3 julio 2002

El diario deportivo AS dio la primicia con 24 horas de antelación

José Antonio Camacho dimite por sorpresa como Seleccionador de España por considerar ‘terminado su ciclo’ tras el mundial de Corea

Hechos

El 2.07.2002 D. José Antonio Camacho anunció su renuncia a continuar siendo el seleccionador nacional de fútbol de España.

Lecturas

IÑAKI SÁEZ SERÁ EL NUEVO SELECCIONADOR DE ESPAÑA

ByeCamacho2002   camachodimita2002 Los dos principales periódicos deportivos de España, el diario AS que dirigía D. Alfredo Relaño (Grupo PRISA) y el MARCA que dirigía D. Elías Israel (Grupo Recoletos) interpretaron de manera bastante diferente la dimisión del Sr. Camacho. De fondo estaba la clara diferencia editorial que había entre ambos grupos de comunicación con respecto a la figura del presidente de la Federación D. Ángel María Villar.

03 Julio 2002

Camacho se ha ido, nadie sabe cómo ha sido

Alfredo Relaño

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Camacho ibérico, tronco de españolía, macizo de raza. Sobacos bravos, palabra abrupta, el Real Madrid en las venas, espantás al mejor estilo de Gallo. (Ya van dos, la primera la pegó en el Madrid ¿recuerdan?). Como aquella, ésta ha sido imprevista (para todos menos para nosotros, déjenos presumir un poco), brusca, difícil de explicar. El Gallo saltaba la barrera porque el toro le había mirado mal. Pero ¿qué toro ha mirado mal a Camacho? España ha acabado la quinta y en general se ha aceptado el papel como bueno. Ha habido críticas, pero no mayoritarias.

Luego está lo de Villar. Camacho ha podido sentir desamparo en algún momento, ha podido pensar que esa vicepresidencia de la FIFA en lugar de ser un padrinazgo ha sido una hipoteca. Pero tampoco parece suficiente. Quizá es que sí ha sentido que le ha mirado mal un toro, el toro de los centrales, que le puede coger. Licenciados Hierro y Nadal ahí se abre un boquete tremendo. Quizá eso explique la brusca huida de Camacho, que nosotros presentíamos y les habíamos ido anunciando por entregas, en la firma de Tomás Guasch, hasta que Roncero remató la noticia.

Ahora queda a la espera de algún puesto libre en Italia mientras mantiene la mirada fija en el Madrid, para cuando se vaya Del Bosque. Pero estas cosas no le hacen bien. Se está creando demasiada fama de moverse por ventoleras y eso le hace poco fiable ante personajes del tipo de Florentino Pérez, amante del orden, la calma y el buen sentido. Mientras, el toro queda para Iñaki Sáez, un tipo sencillo ante una oportunidad descomunial. Por él ha pasado todo lo mejor del fútbol español en categorías inferiores. Es un aval. Pero ahora se los va a encontrar muy cambiados.

Alfredo Relaño

03 Julio 2002

El último patriota

Tomás Roncero

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Camacho nos abandona, como es desodorante que le estuvo traicionando desde que empezó el Mundial de Corea. José Antonio es directo, impulsivo, temperamental, emotivo, apasionado y, por encima de todo, tremendamente honesto. Pasarse dos años en ese escaparate que tenía en frente un pelotón de fusilamiento esperando cualquier desliz suyo le tenía descompuesto. ÉL sólo quería engrandecer el prestigio de nuestro fútbol y terminar con esa España partida en dos por ese clementismo reaccionario que tanto daño hizo. Camacho lloraba con el himno y soñaba con la final de Yokohama. Se va. Era el último patriota.

Tomás Roncero

03 Julio 2002

No

Tomás Guasch

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No, no hace bien en irse. Su adiós obedece a razones futbolísticas y no es consciente de algo mucho más profundo: de que España está necesitada de referentes en un montón de cosas, entre ellas el fútbol. Camacho representa la rectitud, la honestidad, la honradez, la hombría de bien, virtudes que no abundan precisamente en el Deporte Rey y la vida toda. Tras la nefasta etapa anterior, la Selección encontró un líder, un incontestable, un señor al que el pueblo seguía convencido de que, acertado o no en el banquillo, era de fiar, como un motor alemán. Un pérfida terrible para el fútbol patrio.

Tomás Guasch

03 Julio 2002

Camacho deja el carro tirado y la Federación, sin rueda de repuesto

Elías Israel

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Nos había devuelto la ilusión. Creíamos que con su espíritu y la enorme calidad de la generación que viene haríamos algo grande en la Eurocopa de Portugal y en el Mundial de Alemania. Nada de eso. Como si su palabra dada a la Federación ya no tuviera valor, Camacho anunció ayer que deja la Selección. Yo diría que ha dejado a España tirada. Porque muchos españoles se ven reflejados en él, en su sencillez, en su ir de frente.

Camacho es ya historia de España. Debería haber dado más valor a los que le hemos defendido a capa y espada y menos a los que le han vilipendiado. Hizo lo que todos en cuanto a resultados y ahora dice que se ha acabado un ciclo. Y está en su derecho de dejarlo, pero lo debía haber hecho de otra manera. Lo debía haber anunciado nada más acabar el Mundial. Un seleccionador no se puede ir sin dejar margen de maniobra a la Federación. Puede que llegue Luis o Irueta o Víctor Fernández ya habrá que mirar a los ojos a Gil, a Lendoiro o a Lopera de otra manera. ¿Y en qué lugar queda la Federación? Después del papelón del Mundial y de su poco peso en el fútbol, ¿cómo puede ser que el seleccionador se vaya y haya que poner un parche? (que me perdone Iñaki Sáez, que no tiene culpa de nada). ¿Cómo puede ser que nadie en Alberto Bosch se lo oliese? ¿Cómo puede ser que el presidente Villar estuviese en un avión mientras el ya ex seleccionador se lo comunicaba a Gerardo González? ¿No podía esperar Camacho un día para irse a Ibiza?

