21 mayo 2022

Primer cambio en la dirección desde la marcha de Fernández Galiano

Francisco Rosell es destituido como director de EL MUNDO y reemplazado por Joaquín Manso

Hechos

El 21.05.2022 D. Joaquín Manso es presentado por el periódico EL MUNDO como nuevo director.

Lecturas

El 20 de mayo de 2022 la web de El Mundo anuncia que D. Joaquín Manso es nombrado por el consejo de administración de Unidad Editorial que preside D. Marco Pompignoli nuevo director del periódico en sustitución de D. Francisco Rosell Fernández.

El cambio del Sr. Rosell Fernández, que rompe con Unidad Editorial y llevará su despido a magistratura, se veía venir desde que el Sr. Pompignoli (por decisión del propietario del grupo, el Sr. Urbano Cairo) reemplazó a D. Antonio Fernández-Galiano Campos al frente de la gestión de la empresa editorial en España.

20 Mayo 2022

Joaquín Manso será el nuevo director de 'El Mundo' en sustitución de Francisco Rosell

Arturo Criado

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Unidad Editorial llevaba meses buscando relevo al frente de la dirección del diario El Mundo.

El diario El Mundo tiene nuevo director. El periodista que marcará el rumbo a partir de ahora será Joaquín Manso, quien hasta el momento ocupaba la posición de director adjunto del periódico.

Diversas fuentes de la empresa confirman este movimiento, que viene motivado por la jubilación anticipada del actual director Francisco Rosell que tiene 66 años. Sin embargo, es cierto que la matriz del diario llevaba meses buscando un relevo en la dirección del periódico. Tanto es así que se llegó a contratar a un headhunter para que colaborase en la búsqueda del nuevo director tanto dentro como fuera de la organización.

El nombramiento de Joaquín Manso supone un movimiento de continuidad de la labor del actual director, explican las mismas fuentes. Su nombramiento será efectivo a partir del lunes 23 de mayo, tal y como ha confirmado la propia Unidad Editorial.

Según el comunicado publicado en otro de los diarios del grupo, Expansión, «su objetivo será garantizar el rigor y la calidad informativa que conforman las señas de identidad de El Mundo». Especial atención prestará a la transformación digital del diario.

El propio Manso destaca que es «un orgullo estar al frente de la redacción con más talento del periodismo español. Una nueva generación, que se hizo periodista porque antes fue lectora de El Mundo, asume el reto de modernizar sus valores«.

La carrera de Manso

Joaquín Manso (Candás, Asturias, 42 años) es Licenciado en Derecho por la Universidad Pontifica de Comillas, y cursó el Máster de la Universidad CEU-San Pablo y El Mundo. Lleva ligado a El Mundo desde hace casi veinte años. Ha sido jefe de la sección de Nacional, investigación y opinión. Además, ha sido redactor de tribunales e investigación.

Manso será el sexto director del diario El Mundo. Releva a Francisco Rosell quien llegaba al puesto en 2017 tras la destitución de Pedro García Cuartango. Éste fue nombrado máximo responsable del diario en mayo de 2016 tras la traumática salida de David Jiménez, quien había sido elegido tras la destitución de Casimiro García-Abadillo.

García-Abadillo era nombrado director en 2014 tras ser el número dos de Pedro J. Ramírez, quien fue destituido tras permanecer al frente del periódico que fundó durante 25 años. Su salida se produjo a raíz de las presiones del Gobierno de Rajoy por la publicación de los llamados ‘Papeles de Bárcenas’.

20 Mayo 2022

Sánchez le corta la cabeza al director de El Mundo, Francisco Rosell

HISPANIDAD

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Es decir, prosigue el acuerdo Urbano Cairo-Moncloa: si el italiano pone el grupo (El Mundo Expansión y Marca) al servicio del Sanchismo, se le buscará un comprador para volverse a Italia

Ayer era El País y la SER, el periódico mas vendido de España y la emisora más escuchada. Hoy le ha tocado el turno al segundo diario de información general más leído, además de los líderes en prensa económica y deportiva, Expansión y Marca. Ha sido Moncloa quien, fruto del pacto con Urbano Cairo, editor de El Mundo, ha conseguido la cabeza de uno de los periodistas que más le molestaban: el director de El Mundo, Francisco Rosell. Pues bien, Cairo le ha ofrecido su cabeza y ha colocado en la dirección a Joaquín Manso, el periodista de la cúpula de El Mundo más próximo al Gobierno socio-podemita, que incluso es admitido en el selecto club de la tertulianos de la tele pública.

