17 marzo 2005

El digital de Jiménez Losantos, LIBERTAD DIGITAL, publica fotos del periodista con otros plumíferos de la época franquista

Haro Tecglen (EL PAÍS) califica a Esperanza Aguirre Gil de Biedma de ‘cristiano-fascista’ desatando la réplica de la política y sus medios afines

Hechos

  • En su artículo de EL PAÍS del 23.03.2005 el Sr. Haro Tecglen calificó a Dña. Esperanza Aguirre (PP) de ‘cristianofascista’, causando una réplica de esta al día siguiente y una contrarreplica del Sr. Haro el día 29.03.2005. LIBERTAD DIGITAL también cargaría contra el Sr. Haro el 20.04.2005.

Lecturas

El 23 de marzo de 2005 el columnista de El País Eduardo Haro Tecglen califica a la presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre como ‘cristianofascista’. El 24 de marzo Esperanza Aguirre Gil de Biedma publica una carta de respuesta en El País recordando que fue Haro quien sí fue fascista y estalinista. Haro Tecglen publica primero una carta en al que se limita a decir que todo lo que dice Aguirre es mentira para luego publicar una columna en El País en la que tiene que reconocer haber escrito artículos “obligado por los fascistas” en el pasado.

Desde ABC Jaime Campmany Díez de Revenga el día 30 y César Alonso de los Ríos el día 31 publicarán sendos artículos contra Haro Tecglen y en defensa de Aguirre. En el caso de Alonso de los Ríos aludiendo al árbol genealógico de Haro Tecglen con un error que será puntualizado por Mario Tecglen Domínguez, del mismo árbol genealógico el día 23 de abril también el ABC. El error será aludido por Haro Tecglen desde El País el día 21 de abril al escribir “mi biógrafo César Alonso de los Ríos: equivocado en lo mío, pero lo que vale es la intención, sobre todo si es mala”.

LA ESCUDERÍA DE AGUIRRE: LIBERTAD DIGITAL REFRESCA LA MEMORIA A HARO

haro_LD El diario LIBERTAD DIGITAL, de D. Federico Jiménez Losantos, publicó imágenes de D. Eduardo Haro Tecglen durante la dictadura, para recordar que había trabajado con la flor y nata de los periodistas del franquismo, entre los que estaban el padre y el abuelo de D. José María Aznar.

El digital Libertad Digital difunde fotos del columnista de El País Eduardo Haro Tecglen con periodistas de la época franquista incluido Manuel Aznar Acedo, padre de D. José María Aznar López. El editor de Libertad Digital, D. Federico Jiménez Losantos, airea el tema desde su columna de El Mundo el 29 de abril de 2005 y también desde su programa en la COPE cargando contra el pasado franquista Eduardo Haro Tecglen, Rodolfo Martín Villa, D. Jesús Polanco Gutiérrez y D. Juan Luis Cebrián Echarri.

23 Marzo 2005

CRISTOFASCISTA

Eduardo Haro Tecglen

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El tema del hospital de Leganés puesto en entredicho por la cristianofascista presidente de la comunidad de Madrid, con la suspensión de un médico, no ha tenido estas repercusiones pública.

Es una expresión desagradable, pero no es mía: es del analista legal de la CBS Andrew Cohen. Se refiere a la colusión de los grupos que se oponen a dejar morir a Terri Schiavo. Es, como se sabe, una mujer que lleva años en una vida vegetativa de la que nunca saldrá. Probablemente, en miles o millones de casos mundiales en los últimos años, los médicos y las familias han coincidido en lo que llamamos «desenchufar» al paciente que vive como prolongación de una máquina: en este caso ha habido disensiones, se ha hecho público y la discusión es pública. Y pasional. Parece que hay una lógica humanista que entiende que una persona que sufre sin ninguna esperanza tiene derecho a morir; y otra, obediente a textos viejos mal leídos o mal escritos, y a sus intérpretes, que dice que nadie tiene derecho a quitarle la vida a nadie de no ser Dios. Como Dios no ha actuado nunca a manera de puntillero, excepto con algunos desgraciados ciudadanos antiguos que se oponían a Israel, podrían ellos mismos entender que la restricción a la alimentación obligatoria es obra de Dios por mano de hombres piadosos, que así cumplirían su sagrada voluntad. Pero no sé si en este caso la persona no es solamente ella, ni siquiera como «portadora de valores eternos», que dijo en España un cristofascista y fue coreado, sino portadora de bienes: puede ser rica o, si se quiere, menos pobre, y alguien que pueda estar esperando una herencia, o que trata de que no se cumpla, puede necesitar que esté en vida o desear que muera. Por eso, y por considerar la vida como un bien, intervienen los jueces: en este caso quieren aplicar la ley existente y que dejen morir a la infeliz. Pero hay una demanda ante el Supremo, y Bush ha interrumpido sus vacaciones para apoyarla, en el sentido de que no deje morir a la Schiavo. Por qué derecha y cristianismo coinciden parecería algo extraño si no tuviera uno conocimientos históricos, y si la historia de este tipo no hubiera pasado sobre nosotros.

