24 marzo 1977

El policía ha logrado gran popularidad por haber dirigido la redada que salvó la vida a Oriol y Villaescusa

Interior demanda a DIARIO16 por el serial de Gregorio Morán contra el ‘super-comisario’ Roberto Conesa, acusándole de torturas

Hechos

  • El 24.03.1977 el periódico DIARIO16 inició un serial de publicaciones firmadas por D. Gregorio Morán sobre D. Roberto Conesa, jefe de la Brigada de Investigación.

Lecturas

El periodista D. Gregorio Morán llegó a ser detenido dentro de la investigación sobre si había cometido un delito de injurias contra el policía del ministerio del Interior. Al final el periódico DIARIO16 ratificó que en sus informaciones no había pretendido atentar el honor del policía y este retiró la demanda y el Sr. Gregorio Morán dejó de escribir para ese periódico. Desde el año 1978 uno de los principales accionistas de DIARIO16 será el Gobierno a través de su partido político la Unión de Centro Democrático (UCD)

24 Marzo 1977

De mozo de ultramarinos a militante socialista

Gregorio Morán

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La biografía de un policía siempre es un secreto: sólo cuando un policía se transforma en noticia es un deber de la prensa darle a conocer a la opinión pública.

Esta es la primera entrega de una serie dedicada al superagente Conesa, el hombre sin el que, según algunos, el GRAPO hubiera sido otra cosa.

Los GRAPO tienen la culpa. A ellos debe Roberto Conesa su popularidad. Si en estos momentos hay un hombre público en la Policía española, ése es el comisario Roberto Conesa Escudero, cincuenta y nueve años de edad.

Es más conocido que el propio director general de Seguridad, Mariano Nicolás, e incluso en algunas ocasiones hace sombra al ministro el ramo, como fue el caso de la rueda de prensa que siguió a la libertad de Antonio María de Oriol y Emilio Villaescusa.

Investigar la vida de un policía es tarea más bien ingrata para un periodista y mucho más aún si el policía se llama, precisamente, Roberto Conesa, en cuyas manos parece que va a estar la anunciada Brigada Nacional Antiterrorista.

Con treinta y ocho años de oficio, Conesa es, además de un experto en descubrir operaciones subversivas, un hombre que ha sabido cubrir su vida de una tiniebla difícil de penetrar. Casado por segunda vez, tras enviudar, no tiene hijos.

A lo quince años, Conesa entra a trabajar en Madrid como mozo en una tienda de ultramarinos de General Lacy. Es poco antes de estallar la guerra, a la que se incorpora con la República.

Numerosos militantes de las Juventudes Socialistas Unificadas le recuerdan entrando como un militante más en la sede de General Oras.

Terminada la guerra, Conesa da un giro a su vida tanto personal como profesional. Se casa con Elvira Arranz, hija de los dueños de la tienda, y empieza a trabajar para la Policía Política del nuevo régimen.

Liquidación de Socorro Rojo

Su primera misión es la reconstrucción y posterior liquidación del Socorro Rojo Internacional. Es el mes de mayo de 1939, Madrid es un caos, pero Roberto Conesa, buen conocedor de las JSU, se pone en contacto con varios militantes juveniles para la reconstrucción de Socorro Rojo. Se trataba teóricamente de suministrar un apoyo a los numerosos detenidos del Madrid del nuevo régimen. De aquí surge el expediente que pasará a la historia como “el expediente de las menores”, cuyas cabezas serán Pilar Bueno, Ana López Gallego, Martina Barroso y Severino Rodríguez entre otros.

Serán juzgados el 3 de agosto. En principio la operación se había montado como una ayuda a los miembros de la JSU en las cárceles y campos de concentración. Más tarde a partir de los interrogatorios, saldrá la acusación final: “Complot para atentar contra la vida del Caudillo en el desfile del 18 de mayo, conmemorativo de la Victoria”.

Dos días más tarde, a las ocho de la mañana, serían fusiladas en el cementerio del Este trece mujeres entre los dieciocho y los veintiún años,

Infiltración guerrillera

Al principio de los años cuarenta la confusión campa por sus respetos y las infiltraciones se suceden. Conesa dará entonces una prueba de gran habilidad al introducirse en las fuerzas guerrilleras de Toulouse. No sólo Casimiro Silvestre Gómez, alias ‘Roca’, jefe guerrillero, le recordará; otros testigos no pueden separar al policía Roberto Conesa de otro compañero suyo, Otero, quien con menos suerte será liquidado por la organización guerrillera.

Varios supervivientes aseguran que Conesa fue el hombre clave en la detención, el 7 de noviembre de 1942, de diez guerrilleros españoles que supuestamente intentaban volar una fábrica de material de guerra nazi en Fumel, Alto Garona.

