24 junio 2003

El nuevo entrenador del Real Madrid será Carlos Queiroz

Florentino Pérez y Jorge Valdano echan del Real Madrid al entrenador Vicente del Bosque y al jugador Hierro

Hechos

El 23.06.2003 el Presidente del Real Madrid, D. Florentino Pérez, comunicó que no renovaría a D. Vicente del Bosque como entrenador ni a D. Fernando Hierro como capitán del equipo.

Lecturas

queiroz2003

El día 24.06.2003 el propio D. Florentino Pérez compareció en los medios de comunicación para explicar los cambios. Aseguró que había sido una decisión colegiada. Que habían apreciado ‘síntomas de agotamiento’ en D. Vicente del Bosque y que ‘se había cumplido un ciclo’. Y defendió la elección del Sr. Queiroz como nuevo entrenador ‘es uno de los nombres, buscamos un técnico que no sea estrella, de un perfil más bajo.

Sobre el Sr. Hierro dijo: «ha prevalecido la decisión técnica» – es decir, del Director deportivo, D. Jorge Valdano – «Hierro tiene 35 años, ha sido el mejor del mundo, pero creemos que por su bien y por el del club, lo mejor era tomar esta decisión. ¿Los últimos incidentes? Una trayectoria de 14 años no se puede evaluar por una noche. Reconozco que lo del domingo por la noche no me gustó nada. El nivel de exigencia de este club es máximo, y lo es para todos».

valdano_florentino El presidente del Real Madrid y Director Deportivo han optado por cortar por lo sano.

24 Junio 2003

A LA PURGA LE LLAMAN CAMBIO DE CICLO

Elias Israel

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Lo que en cualquier club del mundo se catalogaría de crisis total, en el Real Madrid se llama cambio de ciclo.

Ayer, RADIO MARCA se dio otro festín informativo y anunció en rigurosa primicia lo que luego la Junta acordó: la marcha definitiva de Del Bosque y Hierro y la posible llegada del portugués Queiroz al banquillo blanco. Florentino Pérez y Jorge Valdano decidieron ayer la no continuidad del capitán y del entrenador, de una sola tacada. Con el técnico se marcha la historia reciente del club blanco, las dos Copas de Europa y las Ligas, que aún están calientes. En Madrid no mira el palmarés porque Florentino, básicamente, no cree en la figura del entrenador. Me costó un disgusto con Del Bosque aquel confidencial en el que contaba los puntos de fricción entre club y técnico. Hoy, más que ayer, soy ‘Delbosquista’. Creo que es el mejor entrenador posible para este Real Madrid. No sé si Queiroz, el mejor colocado, o cualquier otro, podrá igualar sus números. Lo que nadie igualará será su discreción, su saber estar, su saber salir, su madrilismo, ni su señorío.

A Hierro lo han echado una maldita noche de cuchillos largos.

La noche del Txistu fue de las que pasan a los anales de la historia de un club. Nunca un festejo tuvo menos alegría y más movida. Reuniones maratonianas, con Hierro y los capitanes dando la cara por sus compañeros. De tanto darla, se la han acabado partiendo. A Hierro siempre le han llovido palos y los ha sabido bandear. Los de ayer han sido irreversibles. Seguramente tendrá que buscar acomodo en su Málaga natal. El fútbol español tardará muchos años en dar otro central parecido.  Su salida del club podría, o mejor dicho, debía de haber sido de otra manera. Él se lo merecía.

Los jugadores no se lo podían creer en la noche de ayer.

Por cierto, la plantilla no ha sabido estar a la altura de las circunstancias porque la afición no tiene porque pagar las rencillas internas. Las amenazas nunca son buenas consejeras. Ahora ya todos saben cómo se las gasta el club cuando las cosas se ponen raras. Anoche descubrimos la segunda cara de Florentino, la que además de fichar ‘Zidanes’, es capaz de apagar un título de un timonazo.

