7 febrero 1918

El periódico de Prensa Española echa en cara a su rival que inicialmente apoyó esa posibilidad y que juega con ventaja por ser propietario de la central papelera

La posible subvención del Estado a la prensa con ‘anticipos reintegrables’ enfrenta a Luca de Tena (ABC) con Urgoiti (EL SOL)

Hechos

En febrero y marzo de 1918 tanto el diario ABC como el diario EL SOL publicaron sendos artículos aludiéndose mutuamente.

Lecturas

D. Torcuato Luca de Tena Álvarez-Ossorio (Prensa Española) y D. Miguel Moya Ojanguren (Sociedad Editorial de España) logran que el gobierno conceda una subvención a la prensa que denominan “anticipo reintegrable”. El periódico El Sol, propiedad de Nicolás María de Urgoiti Achúcarro se posiciona en contra de esta medida, al igual que La Vanguardia propiedad de Ramón Godó Lallana. Para El Liberal y El Sol los periódicos que rechazan la subvención es porque pretenden explotar la ventaja que supone que ellos sean propietarios de empresas papeleras. En febrero se produce un intercambio de cartas abiertas entre D. Torcuato Luca de Tena Álvarez-Ossorio y D. Miguel Moya Ojanguren que termina en un cruce de descalificaciones personales publicadas en los periódicos ABC y El Sol, y un llamamiento al político Antonio Maura Montaner para que medie en la cuestión.

Entre 1917 y 1920 los principales periódicos españoles se vieron enfrascados en una de las primeras grandes guerras en editoriales de España. El motivo era meramente comercial. En noviembre de 1917 entró en escena un nuevo periódico: EL SOL, cuyo fundador era don Nicolás María de Urgoiti y su alma don José Ortega y Gasset. Se daba la circunstancia de que el Sr. Urgoitia era el presidente de La Papelera, y eso – dado el precio elevado del papel – molestó pronto a los demás periódicos. Era evidente que EL SOL tendría trato favorable por La Papelera, lo que le permitía poder ofrecer más páginas que el resto de periódicos por el mismo precio, aquella intención provocó las iras de un gran número de medios, que iniciaron una campaña de ataques contra el Sr. Urgoiti, especialmente los directores del ABC, don Torcuato Luca de Tena y de EL LIBERAL, don Miguel Moya Gastón, que visitaron a miembros del Gobierno frecuentemente por aquel motivo. El Sr. Urgoiti tuvo que enviar, casi a diario, réplicas al periódico de Prensa Española durante finales de enero y principios de febrero de 1918

En la primera de ellas el Sr. Urgoiti respondía a un artículo publicado en ABC (31-1-1918) titulado “Los necesarios diez céntimos”, en el que había sido aludido. El tono de aquella primera carta no podía ser más cordial: “El Sr. Luca de Tena, a quién me une antigua amistad, cimentada en una mutua estimación…” y halagando su enorme y legítima influencia y tenacidad junto con el Sr. Moya y narrando reuniones entre los tres.

El Sr. Luca de Tena toma motivo en el hecho de que soy presidente de la central Papelera y fundador de EL SOL. Rechazo ese modo de argumentar, que me parece poco honroso para la dignidad profesional periodística. EL SOL tiene un director [don Félix Lorenzo]. Puede el Sr. Luca de Tena aludirme cuantos veces quiera, pero quede claro que si los propietarios de periódicos pueden montar fábricas (ejemplo, D. Ramón Godó de LA VANGUARDIA) o no hay lógica en este mundo o un fabricante de papel puede contribuir a fundar un periódico. D. Nicolás María de Urgoiti, carta al director del ABC, 5-2-1918.

31 Enero 1918

Los Necesarios Diez Céntimos

Editorial (Director: Torcuato Luca de Tena Álvarez Ossorio)

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Olvida EL SOL, al replicarnos, que nunca se ha llamado subvención a un préstamo reintegrable y que esta palabra, no usada en tal acepción por nadie cuando se trata de ciertas operaciones financieras ha sido empleada por varios periódicos con mala intención para dar a entender al público que cuantos habíamos aceptado dicho anticipo estábamos subvencionados por el Gobierno.