El propio Conesa se lo contará, años más tarde, a un detenido por asistir al Congreso Juvenil en Moscú. “Tuve que salir a tiros Toulouse”.

Reconstruir aquellos años de la vida de Conesa no es fácil, pues como nos dijo una de las fuentes “el problema es que se está trabajando con muertos”.

Hay quien dice que la verdadera talla de Conesa está en su habilidad como interrogador. Un ejemplo, según cuente una mujer procesada en el año 42, es que ‘a los comunistas siempre nos sacaba a relucir el pacto germano-soviético, para influir en nuestra moral antifascista. Era un detalle típico de Conesa”.

Un año antes, Conesa consiguió que una mujer se convirtiera al catolicismo y abjurara de todas sus ideas ‘subversivas’. Fue en el famoso expediente de Bilbao, cuyo principal implicado es Valeriano García y junto a él varios dirigentes comunistas de la talla de Quiñones dirigente del PC en el Interior que será fusilado más tarde. Está mujer, llamada Concha S., llegó al punto de colaborar en todo lo que se le pidió, y su deserción fue utilizada ante Valeriano como elemento desmoralizador. Testigos presenciales recuerdan cómo, tras el interrogatorio. Valeriano salió tan afectado que chocó con la puerta de cristal, rompiéndola.

En el año 45, Roberto Conesta es ya un hombre bien conocido tanto en la oposición como en el poder. Su ascensión había comenzado.

Gregorio Morán

25 Marzo 1977

Un policía algo especial (2)

Gregorio Morán

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«En los años cuarenta le veíamos en el barrio, ya nadie se atrevía a llamarle El Orejas, como cuando jugábamos juntos de chicos». No, Roberto Conesa ya es un eficaz policía con éxitos en su haber, y aunque ivsita con recuencia la ienda de sus suegros, esquina General Lacy-Ancora, la situación que atraviesa el barrio le hace aparecer como una institución más qe como un amigo de la infancia.

Roberto se ha casado con Francisca Arranz – no Elvira, como inopinadamente se coló ayer – una de las familias más potentes del barrio; llegarían a tener tres tiendas.

La represión golpea en aquellos años en todos los azimuts políticos, y Roberto Conesa no se especializa en ningún grupo. Lo suyo es el descubrimiento de los núcleos que mantienen la lucha contra el régimen.

Conesa llama a la puerta.

En marzo del 45, la represión castiga al PSOE y a la UGT; hasta el punto que alcanza a las ejecutivas de las organizaciones. Y tras las ejecutivas cae el otro elemento fundamental: el aparato de propaganda. Antonio Donoso, militante de la Federación de Trabajadores dle Campo – UGT – durante la guerra, es el hombre que está en posesión del aparato, que oculta en su casa de la calle Jaén en una casita de plnata baja con una pequeña huerta.

A esa casa llamarán Conesa, Caballero, Abarrátegui y otro policía una noche del mes de marzo. Donoso lo abía dicho: «No entregaré el aparato sin defenderlo hasta el último instante», y así lo ace, con una pistola FN del nueve largo que se le encasquilla en el momento de hacer fuego; muere allí mismo.

A la familia de Antonio Donoso – mujer, suegra y tres hijos – les duele asta el recuerdo de aquella noche y la imagen de Antonio en el suelo y alguien descargando sobre él el peine entero de otro nueve largo.

Un policía especial

Conesa será un policía que dejará recuerdo entre las personas que interroga, y ésta será otra de las características de su vida: a quien interrogó no puedo olvidarlo.

«Conesa era un policía un poco especial», coniesa na mujer detenida aquellos años. «No parecía un policía como los demás, aunque hacía prácticamente como todos, pero sus interrogatorios tenían siempre detalles propios».

«Frente a policías como Carlos Martínez Unciti, que según tengo entendido era boxeador antes de la guerra. O Urbano Pérez Salas, o Bachiller, Conesa era el único que solía introducir elementos políticos en los interrogatorios», sigue diciendo esta mujer que fue interrogada por Conesa en dos ocasiones diferentes.

Simón Sánchez Montero, dirigente del PCE, lo recuerda cuando fue detenido en septiembre de 1945 como no de los miembros importantes de la Brigada Político Social. Por entonces se inicia el ascenso profesional de Conesa, y se le recuerda participando activamente en los interrogadores, y también como uno de los más duros en los mismos. Sánchez MOntero es n testigo de excepción de aquel estilo de Conesa de interrogar.

Que suba el Niño

«Al coronel Eymar, cuando tenía algún problema, le oí que decía que suba el Niño, refiriéndose a Conesa», precisa un detenido dos años más tarde, hoy importante dirigente de una editorial.