Elías Israel

24 Junio 2003

La pulsión autoritaria de Florentino Pérez

Alfredo Relaño

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Curioso: el Madrid ha ganado la Liga y desde entonces todo ha sido un berrinche. Me figuro que si llega a perderla, hubiera convocado un suicidio colectivo en pay per view. Porque la fiesta del domingo en el campo fue poca fiesta, en Cibeles hubo escena, con Raúl pretendiendo que le pusieran al teléfono al alcalde, en Txistu se extendió el rumor de un motín para sabotear los actos de celebración de ayer y el discurso final de Florentino fue un agrio lamento trufado de amenazas veladas. Como traca final, el anuncio de las no renovaciones de Del Bosque y de Hierro.

La decisión sobre Del Bosque se tomó en una larga sobremesa, al mejor estilo de los tiempos de Lorenzo Sanz. La tan anunciada reunión de junta fue eso, una sobremesa en un restaurante. El mismo restaurante en el que Florentino se reunió con Guti para darle mimo, en una excepción colosal a sus anunciadas pautas de conducta: ya saben, seriedad, rigor, poder escalonado… Pues allí, entre humo de puros y aroma de coñac se tomó la decisión de no renovar a Del Bosque, difícil de entender. Hasta nuevos datos, sólo cabe explicárselo como un caso de fobia personal.

Porque Florentino está haciendo un experimento difícil: reunir en un mismo equipo varias megaestrellas, que van llegando, cada una de ellas, porque no soportan a su entrenador. El valor de Del Bosque es que digiere el trato con todas ellas. Pero se ve que su estética es tan incompatible con la de Fernández Tapias y como su manera de mandar lo es con la pulsión autoritaria de Florentino, obcecado con que la plantilla necesita mano dura. Las últimas horas le han servido para cargarse de razón. Y se carga tanto a un inocente, que es Del Bosque, como al cabecilla, que es Hierro.

24 Junio 2003

Caprichosos consentidos

Santiago Segurola

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Los jugadores del Real Madrid protagonizaron, con su capitán a la cabeza, un motín que arrastró por el lodo el título recién conquistado. Pocas veces se ha visto un ejercicio tan lamentable en el fútbol. En el momento de la máxima felicidad de un club y sus aficionados, los jugadores respondieron como caprichosos consentidos. Esgrimieron para su bufonada una coartada infantil: el alcalde de Madrid no les permitía subir a la Cibeles y colocar una bandera en la estatua. El alcalde, que tiene la obligación de velar por los mejores intereses de la ciudad, actuó con la sensatez que no demostraron los futbolistas. Decidió proteger uno de los monumentos más queridos y representativos de la ciudad. Un monumento que, por cierto, ha sufrido graves daños por vandalismo en los últimos meses. La Cibeles es patrimonio de la ciudad y sus ciudadanos, pero, en su delirio, los jugadores del Madrid piensan que son dueños de la Cibeles y de todo lo que pretendan. Beodos de éxito, fama y dinero, no repararon en gastos y convirtieron su pataleta en una pugna de poder con la institución.

No son nuevos ciertos comportamientos de los jugadores del Madrid. La elección de Florentino Pérez como presidente se interpretó como un cambio que también alcanzaba a la relación con los futbolistas. No ha sido así. En su condición de prima donnas, han protagonizado algunos desafíos intolerables para el buen orden del club. El incidente de Montecarlo, donde Hierro y Raúl chiquillearon públicamente en defensa de Morientes mientras trataban de torpedear el fichaje de Ronaldo, fue la señal más evidente de su desprecio por cualquier jerarquía y por los intereses del club. Lejos de tomar medidas contundentes, el club adoptó una actitud paternalista que los jugadores entendieron como un acto de consentimiento. El resultado se observó ayer en los penosos acontecimientos que sucedieron a la conquista del título. Con la desbocada vanidad de quienes se sienten el ombligo del mundo, consideraron que el fútbol, el club y la ciudad les pertenece. La actuación de Hierro, capitán del equipo, desafiando al presidente del club es la expresión máxima de su incompetencia como líder de la plantilla y la confirmación del vedetismo triunfante en un club que quiere hacer un capital de la imagen. Infame imagen, en este caso.

