6 diciembre 2021

El presidente de la CNN, Jeff Zucker, despide al presentador estrella Chris Cuomo, acusado de utilizar su puesto para ayudar políticamente a su hermano, Andrew Cuomo

Hechos

El 6 de diciembre de 2021 se hizo público en prensa el despido de Chris Cuomo de la CNN.

Lecturas

El canal de televisión CNN (cadena de noticias presidida por Jeff Zucker integrada en el grupo Warner Media), ha despedido a Chris Cuomo, presentador estrella de la cadena, al que había suspendido de trabajo hace una semana mientras lo investigaba por ayudar a su hermano, el ex goebernador Andrew Cuomo con su escándalo de acoso sexual. Cuomo ha sido acusado por un lado de haber asesorado a su hermano de manera paralela al ejercicio de su labor en la CNN y por otro de también haber tenido acusaciones de acoso sexual.

Entre 2016 y 2020 Chris Cuomo fue la cabeza visible junto a Don Lemon y Jack Tapper de la oposición mediática al Gobierno de Donald Trump dentro de la estrategia diseñada por Zucker para convertir a la CNN en el contrapeso progresita a la cadena derechista Fox News (disputando ese puesto a la otra cadena progresista, la MSNBC del Grupo Comcast).

09 Diciembre 2021

NEPOTISMO, AMIGUISMO Y DEMÁS CORRUPCIONES

Víctor de la Serna Arenillas

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Corrupción es dejarse financiar subrepticiamente por intereses -comerciales o hasta delictivos- que quieren asegurarse la ayuda del político o de los políticos. Ha sido un tema informativo constante a lo largo de la historia del periodismo, y lo que los últimos años nos están enseñando es que es, y probablemente siempre fue, mucho más extenso y con más ramificaciones que los puros sobornos. Las llamadas puertas giratorias se han convertido en un sistema generalizado de asegurar una confortable -a menudo, confortabilísima- salida de un cargo público. Y lo que nos asalta cada día más es lo que en términos amplios puede definirse como nepotismo y amiguismo.

El volumen y la gravedad de estos problemas han crecido tanto, a la vez que se debilitaban las respuestas judiciales o políticas a tanto abuso, que vemos notablemente más cerca el fin de la democracia, que ya veíamos despuntar desde el inicio de la revolución tecnológica que ha convertido a las macroempresas -de Silicon Valley como de Shanghai- en poderes superiores a los públicos.

El asunto tiene sus versiones más o menos graves, más o menos descaradas, en todas partes. Aquí acabamos de ver cómo un capitoste del PP intervenía para que un pariente del deus ex machina Teodoro García Egea fuese operado de urgencia, saltándose esperas y protocolos. En Estados Unidos tenemos la historia tremenda -más tremenda, porque implica a un periodista- de los hermanos Cuomo, hijos de una leyenda del Partido Demócrata, Mario Cuomo.

Andrew Cuomo dimitió en agosto de su cargo como gobernador de Nueva York ante acusaciones que parecen fundadas de abusos sexuales. Su hermano Chris, presentador del espacio más exitoso de la cadena de noticias CNN, mostró su apoyo hacia él, pero ese apoyo no era sólo moral: se acaba de saber que utilizó sus conexiones periodísticas para saber de antemano qué noticias iban a publicar otros medios y ayudar a su hermano a desacreditarlas. La CNN, al saberlo, le suspendió; al confirmarlo, y saber además que sobre el propio periodista pesaba una acusación de abuso sexual, despidió fulminantemente a su estrella.

Los medios informativos profesionales, cuyo debilitamiento persiguen tantos intereses públicos y privados, se juegan en esta escalada todo lo que han hecho por recuperar su viabilidad y su credibilidad. Hay periodistas de izquierdas y de derechas cuyo partidismo descarado, desplegado cada día en tertulias televisivas, desprestigia a toda la profesión: vean ese diario que cita miles de «ideas» para mejorar Madrid que, dice, rechaza la presidenta regional. Todo eso entra dentro de esta gran nebulosa de la corrupción de hoy. En combatirla quizá resida nuestra supervivencia como servidores de la sociedad.