El tema del hospital de Leganés puesto en entredicho por la cristianofascista -por continuar la frase- presidente de la comunidad de Madrid, con la suspensión de un médico, no ha tenido estas repercusiones públicas. Aquí es más frecuente manifestarse contra una lapidación en Nigeria que por una injusticia en Madrid.

Eduardo Haro Tecglen

24 Marzo 2005

RESPUESTA A HARO TECGLEN

Esperanza Aguirre

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Haro Tecglen en su juventud fue falangista y estuvo a favor del fascismo y del franquismo, y en su larga madurez fue defensor del estalinismo y del comunismo.

En el número de ayer de EL PAÍS, su colaborador habitual Eduardo Haro Tecglen se permite calificarme de cristianofascista.

En primer lugar, tengo que decir que lo de cristiano pertenece a la esfera de las creencias más íntimas y, en todo caso, ignoro por qué Haro Tecglen se permite utilizarlo.

Y en segundo lugar, quizá para Haro Tecglen, fascista no sea un insulto, pero para mí sí lo es, y de los peores. Yo siempre he sido, y sigo siendo, inequívocamente liberal, que es la ideología que más perturba a los servidores del totalitarismo.

En cambio, la trayectoria de este señor, que es de todos conocida, le ha permitido, dada su longevidad, escribir sin solución de continuidad a favor de los totalitarismos más nefastos de la historia del siglo XX: en su juventud fue falangista y estuvo a favor del fascismo y del franquismo, y en su larga madurez fue defensor del estalinismo y del comunismo.

Quizá por eso Haro Tecglen se considere un especialista en detectar actitudes fascistas en sus prójimos. Si es así, le reto a que encuentre, en mi ya extensa carrera política, un solo gesto, actitud, declaración o decisión donde yo haya incurrido en alguna posición fascista.

Esperanza Aguirre

29 Marzo 2005

QUE TONTERÍA, LA VIDA

Eduardo Haro Tecglen

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Quién me hubiera dicho que los fascistas que me obligaban a escribir un artículo iban a ser los que, pasado medio siglo, me acusaran de fascista por haberlo escrito: o sus herederos.

Quién me hubiera dicho que los fascistas que me obligaban a escribir un artículo iban a ser los que, pasado medio siglo, me acusaran de fascista por haberlo escrito: o sus herederos. Y los del limbo, que ignoran que miasma es palabra escrita en tiempos de dictadura asesina, me mirarían con reprobación. ¿Y los estalinistas? Sus arrepentidos me llaman estalinista: y los otros. Se puede unir todo: fascista estalinista, o estalinofascista. Ah, sí, dije en este periódico: «Gracias Stalin». Tengo tres razones: por la ayuda a la República, por las brigadas internacionales, por la acogida a los niños españoles huidos de la guerra y del fascismo. Claro: gracias, Stalin. No lo digo en bonito verso, como algunos de los que me acusan solían hacerlo. Bueno, del otro artículo inmortal dejé una explicación en mi libro Hijo del siglo,y su capítulo se encuentra en mi bloc. Sólo un facineroso podría mezclar los dos en una sola: fascista comunista. Un hombre tan enamorado de la dictadura sanguinolenta que la ama con cualquiera de sus advocaciones, nombres y noches de largos cuchillos como lo soy yo no va a despreciar una de ellas para refocilarse en el sufrimiento ajeno. Malos tiempos. O risueños. Aceptación de que la vida puede ser tonta, o lo es. Ante ella no hay que justificarse. ¿O lo estoy haciendo, me estoy justificando por cómo se transmiten los desalmados unas acusaciones? Sólo quieren destruir a la persona de hoy, que algo les molesta. No me justifico: soy un rojo, acostumbrado unas veces al disfraz, otras a la clandestinidad, algunas a esta tranquila expresión: qué tontería, la vida, qué risa puede dar. A condición de poder seguir adelante.