26 Junio 2003

Mi adiós al señor Del Bosque

Frederic Hermel

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Ahora que han pasado unas cuantas horas después del shock del anuncio de la no renovación de Vicente del Bosque, los recuerdos que me vienen a la cabeza me confirman que, de verdad, alguien excepcional ha ocupado el banquillo del Madrid estos últimos años. En este mundo del fútbol donde la hipertrofia del ego se ha convertido en la patología más frecuente, donde muchos se creen intocables, no puedo olvidar la sonrisa de Vicente cuando me permití, en una conlumna, bautizarlo “Monseur Dubois”. Tampoco se me ha ido de la mente una escena de hace unos meses después de un partido del Madrid en el Bernabeu. Charlaba con Vicente a propósito de una entrevista para Francia que habíamos pactado unos días antes y un compañero de profesión francés, poco acostumbrado a cubrir la información de la Liga, sorprendió nuestra conversación. “¿Así hablas con el entrenador del club más importante del mundo?”, me preguntó con incredulidad.

Sí, le contesté, el entrenador del club más importante del mundo es una persona normal como ti y yo. ¡Ojalá Carlos Queiroz tenga esta sencillez y este respeto hacia los demás que tan buena imagen le han dado al Madrid! Yo no voy a juzgar las últimas decisiones de Florentino Pérez pero estoy convencido de que van a tener en los próximos meses consecuencias que irán más allá del propio Real Madrid. En España, la gente no lo valora lo suficiente pero como guirí os lo puedo asegurar: desde fuera hemos mirado con lupa las nuevas apuestas del presidente porque el Real Madrid es el club que marca las tendencias en la cultura del fútbol europeo y del fútbol mundial.

Frédéric Hermel

24 Junio 2003

Una triste entrevista

J. J. Santos

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Llegó al estudio de ANTENA 3 a las nueve y cuarto. Ya había comenzado el informativo. Del Bosque saludó a mis dos compañeros de mesa y se sentó con calma. Intuyo que ya sabía la noticia. Minutos antes me habían confirmado que no iba a seguir, pese a que todos apostábamos por su continuidad. En plena entrevista, Valdano llamó a un empleado del Madrid, que también se encontraba en San Sebastián de los Reyes, para decirle que Vicente acudiera al estadio al acabar la entrevista. Blanco y en botella. Era su final como técnico del vigente campeón de Liga. En cuanto insistí acabo reconociendo que veía muy difícil continuar. Creo que en los próximos días acabará soltando su amargura.

Se marcha perseguido por la sombra que le acompañó desde su llegada: la falta de autoridad. Su manejo no ha sido suficiente ante los desplantes de algunos pesos pesados que, curiosamente, tampoco seguirán el próximo año. Se cierra un ciclo y me impresionó su serenidad. Casi le estábamos transmitiendo su cese en directo y no perdió la compostura, ni con quien le estaba dando la barrila con las preguntas ni con los que habían tomado la dolorosa decisión. Debo contar, aunque rompa cierta confidencialidad, que entre vídeo y vídeo me confesó que lo que más le preocupaba era seguir entrenando para no dejar en la estacada a todo su equipo de trabajo”.

J. J. Santos

24 Junio 2003

Me estoy acordando de Antic

Tomás Roncero

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Me siento como si me hubiesen sacado cinco litros de sangre. Vacío, hueco, desorientado… me bastaba ver a Jorge Valdano con cara de poker y una expresión que lo definía todo: “No es un día fácil para comparecer en rueda de prensa…”. Tampoco es una jornada sencilla para un servidor, que no termina de entender el laberinto en el que se ha metido la directiva para colocar el pulgar hacia abajo poniendo la cabeza de Del Bosque al servicio del INEM. Como acostumbro a compartir el 99% de las decisiones de Florentino, me veo legitimado para decir que de este despido se van a arrepentir el presidente y el director deportivo durante largo tiempo. La no renovación de técnico de la Octava, de la Novena y del alirón 29 es como hacer puenting pero sin goma elástica a la que agarrarse.

