Elecciones Madrid 2011 – Gallardón (PP) barre a Lissavetzky (PSOE)

D. Alberto Ruiz-Gallardón logró su última victoria madrileña. 2 mayorías absolutas en la Comunidad de Madrid y tres mayorías absolutas en el ayuntamiento. Todo ello seguido. Ruiz-Gallardón, como el resto del mundo, ya prevería que el PP ganaría las próximas elecciones generales y que él dejaría la alcaldía para ser ministro, pero pudo dejar a sus espaldas un curriculum de éxitos al que además podía sumar haber pasado de ser un ‘disidente’ para la dirección de Génova, a ser un hombre de confianza de Génova.

D. Jaime Lissavetzky no tuvo demasiada suerte en su candidatura a la alcaldía de Madrid. Había apoyado a la dirección nacional en su intento de descabalgar a D. Tomás Gómez como candidato del PSOE a la presidencia de Madrid reemplazándolo por D. Tomás Gómez, operación que había fracasado, lo que había dejado al Sr. Lissavertzky y al Sr. Gómez en una oposición bastante incómoda. Por si esto fuera poco en el debate a tres con los candidatos de PP y IU, los críticos consideraron que D. Ángel Pérez hizo mucho mejor papel que el candidato del PSOE como rival del Sr. Gallardón.

La candidatura del Sr. Lissavetzky consiguió los peores resultados del PSOE en la ciudad de Madrid en toda su historia. Peor incluso que los resultados de D. Juan Barranco en las elecciones madrileñas de 1995, en los tiempos de los escándalos, el GAL y los ‘roldanes’.

D. Ángel Pérez volvió a ser candidato de IU a la alcaldía de Madrid, sabía que la victoria del PP era prácticamente inevitable, por lo que dedicó  como objetivo de la campaña arrancarle unos cuantos votos y escaños al PSOE, y atacar mucho al candidato de este partido, Sr. Lissavetzky. En el debate entre candidatos el Sr. Pérez apareció como el rival más contundente ante el Sr. Gallardón frente a un ‘apagado’ Sr. Lissavetzky.

Casi nadie conocía a D. David Ortega, probablemente tampoco sus propios votantes. Aunque UPyD especuló sobre si ficharían a alguien conocido como  D. José María Fidalgo (ex secretario general de CCOO), al final optó por un candidato desconocido, pero a la popularidad que le faltaba al Sr. Ortega, la compensaba la suprema popularidad de Dña. Rosa Díez. Los resultados no dejarían lugar a dudas. UPyD había logrado lo que no conseguía nadie desde los tiempos del CDS del Sr. Sahagún: una cuarta fuerza política representada en Madrid.