(Ah, me llaman cobarde porque no contesté como harían ellos, de manera hedionda y salvaje, con historietas inventadas de campos y ladrillos, de tránsfugas y corruptos, a la rara heroína del exabrupto y mala usuaria de la palabra «liberal». Porque no probé su fascismo. Nunca acusé: utilicé una expresión de EE UU de hoy para unas ciertas acciones: cristofascistas. Y opiné que la ofensiva contra un médico de un hospital de Leganés por supuestas eutanasias, que no lo eran, era un acto cristofascista: la religión cristiana utilizada como represión sin pruebas, sin juicios. Cristofascista, claro).

Eduardo Haro Tecglen

30 Marzo 2005

JUGANDO AL HARO

Jaime Campmany

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SE metió Haro Tecglen con Esperanza Aguirre y le dedicó el piropo político preferido por los rojelios: fascista. Y con eso lo mismo despachan a un liberal, a un democristiano, a un carlistón o a un centrista de don Melquiades Álvarez. Tienen lo de «fascista» como un insulto homeopático. Esperanza Aguirre, que nunca lo ha sido y que más bien viene del liberalismo, ha respondido a Haro Tecglen que en todo caso el fascista lo será él, y le ha recordado aquella gloriosa crónica de su pluma, publicada en el viejo diario madrileño «Informaciones» para celebrar un 20 de Noviembre, aniversario del fusilamiento de José Antonio Primo de Rivera. Recordémosla una vez más porque es muy hermosa: «Se nos murió un capitán, pero Dios misericordioso nos envió a Franco, y hoy, ante la tumba de José Antonio…».

En ocasión de haberme dedicado Haro una sarta de piropos como el que ahora le ha dedicado a Esperanza Aguirre, tuve yo que recordarle esa excelsa crónica suya de botafumeiro fascista. El ínclito turífero, abochornado por el recuerdo, aseguró seriamente que escribió eso porque «tenía que comer». O sea, elogio a Franco y un besugo al horno; nenia a José Antonio y chuletón de buey. Y le endilgué el par de sonetos que aquí reproduzco. Pegar, sí; pero en legítima defensa y con maneras de preceptiva literaria.

«Por nutrirse tres veces cada día, / que es una aspiración muy natural, / le hizo a Franco un rendido madrigal / y a José Antonio le hizo una elegía. / Leyendo lo que entonces escribía / en honor del invicto general, / fue Haro Tecglen un bravo comensal / que terminaba incluso con Pavía. / Eran tantas sus hambres proverbiales, / tantos sus apetitos insaciados, / tantas sus ganas siempre insatisfechas, / que las Leyes tragó Fundamentales, / los partidos comióse unificados / y para postre el Yugo con las Flechas.

»No será extraño, pues, que en este caso, / a fuerza de ofrecer sus opiniones / como cronista fiel de «Informaciones», / comer lograra en plato nunca escaso. / Engullía dos veces por si acaso / y compensaba así las concesiones, / de modo que unos cuantos atracones / le ponen gordo como Sancho el Craso. / De niño se inició republicano, / de joven fue franquista alabancioso / y hoy es rojelio de hoz y de martillo. / Momia en el gran museo polanquiano, / en nicho cebrianita disgustoso, / entre los dos le han dado masculillo».

Ahora, ha cambiado de exculpación y enjareta una palinodia achacando sus pecados franquistas y joseantonianos al hecho de que «le obligaban los fascistas». No un sueldo, sino así, «los fascistas», seguramente llevándole la mano con la pluma. Pues ahí va otro soneto para contarlo.

«Pueden tener ustedes la certeza / de que no fue un elogio voluntario / el dedicado al César Visionario / ni al Caudillo en su histórica grandeza. / Haro escribió la memorable pieza / forzado a ser un vil turiferario, / con grilletes cautivo en el diario / y una espada apuntando a su cabeza. / Pueden tener ustedes por muy cierto / que de no haber escrito aquella crónica / no existiera esta flor de periodistas. / Le habría dejado malherido o muerto / la horda feroz, satánica y diabólica, / de cuatro mil legiones de fascistas».

Jaime Campmany

31 Marzo 2005

DIES ILLA

César Alonso de los Ríos

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ESTÁ viniendo bien la polémica sobre el franquismo y, en el contexto de esta, la que han mantenido Esperanza Aguirre y Haro Tecglen. El de éste es un caso representativo de miles, ¿millones?, de personas que, habiendo sido realmente ganadores de la guerra civil, se fueron pasando al bando de los vencidos e incluso llegaron a convencerse de que habían sido antifranquistas.

