27 febrero 2006

El constructor Fernando Martín será presidente provisional hasta que se convoquen nuevas elecciones

Fin de la era ‘galáctica’: Florentino Pérez dimite como Presidente del Real Madrid, harto de los jugadores

Hechos

El 27.02.2006 D. Florentino Pérez presentó su dimisión como Presidente del Real Madrid.

Lecturas

D. Florentino Pérez, elegido presidente del Real Madrid en las elecciones del año 2000 y, cuatro años después, reelegido presidente del Real Madrid de manera arrolladora en las elecciones de 2004, decide poner fin a su etapa tras la crisis de vestuario en febrero de 2006.

LA PORTADA DEL MARCA SOBRE LA CAÍDA DE FLORENTINO

Portada_Marca_Florentino2005

EL NUEVO PRESIDENTE DEL REAL MADRID:

Martinsa D. Fernando Martín, se ha convertido en uno de los nuevos millonarios gracias al ascenso de los imperios del ladrillo: Martín Fadesa ha labró millones con la construcción. Presidirá el Real Madrid hasta las celebración de nuevas elecciones.

LA COPE NO DIO LA DIMISIÓN EN DIRECTO

cesar_vidal La Cadena COPE fue la única emisora de radio de todas las generalistas que se negó a dar la dimisión del presidente del Real Madrid en directo por decisión del responsable del programa informativo que se estaba emitiendo en ese momento, ‘La Linterna’, D. César Vidal, que entendía que la información deportiva no era suficientemente importante como para alterar la programación prevista.

CONVOCATORIA DE ELECCIONES A LAS QUE NO CONCURRIRÁ.

Ante la dimisión del Sr. Pérez se convocan nuevas elecciones a la presidencia del Real Madrid para julio de 2006 a las que D. Florentino Pérez no concurrirá.

28 Febrero 2006

La imprevista espantá de Florentino

Alfredo Relaño

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No me lo esperaba, francamente, y no me gusta. Hace tiempo que veía a Florentino incapaz de remontar la situación y que le sentía a él mismo consciente de esa incapacidad. Pero esa espantada en un momento tan malo no añade ningún crédito a la institución ni le deja a él en buen lugar. Atrás queda, sí, un arranque espectacular de su ciclo, con fichajes deslumbrantes que devolvieron al Madrid a cumbres que no había pisado desde los tiempos de Kopa, Rial, Di Stéfano, Puskas y Gento. Luego no fue capaz de manejar el circo de seis pistas que él mismo construyó y todo se le fue viniendo abajo. Pero el final debería haber sido otro.

Porque no deja la casa en orden. Queda una plantilla sumida en una guerra de príncipes en la que los jugadores se han perdido el respeto unos a otros, cruzándose declaraciones como cuchillos. Queda una estructura técnica pobre, sin fraguar, con un Benito Floro recién llegado, López Caro sufriendo, Ramón Martínez en su viejo papel de visir de corte y Butragueño no se sabe de qué. Quedan unos galácticos pasados de fecha, con largos contratos por delante que habrá que resolver, y once fichajes en año y medio de los que sólo Cicinho, Sergio Ramos, Robinho… han cuajado o están en vías de ello. Y queda Etoo en el Barça.

Queda, sí, una ciudad deportiva mejor que la que había, y un nivel de ingresos que asegura un buen pasar en el futuro inmediato. Queda el recuerdo de ese ciclo fugaz, de esos goles de Ronaldo en Tokio, del gol de Zidane en Glasgow, de muchas tardes de lleno y buen fútbol en el Bernabéu, cada vez más lejanas. Algunos buenos viejos recuerdos, empañados por esta salida intempestiva, con aires de espantá taurina, una huida enmascarada de acto de autoinmolación. O quizá haya que verlo como un acto sensato: después de cesar a tanto presunto entrenador y a tanto presunto secretario técnico, ha decidido cesarse al auténtico. O sea, a sí mismo.

