27 septiembre 1979

El intelectual, que pasó del franquismo al anti-franquismo, reprocha al ABC que dedique tantos espacios a las opiniones del General Milans del Bosch

El profesor Antonio Tovar Llorente anuncia que no volverá escribir en el diario ABC por considerar uno de sus editoriales como ‘golpista’

Hechos

  • El 16.09.1979 el diario ABC publicó un artículo del Sr. Tovar.
  • El 25.09.1979 el diario ABC publicó el editorial ‘La confianza se gana con hechos’
  • El 27.09.1979 el diario EL PAÍS publicaba una carta del Sr. Tovar en la que explicaba por qué no volvería a escribir en ABC

Lecturas

D. Antonio Tovar Llorente, que había publicado el 16 de septiembre de 1979 un artículo en ABC (“Cultura en el Diario”), publica el 27 de septiembre una carta en el diario El País donde afirma que no volverá a publicar artículo alguno en ABC por considerar que este medio mantiene una línea ‘golpista’ poniendo como ejemplo su editorial del día 25 de septiembre de 1979 (“La confianza se gana con hechos”). El ABC dirigido por D. Guillermo Luca de Tena Brunet publicará un editorial el día 28 de septiembre negando ser golpista y defendiéndose como un periódico liberal.


El editorial al que hacía referencia el profesor Tovar era el publicado el día 25 de septiembre de 1979 titulado ‘La Confianza se gana con hechos’, en el que se decía, entre otras cosas:

«¿No se reconoce hoy que existe una situación de guerra declarada por el separatismo a la unidad de España? (…) Cuando lo que está en juego no es el funcionamiento de una industria ni la economía de una sociedad bancaria, sino la misma salud, la misma superivencia de España, ninguna medida resulta exagerada. Las fórmulas legales no pueden ser obstáculo». (ABC, 25.09.1979).

El director de ABC, D. Guillermo Luca de Tena y Brunet, publicó al día siguiente un editorial de réplica al profesor Tovar en la que le negaba que ABC fuera un diario golpista, defendía su trayectoria liberal y lamentaba que el profesor Tovar hubiera anunciado su ruptura desde las páginas del diario EL PAÍS y no desde las suyas.

27 Septiembre 1979

LA CARTA DE ANTONIO TOVAR A JUAN LUIS CEBRIÁN EXPLICANDO SU MARCHA DE ABC

Juan Luis Cebrián

Leer
El profesor D. Antonio Tovar mandó una carta al director del diario EL PAÍS, D. Juan Luis Cebrián, explicándole por qué había decidido no volver a escribir en el diario ABC.

Disculpa, querido Juan Luis, que te pida hospitalidad en tu periódico, ya que el lugar más adecuado para explicarme me temo no se me abra fácilmente.Del diario ABC vino hace varias semanas un periodista, amable amigo mío, que me pidió escribiera para el número dominical un artículo. Por complacer una petición que siempre halaga, y saltando por mis viejos recelos frente al diario, ya que se me aseguraba que en la nueva etapa se acentuaría, o iniciaría, un cierto liberalismo, escribí mi artículo, que salió, con gran fotografía de mi ya un poco fatigada persona, el pasado día 16.

He tenido muy mala suerte, porque con los graves acontecimientos de los últimos días, el diario de marras, fiel a su línea de tantos años, sobre solicitar y publicar las declaraciones del general Milans del Bosch, publica el día 25 un editorial que a muchos nos parece golpista.

En vista de lo cual, y como no puedo retirar ni mi fotografía ni mis cuartillas, quiero distanciarme públicamente de la política del ABC, en el que, fiel a mi propósito de siempre, no volveré a colaborar, después de esta primera y última vez.

Antonio Tovar

28 Septiembre 1979

ABC y el Golpismo

ABC (Director: Guillermo Luca de Tena)

Leer

Reproducimos la carta que el profesor Tovar ha dirigido al director de EL PAÍS y que fue publicada ayer en dicho periódico. Creemos que esta es la manera más directa y sencilla de demostrar que los temores del señor Tovar – expuestos públicamente sin que se tomara la molestia de confirmarlos – eran perfectamente gratuitos y sólo pueden encontrar fundamento en una interpretación maliciosa o mezquina de la probada hospitalidad de nuestras páginas en trances iguales o parecidos.

Puede servir también la reproducción de la carta para convencer al director de EL PAÍS [Juan Luis Cebrián] de que una simple llamada telefónica habría bastado para convertir la publicación de esa carta en un gesto tan cortés (tan cortés hacia el señor Tovar) como innecesario y ocioso. El lugar más adecuado para que Tovar se explique estaba abierto.

