José Félix Uriburu derroca a Yrigoyen y se convierte en dictador de Argentina

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A las 18.30 de este 6 de septiembre de 1930 un grupo de personas encabezadas por el general Uriburu penetraba en la Casa Rosada, sede del gobierno argentino. Poco más tarde, el vicepresidente Enrique Martínez, a cargo en ese momento de la presidencia por delegación de Yrigoyen, presentaba su renuncia ante la coacción del militar, que le aconsejaba hacerlo así para ‘evitar derramamientos de sangre’.

En guarniciones próximas estaban acuarteladas tropas fieles al gobierno, pero ya nada podrían hacer al respecto.

A las tres de la tarde, acompañado del general Justo y al mando de efectivos del Colegio Militar, Uriburu llegó ante el edificio del Congreso.

Se produjo un tiroteo con el saldo de 30 muertos. Pero ya nada se opuso a su marcha hasta el palacio del gobierno.

Yrigoyen, que hasta último momento no quiso creer en la insurrección, se encaminaba ya hacia la ciudad de La Plata, abandonando su domicilio de la calle Brasil, que fue saqueado por los mismos elementos anti-radicales que incendiaron el diario argentino LA ÉPOCA, portavoz del yrigoyenismo.

A nadie ha sorprendido el golpe. Desde que los efectos de la crisis económica se hicieron sentir también en la Argentina, que dejaba de ser de verdad el ‘país de las vacas gordas’, Yrigoyen estaba sentenciado. El radicalismo no podía permitirse el lujo de subsistir junto a un sistema que siempre controló la oligarquía agropecuaria.