24 enero 2003
Hundimiento de la Lista Pim Fortuyn
Elecciones Holanda 2003 – La repetición electoral ratifican el triunfo de Balkenende y la recuperación de los socialdemócratas con
Hechos
En enero de 2003 se celebraron elecciones legislativas en Holanda.
Lecturas
LÍDERES POLÍTICOS HOLANDESES
24 Enero 2003
Pluralidad holandesa
El primer ministro en funciones de Holanda, Jan Peter Balkenende, se ganó el derecho a seguir desempeñando el cargo tras las elecciones generales celebradas el pasado miércoles en su país, las segundas en menos de ocho meses. Su partido, la Democracia Cristiana (DCA), fue de nuevo la lista más votada e incluso ganó un escaño. Sin embargo, la gran pluralidad política holandesa – una decena de partidos o coaliciones ha alcanzado representación parlamentaria – hace que el partido más votado no llegue ni a un tercio de los diputados electos (44 sobre 150).
Por lo tanto y como es habitual en los Países Bajos, Balkenende deberá gobernar en coalición. Dada la desalentadora experiencia reciente, cuando las discrepancias internas de los populistas de la Lista Pim Fortuyn provocaron la caída del Ejecutivo, el primer ministro mantiene serías dudas sobre la conveniencia de repetir la alianza con ese partido y los liberales conservadores (VVD). Las primeras encuestas revelan que un amplio porcentaje de los ciudadanos – un 70% – favorece una alianza entre los dos partidos más votados, los democristianos y los laboralistas (PVDA), que fueron los otros grandes triunfadores de la jornada del miércoles.
Vistas en perspectiva, las elecciones de mayo del año pasado fueron una anomalía, propiciada por el asesinato unos días antes de los comicios del líder populista Pim Fortuyn. Los laboristas sufrieron entonces una severa derrota, de la que en estas elecciones, ayudados por un nuevo y carismático líder – Wouter Bos – se han rehecho ampliamente.
Salvando las distancias, no hay más remedio que recordar la experiencia austriaca. El cansancio suscitado por los partidos tradicionales, junto a la inquietud relacionada con el fenómeno inmigratorio, provocó en las elecciones de 1998 el alza inopinada del xenófobo Jörg Haider. Cuatro años después, las aguas volvieron a su cauce. En Holanda sólo han hecho falta ocho meses para el regreso a la normalidad.
El resultado electoral holandés es una buena noticia, en la medida en que afianza en Europa el tradicional protagonismo democristiano, liberal y socialdemócrata.