10 junio 1993

Para el presidente de Extremadura la reelección de Felipe González es una derrota para periodistas de ABC, EL MUNDO y la la COPE

El socialista Rodríguez Ibarra carga contra periodistas afines al PP tras el triunfo electoral del PSOE

Hechos

El 7.06.1993 D. Juan Carlos Rodríguez Ibarra pronunció un mitin en que aludió a periodistas de varios medios de comunicación.

Lecturas

LAS FRASES DE JUAN CARLOS RODRÍGUEZ IBARRA (PSOE)

anson «Tengo que reconocer que hoy no solamente ha perdido las elecciones el Partido Popular, sino también las ha perdido el Sr. Anson [director de ABC]».

ramirez_jota1997 «También el ilustre periodista Don Pedro José Ramírez [director de EL MUNDO], que durante años ha estado calumniando y difamando a dirigentes».

PilarUrbano «Y ha perdido las elecciones la señora Pilar Urbano [EL MUNDO], que ha estado calumniando y difamando claramente, en contra de la independencia periodística, a favor del Partido Popular».

Campmany01 «Y ha perdido el fascista de Jaime Campmany [ABC] las elecciones en España, a través de sus artículos de derechas en contra de la opción socialista del Partido Socialista Obrero Español».

maquinagil_jimenezlosantosantonio_burgos «Y ha perdido las elecciones el señor Federico Jiménez Losantos [ABC] y ha perdido las elecciones D. Antonio Burgos [ABC]…»

carrascal_abc «Y ha perdido las elecciones el imbécil de José María Carrascal [ANTENA 3 TV], que todas las noches os ha estado increpando en contra del Partido Socialista Obrero Español».

encarna_sanchez_2 «Yo esta noche tengo un cariñoso recuerdo para doña Encarna Sánchez [COPE], periodista acreditada que durante más de cuatro años ha estado haciendo campaña contra el PSOE…»

antonio_herrero_cope_2 «Para D. Antonio Herrero [COPE], periodista acreditado que durante cuatro años ha estado haciendo una campaña en contra del PSOE»

cacho «Y para D. Jesús Cacho [EL MUNDO], baboso ilustre, que hace un par de horas ha dicho que no entendía que el partido socialista sacara el 52% en El Alentejo, en una ofensa no solamente hacia nosotros, sino también hacia nuestros amigos protugueses, y el señor Cacho es un baboso».

09 Junio 1993

La solucion de Bertolt Brecht

Javier Pradera

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Tras las protestas berlinesas de la primavera de 1953 y su brutal represión por las autoridades comunistas de la República Democrática Alemana, Bertolt Brecht se preguntaba retóricamente en un poema satírico si la mejor solución para los problemas planteados por la revuelta no sería que el Gobierno de Walter Ulbricht disolviera el pueblo y eligiese uno nuevo. Las gentes de buena fe creerán que este tipo de sarcasmos sólo es aplicable a las dictaduras, que impiden a los ciudadanos nombrar a sus gobernantes a través de las urnas; un sistema democrático, cuyos procesos electorales están judicialmente controlados, descansa sobre el fundamento opuesto y garantiza a los votantes la plena libertad para ordenar sus preferencias, administrar sus temores y expresar sus rechazos.Sin embargo, se equivocan esos ingenuos. Dando la razón a la frase publicitaria acuñada bajo el franquismo por el ministro Fraga y sus asesores (algunos visten hoy los hábitos de esa nueva orden de predicadores que dicen defender frente a un Gobierno democrático las mismas libertades que sofocaban cuando servían a la dictadura), España es diferente. El dicho marxiano según el cual las tragedias suelen repetirse en la historia como farsas también se confirma en este caso: los malos perdedores pretenden aplicar a nuestra monarquía parlamentaria la fórmula brechtiana ideada para un régimen autoritario.

Resulta así que algunos publicistas han reaccionado ante la cuarta victoria consecutiva de Felipe González con una severa sentencia que condena a penas infamantes a los nueve millones de españoles que depositaron el 64 su papeleta en favor del P.SOE. Con el gusto por la simplificación típico del fanatismo, estos nuevos Torquemadas acusan a los electores socialistas de avalar sólo el pasivo de once años de una gestión de gobierno compuesta de aciertos y errores, logros y fracasos, promesas realizadas y ofertas incumplidas. No resulta sencillo distinguir la simple necedad de la mala intención cuando esta implacable inquisición afirma que todos los votantes del PSOE respaldan las prácticas corruptas (ejemplificadas por el caso Guerra o el caso Filesa) y hacen suyo el grito fernandino de ¡vivan las cadenas! El derecho a decir tonterías tiene pleno amparo constitucional; pero esos inciviles sembradores del odio y la intolerancia difícilmente pueden ignorar que muchos electores socialistas detestan la corrupción y empezaron a luchar por las libertades bajo el franquismo.

Esta aguerrida tribu de publicistas oculta ante la opinión su doble condición de juez y parte en los pleitos; su aparente ecuanimidad es simplemente un ejercicio de simulación. Los errores de predicción sobre el comportamiento electoral, producidos por el influjo de los deseos, causan incurables heridas narcisistas a unos pronosticadores supuestamente omniscientes que disfrazan como santa cólera ante la injusticia el vulgar despecho ante la derrota; la tendencia a confundir los malhumorados síntomas del dolor de estómago con los alarmantes indicios de la decadencia de Occidente ha jugado desde siempre malas pasadas a los profetas.