Además, quede afirmado nuevamente que este préstamo tan vituperado y tan desdeñosamente tratado por EL SOL le ha valido a la Central Papelera el tener hoy en sus cajas cerca de cuatro millones de pesetas, cuyo interés industrial no bajará de unos 40.000 duros al año sin que la Central Papelera tenga que reintegrar un solo céntimo de esta cantidad. Hagámoslo así constar para que se vea que si el anticipo reintegrable ha permitido en beneficio del público seguir vendiendo los diarios a cinco céntimos como antes de la guerra, ha favorecido de modo directo y eficaz a la industria papelera.

Como dicho anticipo es limitado y no bastará a cubrir la diferencia del precio del papel en 1917, ni mucho menos en 1918, lo injusto sería hacerlo extensivo como propone EL SOL a todos los diarios que s hayan fundado después de enero de 1917. Los periódicos que se publicaban ya en esa fecha tenían gastados miles de pesetas en maquinaria y adquiridos compromisos con numerosos redactores y obreros, y los que han empezado a publicarse después no podían ignorar la difícil situación del mercado antes de editar su primer número. Así pues, no sería justo, sino todo lo contrario, que se llevasen estos nuevos diarios una parte del anticipo, disminuyendo más aún la ya mermada cantidad que les corresponde cobrara a los antiguos. Es como si faltase papel en el mercado, con grave daño para los periódicos existentes en 1917, y viniesen otros nuevos a disminuir las existencias.

EL SOL, que por su poca edad aún no ha soportado las dificultades que venimos soportando los periódicos desde 194, debe tener presente que no vivimos en tiempos ormales.

Si nada tiene que ver EL SOL con los periódicos que poseen buena o mala maquinaria, ABC, que la tiene tan moderna y excelente que pudo imprimir a diario 32 páginas, no dudo a requerimiento del fundador de EL SOL, en aceptar la limitación de 22.000 centímetros cuadrados (ocho páginas de EL SOL, aproximadamente), que no permiten a ABC imprimir más de 28 páginas. Y ha hecho más ABC: aceptar también que el texto y grabados no pasen de 16.000 centímetros cuadrados. Todo ello lo ha hecho por creer que no con competencias, sino con gran armonía y desinterés es como puede resolverse en estos momentos la grave crisis que atraviesa la Prensa diaria.

No de EL SOL a nuestras palabras, cuando hablamos de periódicos importantes menos importancia, distinta interpretación de las que tienen en el lenguaje corriente y usual. Ya sabemos que la importancia no estriba en la cantidad de papel que gasta un periódico; la importancia de que hablamos se refiere a los conceptos generales por todos aceptados.

Es indudable que los regalos que hacen los periódicos alteran su precio;  nosotros no lo hemos negado. Tampoco EL SOL podrá negar que el ejemplo que le presentamos de la combinación de BLANCO Y NEGRO y ABC es concluyente.

02 Febrero 1918

Una carta del Sr. Urgoiti

Nicolás María de Urgoiti

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El Sr. Luca de Tena, a quien me une una antigua amistad cimentada en una mutua estimación, no obstante la multitud de ocasiones en que hemos diferido en el terreno ideológico y de los intereses, con frecuencia me ha hecho el honor de consultarme en asuntos que tienen conexión con los periódicos y el papel. Claro está que tal consulta suele tener en la mayor parte  de los casos un resultado, no por menos natural, algo molesto para mí, y es que el Sr. Luca de Tena, hombre de ideas propias, resuelve en definitiva lo que a él le parece, y no lo que yo he podido aconsejarle, contestando a su requerimiento.

Tal ocurrió con motivo del ya famoso anticipo del Estado. Consultóme el Sr. Luca de Tena, contestéle que me parecía de imposible realización lo que se proponía, le añadí que lo juzgaba en definitiva perjudicial para el buen concepto que ante el público debía mantener la Prensa y su propio nombre, y que a la larga sería perjudicial para los fabricantes de papel, y hasta me permití proponerle otra solución de carácter bancario, que dejaba a salvo toda clase de suspicacias, pues sin comprometer los intereses del Tesoro con los riesgos de una devolución que puede demorarse veinte o treinta años, salvaba de modo análogo, sin participación del Estado, la grave crisis motivada por el aumento del precio de papel.