Es inevitable acordarse ahora de Mendoza y de Radomir Antic. En 1991 el tío Ramón echó al serbio ‘porque el equipo no daba espectáculo’. Después llegó lo de Tenerife y la Liga viajó hasta Barcelona. Ahora es todavía peor. A Del Bosque le han dado puerta con el pan del título recién elaborado en un horno en el que el míster ha terminado muriendo de éxito. En el fondo y volviéndome sarcástico, a Vicente le han hecho un enorme favor. El Maestro se va por la puerta grande, con el reconocimiento de toda la crítica periodística, del vestuario y de la grada. Le ha decapitado la junta directiva. Ellos serán los únicos responsables de lo que ocurra a partir de ahora…

Tomás Roncero

24 Junio 2003

Más macho que Don Ramón

Tomás Guasch

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Sí señor: hasta ayer, el más macho era Mendoza, que en gloria esté. Él despidió a Antic con el Madrid líder porque no daba espectáculo. Juego de niños con lo de ahora. Florentino se cepilló a Del Bosque y a Hierro de una tacada. Entrenador y capitán. Asusta pensar que hubiesen perdido con el Athletic ¡Los habría hecho picadillo! Los que aparecimos por allí intuimos que lo del domingo en el Txistu iba a traer cola. No se sabía si el Madrid festejaba el título o el descenso a Segunda B. A lo lejos, el discurso de Florentino sonaba desgarrador.

Y cuando Florentino se desgarra, a alguno le acaba doliendo el sóleo, como a Ronaldo camino de Turín. Florentino, versión B. De comprador a despedidor. Perfecto lo de Hierro. Está acabado y encima, mandaba. Una muestra de sus tropelías: en Mónaco le echó en cara al presidente el fichaje de Ronaldo (¡perdónalo, Señor!) y le pidió que renovara a Morientes por cuatro años. El último desplante fue el definitivo. No damos la vuelta al campo. No vamos al Ayuntamiento. No vamos al Ayuntamiento. No vamos a cenar. Y así. No había huevos para echar a Hierro por asuntos futbolísticos; si caía sería por su satánica soberbia. Cayó. Pasó a Pavón. Luego está lo del entrenador. Echarle junto a Hierro es la cornada perfecta. Llega Queiroz. Mano de derecha de Ferguson, tiene varias ventajas. La que más, los idiomas. Menos francés, domina todas las lenguas cooficiales. Cuatro años después, el Madrid vuelve a tener entrenador. ¿Valdará la pena? Tus bemoles, Floren.

Tomás Guasch

25 Junio 2003

Un triste adiós del bigotón

Hugo Gatti

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Siento mucho recibir esta triste noticia. Mi amigo, Vicente, el bigotón, abandona el banquillo del Real Madrid. Pero yo intuía algo. Ya lo dije el pasado domingo, cuando se ganó la Liga. Tenía una extraña sensación y pensaba que las caras largas de la plantilla tenían algo que ver con la destitución de su míster. Se decidió tras la eliminación ante la Juventus en Turín. Estoy convencido de que allí se tomó la decisión. Estaban heridos por la pérdida del título. Pero este es un documento fuerte que refleja la personalidad de Florentino Pérez y de Valdano. Hay que separar el cariño de lo personal. Yo al bigotón le tengo un cariño especial y él lo sabe. Para el público, para todos los aficionados, es una pena tremenda que se vaya. A mí me duele, pero no puedo mirar atrás. Será difícil que alguien le iguale.

En Turín se vio que el Madrid necesitaba un cambio táctico. Individualmente, es el mejor equipo del mundo, por sus caciques. Pero no en lo táctico. El tiempo será testigo de sus logros, Vicente. Se veía venir. Ha ocurrido lo mismo que en algunos matrimonios.. Cuando una pareja se ve en la calle entre besos, la gente piensa que durará siempre. Pero hay que ver la intimidad de cada casa. Para los jugadores será un duro golpe, seguro. Lo han demostrado siempre, todos le han apoyado públicamente estos días. Pero han de obedecer. Son trabajadores que están ahí para hacer crecer al Madrid. Es un triste adiós.

