15 septiembre 1989

Francisco Bustelo abandona el PSOE y anuncia su pase a Izquierda Unida, a través del PASOC, como acto de pre-campaña de apoyo a Julio Anguita

Hechos

El 15 de septiembre de 1989 D. Francisco Bustelo García del Real anunció que dejaba el PSOE y se afiliaba al Partido de Acción Socialista (PASOC), partido integrado en la coalición Izquierda Unida.

La izquierda imperfecta

Francisco Bustelo

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Ricardo García Damborenea convocó una reunión en 1989, en mis últimos meses de militante, en un restaurante, con el fin de redactar un escrito crítico con la dirección del PSOE y que, claro está, no surtió el menor efecto. A aquella reunión acudió algún exministro y también Nicolás Redondo Terreros, hijo del líder Ugetista, cosa que a algunos nos hizo sospechar que el padre – y con él buena parte de la UGT – apoyaba a los allí reunidos. Nos pidió discreción lo que no le impidió convocar a periodistas de INTERVIÚ para que hicieran un reportaje de todos nosotros llegando al lugar de la reunión.

En ese mismo año de 1989 se fue del PSOE fundó una efímera Democracia Socialista, no sacó ningún voto en las elecciones generales y acabó apoyando al Partido Popular.

Mi evolución sólo tuvo un punto en común con la de Damborenea, ya que yo también, en ese año de 1989 decidí darme de baja en el PSOE. Tras darle muchas vueltas decidí que en las elecciones generales de 1989 no votaba a mi partido. Esta decisión me pareció que entraba en contradicción grande con mi militancia y resolví en consecuencia abandonar el partido en el que había estado 34 años e ingresar en Izquierda Unida.

Tuvo la tentación de quedarme definitivamente en mi casa, olvidado de todo que hacer político, pero el gusanillo, la vanidad y el argumento de que con ello serviría mejor a mis ideas me llevaron a tomar la decisión de pasarme a Izquierda Unida y de anunciar ese paso a bombo y platillo.

Intenté convencer a María Gómez Mendoza, mi mujer, de que hiciera lo mismo y ella, en justa reciprocidad, intentó convencerme de que siguiera en el PSOE pues Izquierda Unida, me decía, no era lo que yo creía. Ella siguió y sigue en el PSOE y yo en mi regreso de traducir para las Naciones Unidas en Ginebra durante el verano, llamé a Leguina – que me manifestó mi pesar – para comunicarle mi decisión.

En Izquierda Unida me puse en contacto con Pablo Castellano y Nicolás Sartorirus que me recibieron con los brazos abiertos.

Creo que fue una desgracia para la izquierda que Gerardo Iglesias tuviera que retirarse. Con él, probablemente hubiera sido más fácil la difícil tarea de establecer una organización subrapartidista, abierta pero eficaz, capaz de superar los defectos de todo partido político. Era evidente que en la dirección de Izquierda Unida Anguita practicaba el felipismo. Siempre quería obrar por su cuenta y razón.