Aquel estilo de interrogatorio de la época no sólo lo conoce Simón Sánchez Montero o Luis Lucio Lobato (ambos del PCE) por quien pasará fugazmente Conesa en el expediente de octubre del 42 del que saldrían doce penas de muerte, nueve de ellas ejecutadas.

Aquel estilo también lo conocen Niceto Cárcamo González y Francisco López  García, que están a la cabeza de un expediente en el que aparecen incluidas 29 personas detenidas el 4 de junio de 1946. Cárcamo no olvidará nunca un interrogatorio de Conesa, en el estilo años cuarenta, durante catorce horas: de él no saldrá ninguna información y COnesa, en un gesto muy suyo le dirá «pareces muy valiente; aí tienes mi pistola», ecándola al mismo tiempo sobre la mesa. Cárcamo lo cuenta hoy día con frialdad, con mucha ira, pero sin odio.

No sabe controlarse

«Conesa quiere aparentar que es un hombre tranquilo, pero fácilmente se pone fuera de sí; no sabe controlarse», nos comenta uno de los principales inculpados del expediente del Congreso Juvenil de Moscú, en el cincuenta y siete.

En ocasiones, Conesa recerda su inmediato pasado con los grupos de amigos de Legazpi, porque al detener a Julio García del Arenal en marzo del 43, cando éste intentaba montar una imprenta clandestina ni más ni menos que en el baile Pelikán, Roberto Conesa le dirá «no te acuerdas de mi cuando iba al baile Pelikán, soy cuñado de los Garbanzos».

«Garbanzos» era el apodo con el que se conocían en el barrio los hermanos de Francisco Arranz, Daniel y Adolfo.

Los primeros años de Roberto Conesa no son fáciles en su nuevo trabajo profesional, aunque en el aspecto económico no le va mal: vive en el 48 de la calle Narváez, en un ático y mu-Narváez, en un ático.

Aún le queda mucha terreno que recorrer al agente Conesa para llegar a las grandes operaciones policiales del 47, al ‘affaire’ de la cocolatería de San Bernardo y a sus trabajos en el SCOE (Servicio de Coordinación Organización y Enlace).Le queda mucho trabajo a Roberto Conesa para llegar a ser un ‘superagente’.

27 Marzo 1977

Especialista en infiltraciones (4)

Gregorio Morán

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La detención de los comunistas José Satué y Jaime Planas, enviado por el PCE al interior, fue un duro golpe a la organización en España del partido.

A través de Eliseo A., el policía Conesa ingresa en el Partido Comunista y se mantiene dentro durante más de seis meses. Aunque el ‘expediente Satué’ abarca solamente a diez personas, la información que posee la Policía, a través de su infiltrado, es grande.

Infíltrate qe algo queda

Los seis meses que Conesa actá como comunista desde el otoño del 46 a mayo del 47, suponen para el policía una experiencia que nunca olvidaría: el arte de la infiltración.

El mismo lo reconoció en una reciente entrevista concedida a CAMBIO16. «E algnas ocasiones algunos compañeros se infiltran, pero la mejor astilla es la de la misma madera».

Esta frase resume en gran parte la ideología profesional del superagente Conesa, como podrá comprobarse cuando se cuenta su vida en los años sesenta. En esa época el protagonista de esta historia conseguirá con los más diversos métodos la colaboración de militantes de las propias organizaciones antifranquistas.

Es lo que se llama conseguir ‘confidentes’, Conesa, una vez descubierto este filón, no intentará infiltrarse en ningún partido. Pero logrará que la información que precisa le llegue puntualmente…

Chocolate para Conesa

En el 47, cuando: Conesa se le empieza a secar la teta del infiltrado – pues se agrava la caza de rojos – una chocolatería de la calle de San Bernardo, regentada por Pilar C. le servirá de nuevo fuente de información.

De las importantes caídas del año 47, quedan algunos cabos sueltos, alguros ‘flecos’ que consiguen salvarse de la quema, o que simplemente han sido dejados fuera por la propia Policía. En aquellos una de las técnicas policiales más empleadas consiste en dejar cabos sueltos, no agotar el cupo de detenciones, para que los cabos se vuelvan a reproducir y tener siempre de donde echar mano.

El propio Conesa recordaba esta técnica hace tres años a un detenido al que intentaba ganarse como confidente: «La desarticulación de grupos políticos es como el caso de la serpiente, que cuando le cortas un trozo de la cola, se vuelven a reproducir; de lo que se trata es de cortarle la cabeza a la serpiente».