Hugo Gatti

29 Junio 2003

GOLPE DE TIMÓN BLANCO

Eduardo Inda

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Jueves 30 de enero. Florentino Pérez se mueve de un lado a otro como un auténtico poseso y, para su desgracia, no se puede desahogar con un pitillo porque está dejando de fumar. Ha dormido mal.Ni uno de sus colaboradores dice ni mu. El presidente del Real Madrid rompe el fuego echando bilis por la boca:

-¡A este cura me lo cargo, como hay Dios que me lo cargo a final de temporada!

El cura se llama Vicente y se apellida Del Bosque. ¿Por qué el hombre tranquilo que es Florentino Pérez ha perdido los papeles? Razones no le faltan: el Mallorca ha enviado 24 horas antes a los corrales de la Copa del Rey a un más manso que galáctico Real Madrid. David le acaba de meter una tunda de escándalo a Goliat: 4-0. Y, para más inri, el autor de la humillación es un ex jugador de la cantera merengue: el camerunés Samuel Eto’o.

La historia, una vez más, no es como nos la han contado. Vicente del Bosque no firmó su sentencia de muerte tras el intento de asalto a La Bastilla del pasado domingo, sino aquel gélido 29 de enero en el estadio mallorquinista de Son Moix. Florentino Pérez, Jorge Valdano y el siempre prudente Emilio Butragueño pusieron el grito en el cielo al ver cómo se tiraba por la borda la Copa del Rey con un equipo plagado de suplentes. Del Bosque prefirió una vez más quedar bien con unos pocos (jugadores) aun a riesgo de sacar de quicio a toda la afición.

Lo cierto es que el presidente del Real Madrid, de 56 años, hacía tiempo que venía poniendo en solfa al entrenador. «Este Del Bosque es buena gente, pero le falta rigor y autoridad, no tenemos entrenador», recalcaba cada vez que tenía oportunidad ante la Junta Directiva.Uno de los pata negra del sanedrín merengue fue mucho más sibilino: «Los jugadores se han olvidado por su culpa de lo esencial, que son los empleados y no los jefes». Florentino Pérez no tocaba de oído porque hasta el portero del Bernabéu sabía que al bigotes hacía tiempo que la plantilla se le había ido de las manos. La jornada laboral de los jugadores, incluidos los miembros del selecto club de los seis millones de euros (Zidane, Figo, Raúl y Ronaldo), era exactamente la octava parte que la del españolito medio: una hora. Del Bosque no sólo redujo los entrenamientos a la mínima expresión sino que, para colmo, suprimió las concentraciones porque son «contraproducentes» (sic). Figo lo pudo decir más alto pero no más claro cuando unos amigos catalanes le preguntaron qué tal le iba con el salmantino: «No molesta».

Del Bosque les molestaba tan poco que algunas de las estrellas pasaban más tiempo en las discotecas de moda de la capital que sobre el césped de la Ciudad Deportiva. Las correrías de Ronaldo, sin ir más lejos, eran la comidilla de Radio Macuto. El campeón del mundo descubrió en tiempo récord que la noche madrileña es más divertida incluso que la de Río. A Guti y a Figo también se les hacía de día de vez en cuando con una copa y un pitillo en la mano.

Ronaldo volvió a las andadas el lunes. Se olvidó de acudir al Ayuntamiento, a la Comunidad de Madrid y a la catedral de La Almudena. Parecía que se lo había tragado la tierra. La excusa oficial: «Se ha quedado dormido, no responde al móvil». La realidad, sin embargo, era mucho más simple: festejó sus goles hasta el amanecer en compañía de una ex Miss España que ha hecho sus pinitos en La Isla de los Famosos. La náufraga se llama Vania Millán.

La gota que colmó el vaso de la paciencia del presidente del Real Madrid cayó el domingo por la noche cuando Fernando Hierro le explicó por qué habían decidido suspender por su cuenta y riesgo la obligada visita al Ayuntamiento de Madrid del lunes y por qué se habían negado a repetir la vuelta al campo. «No vamos a ir a ver al alcalde», le soltó el de Vélez-Málaga, «porque no nos deja subir a La Cibeles». «Hasta aquí hemos llegado», debió de pensar para sus adentros su interlocutor mordiéndose la lengua para no responder al pueril capitán como se merecía.

