19 octubre 1997

El productor de televisión y accionista de ANTENA 3 TV logró el apoyo inicial de la fiscalía, pero lo perdió después de considerarse que había cometido manipulación documental

José Frade demanda por plagio a Emilio Aragón (Globomedia), a su padre y a Contreras por ‘Médico de Familia’

Hechos

En octubre y noviembre de 1997 se celebró el juicio por la acusación de plagio de D. José Frade contra los directivos de Globomedia D. Emilio Aragón y D. José Miguel Contreras en relación con el guión de la serie ‘Médico de Familia’.

Lecturas

Inicialmente el pleito parecía jugar a favor del Sr. Frade y contra la familia del Sr. Aragón, al saberse que el Sr. Frade había inscrito su guión de ‘Tres hijos para mí sólo’ antes de que el Sr. Aragón y su socio D. José Miguel Contreras registraran ‘Médico de Familia’. Y además el Sr. Frade pudo acreditar que antes del registro de ‘Médico de Familia’, él había entregado una copia dle guión de ‘Tres hijos para mí sólo’ al padre de D. Emilio Aragón, ‘Miliki’.

Pero la situación cambió cuando quedó acreditado que el guión que el Sr. Frade había presentado en el juicio de ‘Tres hijos para mí sólo’ para demostrar sus similitudes con ‘Médico de Familia’ no era el que tenía registrado desde hacía tiempo. A pesar de que el Sr. Frade aseguró que las diferencias entre las dos versiones eran mínimas y que seguía siendo evidente las similitudes, el juicio consideró que el Sr. Frade había realizado una manipulación documental y absolvió a la familia Aragón de todos los cargos.

El Sr. Frade llegaría a insertar en periódicos – como publicidad pagada – un artículo dando su versión sobre aquella ‘manipulación’ que él negaba.

10 Octubre 1997

José Frade presentó textos diferentes en la querella contra Aragón

Mirta Drago

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El juicio del productor José Frade contra Emilio Aragón dio ayer un vuelco. El perito José Angel Blesa, propuesto por la defensa, descubrió que la Justicia y la Sociedad General de Autores manejan versiones diferentes del argumento sobre el que pesa una acusación de plagio. En el texto que Frade presentó a la Justicia se han agregado, entre otros aspectos, unos suegros y unas zapatillas.

Frade acusa al actor de haber plagiado en Médico de Familia un texto que él registró en 1993 para una película. La vista oral del juicio comenzó el pasado lunes. En estos días se han acumulado declaraciones de acusados, acusador, guionistas de ambos bandos y peritos. Pero fue ayer cuando uno de esos expertos descubrió que se trabajaba sobre textos diferentes.

El hecho sorprendió a todos los asistentes, puesto que ni siquiera el abogado acusador, Luis Lerga, sabía que existían variaciones entre los documentos, informa Efe.

En el texto que el productor registró en la SGAE se dice que ni el personaje central -un viudo con tres hijos- ni su mujer, tenían «padres o abuelos». En el que se maneja en la causa, sin embargo, se explica que «tanto la suegra como los propios padres» del protagonista creen que éste no debe educar a los niños.

Ese detalle cobra especial importancia en la causa, puesto que es una de las coincidencias en las que se basa el productor para afirmar que Aragón plagió su argumento para la serie Médico de Familia.

Asimismo, en el texto que Frade entregó junto con la querella se dice que el protagonista «a pesar de ir correctamente trajeado» calza unas «zapatillas deportivas de color blanco». Sin embargo, esa particularidad no figuraba en el argumento registrado en la SGAE. Da la casualidad de que Emilio Aragón aparecía en un programa de televisión con esmoquin y zapatillas blancas. El productor asegura en el juicio que el argumento que inscribió en 1993 fue pensado especialmente para Aragón.

Este periódico intentó ayer conocer la versión de Frade sobre estas diferencias planteadas por el perito de la defensa, pero no se encontraba en su oficina.

19 Octubre 1997

La supuesta manipulación documental en el juicio contra Emilio Aragón

José Frade

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José Frade, Publicidad publicada en distintos medios, 19-10-1997