Camacho ha elegido un camino, y olo respeto. Creo que se ha equivocado y mucho en la formas. Su rendimiento ha sido bueno, pero tan importante es saber llegar como saber marcharse.

Elías Israel

08 Julio 2002

Camacho es así

Santiago Segurola

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La decisión del seleccionador de abandonar el cargo, aunque legítima no impide pensar que es inoportuna e irresponsable

Una decisión legítima no significa que sea oportuna, responsable o prudente, tal y como se observa en el caso Camacho, un desatino perfectamente legítimo que obliga a sacar conclusiones de la curiosa relación del ex seleccionador con su cargo y sus obligaciones. Durante los últimos cuatro años, su fama de hombre frontal ha exonerado a Camacho de ofrecer la más mínima explicaciones de cualquier asunto a debate. Protegido por esa atribuida frontalidad campechana se ha permitido algunas opiniones que han oscilado entre lo intolerable y lo sectario, sin mayor escándalo porque ‘Camacho es así’, dudoso privilegio que lo ha utilizado como patente de corso.

Camacho dice que deja la selección porque el cuerpo le pide una actividad que ahora no tiene. Se va porque se aburre. Nadie le obliga a quedarse en el cargo, pero su explicación abre flancos muy criticables. En primer lugar, este es el hombre que en los últimos cuatro años se ha quejado ruidosamente de la falta de atención que recibe el equipo nacional con respecto a los clubes. Al final resulta que también a él le interesa mucho más atender a un club que a la selección. Hay otra consideración añadida en este punto, relacionada con los factores que influyen en la supremacía de los clubes sobre la selección y en la recurrentes decepciones de España en las grandes competiciones. Una de las razones sería la que se deriva de un seleccionador que se aburre en su cometido y que prefiere la excitación cotidiana que no encuentra en el equipo nacional. Cuesta imaginar lo mismo en un seleccionador brasileño, argentino, italiano o alemán. Si esto le ocurre al seleccionador – cuyo valor simbólico es incuestionable – existe todo el derecho a pensar que lo mismo puede ocurrirles a los futbolistas y a los aficionados.

Por si acaso, los colaboradores de Camacho han contribuido, como es habitual, a dejarle mal. Cabía la posibilidad de que el temperamento de Camacho le hubiera llevado a tomar una decisión intempestiva. Estaríamos otra vez ante el ‘Camacho es así’ y todo vale. Pero Pepe Carcelén, el segundo del ex seleccionador, ha declarado que él lo sabía desde hacía tiempo.

Si eso es así, Camacho no ha tenido el menor interés en preservar el buen orden de la selección. Puesto que estaba decidido a abandonar el cargo, lo lógico habría sido favorecer su sucesión, es decir, permitiendo que la federación estableciera a su debido tiempo discretos contactos con los aspirantes, y no ahora, cuando todos los entrenadores están comprometidos por contrato. A estas alturas, el margen de maniobra de la federación española es nulo, con el peligro añadido de pensar que la designación de Iñaki Sáez es producto de la inoportunidad de Camacho.

Queda otro flanco temible. Si Carcelén asegura que la decisión de Camacho estaba tomada desde hace algún tiempo, no se explica el pésimo trato que le ha dispensado a Sáez. Nada parece más natural, y casi obligatorio, que incluir al futuro seleccionador en el grupo de técnicos que iba a colaborar con la selección durante el Mundial. Hubiera sido un acto de responsabilidad con el equipo y con su sucesor en el puesto. Pero Camacho prefirió invitar a Tedoro Nieto, ex seleccionador del equipo femenino, y Javier Lozano, seleccionador de futbito, que ayudar a Sáez en un suave aterrizaje. Todo lo contario: le ha dejado en una posición muy delicada. Le negó como colaborador en el Mundial, le impidió una sucesión natural y le situó ante la opinión pública como un mero seleccionador circunstancial. Pero qué más da, Camacho es así.

El Análisis

CON VILLAR Y CONTRA VILLAR

JF Lamata

Es divertido ver las diferentes formas de interpretar un mismo hecho en las portadas de la prensa. En este casa por AS y MARCA. El diario AS parece congratularse mucho de que el Sr. Camacho dimita y lo interpreta como otra bofetada contra el ‘odiado’ D. Ángel María Villar, a PRISA (especialmente de la SER) le tocaba insinuar que el Sr. Villar había dejado ‘desamparado’ al Sr. Camacho o que su cargo en la FIFA era poco menos que una hipoteca.

Pero, por el mismo precio, teníamos la interpretación del MARCA, ahí al revés. El que tenía la conducta discutible era el Sr. Camacho era él quien dejaba tirado, no ya al Sr. Villar sino a toda España como un ingrato después de todo el respaldo que le había dado la sociedad (es decir, los medios) tras la derrota en el Mundial de Corea que se seguía viendo como una derrota injusta.

Y a todo esto. ¿Por qué se iba? Puestos a irse hubiera sido más espectacular tras la eliminación en el Mundial. ¿Por qué esperar dos semanas? ¿Acaso esperaba hacer alguna oferta? ¿Por ejemplo para entrenar al Real Madrid? Tendría que esperar un poco para eso. Aún tendría que esperar un poco para eso… pero no demasiado.

J. F. Lamata