El sanctasanctorum gastronómico madridista, el mesón Txistu, fue el escenario de la trifulca. Lo que en teoría debía de ser la noche más feliz del año se transformó en un funeral por culpa de las bravatas de unos jóvenes tan podridos de dinero como pobres de luces. A más de uno se le atragantaron las gambas de Huelva, los langostinos de Sanlúcar y las angulas cuando el jefe les echó una educadísima bronca: «Ya está bien de chiquilladas. Si el alcalde dice que no podemos subir a la Cibeles, pues no subimos, el que manda en la ciudad es él». Siete días después una pregunta sobrevuela el Santiago Bernabéu: ¿agredió o no agredió Hierro a Valdano en el vestuario, tal y como mantiene la biblia del deporte mundial, L’Equipe?

El salmantino también había destrozado los criterios empresariales del sucesor de Bernabéu. El primer constructor de España aterrizó en la casa blanca el 17 de julio de 2000 con un leitmotiv: «Hacer del Real Madrid la primera empresa deportiva del mundo». O, lo que es lo mismo, introducir criterios profesionales en una entidad que estaba en la prehistoria desde el punto de vista empresarial y en pañales en el apartado informático. Un negocio virgen a años luz del rentabilísimo Manchester , que cotiza en la mismísima City londinense.

Más deudas pendientes. El presidente del Real Madrid nunca le perdonó a Del Bosque el fichaje del jugador menos rentable de la historia del club: Flavio Conceiçao. Cuatro mil millones de pesetas del ala tirados literalmente a la basura, cuatro mil millones destinados a calentar el cuero de los asientos Recaro del banquillo. Claro que el brasileño tampoco entró en la casa con muy buen pie. El centrocampista estaba comiendo en el palco cuando se acercó Florentino Pérez para conocerle. Ni corto ni perezoso, se sacó la comida de la boca, le rogó a su compañera que se la guardase y estrechó la mano del presidente. Lo cierto es que, desagradables anécdotas aparte, un tipo cartesiano como Florentino Pérez nunca aceptará los absurdos y sospechosos razonamientos del mundo del fútbol donde es habitual comprar pesetas a precio de duro. Un director general de ACS no aguantaría ni un telediario si invirtiera un potosí en una máquina para luego dejarla tirada en el almacén.

El estadio Delle Alpi de Turín fue testigo de la última y definitiva genialidad de Del Bosque. El baranda madridista no daba crédito cuando se enteró de que había colado a ¡¡¡Cambiasso!!! en el 11 titular del Día D: el partido de vuelta de las semifinales de la Copa de Europa frente a la correosa Juventus. Consecuencia: otra vez a los corrales.

Florentino Pérez dijo ¡basta! el lunes y extirpó los dos cánceres del vestuario. En una multinacional como el Real Madrid no tienen cabida ni un ejecutivo blando, Vicente del Bosque, ni un empleado ajado y malencarado, Fernando Hierro. Sobra decir que la decisión contiene un más que implícito aviso a unos navegantes llamados Raúl y compañía: tonterías, las justas.

Con su golpe de fuerza demostró que su intención es gobernar con más mano de hierro que guante de seda. Hierro se suicidó al retarle: estamos ante un ciudadano cuyos pulsos se cuentan por victorias. «También Di Stéfano se fue del Madrid jurando y perjurando que jamás volvería a pisar el Bernabéu y miren dónde ha terminado», razona uno de los viejos del lugar. Si el mito del Madrid sobrevivió a la leyenda de Bernabéu, a las malas pulgas de la saeta rubia y al carisma de Butragueño, ¿cómo no va a superar esta crisis?

Seguramente el problema no es tanto el fondo como las formas.Al presidente de la segunda casa blanca más famosa del mundo no le duelen prendas en privado a la hora de reconocer que el día después no era el momento procesalmente oportuno para hacer una limpia de tamañas proporciones. Vamos, que es consciente de que metió la pata con los tempos.