El Sr. Luca de Tena, en unión del señor Moya, con su enorme y legítima influencia y con tenacidad que les honra, lograron lo que parecía imposible, y el anticipo fue concedido.

Respecto a los semanarios, dije, he de repetirlo y vuelvo a repetir que la fórmula propuesta por los Sres. Moya y Luca de Tena y aceptada por el Gobierno para los periódicos diarios es inaplicable a las revistas; lo cual no obsta para que haya otras fórmulas que, basadas en un criterio de compensación, satisfagan a un principio de ética, que hoy está obscurecido con evidente y justificada molestia de las revistas y semanarios.

Es inexacto que a mi requerimiento se aceptase la limitación de superficie de los diarios a 22.000 centímetros cuadrados. Lo ocurrido en lo siguiente:

Hace pocas semanas recibí la grata visita de los Sres. Moya y Luca de Tena, que me manifestaron su temor de que al elevarse el precio de los diarios a diez céntimos se produjera una competencia, para conquistar al público a base de dar un número de páginas excesivos, con lo cual el problema económico seguiría sin resolver, el consumo de papel aumentaría y el anticipo se agotaría prematuramente.

Me parecieron llenas de buen sentido tales observaciones, y procedí a darles una nota de la superficie impresa de los principales periódicos españoles. El Sr. Luca de Tena tomó como tipo el ABC de 28 páginas y a él se amoldó el máximo de superficie, o sea los 22.000 centímetros cuadrados, pues el ABC de 28 páginas cubre exactamente 21.5000 centímetros, en tanto que EL SOL, no llega a los 20.000. Si se hubiera fijado esta cifra, ABC no hubiera podido dar más de 24 páginas.

Ignoro quien ha hecho aceptar al ABC que el texto y grabados so pasen de 16.000 centímetros cuadrados. Sinceramente creo que, por fortuna suya, esa no es obligación que tendrá con mucho cuidado al importante diario; pero que conste que no he sido yo el autor ni inspirador que tal acuerdo.

Muy agradecido, Sr. Luca de Tena, por su bondad al insertar esta carta. Le estrecha la mano su atento amigo.

Nicolás María de Urgoiti.

02 Febrero 1918

El anticipo reintegrable y el precio de los periódicos

Torcuato Luca de Tena Álvarez Ossorio

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A las anteriores manifestaciones del Sr. Urgoiti, a cuya amistad corresponde sinceramente la mía, debo replicar con los siguientes hechos:

Primero. Que antes de presentar la fórmula del anticipo reintegrable al señor Conde de Romanones, presidente entonces del Consejo de ministros, consulté con el Sr. Moya y con el Sr. Urgoiti, quien prestó a ella su conformidad, demostrada más tarde con su firma, que figura al lado de la del Sr. Moya y de la mía en la solicitud que dirigimos al Gobierno. Y como el Sr. Urgoiti es hombre incapaz de pedir aquello que cree injusto, de ahí que yo haya contado siempre con su adhesión al anticipo reintegrable, que aún no sé por qué puede perjudicar al buen concepto que debe tener el público de la Prensa. En cuanto a la solicitud de carácter bancario de que habla el Sr. Urgoiti era irrealizable, según le demostré para la mayoría de los periódicos.

Segundo. Con diversas razones ha venido demostrándonos el Sr. Urgoiti al Sr. Moya y a mí, en cuantas ocasiones nos hemos ocupado con él de la Prensa semanal, que no era posible aplicarla el régimen del anticipo adoptado para la diario. Ni el Sr. Urgoiti ni nadie (que yo sepa) ha encontrado hasta ahora la fórmula salvadora para obtener este auxilio y no ciertamente por falta de interés de mi parte, pues he tenido que pagar  a La Papelera Española, que dirige el Sr. Urgoiti, más de 150.000 pesetas por sobreprecio del papel gastado en BLANCO Y NEGRO durante el año 1917. Que esta f´rmula en favor de la Prensa no diría esta todavía inédita, lo demuestran además esos dos hechos: que aún no hace quince días los Sres. Zabala y Verdugo, en representación de Prensa Gráfica, de cuyo Consejo de administración es presidente el S. Urgoiti, buscaban conmigo  el medio de encontrarla y que el Sr. Álvarez Arranz, presidente de una comisión que visió al Sr. Urgoiti con este objeto pudo oír de sus labios, como yo lo oí, las dificultades que existían para que toda la Prensa no diaria fuese auxiliada por el Gobierno.