Don Antonio Tovar aventura una segunda presunción, que nos duele, por injusta, tanto como la primera. Según Tovar, ABC ha publicado estos días un editorial golpista. No sólo eso, sino que lo ha hecho ‘fiel a su línea de tantos años’. La carga y la gravedad que encierra esta definición, y la personalidad de quien la firma (ex rector de Salamanca, académico y notable figura en el campo de la enseñanza, de las letras y de la política) nos aconseja salir al paso de esa imputación de la forma más clara y rotunda. Queremos evitar que alguien pueda quedar confundido sobre eso, aún a riesgo de que nuestras explicaciones resulten obvias para los muchos lectores de ABC que conocen la línea y la historia del periódico mejor que la conoce el Sr. Tovar.

ABC no es golpista. Ni lo es ahora, ni lo ha sido jamás. Ni siquiera en momentos en que la situación de España se precipitó en el desorden y en la anarquía se ha alentado a nadie desde nuestras páginas para que protagonizara un golpe de Estado o se ha propugnado el golpismo como solución de crisis políticas y convulsiones sociales. El desbarajuste, el desgobierno y la explosión de pasiones políticas trajeron más de una vez a esta Casa horas amargas y difíciles y proporcionaron a los hombres que entonces la dirigían adversidades, peligros y persecuciones. Pues bien, ni cuando el Gobierno de la República se incautó de nuestra Casa, en 1931, ni cuando las llamas devoraban las instalaciones de ABC de Sevilla; ni cuando un Gobierno desconcertado y fuera de sí y de toda norma moral y legal encarceló injustamente al director de ABC, Juan Ignacio Luca de Tena, ni cuando ya se hizo evidente la práctica imposibilidad de que España recobrara la paz y el orden por la vía legal y constitucional; en definitiva, nunca, este diario se ha inclinado por la solución del golpe de Estado.

Ni hemos tenido ni tenemos hoy fe alguna en que el ‘golpe miltiar’ sea remedio eficaz o bueno para la crisis, para las dificultades políticas. Creemos que el remedio de cualquier enfermedad, leve o grave, que aqueje a un país que viva en democracia, debe buscarse en los mecanismos de defensa de su propia legalidad y de su propia Constitución.

Por eso no debe disuadirnos de cumplir una función crítica que, dentro de la esfera pública alcanza a la conducta y a la gestión de los políticos en el Gobierno, de los políticos en la oposición y, también, a los propios gobernados. Esa función crítica resulta más necesaria y saludable cuando los errores o las debilidades en la gobernación del país facilitan que algunos ciudadanos piensen en el golpe militar como tratamiento a la desesperada o como último remedio. Cuando en nuestras páginas se recoge la realidad social y política de España y se señalan males que nacen o se agravan, estamos cumpliendo la misión sustancial del periodismo, y al mismo tiempo avisando del peligro de que renazca una tentación frecuente en nuestro pueblo: precisamente, el recurso del golpismo.

Vamos a ser más explícitos y concretos. En esta hora de España se considera por algunos la conveniencia o inconveniencia, no ya de un ‘golpe militar, cosa que está lejos de una mínima sensatez y de cualquier repertorio atendible de alternativas de gobierno, sino de una intervención militar en el tratamiento del mas lacerante problema que sufre España: la situación que el terrorismo ha provocado en el País Vasco. Nos declaramos abiertamente enemigos de aplicar ese tratamiento. Sólo puede justificarse una intervención militar si se disparan en ese sentido lo mecanismos constitucionales, para salvaguardar la unidad de España.

Y una última cosa, que debemos recordar al señor Tovar con alguna tristeza y con cierta decepción. ABC no necesita acentuar, ni mucho menos iniciar, una etapa de ‘cierto liberalismo’. Desde su fundación hasta hoy mismo, el ‘liberalismo cierto’ (permítasenos este fácil juego de palabras) de ABC ha seguido una línea recta y clara, reconocida hasta por nuestros más desahogados adversarios, discrepantes y aun enemigos. Desde luego, en esta Casa siempre se ha querido y procurado que esa línea fuerte impecable, a pesar de tantos y tan diversos avatares como hemos conocido, tantos temporales históricos como hemso capeado y tantas modas políticas como hemos visto nacer y morir. Para reafirmarnos en nuestra ya vieja historia liberal no tenemos necesidad de hacer ninguna declaración de arrepentimiento ni ningún espectacular acto de contrición.

Lamentamos que le profesor Tovar haya decidido no expresar alguna de sus opiniones en ABC. Haciendo honor a ese espíritu liberal que nos guía, hubiéramos recogido gustosamente sus opiniones, aunque no las compartiéramos. Sus opiniones de antes y sus opiniones de ahora.