27 Febrero 2006

Florentino o la formidable ambición madridista

Federico Jiménez Losantos

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La dimisión de Florentino Pérez, sin duda el mejor presidente que ha tenido el Real Madrid tras Bernabéu, era previsible y es comprensible tanto desde el punto de vista humano como deportivo. En lo que a fútbol se refiere, el Madrid está fuera de la Copa del Rey, prácticamente eliminado de la Copa de Europa y tan lejos de ganar la Liga como pueda estarlo a estas alturas. Sería la tercera temporada sin títulos. Pero este equipo capaz de rozar lo sublime, como en el reciente 4-0 al Zaragoza, es también capaz de hundirse en el abismo y hozar en el más absoluto de los ridículos, como ocurrió en el comienzo de su Gotterdammerung tras otra derrota copera ante el Zaragoza, la del 2004. Estar en el palco durante los próximos meses, con un vestuario hecho pedazos, un entrenador espiritado, un público impaciente y una directiva con media docena de aspirantes a su sillón sería un calvario. Es natural que se lo evite. Si no ve una solución clara para enderezar el rumbo del equipo, o si la tiene pero ve difícil transmitirla a la hinchada y a los jugadores, lo mejor es irse antes de sufrir pañoladas cada quince días, como le pasó a otro gran presidente, el barcelonista Núñez, por no saber irse a tiempo.
No es fácil enderezar el rumbo del Madrid, que hace ya tres años –ese fue el error del Presidente– debió acometer una renovación radical; aunque, si lo hubiera hecho, los mismos que ahora aplaudirán la marcha de Florentino hubieran censurado el desmantelamiento del proyecto galáctico. En todo caso, es justo y puede ser benéfico para la entidad que alguien con nuevas ideas, nuevos proyectos, un nuevo equipo y una ilusión renovada se haga cargo del club más importante del mundo. Es curiosísimo el paralelismo de Aznar y Florentino, que tras un paso brillantísimo por la Presidencia de lo suyo quizás sólo han acertado dimitiendo. La crisis madridista coincide con la crisis del PP. Será casualidad, pero así ha sido. Hay que esperar que el sucesor de Florentino no lo persiga tan miserable y sañudamente como el de Aznar al Presidente anterior.

Florentino deja también una hacienda saneadísima después de una trayectoria en ese terreno que es la envidia de cualquier institución deportiva y no sólo deportiva. El Real Madrid es ahora el club más rico del mundo, y, sin embargo, como una consultora no puede sustituir a una delantera, el conseguidor de esta fortuna recobrada del Madrid debe irse y se va. Sic transit gloria mundi. Pero Florentino ha convertido de nuevo al Madrid en la referencia futbolística universal que había dejado de ser desde Bernabéu. Florentino ha tenido la ambición que debe siempre caracterizar a este club. Y si como Faetón o Ícaro ha perecido por volar demasiado cerca del Sol, la estrella de las estrellas, ¿quién podrá reprocharle el vuelo? Hemos visto en estos años el mejor fútbol del mundo en el Bernabéu. El Real Madrid se ha convertido en el equipo de medio mundo gracias a sus estrellas. Quizás sin tanto brillo mediático hubiera sido más fácil evitar la opacidad  deportiva. O tal vez no. Nunca lo sabremos. Lo que sí esperamos es que su sucesor en la Presidencia no sea otro Zapatero. Dos ruinas así en España no las soportaría la Nación.

28 Febrero 2006

Florentino sería hoy mejor presidente

Manuel Saucedo

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Cría galácticos y te sacarán los ojos. Florentino Pérez se quitó anoche, por fin, la careta. La pena es que lo hiciera justo en el momento de irse, de dejar el despacho presidencial del Real Madrid. Florentino sería hoy mejor presidente de lo que ha sido durante estos años  últimos. ¿Por qué? Porque además de resolver como ha resuelto con tanta brillantez el futuro económico y social del club seguro que hubiera planteado mucho mejor lo que ha sido el talón de Aquiles de su presidencia, y al final la causa de su marcha: el planteamiento deportivo. Florentino Pérez ya no fue ayer un ser superior, sino que se convirtió en un presidente sincero, que desveló que ha sido durante todo este tiempo una víctima de esos galácticos que él crió y que tanto malcrió durante estos años.