Tercero. Es muy cierto que, en compañía del Sr. Moya, visité al Sr. Urgoiti en su despacho para hablarle del precio de los diez céntimos  y de la limitación del papel. Esa visita la habíamos convenido el día antes, en la junta que celebramos en el ministerio de Hacienda. En la nota que nos entregó el Sr. Urgoiti, solamente está consignada la superficie de los números de ABC de 24 y 28 páginas, no la de 32 páginas, cuyos números necesitamos publicar con frecuencia. Al hablar de la superficie total indicó el Sr. Urgoiti que se podía llegar hasta 22.000 centímetros. Apelo a la memoria del Sr. Moya, ya que el Sr. Urgoiti no recuerda este hecho.

Al ABC le hubiesen convenido 25.000 centímetros, para poder publicar números de 32 páginas, no 22.000. En cambio EL SOL para publicar sus ocho páginas, necesita por lo menos que la superficie autorizada llegue a 20.000 centímetros, ya que con 19.000 no puede hacerlo. Y como ocho páginas de LAS NOTICIAS, de Barcelona, tienen más de 21.000 centímetros, de ahí que el Sr. Urgoiti indicara, puesto que se trataba de redondear la cifra, que fuesen 22.000.

Conste, pues, que ABC, sale perjudicado con la superficie limitada de 22.000 centímetros, pues con ella no podrá publicar sus números de 32 páginas.

Es muy cierto, por último, que no ha sido el Sr. Urgoiti quien ha indicado que el texto y los grabados de los periódicos deban medir 10.000 o menos centímetros cuadrados. Ni a EL SOL ni a ABC les conviene esta limitación, cuya única finalidad es la de igualar a los dos citados diarios con todos los que publican seis páginas.

Torcuato Luca de Tena Álvarez Ossorio.

04 Febrero 1918

Réplica del Sr. Urgoiti

Nicolás María de Urgoiti

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Señor director de ABC. Mi distinguido amigo: con gran sentimiento, pues no he iniciado la discusión, ni me es grato continuarla, me veo en el caso de volver a rogarle inserte esta carta, en la que debo rectificar informaciones del Sr. Luca de Tena, y lo haré por el orden en que las estampa.

Primero. No es cierto que mi firma figure al lado de las de los Sres. Moya y Luca de Tena en la solicitud dirigida al Gobierno pidiendo el anticipo. Dicha solicitud lleva fecha 20 de septiembre de 1916, sin que mi nombre figure para nada, ni había caso.

Firmé después, las bases y mi firma en ese documento está explicada por el Sr. Luca de Tena con claridad y elocuencia en el número de ABC del 27 de octubre del mismo año 1916, que dice:

“El Sr. La Cierva no ha sdo bien informado por quien le ha dicho que todo lo hecho resultará en favor y beneficio de la Central Papelera. Es cierto, como afirma el Sr. La Cierva que el Sr. Urgoiti, presidente de la Central Papelera, ha firmado las bases con los Sres. Moya y Luca de Tena. En efecto, así lo hizo y así ha debido ser, puesto que la Central Papelera se obligaba a prestar un servicio dentro de determinadas condiciones. La firma del Sr. Urgoiti era la garantía del cumplimiento de la obligación”.

Segundo. Insisto en que si los ministros de Hacienda y los Gobiernos hubieran demostrado igual interés por atender a la prensa semanal que a la diaria, hubieran hallado la fórmula o fórmulas (pues deben ser varias, por las distintas clases de publicaciones) y también reitero que la adoptara para los diarios no es aplicable a la prensa no diaria.