Pues bien. Algunos de los que logran salir ilesos, en las redadas del 47, desconectados de toda relación con sus dirigentes buscan incansablemente información, propaganda y actividad. ALgunos se van concentrando en la chocolatería de San Bernardo, propiedad de Pilar, que había sido militante y ayudado a los presos políticos.

Lo que no está claro es si la idea de montar una chocolatería pertenece a Pilar conocida de Conesa, o a éste. Pero una cosa es cierta: la chocolatería rindió pingües beneficios informativos. Con cierto aire intelectual, la chocolatería de San Bernardo se convierte en punto obligado de cita de ciertos rpogres de la época.

Cursillo de marxismo

No está totalmente claro, sin embargo, el origen de la chocolatería. Lo probable es que Pilar C,, con dinero de su familia montara el bar sin ninguna doble intención, y que fuera luego Conesa el que diera un giro a sus actividades, quizá nunca conocidas totalmente por la propietaria.

Lo probado es que el policía mantiene una relación personal con esta mujer, descrita muy gráficamente oir quienes la conocieron en aquellos años: «Era una mujer como las de Rubens, pero sin grasa», dice un importante pintor, que llegó a tratarla de cerca. Para otro testigo «era una rica hembra».

Además de tomar chocolate el establecimiento de San Bernardo conoció unos ‘cursillos de captación marxista’, los primeros de los que se tiene noticia en los años 50. Quizá lo de ‘capatización marxista’ sea un tanto grandilocuente, si se tiene en cuenta que el libro base de discusión era la Historia de España de Pierre Vilar, un libro en francés que uno de los contertulios traduce mientras lee en voz alta.

Si por lo de la ‘capatización marxista’ no pasarán a la historia lo del grupo de San Bernardo si lo harán por tener la ocurrencia y el valor de editar un boletín escrito a máquina y del que no se hacían ni cien ejemplares que llevaba por título ‘Boletín de Partidarios de la Paz’.

Durante cerca de tres años, cosa que de alguna manera se desprende del propio ex pediente, Roberto Conesa estará dando cuerda a este grupo, a partir de su amistad con Pilar. El propio marido de ésta comunicará al grupo sus sospechas y abandonarán la chocolatería para buscar sitios más seguros.

A pesar de todo, en el mes de octubre del 52, varios son detenidos en una conocida cafetería de la calle de Alcalá.

El Boletín la ayda al os presos y los intentos de crear grpos de empresa ‘pro paz mundial’ detectados por Roberto Conesa, servirá para que el coronel Eymar, responsable de la lcha contra la masonería y el comunismo (una de las obsesiones de Franco) les lleve varios años a la cárcel.

Treinta y cinco personaes comparecerá en consejo de guerra por formar parte del grpo de San Bernardo. Telesforo Torres será condenado a veinte años, Luis Arribas a qince y José Canalejas a doce; eran los cabecillas del expediente.

Meses más tarde, MUNDO OBRERO, órano del PCE, denunciará como colaboradores policiales tanto a Pilar como a s marido, a quien todas las fuentes de DIARIO16 niegan que éstos tvieran responsabilidad alguna en las detenciones.

El suicidio de Centeno

Unos meses más tarde de las detenciones del grupo de San Bernardo, muere en circunstancias aún no explicadas, Centeno, máximo dirigente de la UGT y del PSOE. Según la versión oficial. Centeno se suicida raspándose las muñecas con un fleje del a cama cando estaba en los calabazos de la DGS. La versión de los socialistas y de la propia familia de Centeno, es muy otra.

Centeno había sido detenido en el hospital de la Cruz Roja de la calle Reina Vitoria cuando velaba a su mujer, recién operaba del riñón. El comisario que llevaba el asunto se llamaba según fuentes socialistas, Montoro.

Roberto Conesa no tendría nada qe ver en este asnto y no tendría por qué aparecer el nombre de Centeno en este reportaje si un día de enero de 1958, ante uno de los detenidos por el expediente «Congreso Juvenil de Moscú», Roberto Conesa no iniciara el interrogatorio asegurando qe él no había matado a Centeno, ante el asombrado detenido – un universitario y alferez – que desconocía totalmente quién había sido Centeno.

30 Marzo 1977

Un policía recorre Europa (6)

Gregorio Morán

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Roberto Conesa deja atrás Iberoamérica al dicador dominicano Leonidas Trujillo y la extraña importación de coloos valencianos, que le acarreó más de un problema.

Fuentes policiales afirman que los primeros años 60 no fueron fáciles para el que llegaría a convertirse en el superagente Conesa. Se incorpora a la Policía Política, Cuerpo qe en aquel momento dirigía en Madrid José de Diego, ‘un hombre de características humanas semejantes a las de Conesa’, como señalaría quien les conocía bien.