E.H.T. es nieto del maestro Tecglen, músico silbante que compuso, entre otros cuplés, «Vino tinto con sifón» y que escribía piezas sicalípticas para los cafés cantantes. Su padre era un marino mercante que se pasó al periodismo y que era subdirector de LA LIBERTAD cuando el Frente Popular se lo expropió a don Juan March. La busca de la postguerra le espoleó de tal modo que a los 16 años Eduardo Haro firmaba ya en «¿QUÉ PASA?», que era el soporte de los peores resentimientos que puede dejar una guerra civil. Con la incorporación a INFORMACIONES de Víctor de la Serna comenzó una carrera periodística brillante. Secretario de redacción, crítico de teatro, ¡en Madrid!, corresponsal en París con la nueva propiedad nacional-católica, director del ESPAÑA de Tánger al tiempo que subdirector de TRIUNFO, director de EL SOL DE ESPAÑA y de TIEMPO DE HISTORIA. Todo hace cuarenta años.

En la etapa de INFORMACIONES de Víctor de la Serna, lució la mejor retórica del falangismo. Su joya fue el «Dies Irae» que publicó con motivo del traslado de los restos de José Antonio al Monasterio de El Escorial. Como crítico de teatro castigó la obra de Pérez Madrigal, su antiguo jefe en «¿Qué pasa?», por entender que la obra no estaba a la altura del tema, esto es, la persona del Caudillo. Alfonso Sastre criticó siempre sus gustos estéticos (antivanguardistas), su defensa del teatro «pequeño-burgués» de Ruiz Iriarte y López Rubio, su despego de las experiencias del teatro de agitación popular. Como corresponsal en París no defraudó las exigencias de los propietarios fundamentalistas de «Informaciones» y como director de «España» de Tánger llegó a «vender» la vía constitucionalista de la monarquía alauita en tiempos ya de Mohamed V. Tánger era una fiesta y a veces caía por allí Juan Goytisolo. En las crónicas de internacional de «Triunfo» citaba a Spengler, pero los progres de la época no se escandalizaban porque pensaban que era para despistar a los mandarines del régimen. Su antiamericanismo venía del falangismo y su antisemitismo era muy sentido y, además, un homenaje al nuevo y mayoritario propietario de «Triunfo», Jo Linten, que había sido un hombre del nazi Degrelle y que ahora, a comienzos de los sesenta, necesitaba un semanario «abierto» para Movierecord, el primer grupo multimedia de España. En realidad su radicalización va a darse en EL PAÍS.

En el franquismo sus artículos nunca tuvieron problemas de censura. Sus rabietas estalinistas, curiosamente mezcladas con fervorines ácratas, pertenecen ya a la época de la democracia. Se proclama el rojo por antonomasia por su mala conciencia de no haber sido nunca «realmente» antifranquista, por no haberse jugado nunca nada, por haber tenido los cálculos del pícaro, la moral del oportunista.

Por supuesto, no tuvo el valor autocrítico de los franquistas de primera hora porque tampoco lo tuvo como ellos por criticar las barbaridades de la República. Me refiero a Ruiz-Giménez, Laín, Ridruejo, Tovar, Llanos, Aranguren… Por supuesto, ha sabido contentar a millares de resentidos. Ha tenido la naturaleza política de un Celine o de un Brasillach sin la grandeza literaria de éstos.

Cuando Haro ladra, Esperanza cabalga.

César Alonso de los Ríos

29 Abril 2005

OTRA VÍCTIMA

Federico Jiménez Losantos

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LIBERTAD DIGITAL ha publicado unas fotos en las que Haro aparece con un selecto grupo de periodistas del régimen de Franco visitando Londres. Haro, que no es que parezca el típico franquista de la época, sino un auténtico galán fascista

La vida te da sorpresas tremendas. Por ejemplo, nunca pensé que Haro Tecglen hubiera escrito durante dos décadas tan sentidos y elocuentes ditirambos al fascismo y al franquismo porque le obligaban a hacerlo a la fuerza, como ahora ha confesado. Lo cierto es que ha llevado esas presiones brutales y larguísimas de la dictadura con enorme discreción y sólo por su característica humildad, gemela de su legendaria piedad, no presume de aquellos años en la clandestinidad que, para alguien que se define como un rojo desde siempre, debieron de ser atroces.

