10 octubre 2011

El veterano periodista detalla su salida del periódico de Titania con ataques a José Antonio Sánchez y Alberto Artero

Jesús Cacho funda el diario digital VOZPOPULI y lo inaugura con un ajuste de cuentas contra sus exsocios de EL CONFIDENCIAL

Hechos

El 17 de octubre de 2011, D. Jesús Cacho inauguró su nuevo digital VOZPOPULI.COM, con duros ataques al director general de su antigua casa, EL CONFIDENCIAL, D. Alberto Artero.

Lecturas

El 10 de octubre de 2011 inicia su publicación diaria el digital VozPopuli fundado por D. Jesús Cacho Cortés, seis meses después de ser despedido como director de El Confidencial por el editor y socio mayoritario D. José Antonio Sánchez García.

El 17 de octubre de 2011 D. Jesús Cacho Cortés publica un amplio artículo en VozPopuli explicando los motivos de su ruptura con El Confidencial, de la que responsabiliza al editor D. José Antonio Sánchez García, pero también a D. Alberto Artero Salvador, a quien presenta como la persona encargada de hacer “el trabajo sucio de llamar a la puerta de las empresas pidiendo publicidad, o como cobrador del frac, con un pie en la trinchera del periodismo y otra en la del recaudador de impuestos”. Y describe como se hicieron con el 57% del capital de Titania Compañía Editorial, la empresa editora de El Confidencial, para dejarle fuera del negocio. El texto del Sr. Cacho en el que descalifica profesionalmente a ambos, no será respondido por ninguno de ellos desde El Confidencial.

El 10.10.2011 comienza la publicación diaria de VOZPOPULI nuevo digital experto en información confidencial y económica.

El nuevo periódico estaba dirigido por D. Jesús Cacho, despedido como director de EL CONFIDENCIAL el pasado mes de marzo por decisión de los socios mayoritarios de la empresa (el Sr. Cacho era minoritario). En VOZPOPULI el Sr. Cacho será el socio mayoritario.

Junto a D. Jesús Cacho como director figura D. Manuel López Torrents como Subdirector. Como jefe de Economía D. Juan Laborda, como jefa de Política Doña Cristina de la Hoz, como corresponsal en el Congreso D. Federico Castaño y como experto en Banca D. Javier Ruiz.

La empresa editora del digital se denomina Voz Populi Digital S. A., de la que el Sr. Cacho es propietario y como administradora de la misma figura Dña. Pilar Alonso.

Entre las principales firmas de VOZPOPULI están, junto a D. Jesús Cacho, el Sr. D. Juan Carlos Escudier, D. Blas Calzada,  D. Manuel L. Torrents y D. José Alejandro Vara.

D. Jesús Cacho ejercerá como director-propietario de VozPópuli hasta enero de 2016.

04 Octubre 2011

¿Acabará el VozPopuli de Jesús Cacho como La Voz de la Calle?

Irene Perezagua

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La plataforma podría no haber recabado los apoyos financieros suficientes

No comienza con buen pie el último proyecto informativo de Jesús Cacho. El periódico digital Vozpopuli.com, del ex director de El Confidencial, tenía previsto estrenarse este martes 4 de octubre en la red pero su publicación se ha abortado por el momento.

Entre las razones que explican este retraso en el lanzamiento del diario digital, estaría la posible flaqueza económica de Vozpopuli. Según ha podido saber Periodista Digital, la web cuenta de partida para su financiación con poco más de un millón de euros garantizados por una operadora de telefonía. ¿Pero esa cantidad es suficientepara poner en marcha un ambicioso digital como el que pretende lanzar Jesús Cacho?

Se especula con que Cacho se encuentra decepcionado con los pocos apoyos que ha recabado en su nueva aventura empresarial y con que el litigio que mantiene con El Confidencial por la ‘improcedencia’ de su despido en marzo no le haya propiciado una cuantiosa indemnización —¿Razones ocultas tras el cese de Jesús Cacho como director de ‘El Confidencial’?–. Este periódico ha tratado de ponerse en contacto con Jesús Cacho pero no ha sido posible conocer su respuesta ni a través de vía telefónica ni por correo electrónico.

¿SERÁ OTRA ‘VOZ DE LA CALLE‘?

Con experimentados periodistas como Cristina de la Hoz -ex redactora de Política de ABC– o Paco Serrano (ex redactor de Cinco Días) como redactores seniors, la redacción comenzó a rodar a partir de junio. Las Tablas fue el barrio madrileño escogido para acoger a una redacción integrada por cerca de una veintena de trabajadores, entre redactores -Cacho tentó sin éxito a seis redactores de El Confidencial.com– y técnicos informáticos.