Conesa trabaja en las oicinas de los Servicios Técnicos de la Dirección General de Seguridad situadas en el número 2 de la calle del Correo, exactamente encima de donde explotaría el 20 de septiembre de 1974 una extraña y potente bomba que produciría innumerables víctimas.

Conesa atraviesa una de las etapas más difíciles de su vida. Acaba de fallecer su esposa, Francisca Arranz y su salud se resiente, fundamentalmente a través de la úlcera de estómago que padece desde años antes. Acostumbra en esta época ir a cazar a un coto cercano a Madrid en compañía de su jefe, Ricardo Casanueva.

Al extranjero

En el campo profesional su actividad se concentra durante los años 60 en los grpos a la izquierda del Partido Comnista. Según fuentes de absoluta solvencia, Roberto Conesa sigue paso a paso la creación del Partido Comunista Marxista Leninista (PC-ml), escisión pro china del PCE, que comienza a gestarse en el 62 y se consuma dos años más tarde.

Los pro chinos, como se les conocía en el lenguaje de la época, celebran dos reuniones constitucionales, una en París durante el mes de octubre del 64, y otra en bruselas, en diciembre. A ellas asisten los tres grupos de cuya uniicación surgida el PC-ml. EL núcleo de París, que editaba «Mundo Obrero Revolucionario»; el de Madrid, cuyo portavoz era Proletario y un tercero y más fuerte, del cual saldrían las principales figuras del partio, que tenía su base en Ginebra, ‘La Chispa’, titulo de uno de los periódicos de Lenin en su primera época revolucionaria.

La inmensa mayoría de los militantes del PC-ml eran emirantes, bien por razones económicas, bien por razones políticas. Y dado que el nuevo campo de Conesa se centra en la información exterior, no es de extrañar su interés en este grupo político.

Durante años, el inspector Conesa recibe información absolutamente fidedigna de los movimientos del PC-ml. «Yo puedo garantizar – cuenta un testigo de excepción de aquellos años, como fue el ex infiltrado González Mata – que Roberto Conesa recibía información el más alto nivel de ese partido».

«Cuando yo estaba en Argelia – añade El Cisne – me llegaron comunicaciones desde Suiza exactamente desde Ginebra, enviadas por Conesa en las que me detallaba cuestiones relacionadas con entrevistas de los pro cinos españoles con el Frente Nacional de Liberación (FNL) de Argelia, que no podían conocerse sin tener a alguien colocado al más alto nivel».

Dado que Ginebra se convierte en el principal centro de la extrema izquierda enemiga del Partido Comunista, puede decirse que Conesa fija su residencia abitual en esa ciudad, desde donde algo más tarde se trasladará a Bruselas.

Amigo

Quizá sura en aquellos años ginebrinos la amistad entre Conesa y Jua Luis García Llobera, otro de los profesionales de la información policial, de quien es más que probable que Conesa aprendiera muchas cosas.

García Llobera, más joven que su compañero, es un policía poco común. Habla correctamente francés y alemán, y participó activamente en la muerte del legendario anarquista catalán Savater. Casado con una judía sefardita y padre de cinco hijos, García Llobera está considerado como un notable pianista, apasionado por Juan Sebastián Bach y la música de jazz, poseedor, asimismo de una excelente biblioteca.

Su trabajo se interfiere en más de una ocasión con el de su amigo Conesa. Ambos trabajan durante años la información de los grupos extremistas en Europa.

En la España de los años 60 el nombre de Conesa aparece únicamente en forma esporádica durante los interrogatorios de Julián Grimau, diriente comunista fusilado en el 63, y en las detenciones de importantes miembros de Comisiones Obreras, de las que se hablará más adelante.

Monseñor Ussía

Conesa sigue centrando su trabajo en la información recogia por sus infiltrados en los grupos de extrema izquierda. En mayo de 1966, tiene una destacada participación en el descubrimiento y posterior detención de los secuestradores de monseñor Ussía Urruticoechea, consejero eclesiástico de la Embajada española en ROma, secuestrado por un grpo de anarquistas españoles autodenominados Grupo 2 de Mayo.

El supesto motivo del extraño secuestro era conseguir la libertad de los presos políticos. Tras el final feliz, a lo que se llegó con una facilidad digna de la ‘Operación Valencia’ en que culminaron los recientes secuestros de Antonio María de Oriol y Emilio Villaescusa, monseñor Ussía declaró ufanamente: «Siempre estuvo seguro de que no me harían nada».

La prensa española recogía entonces con extraordinaria habilidad, las dudas que srgían en la prensa italiana. Por ejemlo en el Diario MADRID del  de mayo de 1966, Jesús Picatoste copiaba las siguientes frases de un periódico italiano: «Este caso no parece que vaya a tener una solución en breve tiempo. En varios sitios se afirma que el Gobierno franquista conoce muchos más detalles de los que hace creer».