Tercero. La superficie máxima se fijó en 22.000 centímetros  cuadrados, porque ABC, de 28 páginas tiene 21.500 centímetros. Si la base hubiera sido la superficie de EL SOL, el máximo no pasaría de 20.000 centímetros cuadrados, con lo cual ABC no hubiera podido tirar números de 28 páginas.

Quedo suyo afectísimo amigo, seguro servidor, q.e.s.m.

Nicolás María de Urgoiti

04 Febrero 1918

El anticipo reintegrable y el precio de los periódicos

Editorial (Director: Torcuato Luca de Tena Álvare Ossorio)

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Lamentamos tanto como el Sr. Urgoiti esta polémica.

Cumpliendo nosotros una indicación del señor ministro de Hacienda, nos hemos dirigido a todos los diarios, entre ellos a EL SOL, para pedirles su parecer acerca de la elevación de precio,  este periódico, en vez de contestar privadamente, hizo pública su respuesta en forma que nos obligó a replicarle. Por lo tanto, no tenemos la culpa de que la controversia se haya planteado.

Decía en su anterior carta el Sr. Urgoiti que juzgaba perjudicial para el buen concepto que debía merecer la Prensa la concesión del anticipo reintegrable, a lo que le contestamos que su firma figuraba en la solicitud que se dirigió al Gobierno, al lado de la de los Sres. Moya y Luca de Tena. Nos replica ahora que no es cierto que figure en la solicitud dirigida al Gobierno PIDIENDO EL ANTICIPO, y como no hemos dicho que la solicitud por él firmada sea aquella en la que se pide el anticipo, nos parece innecesaria su rectificación.

El Real decreto en virtud del cual se ha concedido el anticipo reintégrale se compone de varias bases, en las que se determina en qué forma deben hacerse los pagos y el reintegro, las garantías que los periódicos ofrecen, el maximum de la suma concedida, el tiempo que ha de durar ese auxilio, etc. Pues bien; estas bases que son por las que se rige el anticipo reintegrable, fueron las que se aprobó el Sr. Urgoiti y las que firmó en unión de los Sres. Moya y Luca de Tena. ¿Quién que conozca al Sr. Urgoiti puede suponer que aprobase y autorizarse con su firma algo incorrecto y dudoso, hasta el punto que pudiese hacer padecer el buen concepto que debe tener el público de la Prensa? ¿Es que la Central Papelera no hubiese perdido en su buen nombre al prestarse a cubrir con su pabellón este asunto? Por todo esto, pudimos suponer con razón que el Sr. Urgoiti era de los que, por conocer hasta en sus más ínfimos detalles cuanto con el anticipo reintegrable se relaciona, sentía un desdén igual al que sienten los Sres. Moya y Luca de Tena por cuantos han querido dar al público la falsa impresión de que un anticipo lícito y justo, y reintegrable como este era algo inconfesable e indigno.

El Sr. La Cierva, al discutir en el Congreso el anticipo reintegrable, pudo creer que se había ideado para favorecer en primer término los intereses de la Central  Papelera y de ahí la réplica de ABC que recuera el Sr. Urgoiti, honrándonos al citarla, porque demuestra que, ayer como hoy, procuramos ser siempre veraces y justos. La Central Papelera no ha sido nunca directamente favorecida por el anticipo – repitámoslo una vez más – y si únicamente porque éste le permitió rescindir los contratos que tenía firmados con los periódicos y retener a su favor el 35% del sobreprecio del papel que debía entregar a los mismos.

Lo que hace falta para que la Prensa no diaria pueda obtener una ayuda que tan legítimamente necesita y merece es encontrar una fórmula práctica y legal que permita a un ministro llevarla a un real decreto. Bien entendido que esta fórmula ha de favorecer por igual – como se ha hecho con los anticipos a los diarios – a todos los semanarios y revistas, sin distinción de clases ni categorías. Y esta fórmula salvadora, que nosotros sepamos, a nadie se le ha ocurrido todavía.