Este caso irremediablemente recuerda al del periódico de izquierdas La Voz de la Calle, que pese a contar con una sede física, plantilla de trabajadores y una fecha de salida de la publicación, no pudo comercializarse por falta de musculatura financiera.

17 Octubre 2011

EL CONFIDENCIAL: HISTORIA DE UNA FECHORÍA

Jesús Cacho

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El pasado 3 de marzo, mi todavía socio y antiguo amigo José Antonio Sánchez, en uso de sus facultades como consejero delegado de Titania Compañía Editorial, me hizo entrega de una carta con mi cese como director de EL CONFIDENCIAL. En dicha carta, mal escrita como es norma de la casa, me ofrecía quedarme en El Confi comiendo de la sopa boba, con mi sueldo y demás emolumentos íntegros hasta el día del juicio final, si esa fuera mi voluntad, supongo que para acallar su mala conciencia y tal vez comprar mi silencio. Le dije que mi padre, un modesto agricultor de Tierra de Campos a quien él conoció, me enseñó desde pequeño a vivir como viven los hombres libres: de su trabajo y con la cabeza alta. Naturalmente abandoné al instante el Confidencial. Tras meses de dura brega y cuando acaba de ver la luz VOZPOPULI, el nuevo diario digital que dirijo, considero una obligación moral dar cuenta a mis lectores, y también a los del Confi, de las circunstancias que condujeron a romper el guión de un medio de comunicación hoy descabezado y sometido al albur de un par de oportunistas sin escrúpulos. Repito, se trata de una obligación moral contar lo que allí pasó. Los que exigimos transparencia a los poderes públicos, debemos ser también transparentes a la hora de explicar nuestras conductas. Lo haré, bien es cierto, por una única y exclusiva vez, porque no volveré a tocar las cuestiones que a continuación se tratan. Es una evidencia que EL CONFIDENCIAL, bajo mi dirección hasta marzo pasado, se ha convertido en un éxito periodístico incuestionable, con una notable capacidad de influencia perceptible sobre todo en el mundo económico-financiero español. Hablamos del primer medio independiente en internet, no ligado a ningún gran grupo mediático. No se puede decir lo mismo, sin embargo, de la sociedad editora, Titania, que sigue siendo un pigmeo desde el punto de vista empresarial, con una facturación que apenas supera los 4 millones de euros. Éxito periodístico y miseria empresarial conviven, pues, en EL CONFIDENCIAL, componiendo una muy llamativa diacronía. Tal disparidad, al margen de cuestiones que tienen que ver con el desarrollo de la red en España y el comportamiento de la publicidad, es consecuencia en gran medida del déficit de gestión que viene padeciendo el proyecto desde su fundación, déficit atribuible al escaso nivel de preparación del ya citado José Antonio Sánchez, alias Totoyo (en la actualidad acapara la presidencia y la consejería delegada de Titania), para el desempeño de las labores gerenciales que tiene asignadas –gracias al empeño personal mío en 2001, ironías del destino, en que así fuera- desde el segundo año de vida del diario. Y es en esa disparidad entre éxito periodístico y fracaso gerencial en la que hay que inscribir la llegada al Confidencial de Alberto Artero, alias McCoy, un analista del Deutsche Bank (donde gestionaba la SICAV en la que Totoyo y Juan Perea, responsable en su día de aquel negocio con ribetes de estafa que fue Terra, colocaron el pelotazo producto de las stock options de la Telefónica de Juan Villalonga), al que hace unos tres años fichamos para escribir una columna de mercados. Su llegada vino enseguida a representar una especie de salvavidas para Sánchez: Artero estaba llamado a suplir las lagunas que como gestor atenazan al citado Totoyo. Artero, a quien le cumple a la perfección la definición que el diccionario de María Moliner otorga al término (“Hábil o astuto. Taimado. Se aplica al que causa daño a otros con engaño o hipocresía”), se reveló como un intrigante que pronto descubrió la potencialidad a futuro de un medio de comunicación como el Confi. Pocas dudas caben sobre la estrategia desplegada casi desde el momento de su aparición en escena: romper el vínculo societario y de amistad existente entre Cacho y Sánchez, con las intenciones que son de imaginar. Su éxito, de momento, parece incuestionable. En efecto, el primer gran desencuentro entre ambos se produjo a finales del otoño de 2009, cuando el aludido anunció por sorpresa haber recibido una oferta de los responsables de Unidad Editorial para hacerse cargo del área económica del grupo (incluido el diario Expansión), a cambio a algo así como 300.000 euros anuales. Pedro J. Ramírez me ha aclarado en fecha reciente que no hubo tal: “Lo tuvimos aquí para sondearle, sí, pero nada más. A los 10 minutos me di cuenta de que estábamos ante un tipo sumamente ambicioso”). Picamos el anzuelo. Porque tanto Sánchez como yo mismo, sin sospechar el engaño, decidimos retenerlo, aun sabiendo que tendríamos que mejorar su caché. Básicamente por una cuestión de imagen del Confi. Di entonces mi v/b para que aquél, como gerente, negociara la mejora salarial que juzgara oportuna. Pero llegados a la reunión del Consejo, febrero de 2010, que debía sancionar las nuevas condiciones ofrecidas al sujeto, me encontré con la sorpresa de que, al margen de las mejoras estrictamente salariales, Sánchez se había comprometido a entregar al susodicho el 5% del capital social, lo cual suponía la dilución de los socios en el porcentaje correspondiente. Primera noticia. Y con toda lógica me negué en redondo a aprobar eso y pedí un periodo de reflexión, decisión del todo legítima en defensa de mi magro patrimonio y de mis años de trabajo en el Confi.