ero esto no ha hecho más que empezar. La intromisión sanchista en los medios de comunicación ha superado a los de cualquier otro presidente del Gobierno anterior, fuera del PSOE o del PP. Y más que por estas cabezas conseguidas como trofeos y aviso para navegantes -pobre de aquel que se atreva a atacar a don Pedro Sánchez-, lo cierto es que el sanchismo ha sabido crear unos cauces de lo permitido y lo prohibido, con sus correspondientes conceptos tabú y con sus consignas constantemente repetidas.

Ya adelantamos en Hispanidad el pacto entre el italiano Urbano Cairo y Pedro Sánchez: a cambio de que los medios del grupo fueran menos hostiles, el Sanchismo buscará un comprador -de los suyos, claro-, que le permita a Cairo marcharse de España, donde nunca se ha sentido muy a gusto.

23 Mayo 2022

Rosell estudia demandar a Unidad Editorial tras ser cesado como director de 'El Mundo'

Carlos R. Cózar

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El periodista podría seguir los pasos de antiguos directivos del conglomerado informativo y judicializar su finiquito

Francisco Rosell estudia demandar a Unidad Editorial, grupo mediático que controla El Mundo, Marca o Expansión, una vez que haya sido cesado como director del periódico generalista.

Este periódico ha podido conocer que el ya ex director del diario impreso y digital va a judicializar su marcha del despacho de El Mundo porque no se han cumplido con los objetivos pactados entre el grupo y el profesional de la información. Cabe recordar que Francisco Rosell se ha mantenido cinco años al frente de dicho periódico, tras la salida de Pedro García Cuartango.

De acuerdo a las fuentes consultadas, Rosell, el ex director de El Mundo, ha contactado con el abogado Javier Gómez de Liaño -que ya se encargó de la salida de Pedro J. Ramírez al frente del diario-. Las diversas voces del sector de los medios de comunicación recalcan que el periodista busca una salida similar a la de Antonio Fernández-Galiano.

El ex presidente y consejero delegado de Unidad Editorial abandonó recientemente su puesto y en su lugar RSC, empresa que controla el conglomerado informativo, puso a Marco Pompignoli. Este cambio de cromos supuso que directivo y matriz acabaran en una batalla legal ya que Galiano pedía hasta 10 millones de euros de indemnización.

Esta situación, por tanto, se vuelve a repetir ya que este episodio también se dio con la salida de David Jiménez, antiguo director de El Mundo y que convirtió su despido en uno de los más sonados de la historia reciente del periodismo español.

Fuentes de la redacción señalan a este periódico que el clima que se respira dentro de las paredes de Unidad Editorial es de “inestabilidad” puesto que entendían que Francisco Rosell “había dotado de paz institucional” al periódico de tirada nacional. No obstante, matizan que Joaquín Manso, nuevo director de El Mundo, es un “buen perfil” para liderar a la plantilla.

Por otra parte, las fuentes consultadas indican que existe “cierta sorpresa” por la forma en la que se produjo la salida de Francisco Rosell. El pasado domingo fue la última publicación de su columna de opinión y, lejos de despedirse de los lectores como es habitual, dedicó sus últimas letras a la política nacional.

Unidad Editorial encomendó a Joaquín Manso como objetivo “garantizar el rigor y la calidad informativa que conforman las señas de identidad de El Mundo, para afrontar los grandes retos del periodismo actual y de la transformación digital».

Este lunes, el propio Joaquín Manso se presentaba de manera oficial ante su redacción. «Somos los hijos de aquella generación, de los que fundaron este periódico, quienes los leímos, los que ahora asumimos la responsabilidad de los contenidos de este periódico. La mayoría de los que estamos aquí. Incomode a quien incomode. Este es el periódico que queremos», ha dicho en su primer día como director.

