19 abril 1946

Su condena a muerte se da por supuesto

Juicio de Nüremberg, declara Hans Frank, gobernador nazi de Polonia: «Siento en mi interior un terrible sentimiento de culpa»

Hechos

El 19 de abril de 1946 se produjo la declaración de Hans Frank, acusado en el Juicio de Nüremberg.

Lecturas

Hans Frank, ex gobernador general de Polonia durante el tiempo en que estuvo invadido por Alemania, ha comenzado en la sesión del día 19 en su propia defensa ante el Tribunal Militar de los ganadores de la Segunda Guerra Mundial que juzga a los alemanes acusándoles de crímenes de guerra y ha reconociendo «que siente en su interior una terrible sensación de culpabilidad».

«Asumiré mi responsabilidad. Cuando el día 30 de abril de 1945 Adolf Hitler se quitó la vida, tomé la resolución de declarar mi responsabilidad ante el mundo, lo más claramente que pudiese. Los 40 y tres volúmenes que constituyen mi diario y que informan sobre todos los acontecimientos sucedidos en Polonia y mi participación en ellos no fueron destruidos por mí, sino que, voluntariamente se los entregué a los oficiales del Ejército norteamericano cuando me los pidieron».

Siguiendo, finalmente, el método iniciado por Goering, Frank, después de haber empezado reconociendo su plena responsabilidad por todo, procede después minuciosamente a negar cada acusación por punto.

Frank niega que haya mandado fusilar jamás a rehenes. «Himmler tiraba al cesto de la basura mis órdenes e indicaciones. Un hombre jurídico como yo era una influencia perturbadora para el poder de Himmler. Al interferir Heinrich Himmbler y Martin Bormann en mi trabajo, era imposible todo intento de fundar una forma decente de Gobierno alemán en Polonia».

Fiscal – ¿Estableció usted guettos en Polonia?

Frank – Sí.

Fiscal – ¿Implantó usted trabajos forzosos?

Frank – Sí; pero sólo como una necesidad para el cultivo y la reconstrucción del país mismo.

Fiscal – ¿Cerró las universidades polacas?

Frank – No. Ya estaban cerradas por la guerra. Adolf Hitler, simplemente ordenó que no se volvieran a abrir.

Su testifical se produjo después de la del comandante de Auschwitz, Rudolf Hoess

El siguiente en testificar fue el acusado Julius Streicher.

El Análisis

El arrepentimiento que no redime

JF Lamata

Hans Frank, gobernador general de la Polonia ocupada, fue una de las figuras más sombrías que comparecieron ante el Tribunal de Núremberg. Jurista de formación, católico devoto y antiguo abogado personal de Hitler, encarnó la paradoja de quien desde la ley administró el crimen. Nombrado en 1939 como máxima autoridad del llamado «Gobierno General», Frank gobernó Polonia como un virrey del terror. Bajo su mando se implementó la despiadada explotación económica, el trabajo forzado, el saqueo sistemático del país y, sobre todo, la implacable persecución de los judíos: los guetos, las deportaciones, los asesinatos. Varsovia fue reducida a ruinas, su población diezmada, y Polonia, cultural y demográficamente, devastada.

En Núremberg, Frank no fue el militar altivo ni el burócrata frío, sino el único de los acusados que adoptó una actitud de contrición pública. Declaró sentir «un terrible sentimiento de culpa» y afirmó haber redescubierto su fe católica en prisión. Incluso escribió un diario espiritual mientras esperaba la sentencia. Algunos se preguntaron si su arrepentimiento era sincero o un gesto desesperado de quien había intentado suicidarse al ser capturado. Pero el tribunal no vio en sus palabras un motivo suficiente para eludir la justicia. Su papel como artífice civil de uno de los episodios más brutales del nazismo selló su destino. Fue ahorcado junto a los demás condenados principales, dejando tras de sí la inquietante imagen de un criminal que quiso ser redimido demasiado tarde. Porque el perdón, cuando millones han sido asesinados bajo tu firma, es una palabra demasiado frágil.

JF Lamata