1 septiembre 2009

Spiderman, el increíble Hulk, los X-Men o los Cuatro Fantásticos compartirán propietario con Mickey Mouse

La Disney de Bob Iger compra la Marvel Entertainment y se convierte en el propietario de los derechos de todos sus personajes

Hechos

El 1.09.2009 la prensa informó de la absorción de Marvel por Disney.

Lecturas

El imperio presidido por Bob Iger es propietario junto a la producción de películas y series de Disney, es también propietario de la cadena de televisión ABC, de canales de deporte e infantiles como ESPN o el Disney Channel. EMpresas de cine como Miramax y Touschstone y la productora de animación 3-D, Pixar.

02 Septiembre 2009

Spiderman, Iron Man y la Patrulla X, humillados por... Mickey Mouse

Román Gubern

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Acabamos de asistir a un terremoto en el campo de batalla del entretenimiento: los imbatibles superhéroes de Marvel han hincado la rodilla y han sido vencidos y apresados por las tropas acaudilladas por el pacífico Mickey Mouse. La paradoja del descalabro reside en que, tras producirse tal rendición, el valor de Marvel Entertainment ha subido en la bolsa un 25,15%. Disney asentó su imperio desde los años 30 del siglo pasado con personajes infantiles tan populares como el ratón Mickey (1928), el perro Pluto (1930) y el pato Donald (1934), que precedieron a su producción de largometrajes, iniciada en 1939 con la película Blancanieves y los siete enanitos.

Roy Disney, hermano de Walt, llevó siempre el timón del negocio y tuvo la genial idea de extender sus personajes cinematográficos al campo de la intermedialidad: con los cómics y la panoplia del merchandising (gorras, camisetas, juguetes, etcétera), proceso que culminó en 1955 con Disneylandia, primer parque temático de la historia. Esta onda expansiva no se ha amainado y, si bien la empresa padeció en su momento las tribulaciones provocadas por la agresividad de sus competidores japoneses, más tarde se hizo con distribuidoras cinematográficas como Touchstone y Miramax (que introdujo el cine de Pedro Almodóvar en Estados Unidos), en 2006 compró la factoría digital Pixar (hasta entonces, su principal competidora en el terreno de las películas de animación), y hoy posee varios canales de televisión, incluido el generalista ABC estadounidense.

En otro rincón del imperio del imaginario estaban esos nietos de Superman que se llaman Spiderman, la Patrulla X, el increíble Hulk e Iron Man, por citar a algunos. Eran los superhéroes del universo Marvel que habían salido momentáneamente de la asfixia saltando del papel a la pantalla grande. Personajes extravagantes que han interesado a los psicoanalistas, quienes nos han explicado que las posturas físicamente desequilibradas de Spiderman sobre el vacío expresan sus inseguridades de adolescente.

En todo caso, son personajes que viven en un mundo de violencia o agresividad y que se dirigen a un mercado masculino, en contraste con los personajes blandos de Disney, más orientados al mercado infantil y familiar.

Con esta operación que le ha costado a Disney alrededor de 4.000 millones de dólares (es decir, unos 2.800 millones de euros), los superhéroes en horas bajas podrán saltar al horizonte del 3-D. Lo que no sabemos, y aquí reside la gran incógnita, es si Disney va a entrar en una senda de hibridación temática y estética, o va a elevar tabiques que separen su oferta familiar soft de su oferta masculina hard. ¿Llegaremos a ver a Hannah Montana paseando de la mano del increíble Hulk? Parece improbable, aunque no imposible.

Lo que sugiere la iniciativa de Disney es una profundización de la política de diversificación de la oferta, como ya ocurrió en los años 50, cuando entró en el mundo de los documentales zoológicos como El desierto viviente (1953), o las películas de aventuras en imagen real, como 20.000 leguas de viaje submarino (1954). Desde hace 15 años, el reto de las nuevas tecnologías (las pantallas envolventes, la imagen digital, el formato 3-D) han ido empujando a Disney a procesos de diversificación que han alcanzado incluso las estrategias multimedia. Si Mickey ha dejado grogui de un puñetazo a Iron Man, no es para que luego aparezcan juntos en el mismo recipiente, sino para que el superhéroe se integre disciplinadamente en el esquema de diversificación que los planificadores de la empresa han diseñado previamente.