Triunfador en lo económico

Florentino Pérez pasará a la historia del madrilismo como el gran presidente del Real Madrid moderno, el sucesor de Santiago Bernabéu. Cogió un club en la mas absoluta de las ruinas y seis años después de su elección ese club es el que más factura del mundo, el club más rico del fútbol y el que tiene el futuro más esplendoroso de todos. Florentino Pérez ha triunfado clamorosamente en l o económico y en lo social, pero ha cometido un grave pecado: no ha respetado casi ninguna de las reglas clásicas del fútbol: fichar equilibradamente, mantener y hacer caso a los técnicos que él mismo ha traído, etcétera. Ahora deja el club en manos de un miembro de su junta directiva, Fernando Martín. El nuevo dirigente del Real Madrid es un gran gestor, como ha demostrado largamente en el mundo de las finanzas y de la empresa. Martín podrá manejar sin las ataduras que Florentino ha reconocido que tenía, la renovación deportiva. La otra no tiene ni que tocarla.

28 Febrero 2016

Honradez inoportuna

Santiago Segurola

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Una dimisión significa el reconocimiento de una gestión mal hecha o de la imposibilidad para garantizar una buena gestión en el futuro. Es también un acto de responsabilidad, como manifestó Florentino Pérez en su intervención ante los periodistas. Afirmó que se siente responsable del deteriorado clima que se vive en el equipo. Dijo que no ha sabido educar a los jugadores: «Quizá sólo he sabido maleducarles». Su discurso fue el de un hombre decepcionado por la respuesta de los futbolistas, a algunos de los cuales considera «confundidos», incapaces de asumir lo que significa el madridismo. Florentino Pérez se atribuyó el papel del padre que fracasa por exceso de cariño con sus hijos, un paternalismo que, en su opinión, no ha sido correspondido por los futbolistas, a los que ha situado en el ojo del huracán. Sólo a ellos se refirió como motivo de una decisión sorprendente que Florentino Pérez atribuyó a la lealtad que debe al Real Madrid: «La única posibilidad de un viraje pasa por el cambio de presidente».

Le honra a Florentino Pérez reconocer su responsabilidad en el fracaso de su último proyecto deportivo, el que nació tras su reelección como presidente en julio de 2004. Sólo como fracaso puede interpretarse la trayectoria de un equipo que no ha ganado ningún título en las dos últimas temporadas y afronta en estado crítico su reto en la Liga de Campeones. Lo hace en un ambiente de descomposición, en medio de una guerra interna en el equipo, con los jugadores empeñados en mantener un desagradable fuego cruzado de declaraciones. Con su dimisión, Florentino Pérez ha aceptado que la plantilla es definitivamente sorda a su autoridad. Es un golpe definitivo a su liderazgo. Asumirlo es un acto de coherencia inhabitual en el fútbol, por más sorprendente que parezca en un hombre que se había significado por su resistencia a aceptar las críticas por el proyecto deportivo.

Se trata de una responsabilidad innegable. Desde su reelección en el verano de 2004, el Madrid ha dispuesto de cuatro directores deportivos -Camacho, Butragueño, Sacchi y Benito Floro- y cuatro entrenadores: Camacho, García Remón, Luxemburgo y López Caro. La profusión de cambios ha sido el síntoma de una falta de criterio. No ha habido un plan, ni se ha detectado al hombre capaz de trasladar al área deportiva lo que Florentino Pérez ha conseguido en el plano admnistrativo, económico o en el apartado de infraestructuras, donde su gestión ha sido más que impecable. En este aspecto, Florentino Pérez ha hecho algo más que transformar al Real Madrid: lo ha refundado.

Si la situación del Madrid está en las antípodas del abismo anterior a Florentino Pérez, su dimisión abunda en la idea de su abrumador papel en el plano deportivo. Su relación ha sido tan intensa que se ha vuelto irrespirable para cualquier entrenador o director deportivo. No se entiende de otra manera el desfile de personajes de indiscutible prestigio en el fútbol: Del Bosque, Valdano, Camacho, Sacchi o Luxemburgo. Finalmente su peculiar relación con los futbolistas -una mezcla de paternalismo, forofismo y arbitrariedad en las filias y las fobias- ha derivado en una nueva categoría. Los jugadores ya no echan sólo a los entrenadores, también acaban con los presidentes. Es la conclusión del mensaje que dejó Florentino Pérez en su renuncia.