Es verdad que en el caso de EL SOL son suficientes 20.000 centímetros para sus ocho páginas. Nadie lo negó, como no podrá negar el Sr. Urgoiti que a LAS NOTICIAS de Barcelona, le son necesarios más de 21.000 centímetros para igual número de páginas y al ABC 25.000 para 32. Si ABC perjudicándose – pues se obligaba a no poder publicar en lo sucesivo ningún número de 32 páginas – accedió a que la superficie de papel no pasase de 22.000 centímetros, fue para demostrar una vez más su compañerismo y su deseo de concordia, no porque le conviniese la referida limitación, que por perjudicarle, no era lógico ni natural que propusiese.

05 Febrero 1918

Habla el Sr. Urgoiti

Nicolás María de Urgoiti

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Señor director de ABC. Mi distinguido amigo: Leídas sus aclaraciones a mi carta, desearía terminar la discusión con las líneas que siguen:

No habrá quedado duda al lector de que yo no he puesto mi firma en la solicitud pidiendo el anticipo.

Tampoco puede haberla de que yo simpatice con los que quieran llevar al público la falta impresión de que el anticipo la prensa es algo inconfesable e indigno; como tampoco comulgo con los que quieran hacer ver al público que los fabricantes de papel ingresamos ni una sola peseta de ese anticipo, que no sea para pago del precio, precio que no tenemos libertad de fijar, porque lo establece un Tribunal de arbitraje.

Insisto e que el buen concepto que debe merecer la Prensa quedaba, a mi parecer enturbiando por la vaguedad de las garantías de reintegro, y hago para esto total abstracción de la intención, buena fe, caballerosidad y firmeza de propósito del señor Luca de Tena de devolver lo recibido.

En la operación bancaria que me permití proponer, ese punto quedaba muy claro, muy explícito; pero como no es a mí, sino al Estado a quien correspondía examinar las garantías, ni es a mí, sino a las empresas periodísticas a las que alcanzarán las consecuencias de cualquier duda o equívoco en este aspecto del asunto, me callé, y retiré mi proyecto, sin que el Sr. Luca de Tena llegara a convencerme de que no era aplicable a ciertos periódicos.

Para justificar sus alusiones, el Sr. Luca de Tena toma motivo en el hecho de que soy presidente de la Central Papelera y fundador de EL SOL. Rechazo ese modo de argumentar que me parece poco honroso para la dignidad profesional periodística. EL SOL tiene un director [Félix Lorenzo]. El fundador de EL SOL ha entregado al director un programa a desarrollar programa que se hizo público en su primer número, y por cuya fiel interpretación únicamente debo velar.

Puede el Sr. Luca de Tena aludirme cuantas veces quiera en mi personalidad de fabricante de papel. No he rehuido jamás la discusión en este terreno; pero quede muy claro que si los propietarios de periódicos pueden montar fábricas de papel (ejemplo, los señores marqués de Santa Ana, de La Correspondencia de España, D. Luis Canalejas, de EL HERALDO DE MADRID; y D. Ramón Godó, de LA VANGUARDIA), o no hay lógica en el mundo, o un fabricante de papel puede contribuir a fundar un periódico.

Y nada más, salvo nuevos supuestos hechos que crea dignos de rectificación y contando para ello con su caballerosidad.

Quedo suyo atento amigo y seguro servidor, que le estrecha la mano.

Nicolás María de Urgoiti

05 Febrero 1918

El anticipo reintegrable y el precio de los periódicos

Editorial (Director: Torcuato Luca de Tena Álvarez Ossorio)

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Comencemos nuestra rectificación a la carta del Sr. Urgoiti afirmando, por tercera vez que no hemos dicho que suscribiera la solicitud pidiendo el anticipo, sino las bases por las cuales se rige este anticipo, bases que son el fundamento y esencia del Real decreto.

Tampoco hemos escrito una sola palabra acerca de la compatibilidad o incompatibilidad entre la fabricación de papel y la publicación de periódicos. Lo que hemos sostenido y repetimos es que EL SOL, cuyas relaciones con el Sr. Urgoiti son públicas y notorias, afirmó que el anticipo reintegrable era una subvención, y esto no es exacto. Negó que dicho anticipo hubiese podido favorecer a la Central Papelera y ya se ha probado como le ha beneficiado. De ahí que estimáramos que la persona más autorizada para convencer de su error a EL SOL era su inspirador y fundador.