Pienso en el momento peor de todos: cuando a fin de mes le tocaba cobrar su sueldo como turiferario del régimen. Qué violencia tuvo que hacerse a sí mismo, qué agonía la suya al cobrar por ocultar las miserias del régimen que odiaba. Es que lo veo cuando, al contar sus pesetas, pensara que en ese instante cualquier proletario con conciencia de clase estaría recibiendo muchísimo menos por un trabajo peor. Eso, si no estaba detenido por actividades ilegales y pudriéndose en la cárcel. Qué angustia. Porque además Haro tenía que ocultar su dolor en público y llorar a solas, para que Franco no llegara a enterarse del peligrosísimo agente ideológico que guardaba en su seno, listo para lanzársele a la yugular en cuanto tuviera ocasión. No la tuvo, que si no, Franco no muere en la cama, bueno es Haro. Pero no hay mal que por bien no venga, como dijo el dictador al caer asesinado Carrero. En esos años cuajó su vocación teatral.

LIBERTAD DIGITAL ha publicado unas fotos en las que Haro aparece con un selecto grupo de periodistas del régimen de Franco visitando Londres en 1951. A su lado, el padre de Aznar representando a la SER y media docena… ¿de qué? ¿de verdugos o víctimas? No hay forma de saberlo. Todos disimulan pero ninguno como Haro, que no es que parezca el típico franquista de la época, sino un auténtico galán fascista, no menos chulo que el Attila de Novecento ni menos elegante que el mismísimo conde Ciano. Nadie diría, viéndolo tan jaque, que, por dentro, lloraba amargas lágrimas rojas. Qué gran actor.

Pero no es la única víctima del franquismo que, en las puertas de la vejez, nos cuenta sus viruelas. Rodolfo Martín Villa, que a los 17 años se subió al coche oficial como jefe del SEU y pasó también dos décadas terribles jurando cargos con camisa azul, ha dicho como actual presidente de Sogecable, el monopolio de Polanco, que esta empresa vive, es decir, malvive, acosada por la jauría mediática y «en libertad vigilada». La primera emisión de Canal+ en abierto debería ser un homenaje a las víctimas del franquismo, por parejas. Primero, Eduardo Haro y Rodolfo Martín Villa. Luego, Polanco y Cebrián.

Federico Jiménez Losantos

El Análisis

EL RIESGO DE JUZGAR 'EVOLUCIONES'

JF Lamata

Enternece que ante una ataque a la patrona Dña. Esperanza Aguirre, salga la escudería rauda a defenderla, como era el caso del Sr. Jiménez Losantos, no hacía falta, fues la política demostraba saber defenderse sola, aunque fuera a costa de juzgar a un Sr. que vivió la Guerra Civil desde la comodidad de no haberla vivido ella.

Dice que el Sr. Haro fue falangista y luego comunista. Es cierto que el Sr. Haro Tecglen se vistió de camisa azul en su juventud, precisamente en el juicio en el que se condenaba a muerte a su padre, por aquello de buscar clemencia, quizá. Y que mientras escribía loas a Franco en INFORMACIONES, permitía que en su casa se celebraran reuniones clandestinas del ilegal PCE, por lo que se me antoja un ‘defensor del falangismo’ un tanto extraño. Si a la Sra. Aguirre le parecía horrible haber sido falangista, debió pasarlo muy mal trabajando con gente como D. Manuel Fraga, D. Juan de Arespacochaga o D. José María Aznar, que no eran precisamente anti-franquistas de juventud. Por tanto ¿le molestan los pasados franquistas o, simplemente, le molestan los pasados franquistas de la gente que se mete con ella? Dice que el Sr. Haro estuvo a favor del nefasto comunismo. Lo curioso es que los principales miembros de la escudería Aguirre, sus amigos como el Sr. Jiménez Losantos o el Sr. Sánchez Dragó, también habían militado en comunismo. Luego ¿le molestan a Aguirre los pasados comunistas o, simplemente le molestan los pasados comunistas de los que se meten con ella?

En lo que se refiere al Sr. Haro, no se negará que resulta un tanto temerario que use una etiqueta como la de ‘cristianofascista’, que en su replica modifica, no sé por qué, a ‘cristofascista’ para insultar a la Sra. Aguirre. De paso, a la hora de reconocer que elogio a Stalin dice que, «al menos él no lo hizo en verso», en referencia a los hermanos Semprún. D. Carlos Semprún Maura era un declarado enmigo del Sr. Haro y, claro, de la escudería Aguirre. En cuanto al hecho de que el jefe de la citada escudería, Sr. Jiménez losantos, diga sobre el aspecto del Sr. Haro en una foto que era un ‘aspecto de galán fascista’ no deja de causar admiración que ahora lo del fascismo no sea una cuestión de ideología, sino una cuestión de físico. Uf.

J. F. Lamata