Si le honra la asunción de sus responsabilidades y la admisión de su falta de energía, o de recursos, para efectuar el viraje deportivo, Florentino Pérez no ha tenido el don de la oportunidad en su despedida. Además de colocar a los jugadores en el ojo del huracán, expuestos a un clima virulento, les deja en un momento dramático. El Madrid jugará frente al Arsenal algo parecido a la final de la Copa del Mundo. Parece inapropiado que lo haga sin su presidente. Suena a equipo abandonado. Por muchas razones que tenga, por grande que sea su decepción, por enorme que sea su responsabilidad, Florentino Pérez debía acompañar al equipo hasta sus últimas consecuencias. Era un obligación moral y estética.

La renuncia acaba con un periodo de grandes luces y algunas sombras, un periodo que ha devuelto al Madrid al primer plano del fútbol mundial: un modelo controvertido que no logró equilibrar las necesidades mercantiles con la eficacia deportiva. Un modelo, en fin, que ha arrastrado al presidente que lo concibió y a la mayoría de la estrellas que lo forjaron. Porque esa es la siguiente. Con su dimisión, Florentino Pérez arrastrará a buena parte de sus jugadores más conocidos.

01 Marzo 2006

La renuncia

EL PAÍS (Director: Jesús Ceberio)

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La dimisión de Florentino Pérez como presidente del Real Madrid trasciende la escena deportiva y alcanza la relevancia que ahora mismo se asocia al fútbol como actividad económica y social de primer orden. Florentino Pérez ha sido uno de los principales factores de la transformación del fútbol en una potente industria donde se mezclan el ocio y el negocio. No hay duda de su éxito en todo lo relacionado con el negocio. Tras la venta de la antigua Ciudad Deportiva, transformó al Madrid en una institución moderna y eficaz. No sólo evitó la quiebra, sino que comprendió la enorme potencia del club como marca mundial. Fichó a las figuras más consagradas del mundo para dotar al Madrid de la credibilidad necesaria en el competitivo escenario del fútbol. Alrededor de esta idea, el Madrid obtuvo notables éxitos deportivos (dos Ligas y una Copa de Europa) y económicos.

Florentino Pérez era el ejemplo del empresario innovador y audaz que estaba dispuesto a acabar con las viejas lacras de gestión en el fútbol. Pero en el apogeo de su mandato cometió el error de invadir la vertiente deportiva, llevado por los elogios desmedidos que escuchó y por su desconfianza hacia los actores del fútbol, especialmente entrenadores y futbolistas. El modelo se reveló ineficaz cuando el fútbol golpeó con toda su fuerza sobre un equipo envejecido, mal estructurado, ineficazmente concebido y sin rastro de liderazgo. A Florentino Pérez le honra reconocer su responsabilidad en este capítulo.

Pero este reconocimiento significa también el fracaso en su segundo periodo como presidente. No ha encontrado alternativa a su singular modelo inicial. La plantilla es un costoso híbrido donde se mezclan viejas estrellas, con algunos jóvenes prometedores y bastantes jugadores irrelevantes. Finalmente, Florentino Pérez ha sido derrotado por la vieja lógica del fútbol: malos resultados, división en la plantilla y enfado de los aficionados. No ha esperado a someterse al desgaste de los malos tiempos que parecen avecinarse. Su renuncia es elogiable por lo que significa de reconocimiento de responsabilidades, pero también provoca perplejidad por la desproporción entre la magnitud de su obra y la sorprendente manera de irse.