Sánchez y sus amigos

Gran crisis y principio del fin. Ahí comenzó mi socio a maquinar la operación que habría de darle el control de la mayoría del capital de Titania, contando para ello con el 10% del citado Perea (un proyecto frustrado como hombre desde que se hiciera rico en Terra), y el 14% adicional de otros dos tipos sin el menor interés. Es obvio que el afecto que durante años me unió a Sánchez había desaparecido hacía tiempo. Cuando uno abandona las reuniones más o menos importantes a las que, como socio fundador, era obligado acudir en su compañía dominado por un sentimiento de vergüenza ajena, es que ya no está dispuesto a otorgarle el beneficio del perdón que fluye de la amistad sin condiciones. Seguíamos unidos, no obstante, por el cordón umbilical de los intereses comunes en el Confi.  La crisis consiguiente terminó cuando, abocados a junta general (fijada para el 23 de marzo de 2010), me plegué a los deseos de mi socio, que apeló in extremis a los intensos años de amistad compartida, es decir, a los sentimientos. Sacrifiqué mis argumentos y cedí. Cedí al 100% y sin contrapartida. Y lo hice para evitar el escándalo y salvar el proyecto de EL CONFIDENCIAL. Es obvio que me equivoqué. Sabiendo, no obstante, que el caché de Artero era indefendible en términos de empresa, me propuse, como director y fundador, rentabilizarlo en lo posible. Con una plantilla tan corta como la nuestra, obligada a ir siempre con la lengua fuera, ese dinero solo se podía justificar logrando que el sujeto saliera a la calle regularmente a buscar noticias. La presión que en este sentido he ejercido sobre él ha sido constante en estos meses. Pronto me di cuenta de que aquello era misión imposible. Ya después del verano de 2010, tras una de las sonoras broncas que tuvo que soportar de mi parte, el sujeto tuvo el cuajo de manifestarme que “yo no he venido a esta casa a hacer de periodista” (sic). En efecto, no es periodista. Sus columnas diarias son el resultado de un rastreo de horas por la prensa económica internacional a través de internet y en un posterior “corta y pega” de los textos/ideas seleccionadas, procedimiento del que suele salir un refrito en general farragoso, porque los dioses tampoco le han llamado por la senda de la prosa fina. No es periodista, pero tampoco gestor. Y bien, ¿cómo justificar entonces la pasta que gana en el Confi? Mi argumento fue siempre el mismo: con ese dinero era posible fichar a 3/4 periodistas de prestigio, capaces de aliviar la presión sobre la plantilla y mejorar la calidad del producto. La respuesta del inefable presidente y consejero delegado de Titania fue siempre la misma: “este tío no se va de aquí por mis cojones”. Tal apelación a la testosterona tenía y tiene una explicación obvia para quienes conocemos bien su proverbial cobardía: Artero se ha convertido para Sánchez en un “mandao” en quien subrogar el trabajo sucio de llamar a la puerta de las empresas pidiendo publicidad. A eso se dedica ahora el sujeto: a escribir su columna diaria y a pasar por los despachos cuya gestión alaba o critica como “cobrador del frac”. Él entiende que no hay impedimento moral alguno en el hecho de tener un pie en la trinchera del periodismo y otro en la del recaudador de impuestos. Y si hay pecado, se limpia con la confesión. Cercano a los Legionarios de Cristo, el aludido suele salpimentar sus columnas con recomendaciones sobre la fidelidad en el matrimonio (reglas de uso), la defensa de la jerarquía católica frente al Gobierno Zapatero o la infalibilidad del Papa. Instructivo.

