3 agosto 2024

El gobernador ruso lo canjeó por otros periodistas detenidos en su país

El presidente de Rusia, Vladimir Putin, logra la liberación del periodista Pablo González Yagüe, acusado de espionaje pro-rruso en Polonia

Hechos

El 3 de agosto de 2024 se hizo público el canje de prisioneros entre Rusia y países occidentales, incluido entre ellos Pablo González Yagüe, que pasó de Polonia a Rusia.

Lecturas

D. Pablo González Yagüe llevaba preso en Polonia desde marzo de 2022, cuando ejercía como corresponsal del canal LA SEXTA de Atresmedia para informar sobre Ucrania.

03 Agosto 2024

El periodista y el asesino

EL PAÍS (Directora: Pepa Bueno)

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El hecho de haber sido incluido por Putin en el selecto grupo de nueve personas que ha pedido liberar, y a las que ha recibido como héroes en Moscú, arruina la credibilidad de Pablo González.

No faltaban puntos de comparación para considerar una nueva guerra fría al actual escenario geopolítico de enfrentamiento entre Occidente y Rusia, pero el intercambio de 26 presos entre ambos actores es quizá el episodio con mayor resonancia en esa etapa del siglo XX añorada por Vladímir Putin. Meses de gestiones diplomáticas a varias bandas, con la mediación de una Turquía erigida en interlocutor privilegiado, dieron como resultado una operación masiva y ejecutada en un solo día que compite con cualquier ficción de espionaje. Los presos se encontraban en siete países. Pasaron apenas horas desde que comenzaron los rumores sobre extraños movimientos en las prisiones hasta que, el jueves por la noche, habían aterrizado todos en Washington y Moscú.

Tras el éxito diplomático innegable de la operación y los detalles hollywoodienses, emerge un patrón de la clase de personas por las que se movilizan ambos bandos. De las cárceles rusas han salido en el intercambio los periodistas Evan Gershkovich, corresponsal de The Wall Street Journal detenido en marzo del año pasado y condenado a 16 años de prisión por espionaje en un juicio farsa, y Alsu Kurmasheva, junto a disidentes y opositores a Putin como Vladímir Kara-Murza, Ilya Yashin o Oleg Orlov y un exmilitar estadounidense.

Entre los reclamados por Putin y recibidos el jueves en Moscú destaca un personaje siniestro como el agente de los servicios secretos Vadim Krasikov, quien cumplía cadena perpetua en Alemania por el asesinato a tiros de un separatista checheno en un parque de Berlín, y a quien Putin ha calificado de “patriota”. El resto permanecía en prisión en varios países por ciberdelitos o espionaje.

Uno de ellos es el periodista español Pablo González Yagüe, con doble nacionalidad, detenido en 2022 en Polonia y acusado de espiar para Rusia. Su familia siempre ha defendido su inocencia y ha recibido amplia solidaridad social y profesional porque permanecía en prisión provisional sin que avanzara el proceso judicial contra él. El Gobierno español no se ha implicado más allá de pedir explicaciones, debido a que se trata de una jurisdicción de la UE. Se desconocen las pruebas contra González, pero el hecho de haber sido incluido por Putin en el selecto grupo de nueve personas que ha pedido liberar, y a las que ha recibido como héroes en Moscú, arruina su credibilidad.

Lo sucedido es una réplica a gran escala del intercambio de la baloncestista estadounidense Brittney Griner, detenida por Moscú y liberada a cambio del traficante de armas Viktor Bout en 2022. Putin ya utilizaba de manera desacomplejada la cárcel y la violencia para amedrentar a periodistas, opositores y, en general, a cualquiera que abra una grieta en su propaganda unificadora. El coste de esta buena noticia es que Putin tiene nuevos incentivos para utilizar a cualquiera como rehén en este juego macabro.

08 Agosto 2024

Ilya Yashin: "Sé que Pablo González me espiaba, pero era una caricatura de espía""

Xavier Colás

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Pablo González, ciudadano español y ruso acusado de espiar para Moscú, conoció a Ilya Yashin, disidente ruso, en torno a 2016. La pasada semana, cada uno formó parte de uno de los grupos de presos canjeados entre Rusia y Occidente. Según la investigación, González hizo informes sobre el propio Ilya Yashin, que no se muestra sorprendido de la actividad clandestina de González -Pavel Rubstov según su pasaporte ruso- y hasta afirma que supo que estaba espiando.

