Ignacio Villa reemplaza a Jiménez Losantos al frente ‘La Mañana’ de la COPE, entre acusaciones de ‘traición’ desde LIBERTAD DIGITAL

Una de las series que más me gustaba en mi niñez era “El increíble Hulk», protagonizada por los actores Bill Bixby y Lou Ferrigno. El primero hacía de doctor Banner, un tipo normalito, buena gente, que no buscaba líos aunque siempre se veía metido en alguno. Y cuando ocurría tal cosa, le daba un “chiflús” y se convertía en un bicharraco verde con músculos de culturista (eso era Ferigno) y muy mala ralea. Últimamente han hecho dos películas sobre ese personaje dual de Marvel, que no deja de ser una especie de Dr Jekill y Mr Hyde moderno.

En la radio española han existido no pocos personajes que a la hora de repartir estopa al poder eran más Hyde que Jekill, más Hulk que Banner. Muchos han desaparecido, ya sea por fallecimiento, caso de Antonio Herrero y Encarna Sánchez, ya sea porque se les pasó el arroz, caso de José María García y, a otro nivel, Luis del Olmo. Curiosamente todos ellos pasaron por la Cope del incólume ideario cristiano. En los últimos años, Federico Jiménez Losantos ocupó ese papel. Pero en este tiempo ha estado bien “acompañado” en esa tarea de comunicador toca-narices de la casta política (y no sólo política). César Vidal e Ignacio Villa han sido buenos escuderos del Hulk de las ondas desde que Zapatero llegó al poder. Como todo el mundo sabe, Losantos y Vidal salen de la Cope para empezar un nuevo proyecto de radio. Villa se queda en la emisora de los obispos. Y a mí me parece perfecto tanto lo uno como lo otro.

Ahora bien, los que hemos seguido la Cope durante los últimos años sabemos bien quién era Nacho Villa. Su sintonía con Losantos y Vidal, tanto en las formas como en el fondo, era total. En algunos aspectos incluso superaba a Federico en la dureza de trato al zapaterismo, aunque es obvio que no se metió en tantos jardines (Gallardón, Zarzalejos…) como el turolense. Cuando digo que sabemos quién era Nacho Villa, uso a propósito el verbo ser en tiempo pasado. Cuando alguien tomó la decisión de que la era Losantos en Cope había de pasar a la historia, se dio un proceso de conversión en el hasta ahora director de informativos de la emisora. El Mr Hyde del mediodía se nos ha convertido en un Dr. Jekill con pintas de ursulina. El Hulk de las tertulias matutinas y nocturnas de la Cope, parece un doctor Banner dedicado al cultivo de bonsais. Y, faltaría más, tiene derecho a ello. La dirección de la cadena quiere cuidar al máximo las formas y no tiene el menor interés en que en la nueva etapa haya ningún comunicador con el carisma de los anteriormente señalados. Ante esa tesitura, Ignacio Villa ha decidido que lo mejor es aparecer como un chico bueno y sin aristas.

Ahora bien, lo que ya no resulta comprensible -bueno, más bien sí- es que quien ha sido uno de los tres pilares, aunque sea el menor, de la Cope de los últimos años nos venga ahora con declaraciones como las que ha realizado a Lainformacion.com, en las que pone a caer de un burro a su predecesor en los micrófonos de la mañana en Cope. Preguntado por la nueva etapa de la emisora dice que “no hay una nueva COPE. Es la misma. Lo que vamos a intentar es hacer una radio moderna, de actualidad, de análisis, de cercanía al oyente. Sin compararnos a nadie. No hay que mirar por el retrovisor, sino mirar hacia adelante. En antena no se puede insultar y faltar a las personas. Yo creo que el insulto nadie lo echa de menos“. ¡Oh, la, laaaa! Villa se suma ahora a los que acusaban a Losantos de ser como era. Vemos en boca de Nacho las mismas acusaciones de los de siempre. Es más, el nuevo director de La Mañana tiene amables palabras para Iñaki Gabilondo, del que dice que “está haciendo un buen informativo” y Lorenzo Milá, del que también afirma que “hace un informativo muy riguroso“…. ¡ostrás, Pedrín!, que diría un buen amigo de mi infancia.

Pero donde ya riza el rizo como si fuera un Llongeras redivivo, es cuando se permite el lujazo de enterrar a Losantos para la radio española. Preguntado si considera excesiva la forma de hacer radio de Federico, el nuevo Nacho responde con cierta contundencia: “Mira, yo tengo claro que a partir de ahora voy a mirar hacia adelante, no voy a mirar hacia atrás. No me voy a separar de nadie ni acercar a nadie. Federico ha sido una época muy importante en la radio, pero se ha terminado, como se acabó la época de (José María) García o de (Iñaki) Gabilondo. Ahora empieza una nueva etapa. No voy a diseñar un programa de radio pensando en el pasado, sino pensando en el futuro, con libertad, respeto a la verdad, respeto a la dignidad de las personas. No a los insultos, no a la beligerancia, no a los ataques personales“. Hombre, don Ignacio, no eche usted tierra tan rápido sobre quien ha sido su compañero y su mentor en la Cope en el último lustro. Para convertirse en el buda amable de las ondas no necesita atacar y despreciar de esa manera a quien hizo todo lo que estuvo en su mano para que usted fuera el director de informativos de la cadena de los obispos. Los que hemos escuchado sus recientes entrevistas-alfombra a Rubalcaba y De la Vega ya hemos captado de qué va la nueva Cope. Su conversión resulta en cierto modo emocionante, pero queda por ver si es verdadera o fruto de un interés personal para hacerse con los mandos del primer programa de la cadena de los obispos. Yo tengo mis dudas de que se pueda pasar de ser un san Cirilo de las ondas a una reencarnación del beatífico san Francisco de Asís, pero quizás nos sorprenda a todos y logre ese milagro. Mire que la vida da muchas vueltas, y quizás se encuentre antes de lo que piensa con un EGM hundiéndole en la miseria. Yo le deseo mucha suerte en su nueva etapa profesional, más que nada porque no quiero que la Cope se convierta en un YA-bis, pero más le deseo que no dé la razón a los que piensan que detrás de su transformación hay más de conveniencia que de convencimiento personal.

Luis Fernando Pérez Bustamante