Monseñor Ussía era liberado días más tarde sin problemas ni concesión alguna por parte de las autoridades españolas.

Nace el FRAP

Poco antes del famoso mayo del 68 en Francia, hay un desplazamiento hacia Bruselas de los grupo pro chinos españoles de los que saldrá a su vez el FRAP (Frente Revolucionario Antifascista y Patriótico).

Conesa sigue este desplazamiento y reside frecuentemente, durante los años 67-68, en la capital belga, donde se le facilita la tarea de controlar las fuentes económicas del PC-ml, que procedían fundamentalmente de la República Popular China, vía Albania, hasta llegar al secretario general de los pro chinos belgas Jak Grippa, quien por cierto, asistiría a una de las reuniones fundacionales del grupo marxista leninista español.

A partir de los servicios técnicos de la DGS, para los que Conesa venía trabajando, surgiría años más tarde, de la mano del director general de Seguridad, coronel Eduardo Blanco, el famoso SCOE Servicio de Coordinación Organización y Enlace), que tiene su primera sede en la calle del Correo y que en 1965 se traslada a Rey Francisco, 21. Curiosamente, el mismo númeor en el que se refugia Jorge Cesarsky, el argentino que acompañaba al presunto asesino del estudiante Arturo Ruiz en enero de este año.

En la placa situada en la puerta podía leerse: ‘Emigración Internacional’ palabras con las que se definía uno de los principales objetivos del SCOE.

31 Marzo 1977

Calle del Correo: Interroga el tío Carlos (8)

Gregorio Morán

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Luxemburgo parece ser la siguiente escalada del recorrido europeo de Roberto Conesa. Según una persona que le conoció allí a finales de los años 60, el policía contaba entre sus misiones la de investigar SODETEX, empresa fundada con capital de Juan Vila Reyes, el hombre de Matesa.

Esta sociedad a cuyo frente estaba el principe de Brogiie, recientemente asesinado en París, tenía por objeto, en palabras de Vilá Reyes la recuperación por parte de España de «Todas las inversiones que desde aquí se habían hecho en pesetas», aunque también hay otras versiones sobre la finalidad de SODETEX.

No obstante cuando se destapa el asunto Matesa en agosto del 69, los bancos se retiran y SODETEX se disuelve. ¿Qué papel desempeñaba en estas investigaciones un hombre de la policía política? El ex espía de Sánchez-Mata, recurso obligado de aquella época sostiene que podría habérselo pedido algien, quizá el superior máximo en la línea jerárquica de la Policía es decir, el coronel Eduardo Blanco.

Poco después, el Opus asciende al poder formando el famoso gobierno monocolor del 69.

Las actividades de Conesa siguen adscritas al SCOE (Servicio de Coordinación, Organización y Enlace), cuya sede central estaba en Rey Francisco 21.

Llega el Gari

Hay quien sospecha que Roberto Conesa tuvo una participación nada despreciable en las investigaciones relativas al secuestro de Baltasar Suárez, director del Banco de Bilbao en mayo de 1974.

Un extraño Grupo Antifascista Revolucionaria Independiente (GARI) se hace responsable del secuestro y cobra un rescate que luego, rocambolescamente fue buscado por toda Francia.

Conesa entra en los años 70 con la moral alta, mucho más alta que aquel día del 62 en que se encuentra con un militante por él interrogado en en numerosas ocasiones a quien confiesa su mal estado físico y psíquico, comunicándole al tiempo la muerte de su esposa.

En el año 70, Conesa a recuperado su prestigio acreditándolo con nueva infiltraciones en numerosas organizaciones de extrema izquierda. Hay quien habla, incluos, de ue las famosas detenciones masivas de miembros de Comisiones Obreras (CCOO) realizadas en Zazalejo y Meidas Vilma, dos lgares de reunión de los sindicalistas fueron debidas a las informaciones de uno de los hombres de Conesa.

Dimisión del Cisne

Un cáncer de laringe ace que Ricardo Casanueva ambién conocido por Ricardo Carrasco, que era el nombre con el qe solía viajar, se retire de la jefatura del SCOE. Cando el Cisne presneta su dimisión en una carta al coronel Eduardo Blanco, éste decide enviar un emisario para lograr que Mata cambie de opinión

Carrasco está gravemente enfermo y, ante la sorpresa de González Mata, aparece en Ginebra el propio Conesa, qien le ofrece diversas opciones para que no abandone los servicios policiales de información

Conesa es un hombre a quien muchos del serivcio le han reprochado siempre su alta de tacto, recuerda el ex espía al narrarnos la entrevista entre él y Conesa: «especialista en los servicios exteriores, pero sin las menores dotes de diplomático, cosa que sí tenía Eduardo Blanco».

