3 mayo 1976

La publicación tendrá una línea editorial marcadamente crítica con Adolfo Suárez

Emilio Romero funda la revista LA JAULA, un semanario político editado por el empresario Agustín de Quinto

Hechos

En mayo de 1976 nació la revista LA JAULA con todo el país dentro editada por AQ Ediciones S. A que presidía D. Agustín de Quinto con D. Emilio Romero como director.

Lecturas

En mayo de 1976 nace la revista La Jaula con todo el país dentro. Fundada por A. Q. Ediciones del empresario Agustín de Quinto y el periodista Emilio Romero Gómez que ejercerá el cargo de Director. Como Subdirector figura Joquín Giménez Arnau y como Redactor Jefe el periodista progresista Antonio Casado Alonso. La revista mantendrá un tono crítico hacia el ministro Adolfo Suárez González, responsable del Despido de Romero Gómez como Delegado Nacional de la Prensa del Movimiento. Tan sólo un mes después Suárez González ascenderá a Presidente del Gobierno.

En el libro ‘El Gallo del Franquismo’, la biografía de D. Emilio Romero publicada por D. Jesús Amilibia se recogen varias declaraciones sobre el fracaso de LA JAULA (Pag. 238):

D. José Asensi: Prácticamente la hacíamos entre Jimmy y yo, Emilio Romero sólo quería atacar a Suárez, era un ataque constante, que si era ‘el milagro de santa Teresa, que si se alimentaba de las yemas de la santa… Emilito Romero no hacía nada. Me imagino que se cerró por el pulso que Emilio Romero le quiso echar a Suárez.

D. Florencio López Negrín: «¿Lo de LA JAULA? No estaba dotado para dirigir semanarios. Profesionalmente no dio pie con bola, no dominaba ese campo. Y luego estaba el dinero; no sabía trabajar con poco dinero, con pocos gastos, con poca gente.

D. Álvaro Luis: «En LA JAULA le engaña Agustín de Quintos. Le ofrece el 20% de beneficios de la revista y le promete que hay dinero para aguantar dos años. Pero a los dos meses ya no había dinero. No pagaba. Y parece que al editor también le dio un toque Suárez».

En su libro el Sr. Amivilia asegura que le comentó al Sr. Romero: ¿Cómo va a triunfar un gallo en una jaula?’ y parece un poco escéptico con la teoría de que las presiones del Gobierno Suárez:

Ya había decidido, ya tenía claro quien iba a ser su perenne verdugo: desde la salida de PUEBLO, pasara lo que pasara, él siempre sería la víctima de Adolfo Suárez. La escenificación dramática de la nuesta situación estaba hecha: el atacaría a Suárez y Suárez le respondería con toda la artillería del poder, acosándole por donde fuera. Él sería otra vez el perseguido, como en la guerra civil (Sr. Amilivia).

Saludos e intenciones

LA JAULA (Director: Emilio Romero)

Mayo 1976

Leer

LA JAULA, como verán los lectores, es una revista de información general. Lo primero que se nos ocurre es saludar a nuestros compañeros de la prensa, y decirles que el diálogo con ellos es inevitable y necesario, pero queremos hacerlo bien, como corresponde a profesionales serios, sin que, en ocasiones, la ironía rebase sus propias fronteras y desciende a la molestia injuriosa. El ingenio es un arma de nuestro oficio y estamos en la obligación de ejercerlo, no de suplantarlo con la brutalidad.

Esta revista nace valorosamente, sin adscripciones ni dependencias. No hay nadie detrás de nosotros. Queremos contar todo lo que pase, y convocamos a los lectores a que nos echen una mano diciéndonos aquello que no sepamos y que merezca la pena decir.

Todos aquellos que firman sus artículos, sus notas o sus secciones, están usando su libertad y no les hemos puesto otro techo que el que haya decidido su propio rigor o responsabilidad. Nos hemos unido para abrir ventanas, descorrer cerrojos y no aceptar de nadie facturaciones políticas o ideológicas. Vamos a convocar nuestro buen sentido – con los fallos y errores imputables a toda obra humana – a la hora de opinar para eso hemos optado por no tener descalificaciones previas, ni proscripciones personales, ni listas negras. Todos vivimos en este país y deseamos igualdad de derechos para todos. Por eso dice LA JAULA que ‘con todo el país dentro’. No pensamos ofrecer la triste práctica del silencio que se hace siempre en nuestro país de manera sectaria. Queremos ver a todos con los ojos abiertos y dar noticia de todos.

LA JAULA tendrá dentro la política, la economía, la cultura, el teatro, el cine, la televisión, el humor, nuestra sociedad alegre y confiada, y la otra, la desconfiada, la tensa y la explosiva.

LA JAULA, en todas sus páginas, será una revista de alta tensión.

Otra vez al partisanismo

Emilio Romero

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Después de mi salida como rector de aquella cadena de periódicos y de emisoras del Movimiento, y que en la restauración de la democracia pasarían al Estado, viví un período breve de expectación y de reflexión con la idea de regresar al teatro y a la novela. Lo que ocurría es que no podía irme de la política porque seguía vigente en aquel año de 1976 el régimen en sus instituciones y yo era parlamentario en las dos cámaras. Entonces el director de teatro Gustavo Pérez Puig, me dijo que Agustín de Quinto, un singular ejemplar desvergonzado de los andurriales del teatro quería hacer una revista semanal que yo dirigiera a placer. Le recordé a Gustavo las características del personaje, y me dijo que se había manumitido porque había tenido la fortuna de ganar mucho dinero con un famoso serial de la radio y se había construido moralmente de otro modo. Nos reunimos a los pocos días, y aquel hombre estaba encantado con su felicidad de embarcarse en esta nueva aventura periodística. Yo fui el autor de su título, LA JAULA, y movilicé un pequeño equipo de profesionales de percusión entre los que estaban Jimmy Giménez Arnau, Julio Bernárdez, Emilio Romero Jr. Y el famoso confeccionador Asensi. Hicimos una gran presentación en los salones de un hotel, y salimos en seguida a la calle. Estábamos ya en los tiempos de las libertades sin restricciones y aquellos tuvo una acogida discreta, y no resonante, porque era una revista política con la presencia de otras ya instaladas y con aceptación, y no nos orientábamos hacia el corazón, o hacía el escándalo , que eran ya las publicaciones de éxito en aquellos años. Yo no podía hacer ninguna revista de estas dos cosas porque eran incompatible con mi biografía y con mis aficiones. Esta revista había imaginado que tardaría tiempo en afianzarse y hay que tener alguna paciencia editorial inicial. Los triunfos actuales de las revistas CAMBIO16 y TIEMPO han sido esfuerzos de tenacidad y de paciencia, independencia de los logros profesionales de las gentes que las han hecho. Yo no duré en LA JAULA más de dos meses. Empecé a hacer la crítica de situación con mis artículos y otras informaciones y el restaurador de la democracia puso sus ojos y sus baterías sobre mi persona, y aquello se acabó. Me tuve que marchar. Agustín de Quinto no se había reconstruido moralmente, con su fortuna pintorescamente ganada, sino que había acrecentado su picaresca de libertino teatral y de golfo social. Pretendía hasta escribir un artículo semanal, y abrir con su artículo el ejemplar de la revista. Aquello terminó como debía: como el rosario de la aurora. Más adelante me enteraría de sus correrías por los tribunales, denunciado por éstos o aquéllos, y con algún caso escalofriante. En fin: Gustavo Pérez Puig desapareció en seguida; y todavía no sé por qué.