De edades y de talentos

Naturalmente que este individuo, un bluf como periodista cuyo objetivo no es otro que servirse del Confi para sus business, es apenas una anécdota en mi dilatada carrera profesional. El responsable de la fechoría de que he sido objeto es Sánchez, un sujeto a quien yo salvé literalmente la vida en varias ocasiones a lo largo de más de 20 años. Sánchez y sus celos. En efecto, desde que el éxito periodístico del diario se hiciera evidente, mi presencia se había convertido en insoportable para la levedad del personaje: “¡Estoy hasta los cojones [siempre el mismo argumento] de oír hablar de El Confidencial de Cacho, como si yo no pintara nada en este proyecto…!” Mi suerte estaba echada desde el instante en que me anunció que se había hecho con el control del 57 y pico del capital (frente al 42% de mi paquete y el de Pedro Pérez). Totoyo, convertido en todo un hombrecito después de su freudiano “matar al padre”, gallea ahora por la redacción sacando pecho y prometiendo a grandes voces hacer rico hasta al apuntador. El bufón de Villalonga ha terminado convertido en un payaso. Siempre pensé que el Confi era mi casa, y tan seguro estaba de ello que nunca creí necesaria la firma de un pacto de accionistas, o de un simple contrato de dirección. Nada de nada. La ficción estalló en mil pedazos el 3 de marzo pasado, con la carta de cese arriba aludida. Personalmente lo más duro fue explicar lo ocurrido a mi familia: “te lo advertimos”, fue el reproche general. En efecto, hacía mucho tiempo que me lo habían advertido, pero no hay peor ciego que el que no quiere ver. “Imprescindible relevo generacional”, decía la burda explicación que los nuevos amos ofrecieron el mismo día a los lectores del diario. Me encuentro ya, en efecto, en los magníficos sesenta y en plenitud de facultades. Tú, Sánchez, eres mucho más joven. En realidad eres casi un niño porque, aunque ya estás en la cincuentena, siempre serás el Totoyo, el chico que traía los cafés en DIARIO16, un charlatán simpático que ni siquiera hizo Periodismo, necesitado siempre de una mano amiga para transitar por la vida porque te morirás siendo un ignorante. A todos los que te han ayudado, unos cuantos, has dejado en la estacada; a todos has traicionado, porque en modo alguno se puede decir de ti aquello de que “de bien nacidos es ser agradecidos”. Y poco más. Estoy convencido de que Titania, con su charlatán al frente, seguirá siendo una sociedad liliputiense capaz de encarnar la llamativa paradoja de editar un gran medio en internet. EL CONFIDENCIAL continuará, en efecto, siendo un diario de referencia en la Red, porque los redactores que forman su columna vertebral son buenos profesionales y conocen a la perfección su oficio. A todos, o casi, los fiché yo. Espero, por eso, ver pronto a los mejores trabajando en VOZPOPULI.COM.

Jesús Cacho

El Análisis

CACHO QUIERE SER PEDROJOTA

JF Lamata

El 10 de octubre de 2011 marca el inicio de una nueva aventura periodística en el panorama digital español con el lanzamiento de VozPópuli. Este diario digital, fundado y dirigido por Jesús Cacho, surge como una alternativa con aspiraciones de convertirse en un referente de la información económica y política, seis meses después de su polémica salida de El Confidencial. La llegada de VozPópuli al mundo digital recuerda los movimientos históricos de la prensa española, donde fundadores y directores han buscado dar continuidad a su visión en proyectos propios tras abandonar los medios que contribuyeron a crear.

Cacho, en un extenso artículo publicado una semana después del lanzamiento, detalla las razones de su ruptura con El Confidencial. Sus críticas no dejan lugar a dudas sobre la profundidad del desencuentro con el editor José Antonio Sánchez ‘Totoyo’ y el gerente Alberto Artero, a quienes acusa de maniobras empresariales para excluirle del proyecto. Sin embargo, a diferencia de los ecos de las escisiones de Diario16 y El Mundo, esta disputa no ha recibido respuesta pública desde El Confidencial. La pregunta es si VozPópuli logrará emular el éxito de los grandes movimientos editoriales como el de Pedro J. Ramírez, o si seguirá los pasos de iniciativas como las de Jaime Peñafiel, cuyo intento de competencia con ¡Hola! quedó en un fugaz capítulo en la historia de la prensa. Solo el tiempo dirá si VozPópuli encuentra su lugar en el competitivo mercado mediático español o si quedará como un reflejo del conflicto que le dio origen.