¿Y cómo es el hombre que ha dado un golpe de timón que ha hecho correr mares de tinta y ha puesto patas arriba el club? Un viaje al centro del cerebro de este madrileño de Hortaleza nos permitiría encontrar algunos de los ingredientes que distinguen a los líderes sociológicos de la gente del montón: es trabajador, astuto y tenaz. ¡Ah!, y atesora las dos características que marcan la diferencia en nuestro tiempo: un don de gentes innato y un pragmatismo que le lleva a casarse con quien le interesa.

Y que le gustan las emociones fuertes más que a un tonto un lápiz quedó definitivamente claro esta semana, apostando por un segundón desconocido para sustituir a Del Bosque: Carlos Queiroz. El tiempo, ese juez insobornable que pone a cada uno en su sitio, dirá quién tiene razón, pero narices, lo que se dice narices, le ha echado.

De casta le viene al galgo. El estajanovismo lo mamó en casa.Su padre, un perfumero, le demostró que Napoleón dio en el clavo cuando sentenció que «el único genio es el trabajo». El patriarca sigue predicando con el ejemplo a sus 87 años: raro es el día en que no se pasa por sus perfumerías a ver cómo van las cosas.El primer empleado de ACS va a su frío despacho hasta los sábados para recuperar el tiempo que le roba el Real Madrid.

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LA AUSTERIDAD

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Florentino siempre ha hecho lo posible y lo imposible por parecerse a su ídolo: Santiago Bernabéu. Hay que reconocer que, al menos, una virtud comparten: la austeridad. El hoy jefe vikingo no llega al punto de presentarse en las recepciones con trajes desgastados ni a pagar los sellos o periódicos que se lleva del club como acostumbraba el irrepetible albaceteño. Pero tampoco se permite muchos lujos. Vive en el mismo chalé de clase media-alta que compró en 1979 en el barrio de Chamartín, a tiro de piedra del Bernabéu. Su hogar es un estudio al lado de la mansión que gasta Ronaldo en La Moraleja y la caseta del perro en comparación con el Beckhingham palace de su nueva estrella británica.

Tampoco ha tirado la casa por la ventana para dar rienda suelta a su único vicio oculto: el mar. Se escapa cada vez que puede a su otro hogar, el mallorquín Puerto Portals, donde atraca su yate Pitina II. Un barco multiusos: allí desayuna, come, cena y duerme nuestro protagonista todos los veranos. Nunca quiso comprar un chalé, una finca o un apartamento en Mallorca porque lo considera un despilfarro. Al contrario que otros millonarios madrileños, que utilizan el barco para ir a darse un chapuzón y poco más (su vicepresidente, Fernando Fernández-Tapias, sin ir más lejos), él ejerce de lobo de mar con todas las consecuencias.

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RICO EN CRÉDITOS

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Entonces, ¿en qué calcetín mete el sueldo? Invierte desde el primer hasta el último céntimo de euro en la compra de acciones de ACS, una compañía que ha multiplicado sus ingresos por 900 en 16 años escasos. El 10% de este imperio es suyo. «Bueno», corrige rápidamente, «más que mío, es de los bancos; yo soy rico, pero en créditos». Peccata minuta al lado de la que se le viene encima con la fusión ACS-Dragados. Las cifras de la que será la tercera constructora europea son mareantes: facturará 10.800 millones de euros anuales (casi 50 veces más que el Real Madrid) y tendrá una plantilla de 92.000 personas.

Otro de los secretos de su éxito es su don de gentes, es un auténtico relaciones públicas. Está siempre donde hay que estar, en el momento justo y en el lugar acertado. «¿Y tú qué pintas aquí?», le preguntan los periodistas madrileños cada vez que se topan con él en un acto municipal de tercera. Él siempre responde con la misma cantinela: «Yo siempre voy donde pueda haber obra, ya sea una boda, un bautizo o una comunión». Lo cierto es que, mientras sus rivales (léase Marcelino Oreja o Rafael del Pino) rara vez abandonan las moquetas de sus suntuosos despachos, él siempre está a pie de cañón, allá donde huela a obra pública. Donde ni suele estar ni se le espera es en los actos del Ministerio de Fomento: Florentino Pérez y Álvarez-Cascos se llevan como el perro y el gato, y lo peor de todo es que ni el uno ni el otro se esfuerzan por ocultarlo.

