14 septiembre 1998

Reemplaza en el cargo a José Apezarena, que pasará a ser director de informativos de la emisora

La COPE apuesta por Federico Jiménez Losantos para levantar el programa nocturno ‘La Linterna’

Hechos

En septiembre de 1998 en la nueva temporada de la COPE, D. Federico Jiménez Losantos se estrenó como nuevo director y conductor del programa ‘La Linterna’.

Lecturas

Cambio de tertulianos:

Cinco nuevos tertulianos: D. Alberto Recarte, D. Manuel Hidalgo, D. German Yanke, D. Daniel Múgica y D. César Vidal. Se mantiene D. Antonio Casado

Tertulianos despedidos D. Fernando Vizcaíno Casas, D. Luis Mariñas y Dña. Consuelo Sánchez-Vicente.

APEZARENA SERÁ DIRECTOR DE INFORMATIVOS

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ATEO, ENEMIGO DEL NACIONALISMO CATALÁN Y DE LA IZQUIERDA

El nombramiento de D. Federico Jiménez Losantos como director del segundo programa más importante de la Cadena COPE trae con él bastante polémica, por ser el Sr. Jiménez Losantos un ateo confeso en una emisora propiedad de la Iglesia Católico y, sobre todo, por ser conocido por su visceralidad contra toda la izquierda política, en la que él militó en su juventud y en especial por su enfrentamiento contra el nacionalismo catalán para que el que el Sr. Losantos personifica el ‘anti-catalanismo’. Ya antes de iniciar su programa ha recibido diversas críticas desde la prensa catalana como la del que fuera fundador del diario AVUI, D. Josep M. Cadena.

26 Julio 1998

Federico Jiménez Losantos

Josep M. Cadena

Leer

La catalanidad militante está de enhorabuena, ya que, si los hados no son adversos y las previsiones se cumplen, Federico Jiménez Losantos (Orihuela del Tremedal, Teruel, 15-09-1951) dirigirá a partir de septiembre la tertulia ‘La Linterna’ de la COPE. Es una noticia ampliamente positiva, que, si bien obedece a los méritos acumulados por el promocionado, podía no haberse producido debido a las envidias que sienten y a las trampas mortales que tienden las nuevas generaciones de mordaces comentaristas respecto a quienes tienen acreditada solvencia mordedora. Las actuales yugulares de la política requieren incisivos que se claven a la primera y por sorpresa, lo cual ya alcanza un pelín cansado y un mucho repetitivo a Jiménez Losantos. De ahí que la complacencia ante la alta responsabilidad que se le otorga deba ser atribuida a quienes son sus víctimas predilectas, ya que preferirán lo malo concoido que lo peor por conocer. Mejor el que se reitera en las malevolencias que el que se inventa nuevas.

Víctima en 1981 de un tan condenable como confuso atentado por haber firmado el llamado ‘Manifiesto de los 2.300’ – ya es suerte, buena o mala, ser elegido entre una multitud de preeminentes manipuladores de la realidad lingüística en Catalunya – lleva 17 años dándole el manubrio de los agravios. Y aunque procura renovar sus matices, como la maldad catalana es finita – no damos para más, así está el patio – no crece en ingeniio. Quizá dirigier La Linterna le ilumine. Quienes creen en él lo desean.

Josep M. Cadena