5 julio 1932

Estado Novo en Portugal: La dictadura queda en manos del Dr. Oliveria Salazar que inicia un régimen personalista

Hechos

El 5 de julio de 1932 el Dr. Antonio de Oliveira Salazar asumió el cargo de primer ministro e Portugal.

Lecturas

La primera medida de Oliveira Salazar ha sido otorgar la máxima condecoración portuguesa al recientemente fallecido don Manuel II, muerto en el exilio.

Antonio de Oliveira Salazar fue nombrado primer ministro de Portugal el 5 de julio de 1932. Su dictadura autoritaria y monopartidista duró más de cuarenta años y aseguró el desarrollo económico del país, que sufrió, sin embargo, la represión de la oposición y de las libertades.

El país llevaba largos años sumido en un caos financiero y político, cuando el gobierno militar confió al profesor de economía Salazar el saneamiento de las finanzas públicas de Portugal nombrandolo ministro de Hacienda en  1928, y logró salvar el país de una bancarrota casi inminente. Salazar recibió el apoyo de una coalición integrada por el gran capital, los latifundistas y el clero.

El llamado ‘milagro portugués’, que Salazar logró cristalizar con el respaldo del gobierno dictatorial del presidente Antonio Oscar de Fragoso Carmona, se realizó a costa de la eliminación de las ya modestas prestaciones de servicios de los municipios, así como de numerosos despidos, reducciones salariales y supresiones de beneficios sociales en la administración pública. La dictadura militar de Carmona, establecida en 1928, fue el paso previo a la creación de un Estado civil policiaco que se consolidó en 1932 cuando Salazar obtuvo, por añadidura, el cargo de primer ministro.

A partir de 1933 eliminó toda oposición e institucionalizó la dictadura monopartidista del partido de la Unión Nacional, fundado por el, instituyendo el Estado Novo, que comportó importantes cambios constitucionales.

En este sistema corporativo autoritario, calcado en parte de las concepciones del fascismo alemán e italiano, se asignó a cada clase y grupo una posición determinada en el conjunto de la sociedad. La Asamblea Nacional, prevista por la Constitución e integrada por 120 diputados que debían elegirse entre las listas del partido único, simulaba una aparente legitimidad. Sólo tenían derecho a voto las personas mayores de 21 años que supieran leer y escribir y tuvieran unos ingresos mínimos fijos. Pero en vista del analfabetismo reinante en amplias zonas del país, así como del bajo nivel de vida, la mayoría de la población quedaba excluida del derecho a voto.

Cualquier tipo de oposición era implacablemente reprimida por la policía secreta, que estaba autorizada a mantener en prisión a los detenidos durante tres meses sin ningún tipo de intervención judicial. Torturas, deportaciones, condenas carcelarias, así como un amplio sistema de censura postal, telefónica y de los medios de comunicación, fueron otros de los medios utilizados por el gobierno dictadorial.

Con el Estado Novo de Salazar, corporativo y autoritario, desaparece en Portugal cualquier signo de democracia.