Y, por descontado, es la quintaesencia del pragmatismo. Tiene amigos a babor (Alfredo Pérez-Rubalcaba y Jaime Lissavetzky), a estribor (Zaplana, Álvarez del Manzano, Matas o Rajoy) y en el centro (Miquel Roca). Todos los frentes cubiertos. Él sabe como nadie que los gobiernos pasan y que las empresas quedan, lo que obliga a estar a buenas con todos. En esto de las relaciones públicas tiene más reflejos que Íker Casillas: el lunes 26 de mayo fue el primer empresario en felicitar al ganador de la batalla balear, Jaume Matas. El cotizadísimo palco del Bernabéu es fiel exponente de esa pluralidad. Últimamente se ha permitido alguna licencia: no se corta un pelo a la hora de apuntar quién le gustaría que fuera el sucesor de Aznar. Su caballo ganador es Alberto Ruiz-Gallardón, «el crack» en jerga florentina.

Sostiene Andrew Roberts, el autor del libro de moda (Hitler-Churchill, los secretos del liderazgo), que la cualidad más importante de un líder es «la tenacidad ante la adversidad». También cumple esta condición sine qua non. Sus compañeros de viaje a la final de la Copa de Europa de 1998 le invitaron a olvidarse de la presidencia del Real Madrid durante «10 años» en el preciso instante en que Pedja Mijatovic abatía al portero de la Juventus. «Ya veremos», respondió él como quien no quiere la cosa.

Su tenacidad le convirtió en un inesperado triunfador en las elecciones madridistas convocadas por Lorenzo Sanz dos años después en plena resaca de la octava Copa de Europa. «¿Nos vamos a gastar más de 100 kilos en la campaña para perder?», le preguntaban aterrorizados su familia y sus asesores. No hizo caso ni a unos ni a otros, se lió la manta a la cabeza y dio el paso. Jugaba con ventaja, ya que las encuestas que manejaba dibujaban paradójicamente un panorama algo más equilibrado: los socios del Real Madrid no son tontos y los socios del Real Madrid sabían perfectamente que el club se había convertido en un nido de buitres carroñeros que hacían extraños viajes a Suramérica y que no dudaban en meter la mano en la caja para jugar partidas de póquer. Ganó.

También es astuto. Su astucia es la astucia de los tiburones, que revolotean sobre su presa como quien no quiere la cosa y, en el momento preciso, ¡zas!, pegan el zarpazo. El sigilo con que fraguó la OPA sobre Dragados, un golpe más propio de Wall Street que del cateto mundo empresarial español, el fichaje de Ronaldo o el de Beckham deberían ser materia obligada de las escuelas de negocios. Florentino tiene ante sí ahora un dilema: seguir o no seguir al frente de la nave blanca, ser o no ser presidente. El cuerpo le pide presentarse a la reelección; la cabeza, tirar la toalla. Sus socios en ACS, empezando por los March y los Albertos, le echan en cara que dedica más tiempo al Real Madrid que a una constructora que se acaba de convertir en la tercera de Europa.

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MISIÓN CUMPLIDA

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Su mujer, Pitina, y sus tres hijos le ven menos de lo que les gustaría por culpa de tanto trabajo. Dicen los que le quieren bien que el interesado se siente un tanto incómodo en un mundillo, el del balón, en el que la palabra dada no es ley ni por equivocación, en el que las puñaladas traperas son el pan nuestro de cada día y en el que la pasión impera siempre sobre la cabeza.

El ingeniero de caminos más famoso de España considera, además, que ya ha cumplido su misión histórica: jubilar los números rojos y levantar la moral de una entidad estigmatizada por cinco años de escándalo permanente. El primer objetivo está sobradamente cumplido con los 360 millones de euros que se ha llevado el club con la recalificación de la Ciudad Deportiva. Y los sobrecogedores han dado paso a los profesionales en las oficinas.

«Me quedo, me voy». Florentino sigue deshojando la margarita.En la carpeta azul de la sucesión de Aznar hay varios nombres en cartera, en la de Florentino sólo figura uno. Anótenlo: Emilio Butragueño.