Sin perjuicio de agradecer al Sr. Urgoiti las amables frases que dedica a nuestro director y que el Sr. Luca de Tena estima en cuanto valen hagamos constar que en la devolución o reintegro del anticipo, aunque otra cosa crea el Sr. Urgoiti, no existen vaguedades de ninguna clase, desde el momento que ha de abonar cada periódico cinco céntimos por kilogramo de papel consumido, condición tan clara y fácil de cumplir según sabe a ciencia cierta el presidente de la Central Papelera, que desde octubre de 1916, hasta la fecha, ni un solo periódico ha dejado de satisfacer al Tesoro público el reintegro que le ha correspondido. Así, ni un solo periódico.

Dice, por último, el Sr. Urgoiti que no le convenció el Sr. Luca de Tena, y que la operación bancaria por él ideada era realizable. Así debe de ser cuando el Sr. Urgoiti lo asegura, como nosotros aseguramos que no conocemos al banquero que se hubiese atrevido a realizar la mencionada operación.

07 Febrero 1918

Carta del Sr. Urgoiti

Nicolás María de Urgoiti

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Señor director de ABC: Mi distinguido amigo: Nuevamente, y sólo para rectificar una afirmación inexacta, que lo seguirá siendo aunque se repita cien veces, me veo precisado a suplicarle la publicación de lo que sigue:

Dice ABC, en su número de hoy página 7, primera columna, línea 64: “Comencemos nuestra rectificación a la carta del Sr. Urgoiti afirmando por tercera vez, que no hemos dicho que suscribiera la solicitud pidiendo el anticipo, sino las bases por las cuales se rige este anticipo, bases que son el fundamento y esencia del Real decreto.”

Decía ese periódico, con fecha 2 de Febrero, página 7, tercera columna, línea 14:

“Primero. Que antes de presentar la fórmula del anticipo reintegrable al señor conde de Romanones, presidente entonces del Consejo de ministros, consulté con el Sr. Moya y con el Sr. Urgoiti, quien prestó a ella su conformidad demostrada más tarde con su firma, que figura al lado de la del Sr. Moya y de la mía en la solicitud que dirigimos al Gobierno”.

O yo o sé leer o el periódico de su digna dirección afirmaba que mi firma estaba al lado de la del Sr. Luca de Tena y Moya en la solicitud que dirigieron al Gobierno.

Y nada más. Quedando como siempre suyo afmo. Y s.s.q.e.s.m.

Nicolás María de Urgoiti.

07 Febrero 1918

El anticipo reintegrable y el precio de los periódicos

Editorial (Director: Torcuato Luca de Tena Álvarez Ossorio)

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Es para nosotros inexplicable – digámoso con la debida consideración y respeto – que el Sr. Urgoiti no sepa leer, o, mejor dicho, que no quiera saber leer. Repitamos nuestras palabras por él copiadas:

“Antes de presentar la fórmula del anticipo reintegrable al Sr. Conde de Romanones, presidente entonces del Consejo de ministros, consulté con el Sr. Moya y con el Sr. Urgoiti, quien prestó a ella (a la fórmula) su conformidad, demostrada más tarde con su firma, que figura al lado de la del Sr. Moya y de la mía (Luca de Tena) en la solicitud que dirigimos al Gobierno”.

¿Se puede decir con más claridad  y precisión que la solicitud dirigida al Gobierno y que firmó el Sr. Urgoiti fue el referente a la fórmula del anticipo reintegrable? ¿Y qué fórmula fue esta sino la de las bases por las que se rige el citado anticipo? ¿Conoce otra fórmula el Sr. Urgoiti? ¿Firmó o no con los Sres. Moya y Luca de Tena la solicitud que se dirigió al Gobierno en la que figuraban las mencionadas bases en virtud de las cuales ha sido otorgado el anticipo reintegrable? SÍ, el Sr. Urgoiti firmó esa solicitud.

El presidente de la Central Papelera decía en una de sus anteriores cartas que el Sr. Luca de Tena, por tener ideas propias  no suele aceptar las indicaciones que se le hacen. Quien siga esta discusión verá que a tener ideas propias y a estar seguro de que jamás se equivoca, no hay quien gane al Sr. Urgoiti.