12 Junio 1995

EL MUNDO QUE VIENE

Joaquin Manso

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El 12 de junio de 1995 supe que dedicaría mi vida al periodismo. Sobre la mesa del comedor, al regresar de la universidad, el titular del periódico me provocó una hondísima impresión: «El CESID lleva más de 10 años espiando y grabando a políticos, empresarios y periodistas». Y, reproducidas en la portada, las pruebas del qué, quién, cómo y cuándo. El veneno del periodismo. La seña de identidad genuina de EL MUNDO es la vibración informativa única que sólo puede ofrecer un diario que mira de tú a tú al poder. David Gistau bromeaba diciendo que en su redacción hay un ambiente «como de redada inminente». La tenacidad de sus periodistas, el arrojo de sus reporteros de investigación de Filesa y los GAL a los casos Nóos Gürtel y el compromiso intelectual de sus fundadores con la modernidad constitucional de España y la agenda de valores del siglo XXI son la referencia para la generación de orgullosos jóvenes lectores de EL MUNDO que desde este momento asumimos toda la responsabilidad sobre los contenidos del diario y sus principios editoriales.

Nuestro primer compromiso es con la verdad. «Toda noticia de cuya veracidad y relevancia estemos convencidos será publicada, le incomode a quien le incomode», decía Pedro J. Ramírez en la carta fundacional de EL MUNDO. Para cumplirlo, priorizaremos la investigación y situaremos la información por encima de los intereses de cualquier grupo político o económico. Trabajaremos siempre con la vocación de ser útiles, necesarios, diferentes y relevantes: influyentes. Queremos marcar la agenda, escapar de la rutina y el conformismo. «El único amo del periodista es el lector; y cuando lo tienes en tu bando, no hay poder que pueda amordazarte», escribía Indro Montanelli, la firma antológica de nuestros hermanos de Corriere.

Las sociedades europeas se han transformado radicalmente y EL MUNDO ha sido testigo de ello. Los cambios culturales, económicos y sociales que acompañan a la globalización y la disrupción tecnológica las han hecho más complejas y diversas. La crisis financiera se solapó con una grave crisis de identidad y entre ambas han inoculado los virus del resentimiento y la incertidumbre. Reaparecen los fantasmas del populismo y los nacionalismos y, con ellos, las políticas de la identidad, la manipulación del lenguaje y la tentación autoritaria. La conversación pública se ha sentimentalizado y devaluado. La mentira se utiliza como herramienta de cohesión tribal: alcanzamos «un estado de cosas en que la verdad no importa», como escribe Arcadi Espada. La brutal agresión sobre Ucrania de Vladimir Putin, precisamente el principal patrocinador de los extremismos y la desinformación en Europa, nos recuerda la fragilidad de nuestro orden liberal.

La erupción populista más determinante para España hizo eclosión con el golpe independentista de 2017 en Cataluña: nunca desde la Segunda Guerra Mundial un Parlamento europeo había subvertido las bases del orden constitucional sin contar con las mayorías legalmente establecidas. Esa quiebra de la convivencia dio paso a un fuerte impacto afectivo en todo el país. La onda expansiva de aquellos acontecimientos continúa siendo el elemento central sobre el que gira toda la vida política, especialmente desde que el líder del PSOE decidió entregarse a una alianza permanente con las formaciones extremistas contrarias a la Constitución que habían protagonizado o alentado la declaración de independencia. La estabilidad del Estado quedó en manos de quienes desean su fractura. La fragmentación emocional del espacio político de la derecha y el desnortamiento que ha padecido su principal partido son otra consecuencia del 1-O. Para sostener esa coalición antinatura, Pedro Sánchez y sus socios excitan una polarización ideológica de guerras culturales y provocación al adversario que ha conducido al vaciamiento del espacio de la centralidad, con la consiguiente esclerosis de la política. Las instituciones que son la garantía de la libertad y del control del poder están siendo sometidas a la erosión y la ocupación incontenida de sus enemigos.

