2 mayo 2001

El CGPJ abre expediente contra el juez Ruiz Polanco por sus declaraciones a ONDA CERO justificando su actitud

Enfrentamiento entre los jueces Carlos Dívar y Guillermo Ruiz de Polanco por el ‘caso Vioque’

Hechos

El 2.05.2001 el juez de Instrucción Nº4 de la Audiencia Nacional, D. Carlos Dívar, ordenó el encarcelamiento de D. Pablo Vioque al día siguiente de que el juez de Instrucción Nº 1, Sr. Ruiz Polanco hubiera dictaminado su liberación.

Lecturas

PABLO VIOQUE, EL ‘NARCO-ABOGADO’

vioque

05 Mayo 2001

El juez y el abogado

EL PAÍS (Director: Jesús Ceberio)

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Sin entrar en juicios de intenciones sobre los motivos del juez Guillermo Ruiz Polanco para poner en libertad al abogado Pablo Vioque, detenido por la policía en una operación de decomiso de 1.800 kilos de cocaína colombiana, salta a la vista que procedió con ligereza inexplicable y en contra de la más elemental prudencia. Hay que celebrar, en todo caso, la rapidez con que el Consejo General del Poder Judicial ha decidido investigar lo sucedido. La independencia judicial no puede servir de coartada para que un juez haga de su capa un sayo y actúe con criterios rayanos en la frivolidad en asuntos tan serios como el narcotráfico.

Desde el punto de vista de la justicia, las aguas han vuelto a su cauce al rectificar la decisión de Ruiz Polanco otro juez, Carlos Dívar, que desde sus inicios dirigió la operación que culminó con la detención de Vioque y de otros nueve implicados. Pero queda la desalentadora sensación de que algunos jueces de la Audiencia Nacional aprovechan las guardias o las recusaciones para ponerse zancadillas. Ruiz Polanco estaba de guardia cuando la policía detuvo al abogado Vioque. ¿No habría sido más prudente abstenerse de tomar decisión alguna y mantener la detención del abogado unas horas más, dentro del plazo de las 72 legales? El juez de guardia está para solventar los casos del día, algo que difícilmente concurre en asuntos previamente sometidos a diligencias judiciales.

Ruiz Polanco ha señalado en su defensa, en un programa de radio, que ‘a la gente no se la mete en la cárcel porque sí’. Por supuesto que la prisión preventiva exige indicios delictivos sólidos. Pero tampoco puede quedar en libertad porque sí un detenido por delito grave si se presume que existen pruebas de su implicación. Ruiz Polanco reconoció ayer que su colega Carlos Dívar ‘podía tener otras pruebas que yo no tenía’. Si lo presumía, ¿por qué se apresuró en tomar una decisión que podría adoptar con más fundamento el juez que investiga el caso y que ordenó la detención de Vioque? El asunto no puede solventarse arguyendo que cada uno actuó en el marco de sus competencias y que sus resoluciones son complementarias. El Consejo General del Poder Judicial debe aclarar por qué Ruiz Polanco se dio tanta prisa en poner en libertad -arriesgando la destrucción de pruebas- a un abogado sospechoso de mantener con el narcotráfico unas relaciones que van más allá del derecho de defensa.

04 Mayo 2001

UN JUEZ DEMASIADO PARTICULAR

EL PAÍS (Director: Pedro J. Ramírez)

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«A la gente no se le mete a la cárcel porque sí», declaró ayer a Onda Cero el juez de la Audiencia Nacional, Guillermo Ruiz Polanco, para justificar su decisión de poner en libertad al abogado y presunto narcotraficante Pablo Vioque, detenido el pasado lunes en una operación policial en la que fueron decomisados 1.800 kilos de cocaína.

Su compañero Carlos Dívar, títular del juzgado número cuatro de la Audiencia Nacional, decidió ayer decretar el ingreso incondicional en prisión de Vioque al entender, contra el criterio de Ruiz Polanco, que no sólo existen indicios de delito de tráfico de estupefacientes sino también riesgo de fuga y de destrucción de pruebas.

Ruiz Polanco, que interrogó a Vioque como juez de guardia, aseguró ayer que «los datos eran tan pobres» que no tuvo otro remedio que ponerlo en libertad. Pero no era ese el criterio de la Policía ni del fiscal, que había solicitado prisión incondicional.

¿Había o no indicios para encarcelar a Vioque? Da la sensación de que sí. Hay una declaración incriminatoria de una de las detenidas, aunque posteriormente se desdijo ante Ruiz Polanco, hay grabaciones telefónicas y hay informes policiales. Lo que no se entiende es por qué Ruiz Polanco se precipitó en poner en libertad a Vioque a sabiendas de que iba a ser interrogado, 24 horas después, por Carlos Dívar, el juez que instruía el caso y que tenía un mayor conocimiento del asunto. ¿No podía haber prorrogado la privación de libertad un día más, aunque sólo fuera para evitar el riesgo de destrucción de pruebas? Al rectificar la decisión de Ruiz Polanco, Dívar ha actuado correctamente. Máxime si se tiene en cuenta que Vioque está en libertad bajo fianza, tras ser procesado por Garzón por el mismo delito.

Queda en evidencia el frívolo comportamiento de Ruiz Polanco, tanto por su inconsistente resolución como por sus impropias declaraciones, ya que un juez debe explicarse en sus autos y no en la radio. Hay que recordar que este magistrado ya provocó un escandalo similar al poner en libertad al conocido narco Alfredo Cordero, cuyo abogado era amigo suyo. Polanco tuvo una desdichada notoriedad hace años por haber dictado auto de prisión contra Cristina Almeida por criticar a un magistrado antiabortista y, recientemente, por responder a un etarra -que le había amenazado- que iba a darle «dos hostias».

El Consejo del Poder Judicial debe investigar la resolución de Ruiz Polanco y sus posteriores declaraciones, ya que podría haber incurrido en faltas graves.