«Lo conocí en el primer Foro Boris Nemtsov, estaba acreditado allí, tiene gracia, como periodista del País Vasco. Hablaba bien ruso, pero con un extraño acento sureño, y me pidió una entrevista, hizo preguntas interesantes», rememora Yashin en una emisión en YouTube -la primera tras recobrar la libertad- a su audiencia de millón y medio de seguidores.

Zhanna Nemtsova, hija del opositor asesinado Boris Nemtsov, con quien Pablo tendría una relación en aquellos años, estaba en el evento. En octubre de 2017, Berlín acogió el Foro Boris Nemtsov, un evento anual donde la oposición rusa se reúne con políticos e intelectuales europeos para discutir el futuro de las relaciones Rusia-UE. Ese año asistieron al foro políticos -además de Ilya Yashin- como el ex diputado Dimitri Gudkov y otros representantes de la oposición democrática como el activista y ex marido de Nemtsova, Pavel Elizarov.

González, aunque en su entorno de colegas españoles manifestaba ideas más en línea con el Kremlin que con la disidencia, aprovechó esos eventos para hacer contactos y se mostró encantador con los opositores. «Tomamos un café, hablamos sobre nuestras vidas, o mi vida y su leyenda [coartada o vida inventada, en la jerga que usan los espías] esa historia que los del GRU [los servicios de inteligencia militar de Rusia] tienen que contar», recuerda Yashin, que admite que se cayeron bien. «Coincidíamos en que a los dos nos gustaba el fútbol, él apoyaba al Athletic Club de Bilbao. Incluso fuimos juntos al fútbol cuando nos vimos en Madrid, intercambiamos más impresiones».

A ese viaje a España en 2016 Yashin acudió invitado por el European Council on Foreign Relations. «Pero sé, porque lo vi, que después él escribía informes sobre todos nosotros, informes sobre todos esos encuentros, intentaba congraciarse con la oposición, recopiló un dossier grande sobre Zhanna Nemtsova y sobre otros activistas de la oposición que participaron en eventos de este foro», dice Yashin, que no explica cuándo supo el verdadero perfil de González.

En todo caso, el disidente, que hasta la semana pasada cumplía una pena de ocho años de prisión por denunciar las matanzas de Rusia en Ucrania, no guarda rencor a González: «No tengo reproches hacia él porque no me causó ningún daño, los informes que redactó sobre mí componían más bien un retrato psicológico, analizó mis aficiones, describió mi carácter y creo que me causaron cero daño sus actividades».

Yashin insiste en que «Rubstov-González me parece la caricatura de un espía», lo ve como simplemente alguien «que estaba haciendo un largo informe» y que al fin y al cabo «contrasta con [Vadim] Krasikov y otros agentes de los servicios secretos de Putin que organizan asesinatos, usan venenos militares y pegan tiros». A Yashin le consta que, no obstante, González era importante para Moscú. «Sé que mis compañeros de la oposición desde el primer día comenzaron a incluir a González en la lista para el intercambio porque es personal del GRU, para el Kremlin también es obvio que era importante sacarlo».

Pavel Elizarov, que además de colaborar con la Fundación Boris Nemtsov coopera con Rusia Abierta, jamás sospechó nada de él, «aunque sí me llamó la atención que, a pesar de ser periodista freelance, parecía tener bastante dinero usando los mejores smartphones», explica a EL MUNDO el activista, que vive exiliado en Portugal.

Si ambos se distanciaron no fue porque tuviese sospechas sobre él, sino porque Pablo empezó a cambiar a una pose menos amigable. «Comenzó a desarrollar homofobia, odio hacia los inmigrantes, y comencé a pensar que tal vez no era realmente un activista de izquierdas. Había cambiado aunque sin llegar a difundir opiniones pro Kremlin».

En 2023, el medio ruso Agentsvo, citando fuentes de la Fundación Nemtsov, informó de que González era un agente incorporado por el GRU en el círculo de Zhanna Nemtsova. En sus dispositivos se encontraron cartas privadas de Boris Nemtsov, que el periodista supuestamente copió del propio ordenador portátil de Nemtsova.