La biografía profesional de ROberto Conesa en la década de los setenta no pued eya seguirse de una manera estríctamente cronológica como hemos intentado hasta ahora. El trabajo y la responsabilidad del comisario de primera Roberto COnesa en los años setenta es de tal envergadura que al tratarlos daremos sólo los hechos más significativos de su trabajo.

Atentado de la calle del Correos

El atentado de la calle del Correo y las posteriores detenciones sacan definitivamente a la luz pública a Conesa, quien participa en la conferencia de prensa posterior junto al comisario general de Investigación social, José Sainz. Los asuntos más delicados quedaron explicados con la voz y el gesto de Conesa. Era lógico: él había llevado el peso fundamental de los interrogatorios.

Genoveva Forest cuenta cómo durante el segundo día de interrogatorios la introducen en un despacho lujoso en el que esaba además de Sainz, «un alto funcionario que dijo llamarse Roberto, y que sus compañeros llamaban tío Carlos». «Posteriormente le reconocía en una foto publicada en CAMBIO16», añade.

Genoveva Forest, esposa del autor dramático Alfonso Sastre, cuenta que Conesa se dirigía a ella en tono paternalista… «Me ofrecía café, coñac…» y le decía: «Comprendemos que eres una buena persona, que eres una idealista, que tú necesitas un hombre y que tu marido tiene amantes y tú tienes que buscarte a los de ETA para evitar esa frustración», explica Genoveva en un libro recientemente publicado en Biarritz, en el que se recogen las declaraciones ratificadas y firmadas de los tratos recibidos por los detenidos en la DGS.

Otra de las detenidas cuenta, con testigos presenciales, entre ellos una monja del Hospital Psiquiátrico, cómo el tio Carlos y otro policía joven se introdujeron en el centro santiario con bata blanca y estuvieron haciéndole innumerables preguntas, sin que ella supiera si estaba ratando con médicos o policías.

Quizá Conesa explique algún día, amén de los tratos recibidos por casi odos los detenidos en relación al atentado de la calle del Correo, el porqué de la amalgama política que montó desde ETA al PCE, achacándoles colectivamente la responsabilidad del atentado.

Esta parte de la rueda de prens afue responsabilidad del propio Conesa quien expuso a los periodistas propaganda que él atribuyó al PCE y que cualquier conocedor de los diferentes partidos de extrema izquierda, Conesa entre ellos, sabía que no es así.

El atentado de la calle del Correo tiene aún numerosos puntos oscuros como es la famosa circular de determinado jefe sugiriendo pocos días antes que los policías no frecuentasen la cafetería ROlando, local en el que explotaron las bomba.

Tras las diligencias de este caso, Conesa pasa de oscuro y eficaz policía político a profesional respetado, auténtico escaparte de la Dirección General de Seguridad. Conesa pasa de agente a superagente.

01 Abril 1977

De comisario a superagente (y 9)

Gregorio Morán

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Dicen algunos entendidos que Manuel Fraga Iribarne, en su época de ministro de Gobernación, fue el primero que sitó en cargos políticos – como son los de jefes superiores de Policía – a Miembros de la Brigada Político Social. Quizá sea una exageración, y lo único que Fraga hizo, es acer con descaro lo que otros hacían tímidamente.

El caso es que Roberto Conesa fue nombrado Jefe Superior de Policía de Valencia por Fraga, en junio de 1976.

¿Por qué Valencia? Se trata de n destino con larga tradición en jefes de la Policía Política. Recordemos Cano, el de las famosas patadas con sus zapatos de tafilete, comisario político en los primeros años del franquismo. O a Oleza, también llamado ‘El Colilla’, autor de un libro sobre las guerrillas en los años 40. Oleza sustituirá a Cano al fallecer éste de cáncer.

Hoy, Oleza es un hombre importante en la Dirección General de Seguridad madrileña. El mismo director general, Mariano Nicolás, fue gobernador de Valencia.

De Valencia se viene – como Oleza y Nicolás – o a Valencia se va – Como Conesa – Nadie sabe las razones pero Valencia goza de una fama especial en el seno de la Policía Política. Hay quienq uiere ver una coincidencia tambien que determinados grpos de extremistas de derecha e izquierda hayan nacido precisamente en Valencia. La misma Internacional NEgra de los neofascistas tiene redes muy importantes en la zona valencinaa y la CIA, y los croatas y un largo etcétera.

El propio rescate de las dos personalidades – Oriol y Villaescusa – tomó el nombre de ‘Operación Valencia’.

