14 enero 2019

Martínez Almeida designado candidato a la alcaldía de Madrid en lugar de Hernández de Luna

El presidente del PP, Pablo Casado Blanco, designa a Isabel Díaz Ayuso candidato del PP a la presidencia de Madrid desechando a Ángel Garrido

Hechos

Fue noticia el 14 de enero de 2019.

Lecturas

A pesar de que el presidente de la Comunidad de Madrid, D. Ángel Garrido García (que ocupa el cargo desde la dimisión de Dña. Cristina Cifuentes Cuenca) había manifestado su deseo de ser el candidato en las elecciones de 2019, el presidente nacional del Partido Popular decide designar candidata a la presidenta de Madrid a la dirigente Dña. Isabel Díaz Ayuso, que le apoyó durante la campaña interna para lograr la presidencia del PP.

Como candidato del PP a la alcaldía de Madrid decide escoger al concejal D. José Luis Martínez-Almeida, descartando así para el puesto a D. Íñigo Hernández de Luna, uno de los principales colaboradores de Dña. Esperanza Aguirre Gil de Biedma, del que se cuestiona incluso que vaya a estar en las listas.

En lo referido a D. Ángel Garrido García la dirección nacional del PP ofrece a cambio al Sr. Garrido García ser candidato a eurodiputado del PP. El 11 de abril de 2019 el Sr. Garrido García cede la presidencia de Madrid al Sr. Rollán. En teoría abandona el cargo para ir en la lista a Estrasburgo, pero el 24 de abril el Sr. Garrido aclarará sus verdaderos planes.

13 Enero 2019

Arriesgada decisión de Casado

EL MUNDO (Director: Francisco Rosell)

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COMO YA hiciera con la Ejecutiva del partido al poco de ser elegido presidente, Pablo Casado dejó claro el viernes que, salvo la de Moreno Bonilla –que ha tenido un final provechoso– no piensa aceptar ninguna herencia del antiguo equipo popular. La elección de Díaz Ayuso como candidata a la Comunidad de Madrid y la de Martínez-Almeida para el Ayuntamiento, históricamente las dos principales plazas del PP, es un nuevo ejemplo de que Casado va a aprovechar las listas electorales para hacer un equipo a su medida, sin interferencias de nadie y con personas de su absoluta confianza personal y política.

Pero además, la decisión ha sorprendido a muchos en Génova. En primer lugar porque es muy arriesgada, ya que se trata de dos políticos muy desconocidos –incluso para los votantes del PP– y sin experiencia de gestión, después de que se hubiera especulado con la recuperación de figuras emblemáticas del viejo PP. También, porque Casado ha asumido en solitario el riesgo, algo que podría pasarle factura en caso de no salir bien. Un fracaso en Madrid debilitaría mucho su autoridad y su liderazgo. Por último, porque el perfil ideológico de ambos está más cerca de la derecha que representa Vox que de las posiciones centristas que el PP disputa a Ciudadanos, el espectro político que suele ser decisivo en todas las elecciones.

En mayo se sabrá si ha acertado o no Casado optando por candidatos del aparato y muy cercanos a su línea política.

14 Enero 2019

No les quedaba otra

Víctor de la Serna Arenillas

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Dos caras jóvenes, dos nombres prácticamente desconocidos salvo para los muy metidos en la información del Ayuntamiento y la Asamblea de Madrid y para los muy interesados por los movimientos internos en el PP después de la inesperada toma del poder por Pablo Casado. En fin: los designados para disputar las próximas elecciones municipales y autonómicas no les suenan nada a una amplia mayoría de los futuros votantes madrileños.

Dentro del PP la confusión en torno a los dos candidatos es palpable: por ejemplo, y según ha informado este periódico, por un lado se achacan a Isabel Díaz Ayuso ciertos arrebatos tuiteros en defensa de sus ideas, «en algunos casos muy próximas a los planteamientos de Vox», y por otro lado se le encuentran paralelismos con Cristina Cifuentes, aunque en versión «mucho más liberal». ¿Pero no estaba Cifuentes más bien en el ala izquierda del PP? ¿Es entonces Díaz Ayuso la versión joven de Cifuentes, o es un epígono de Santiago Abascal?

También se argumenta que Díaz Ayuso y José Luis Martínez-Almeida no representan a una nueva generación porque llevan muchos años en el aparato del partido y están hechos a sus usos y posiblemente a sus vicios. Y es cierto.

Pero todo ello nos parece de menor cuantía de cara a lo que está en juego. No es cuestión de generación, sino de regeneración, la del sistema de partidos y de poder 40 años después de la Constitución. Quizá sea el momento de recordar que Adolfo Suárez, el padre de esa democracia nueva, salía directamente del Movimiento Nacional franquista. Pero no acarreaba personalmente el peso de crímenes y abusos, supo romper con ello y abrir el camino a todas las ideologías.

No estamos entreviendo un sucesor de Suárez en uno de estos jóvenes de Casado, ni en el propio líder del PP. Pero cuando un partido está tan moribundo como lo están las dos grandes formaciones de la Transición, PP y PSOE, el primer paso ha de ser el de limpiar la casa propia, asumir los errores de una etapa minada por corruptelas, abusos y clientelismo, presentar convincentemente propuestas regeneradoras creíbles, y que las presenten candidatos lo más libres de polvo y paja que sea posible. Veremos si estos dos, hábiles en la crítica dura al PSOE, logran en unos meses pasar al modo constructivo, darse a conocer y convencer. Nadie lo asegura, pero es que no hay otra. Al menos el PP lo intenta. ¿Y el PSOE? Lo necesita aún más.