcalde de Dresde, hace unos días, hizo más vulnerable un partido que lo había sido todo en la RDA. Parece que este cesé de militancia le ha venido bien, hace unos días superó con abrumadora mayoría, una moción de confianza a la que se sometió después de romper su carnet. Los rumores de estos últimos días hacían presagiar la noticia: Wolfgang Berghofer, vicepresidente del SED-PDS preparaba abandonar el partido y pasarse a las filas de los socialdemócratas germanoorientales. Otros treinta y nueve altos cargos del SED en la región de Dresde han dado han dado también el portazo, pidiendo, además, la disolución del Partido. Entre ellos, se encuentra el director de Robotron, la más prestigiosa empresa estatal de la RDA, y sucesor de Hans Modrow en la dirección regional del SEDPDS. «Mi país es más importante que el Partido», justificó Berghofer, sin precisar dónde iba: Sin embargó, junto con sus treinta y nueve compañeros, ha firmado un documento en el que afirma «dar su apoyo al programa socialdemócrata». Frente a las oleadas de cólera y frustración, frente al peligroso episodio de hace unas semanas, en el que la multitud atacó la sede de la ex policía política, STASI, el partido intenta desesperadamente ganarse la credibilidad de los ciudadanos. El pasado fin de semana, el comité de dirección, decidió expulsar a Egon Krenz y a otros trece miembros del Politburó.

Krenz, sucesor de Erich Honecker, tampoco pudo convencer a sus conciudadanos de sus intenciones renovadores. A pesar de haber dado la orden de abrir el Muro de Berlín, su pasado como «delfín» pudo con él. Compañeros de viaje de Krenz, fuerón Kurt Hager, ex ideólogo del SED, y Güriter Schabowski, ex jefe del distrito de Berlín Este. En un desesperado intento por evitar la caída total, el Partido continúa lavando su ropa sucia: el domingo día 21 empezó la acción juducial contra la ministro de Finanzas, Uta Nickel, acusada

de pagos ilegales, provocando un daño a la propiedad socialista. Joachim Herrmann, antiguo miembro del Politburó y responsable de propaganda en el Partido Comunista germanooriental, está ya tras las rejas, acusado de alta traición. Erich Honecker, enfermo y en el hospital, será juzgado por «alta traición» al Estado. El ex ministro de Defensa, Heinz Kessler fue detenido ayer por abuso de poder. Pero el presidente, Gregor Gysi rechaza la disolución del Partido. Durante el fin de semana pasado subrayó el peligro que conllevaría para la RDA, para la nación alemana y para Europa, que esta medida se tomara antes de las elecciones del 6 de mayo. Gysi reconoció que, desde su congreso extraordinario del mes de diciembre, el partido no se había renovado suficientemente. Ofreció a la oposición aceptar algunos puestos que hasta ahora han sido reservados a los miembros del partido. También se declaró partidario que una persona, sin pertenencia a ningún partido, asumiera la jefatura del Estado que hoy ocupa Manfred Gerlach, jefe del Partido Liberal. Como posible candidato citó el nombre de Kurt Masur, director de la orquesta de Leipzig. El primer ministro Modrow también ofreció el día 17 a la oposición que entrara a formar parte del Gobierno. Inmerso en un profundo, pero insuficiente, proceso de metamorfosis, el domingo se retiró incluso el símbolo del Partido de la fachada de su sede en Berlín Este: dos manos entrecruzadas sobre una bandera roja.

Sin embargo, las quejas siguen creciendo en la calle. «Nunca más el SED», «No queremos ser cobayas del socialismo» gritan los manifestantes diariamente en las calles de las ciudades de la RDA. Las huelgas -tema tabu en este país- se suceden y extienden vertiginosamente. Hospitales, conductores de taxis, empleados de la central lechera de Berlín: todos paran durante unas horas para exigir la mejora inmediata de sus condiciones de trabajo y pedir «la muerte» del SED, al que acusan de haberles engañado durante cuarenta años. Cuarenta años de engaño, cuarenta años de abuso de poder, cuarenta años de robo,’ se queja la gente que, hoy, ha perdido la paciencia. Los comunistas han arruinado el país. Exasperados por la lentitud de los cambios, los germanoorientales siguen pasándose a la RFA en bloque, entre 1.500 y 2.000 cada día. Sin embargo, todavía hay gente que reivindica la etiqueta «comunista». Plataforma comunista, sigue defendiendo este ideal. «Hay que renovar el partido cuanto antes. El ideal comunista no está muerto y el marxismoleninismo tampoco», subraya Fred Beuzhel, uno de sus dirigentes. Los seguidores de Plataforma comunista estiman que en las elecciones del 6 de mayo, el partido puede conseguir entre el 30% y el 40% de los votos, siempre y cuando no se disuelva antes. Desde el principio de la revolución, el SEDPDS ha perdido más de un millón de afliados, y se piensa que ya sólo le queda 1.200.000 seguidores con carnet. Lo que temen Gregor Gysi y algunos de sus seguidores, es que una vez aniquilado el Partido Comunista, ya no quede en la RDA ninguna fuerza política que represente los ideales de la izquierda. Prácticamente todos los movimientos opositores se han manifestado a favor de la unificación. Gregor Gysi tendrá muchas dificultades para poder trazar y ver una RDA democrática y socialista, independiente en esa «tercera vía» entre el capitalismo salvaje que se le avecina y el estalinismo de acero que quiere desesperadamente olvidar.