El Gobierno así constituido empieza a dar intensos síntomas de debilidad y agotamiento, por los lastres de su propia falta de credibilidad, la deslealtad existencial de sus aliados separatistas y la irrelevancia en la que ha caído la izquierda postcomunista. La expectativa de que las políticas clientelares y el control de los fondos europeos serían suficientes para mantener el poder se ha revelado fallida. Entre los españoles cunde la preocupación por la prolongación de la crisis energética, la incapacidad frente al estancamiento económico y la inflación descontrolada. Al fondo aparecen ya la movilización social y las incógnitas sobre una deuda pública disparada. El análisis detallado de las encuestas sugiere la inminencia de un cambio de ciclo político: el trasvase de voto joven hacia la centralidad es un indicio. La juventud marca el camino. Pero no será suficiente con quedarse a esperarlo. Igual que Isabel Díaz Ayuso supo conectar en 2021 con la emoción del momento de una sociedad agotada por las restricciones que reclamaba «libertad», tendrá que hacerlo quien aspire a protagonizarlo ahora: identificar el desasosiego, captar el hartazgo con el chantaje separatista y presentar un proyecto que rehabilite el prestigio de las instituciones y represente una ilusión para el futuro de los ciudadanos. Las decisivas elecciones de Andalucía establecerán una tendencia.

Ninguna razón hay para no confiar en la recuperación de España como un país moderno y pujante, cohesionado y con voz propia en el mundo. EL MUNDO será un diario combativo e intransigente en la defensa de los derechos fundamentales, la igualdad ante la ley, la libertad de expresión, el pluralismo y la separación de poderes. También de la Corona como garante de la estabilidad del Estado. Apostamos por el proyecto europeo y su autonomía estratégica. Queremos ser el periódico de la sociedad abierta. Seremos implacables con los excesos del nacionalismo y las políticas de discriminación y desigualdad entre ciudadanos que promueve. Pelearemos por el 25% de español en las aulas; y después por el 50%. En 2023 renovaremos nuestras propuestas de regeneración democrática e impulso económico para contribuir de manera constructiva a revitalizar el debate reformista. Los mejores escritores de periódicos seguirán firmando sus columnas en EL MUNDO.

Creemos en la iniciativa individual, en el empuje creativo de la sociedad civil y en la contención responsable del gasto público. También en la igualdad de oportunidades. Somos conscientes de las brechas sociales que la dificultan y seremos especialmente sensibles a las preocupaciones de la juventud: España no puede soportar más la deshonra de encabezar todos los rankings del paro juvenil. Promoveremos la cultura del esfuerzo dentro de una educación de excelencia orientada al valor añadido. Cuidaremos de nuestros mayores, ejemplo de superación y resistencia en la pandemia, y atenderemos sus necesidades específicas sin caer en la demagogia.

La cultura ocupará una posición principal de punto de encuentro y espacio para el intercambio de ideas. Desde el espíritu crítico y la tolerancia, que son los valores éticos fundamentales de la cultura democrática, EL MUNDO afrontará los debates que dividen a los ciudadanos para aportar claridad y esperanza, sin imposiciones ni moralismos dogmáticos, sin sucumbir a la presión de los adversarios de la racionalidad y de la autonomía personal: los grandes movimientos migratorios, el progreso de la mujer, la diversidad sexual, las encrucijadas bioéticas, los retos y oportunidades del salto tecnológico, la transición ecológica, el revisionismo histórico…

Hay una nueva generación llena de talento lista para tomar el relevo que reconoce el trabajo de Francisco Rosell como director del diario durante los últimos cinco años. Con él al frente, a veces en circunstancias muy complejas, estabilizamos el proyecto editorial. Agradecemos también su legado a sus antecesores.

Es la hora de dar un paso adelante. EL MUNDO nunca descuidará sus expresiones analógicas. El periódico de papel es un vínculo de tradición y fuente de credibilidad. Pero el futuro es digital: el ciudadano llega a nosotros muy mayoritariamente a través de sus dispositivos móviles y las redes sociales. Somos la referencia y lo seguiremos siendo. Este periódico trabajará para ser, como siempre, riguroso, pero también entretenido, atractivo e innovador. Inteligente en sus argumentos e imaginativo en sus formatos. Las nuevas narrativas nos ofrecen la oportunidad de integrar fotografía, vídeo y gráficos interactivos al servicio de nuestras historias. EL MUNDO será una comunidad multicanal que fidelizará a sus lectores con los mejores newsletters y podcasts, que proporcionarán elementos de juicio a la sociedad de hoy en su camino hacia la modernidad.

Este periódico no será nunca de nadie, sino de sus lectores. Disfrute de su propiedad.