Fraga sabe muy bien lo que hace cuando firma el destino valenciano de Conesa. Con el nombramiento de jefe superior de Policía, Conesa entra por la puerta grande de las instituciones. Cuando, en enero de este año, le llaman de Madrid para investigar los secuestros de José María de Oriol y Emilio Villaescusa, Conesa es ya el prototipo de investigador político sobre la extrema izquierda española.

A falta de una investigación periodística a fondo sobre el doble secuestro, hemos de atenernos a la declaración de tres protagonistas: el teniente general Villaescusa, Oriol y el jefe del a Operación Valencia, Roberto Conesa.

Aún no se han resuelto dudas tan evidentes como si los dos secuestrados llegaran a estar juntos. Uno dice que sí y el otro que no.

Y esto es sólo un garbanzo en el cocido de innumerables interrogantes sobre los GRAPOs, los lugares en que estuvieron los secuestrados, y no digamos ya la forma en que fueron liberados.

Los periodistas asistentes a la rueda de prensa en qe se hizo el balance de la ‘Operación Valencia’ salieron con la impresión de que si ien lo allí contado no era otalmente falso, tampoco era toda la verdad con lo cual el misterio sigue dminando la rocamboelsca historia.

Medio millón para Conesa

Según nuestras informaciones, amén del prestigio profesional que alcanzaron Conesa y sus colaboradores, el jefe superior de Policía de Vlanecia recibió una compensación económica nada despreciable: medio millón de pesetas. Otras doscientas fueron a parar a manos de ‘El Pelos’ quien, al margen de su actual anonimato, es un policía bien conocido de los antifranquistas de los últimos años con un apodo de película americana [González Pacheco ‘Billy el Niño’].

Y si éste es un dato nada despreciable, hay otro que conviene aclarar. La diferencia entre las fechas de ingreso en el Cuerpo General de Policía de Robeto Conesa enre los escalafones del 70 y 74) puede deberse también a la decisión del Tribunal Supremo, en 1972; la fecha de antigüedad la marcaba el momento en que se había empezado a trabajar para la Policía y no la salida de la Academia.

Una vez conseguido el puesto político como jefe superior de Policía en Valencia y tras pasar a superagente gracias a la Operación del mismo nombre, ¿a qué más puede aspirar dn Roberto?

Una respuesta rápida salta al ruedo: dirigir la Brigada Antiterrorista. Y sorprende que, simultáneamente dos medio de prensa tan dispares como EL CASO y DÍA 32 se hayan convertido en portavoces de su creación.

Los argumentos a escrimir llegan, en DÍA 32, a decir que la Brigada Antiterrorista no será más qe la rectificación del error que supuso la disolución de la Policía Política, es decir, de la Brigada Político Social. Algo así como: si no quieren una taza y media.

Despedida y cierre

Este es el final de un esbozo de la biografía profesional de un policía político convertido en hombre público. Antes de empezar a publicarse esta serie, intentamos, infructuosamente, ponernos en contacto con Roberto Conesa en la Jefatura Superior de Valencia. Fueron dos intentos y los dos fallidos.

Según se nos informó por boca de uno de sus colegas ‘después de lo que han escrito sobre él, es para decirles cualquier cosa’, añadiendo el funcionario, quien no autorizó a revelar su nombre, que ‘la indignación entre los compañeros’, hasta el punto de qe los policías han dejado de leer CAMBIO16, para terminar su sincera defensa de Roberto Conesa diciendo que es ‘admirado por toda la corporación’ y que lo mejor que podía hacer DIARIO16 era olvidarnos de él.

Está claro que el consejo se echó en saco roto. Nuestra opinión es qe Conesa es un profesional al servicio de los poderes públicos y, por tanto, al servicio de todos los ciudadanos. POr tanto, los ciudadanos estamos en nuestro derecho de investigar la vida profesional de un hombre fuera de toda sospecha, que tiene qe desempeñar un importante papel: garantizar nuestra seguridad.

Fracasados los intentos de recoger las opiniones del propio Conesa antes de empezar a publicar la serie, volvimos a intentarlo una vez iniciada, pero hasta el momento no ha habido respuesta.

Sólo queda incluir en esta serie, en la que hay una clara ausencia – la opinión del interesado – el texto del telegrama que se le envió a Conesa con fecha 29 de marzo.

«Señor D. Roberto Conesa, Jefatura SUperior de Policía Valenciana. Antes de iniciar la publicación de la serie sobre su biografía profesional intente tomar contacto con usted para mayor exactitud en los hechos narrados. Ahora reitero deseo entrevista con objeto ampliar información y recoger sus puntos de vista. Saludos. Gregorio Morán. DIARIO16».

Gregorio Morán.