19 Abril 2006

Florentino Pérez, gran culpable de este desaguisado

Roberto Gómez

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Se marcha Florentino Pérez, desde luego el gran culpable de este desaguisado y llega Fernando Martín que es mucho peor. Basta ya de esta caótica situación. Un poco de respeto para una institución que no se merece lo que está pasando. Basta ya de este presidente que se marcha de vacaciones cuando más le necesita el club de sus amores. Basta ya de esta Junta directiva preocupada por medrar y que son madridistas de palco y negocios. Basta ya de Butragueño, de Ramón Martínez y del ambiguo Benito Floro. Basta ya del incompetente Juan Ramón López Caro. Basta ya de este Raúl, de este Ronaldo, de este Beckham y si me apuran, de este Casillas. Basta ya de esta afición que no protesta, no pide responsabilidades a sus responsables y que, salvo Ramón Calderón, son culpables del pasado, presente y del futuro, salvo que el día 26 de muestren en la Junta que quieren al Real Madrid. Basta ya de Camacho, Del Bosque, Pirri, que no se atreven a contar a los socios lo que ocurrió en la cena de los proscritos. Basta ya de los intermediarios Bronzetti, De Felipe, Vekic, Carvajal, Quilón, Casal y compañía. Basta ya de hablar de la deuda del Real Madrid que, según Fernando Martín, cuando esté acabada Valdebebas será de 600 millones de euros. Basta ya, un poco de respeto al Real Madrid.

Gracias oposición

Hay que descubrirse ante la oposición, genial sensaciónal, más allá de las ganas de salir en la foto y de hacere notar. Todos sin exepción quieren al Real Madrid y lo están demostrando con hechos. Es un motivo de tranquilidad sus preocupación y ganas de ayudar, de sacar adelante al Real Madrid. Esperemos que toda su preocupación no produzca absurdos e impresentables enfrentamientos entre ellos que dañarían la imagen de la entidad blanca. Impresionante Lorenzo Sanz, que podría hacer leña de la situación y está calladito; algún día se le reconocerá como un gran presidente. Genial Ramón Calderón, personalidad, lealtad y madridismo por los cuatro costados. Soberbio Juan Palacios, institucional y pensando en el futuro. Discreto, pero eficaz, Arturo Baldasano, que está trabajando mucho y bien. Bullicioso Mar´tinez Laredo, que quiere que el túner del tiempo le lleve a gloriosas épocas pasadas Carlos Sainz, que aporta conocimiento, seriedad y profesionalidad. Todos tienen grandes proyectos y, sobre todo, ilusión por devolver al Real Madrid al lugar que le corresponde. Suerte y madridismo.

Roberto Gómez

24 Mayo 2006

Por fin se ha marchado Florentino Pérez

Roberto Gómez

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La etapa más gris y oscura del Real Madrid se acabó.

A la espera de que la Comunidad de Madrid y el Secretario de Estado para el Deporte comuniquen a la Junta electoral del Real Madrid las normas del voto por correo para las elecciones del 2 de julio, Florentino Pérez no levanta la cabeza.

Desde que la plantilla del Real Madrid sospecha que el afecto de Perez por Zidane es debido a que el francés era su confidente en el vestuario… Hasta que Carlos Sainz le puso firme y no le ha permitido que Fernández Tapias acuda a las elecciones… Y sin olvidase del éxito de Etoo con el Barcelona, del constante cariño que muestra a todo el madridismo a Vicente del Bosque y del episodio del libro enviado a los socios, Florentino no levanta cabeza. Aunque en el club permanecen Butragueño, Redondo, Albornoz, Martínez y compañía, que no paran de mangonear y prometer continuidad, por fin Florentino Pérez ha dejado de mandar en el Real Madrid. La etapa más gris y oscura del Real Madrid se acabó. Ya era hora.

07 Junio 2006

Florentino Pérez ha dejado al Real Madrid como un solar

Roberto Gómez

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Que pena, que lástima, que mala imagen del club más grande y poderoso dle mundo. Florentino Pérez ha dejado al Real Madrid como un solar. Nunca se había vivido en la historia del madridista una situación tan decadente y deprimente. El postfloretinismo está siendo cruel con el equipo más rico y laureado del mundo. Llamadas, amenazas y presiones desde el aparato oficial están a la orden del día. ¿A qué teme Florentino para dejar de controlar el Real Madrid? ¿Qué se oculta? ¿Cómo se puede tener un sistema electoral propia de una dictadura represiva o de una república bananera?