En la cuarta sesión del juicio que en el Juzgado nº 26 de lo Penal se ha seguido contra Emilio Aragón y otros por el plagio de la historia argumental de ‘Tres hijos para mí sólo”, el perito Sr. Blesa, nombrado por una de las defensas de los acusados, puso de manifiesto que había examinado dos textos sobre el mismo argumento. Uno que se acompañó con el escrito de querella y otro que fue inscrito en el Registro de la Propiedad Intelectual. Uno de los abogados de la defensa solicitó que se dedujera testimonio por la posible manipulación del texto argumental base de la querella, manifestando el Juez que no era el momento procesal adecuado. El Fiscal no realizó petición alguna. Cuando el Sr. Lerga solicitó que los dos últimos peritos aclarasen en base a cuál de ambos textos habían emitido su informe, el Juez manifestó que prosiguieron los peritos emitiendo el informe, dada la falta de trascendencia que parecía deducirse de las posibles diferencias. Así quedó la cosa y sorprendentemente el Fiscal, que no s había pronunciado sobre este tema, en la quinta y última sesión del juicio, retira la acusación por entender que ha habido una ‘manipulacion documental y sin explicar en qué basa esa supuesta manipulación, solicita que se deduzca testimonio contra Frade por fraude procesal.

Todos los abogados de la defensa se suman a esta petición variando la calificación jurídica del supuesto delito cometido, según ellos, por el Sr. Frade. Para unos es falsedad, para otros fraude y para alguno estafa procesal. El Sr. Lerga ya había manifestado antes del informe de los abogados de la defensa que las diferencias entre los dos ejemplares del argumento, obrantes los dos en autos, eran mínimas en lo que afectaba al proceso y que evidentemente se había producido un error, pero insistió en que si se pedía que se dedujera testimonio por este motivo, en consecuencia que se dedujera también testimonio contra Emilio Aragón (hijo) y José Miguel Contreras que habían manifestado no ser los autores de los dos primeros guiones de ‘Médico de familia’ y sin embargo, lo habían inscrito en el Registro de la Propiedad Intelectual a su nombre, suplantando a los verdaderos autores.

EN el momento del juicio oral el Sr. Lerga carecía de la información necesaria para explicar la causa del a existencia de dos ejemplares con alguna variante en el argumento de tres hijos para mi sólo’, ya que el tema en la cuarta sesión del juicio no había suscitado una especial relevancia, ni para el Juez, ni para el Fiscal.

Lo que realmente sucedió fue lo siguiente:

El Sr. Frade entregó en el año 1993 el texto escrito por él y su hijo, que era el que se había inscrito en el Registro de la Propiedad Intelectual, a un profesional para interesarle en la realización del mismo. Este efectuó algunas correcciones y la falta de respuesta de Emilio Aragón (padre) y otra serie que se puso a producir (Canguros), hizo que el proyecto ‘Tres hijos para mí sólo’ quedara provisionalmente aparcado.

Cuando se decide presentar la querella por plagio contra Emilio Aragón y otros (dos años y medio después), al entregar la documentación al Letrado, D. Luis Lerga, se sufre el error de enviarle, no una copia del ejemplar del argumento inscrito en el Registro (que no tiene ningún signo exterior visible) sino una copia del ejemplar en que se hicieron los aludidos trabajos. Ahí se produce el error, del que durante dos años nadie se ha dado cuenta y eso que en ese período de tiempo han tenido acceso al sumario, dos jueces, un fiscal, cinco abogados y siete peritos.

Hay que tener en cuenta que con el escrito de querella se había acompañado un ejemplar el guión y al mismo tiempo se había pedido al juzgado de instrucción que solicitara del Registro de la Propiedad Intelectual la remisión de copia del que estaba inscrito, con lo cual el Juzgado tuvo, prácticamente desde el principio, los dos ejemplares. El Sr. Lega manifestó en la última sesión del juicio, lo estúpido que resultaría haber obrado con mala fe, presentando un guion presuntamente manipulado y al mismo tiempo solicitar al juzgado que se remitiera el depositado en el Registro, con lo cual se hubieran detectado inmediatamente las diferencias entre ambos

Que nunca José Frade podría obrar con mala fe, lo demuestra el hecho de no perseguir con la presentación del a querella un interés económico, porque ya en la misma había manifestado su deseo de donar cualquier indemnización que pudiera obtener a un establecimiento benéfico, aclarando al prestar declaración el primer día del juicio, que el destino sería la RESIDENCIA INTERNADO SAN ILDEFONSO.

Sólo hay una corrección que tenga relación con la cuestión debatida en este juicio. La transformación de Jacinta CUÑADA del protagonista, en Jacinta SUEGRA del mismo y abuelo de los niños. Esta es la diferencia. LA GRAN DIFERENCIA. Y en base a este insignificante detalle el Fiscal retira la acusación y considera, al igual que los abogados de los acusados, que se ha producido una manipulación documental, un vacío probatorio desolador y que se deduzca testimonio contra el Sr. Frade por si ha incurrido en alguno de los variados delitos que ya hemos detallado.

Una cosa es el error padecido de presentar con la querella un ejemplar equivocado y otra su manipulación. Aquel lo acepta Frade y así lo ha hecho constar ante el Juzgado, pidiendo las oportunas disculpas, la manipulación la rechaza con carácter absoluto.

José Frade

06 Noviembre 1997

Los padres del éxito

ABC (Director: Francisco Giménez-Alemán)

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Dice un aforismo moral que ‘el éxito tiene muchos padres pero el fracaso es huérfano’. Con tdos los pronunciamientos favorables, los autores de la serie de televisión ‘Médico de familia’ han sido absueltos del presunto delito de plagio del que fueron acusados por un productor de cine y televisión que alegaba que el personaje central y ciertas situaciones tenían parecido con un proyecto que él había presentado a otra cadena. La sentencia demuestra que no existe parecido alguno y sí tres diferencias significativas entre la serie que protagoniza con relevante éxito Emilio Aragón y los dos proyectos que registró el productor de cine José Frade, ambas diferentes, una de ellas ante la Sociedad de Autores y otra en el Registro de la Propiedad. La sentencia deja entrever que una cosa es la verdad y otra, muy diferente, las miserias de la condición humana entre las que la envidia está en la cabeza.

13 Noviembre 1997

Historias adosadas

Francisco Umbral

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Ustedes disimulen, pero es la primera vez que me asomo a Médico de familia, motivado mayormente por la audiencia -nueve millones de nacionales- y por esa querella frustrada que les puso Frade. No veo televisión, salvo cuando la cosa se pone sociológica. Un invento que interesa a nueve millones tiene que interesarme a mí.

Lo primero que me asombra es que alguien haya podido querellarse por la originalidad o prioridad intelectual de estos guiones, ya que se trata de algo tan vulgar, obvio, aburrido, repetitivo, monótono y soso que se constituye, diríamos, en un bien mostrenco, propiedad de cualquiera. ¿Cómo se puede alegar plagio? La nada no se plagia. No estoy con el señor Frade ni con Emilio Aragón, sino que estoy con los dos, porque están masticando la misma cosa, uno con más suerte que otro. La fórmula es genial de tan sencilla. El espejo de Stendhal a lo largo del camino de nuestra democracia de chalet adosado. Historias adosadas porque todos los guiones son iguales, como los chalets en serie. A nadie se le ocurre una dacha. Abuelos tarretes y felices, jóvenes maduros y maduras que tienen conflictos veniales de celillos y otras pijadas, sexualidad cero (me he informado de toda la serie), adolescentes con el corazón escolar y los trascendentales problemas de adolescente: chico/chica. Niños teóricamente graciosos y una criada muy fiel, muy fea y algo andaluza o de por ahí.

Y, para diferenciar un capítulo de otro, el personaje sentimental, ecológico, lo que sea, un niño/Down o un perro que permite a los guionistas darnos la bulla con la moraleja humanitaria. Creo que un niño con ese síntoma podría dar grandes novedades interpretativas a la televisión, algo así como la «paranoia crítica» de Salvador Dalí. El discurso gestual del niño/Down siempre será más original que el de estos niños de liceo progre.

Pero en vez del niño (que en serio me interesaba), me ha tocado perro. De todas las pequeñas y grandes tragedias de la familia de Emilio Aragón (un médico que lo único que no hace es mirar jamás un enfermo), a mí sólo me ha interesado el problema del perro, aunque ya sabía que su final no sería la perrera. Es la sociedad socialcentrista que han traído 20 años de democracia consumista, lamerona y neoparroquial. Salvo que no van a misa, son más de derechas que el padre Apeles. Son la hermosa gente de la calle, que quiere un confort discreto, muchas ballenas en la tele, conflictos matrimoniales, pero aminorados -mero marujeo-, conflictos profesionales cuya feliz solución se ve venir desde el principio. Es el Estado del Bienestar pasado por el fonendo de Emilio Aragón. En un narcisismo colectivo, la España de hoy se mira en esta serie y se reconoce. Ya dijo André Gide que con los buenos sentimientos sólo se hacen malas novelas. Y malos guiones, a ver.

Aquí todos son buenos y comprensivos. Se parecen a cualquier familia española vista por fuera: por dentro, «toda familia esconde un cadáver en el armario» (Simenon). Aquí no hay cadáver, o sea que no hay creación narrativa ninguna. La goleada de espectadores no es cosa de Emilio Aragón, gran actor sobrio, ni de Lidia Bosch, tan bella, sino de unos sapientísimos guionistas que han decidido reflejar a los españoles filipoaznaristas como éstos creen que son. Hasta que viene la riada por Badajoz y comprendemos que todo era mentira, salvo los muertos.